Guara desde Petreñales. 7-6-09.
Molino de Nocito, Barranco de la
Pillera, Collados de Chemelosas y Petreñales y Cara Sur. Descenso por la Cara
Norte, Collado Chemelosas y Barranco de la Pillera.
01-05-1995.
Salida 09 h. Llegada 17:15 h.
Sol.
Fácil.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Biola y Mariano
Javierre.
Mapa de Guara procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Llevábamos
mucho tiempo queriendo ir a Guara, tan cerca y por un sin fin de causas siempre
lo habíamos postergado.
Sabíamos
que la pista a veces estaba infernal, que era duro el asunto, según decían,
pero daba igual, había que ir.
Guara desde el Molino de Nocito. 1-5-95.
Carlos
Villacampa me deja un mapa que yo no tengo y me dice: “¡Largo, eh!” Pero no nos
preocupa a pesar de que este invierno 95 no hemos andado casi con el tema del
esquí.
Para
el 1 de Mayo han anunciado buen tiempo que luego no confirmarán decididamente,
pero suponemos que será aceptable como poco.
En el Barranco la Pillera. 1-5-95.
Nos
levantamos a las siete y a abreviando, a las ocho menos veinte estamos en la
carretera. Llegamos a la Guarguera y en el Desvío de Nocito tomamos la pista que está bien aunque algo
hollada por cadenas de orugas. Tras 16 kilómetros por mitades entre subida y
bajada nos llegamos a Nocito.
Por
otra pista, ya en peor estado que la anterior, pasamos junto al cámping,
adelantamos a un grupo de excursionistas y junto al molino, atravesamos el
Barranco la Pillera e inmediatamente aparcamos junto al mismo justo antes de volverlo a cruzar. Estamos a 890
metros de altitud.
Más arriba en el Barranco la Pillera. 1-5-95.
No
son todavía las nueve cuando, mochilas al hombro, continuamos pista adelante en
dirección este, junto al cauce del barranco. La pista es prácticamente llana
pero pronto se corta arrasada por el barranco para volver a aparecer
entrelazándose con el mismo.
Unos
hitos nos invitan a abandonarla e incorporarnos por una tiradera de madera que
se adentra en el bosque virando al sur e iniciando un fuerte ascenso.
Buitres en la Mallata Ferrer desde Chemelosas. 4-5-02.
El
camino es agradable a través de un bosque mixto de verdad en el que abunda el
roble, el pino silvestre, el avellano, el tejo, el haya, arces, servales,
bojes, sauces, gayubas, hepáticas, primaveras, violetas enebros, genistas y
crecidos musgos.
Guara desde Fragineto. 4-5-02.
A
través del delicado tornasol del bosque alcanzamos el Collado Chemelosas a 1370
metros de altitud y en el claro del bosque paramos a almorzar. Son las diez y
media y nos ha guiado la característica cresta de la Mallata Ferrer que
claramente se distinguía desde abajo.
La Oeste de Guara desde Petreñales. 7-6-09.
Hay
un grupo de franceses que suben tras nosotros. Cuando nos alcanzan
reemprendemos el camino en dirección sudoeste en busca del Collado de
Petreñales que se recorta en el horizonte poco más arriba. Para ello hemos de
perder un poco de la altura ganada por un caminillo estrecho y transitado que
serpentea en medio de una fuerte pared a la que se asoman los restos más
occidentales de la enorme Pedrera de la Norte de Guara.
Detalle de la Oeste de Guara. 7-6-09.
Media
hora después alcanzamos el Collado Petreñales a 1560 metros de altitud en busca
de alternativas para continuar la ascensión directamente junto a la arista, o
la que nos ofrecen los hitos a través del bosque hacia el Llano de los Hongos.
El Raso de los Hongos desde la Suroeste de Guara. 7-6-09.
Perdemos
un poco de altura separándonos de la arista y encontramos la Fuente del
Chinebro que en verano debe ser valiosísima, deambulando un poco más al sur
para volver luego y poco a poco hacia el norte, salir del pinar y encarar la
cara sur del pico entre bojes y genistas.
La Fuente del Chinebro cerca del Raso de los Hongos. 7-6-09.
El Raso de los Hongos. 7-6-09.
La loma es suave
y poco a poco vamos ganado altura a pleno sol en un día espléndido.
A la una
alcanzamos la cresta y un cuarto de hora después hacemos cima en Peña
Guara a 2076 metros de altitud.
La Suroeste de Guara. 7-6-09.
Genista hórrida en la Suroeste de Guara. 7-6-09.
Sentados en la
base del vértice geodésico contemplamos en la distancia casi tres cuartas
partes del Pirineo: desde lo que identificamos como el Anie hasta posiblemente
montañas del Principado de Andorra, la panorámica es enorme y magníficamente
salvaje.
Cima de Guara. 7-6-09.
La cima, amplia
y llana se corta brutalmente en los paredones superiores de la cara norte y
junto al vértice geodésico hay un portal de herraduras y el monolito con la
cruz y la caja de mensajes. Biola deja el suyo.
Guara desde la Arista Oeste.7-6-09.
Echamos un buen
trago de fitoactive, descansamos un rato y media hora después nos vamos para
abajo ya que el Somontano está repleto de neblinas y no queda más que ver. Rosa
quiere parar más abajo para comer al sol y al abrigo.
A las dos paramos junto a un nevero residual para tomar
agua y nieve del mismo y comer tranquilamente al sol.
Chemelosas desde la Arista Oeste de Guara. 7-6-09.
Son las tres
cuando reemprendemos el descenso, lo vamos a hacer por las pedreras de la cara
norte que desde la cresta se pueden alcanzar casi por cualquier parte.
El inicio de la
pedrera es agradable porque se trata de gravas finas en las que se puede deslizar
bastante bien. Luego las gravas crecen de tamaño, no se derrumban con el paso
pero se siguen bajando bien. En un santiamén nos bajamos 500 metros y tras
hacer una fotografía nos incorporamos al camino que discurre bosque abajo.
Pedrera de Guara. 7-6-09.
Mis señoras se
cansan de bajar y paramos un poco y enseguida alcanzamos el camino que hemos
llevado a la subida ya unos metros más abajo del Collado Chemelosas.
Cogemos unas
primaveras y algunas hepáticas para plantar en nuestro jardín y poco después
alcanzaremos la pista en el Barranco la Pillera. A las cinco y cuarto llegamos
al coche.
Ponemos los pies
a remojo en el barranco y tras calzarnos las zapatillas nos volvemos a Nocito.
Torres en el Barranco la Pillera. 4-5-02.
Damos una vuelta
por el pueblo contemplando algunas casas interesantísimas. Se trata de un
pueblo muy arreglado tanto en calles como en casas: los de Huesca lo han colonizado
definitivamente.
Luego nos
volvemos pista arriba al encuentro del
Dolmen de Ibirque sin localizarlo pues ni siquiera nos desmontamos del coche y
así no hay manera.
Sobre las siete
nos llegamos a casa. Hemos empleado doce horas para mover un desnivel de 1250
metros pero de ellas solamente hemos caminado durante seis y media por lo que
se puede afirmar que no ha resultado tan largo como decían, a pesar de que Rosa
tendrá agujetas a posteriori.