26 nov 2013

51-13. ESTRENO DE LA TEMPORADA DE ESQUÍ EN ESPELUNCIECHA A GRALLERAS SUR. 26-11-2013.

Remontando con la Punta de los Faballones detrás.
 
Aparcamiento de Espelunciecha, Rincón de Espelunciecha y Puerto de Canal Roya.
26-11-2013.
Salida 11 h. Llegada 14 h.
Mixto.
Muy fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Espelunciecha  procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
 
            La nieve ha llegado este año relativamente pronto. Nevó la semana pasada fundamentalmente en orientaciones al norte pero incluso en orientaciones sur la capa fue de un grosor considerable. La pena fue que luego vino el viento y la barrió de las crestas y de la vertiente sur en general en medio de un potente anticiclón con un considerable descenso de los mercurios.

            El fin de semana siguiente se prolonga la situación y hoy martes 26 de Noviembre de 2013 vamos a ventilar los esquís. Y pocas veces tan bien dicho.
 

            Son las once de la mañana, sin prisas, cuando llegamos al Aparcamiento de Espelunciecha. No hay inversión térmica y el termómetro marca -8ºC, luce el sol pero no se nota gran cosa su efecto ya que hay una débil capa de nubes altas que tamiza los rayos. En la parte alta del valle las nubes de estancamiento son empujadas por el viento penetrando en la vertiente sur.

 
            Con este panorama nos calzamos los esquís y nos echamos al blanco manto que aquí en el valle lo cubre casi todo.

 
            Las pistas están irregularmente pisadas y ligeramente cubiertas de nieve polvo que ha depositado el viento.  Fuera la nieve polvo está profunda y sin transformar.

 
            El foqueo valle arriba nos hace entrar en calor Aprovechando que el viento no molesta gran cosa en esta zona protegida. Las nieblas que al principio andaban por arriba, se han ido para abajo y ahora cubren el fondo del valle amenazando con subir y engullirnos.



            En la parte alta del valle la nieve se ha endurecido por el viento que ya sopla cuando nos aproximamos al Puerto de Canal Roya mientras que el cielo alterna amplias nubes de viento bajo un manto azul envidiable.


            A  pesar de ello alcanzamos el Puerto de Canal Roya sin ninguna dificultad  tras hacer algunas zetas sobre nieve dura en la penúltima pala que invitan a mi chica a probar la comodidad de la nieve virgen como procedimiento de mitigar la pendiente

 
            Son las doce y cuarto y estamos a 2150 metros de altitud. Contemplamos como el viento ha limpiado las palas hacia Espelunciecha y Faballones por lo que decidimos no hacer el circuito.

            Charlamos con un esquiador que está a cobijo de la caseta de la retrac en pleno collado y seguidamente tomando dirección norte y proseguimos en suave ascenso hacia Gralleras al objeto de ponernos a buen recaudo del viento que azota en el collado.

 
            Son las doce y media cuando nos cobijamos al abrigo del viento en la estación terminal de la Silla de Gralleras. Nos deja sitio un francés que se marcha para abajo.


            Hace frío pero se puede llevar bien. Recogemos pieles y comemos de pie sin prisa pero sin pausa. Lo mejor de la comida es el café con leche calentito que nos sienta de maravilla.
 

            Veinte minutos después hacemos alguna foto e iniciamos el descenso tranquilamente. Juan y yo ni siquiera nos ponemos el cortavientos pues en el cuerpo no se nos hace frio.



            El descenso no tiene otra historia que la de los primeros giros de la temporada, algunos con nieve polvo profunda que frena demasiado. Pero entre giros y paradas en un descenso un tanto desapacible se nos enfrían las manos, a mis socios también los pies. Con las manos frías, hacer fotos es un coñazo de categoría además que resulta una incómoda tarea. Terminamos finalmente abreviando y liquidando el descenso sin contemplaciones.
 

            En el coche, es la una y media, estamos a -4º centígrados a pesar del engañoso sol. Las manos se irán calentando y regalándonos el agradable cosquilleo de las yemas de los dedos. Ha sido un poco agradable estreno de la temporada de esquí en la que los 450 metros de desnivel no han supuesto más que un breve paseo para ventilar los esquís. Lo habían anunciado pero… no hemos sido los únicos enfrentados a la meteorología adversa. 

20 nov 2013

50-13. CUCURUEZO, FRAGINETO Y MONTIDINERA DESDE NOCITO. 20-11-2013.


Fragineto y Montidinera desde el Collado de Petreñales.

Meson de Nocito, Barranco la Pillera, Collados de Chemelosas y Petreñales, Cucuruezo, Fragineto, Montidinera, Collado de Lizana, Camino de las Valles, Collado de Petreñales y vuelta al Mesón de Nocito.
20-11-2013.
Salida 09 h. Llegada 18 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Cucuruezo, Fragineto y Montidinera procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            Hoy 20 de noviembre de 2013 hará mal día por arriba y, como hacemos de cuando en cuando nos vamos a Guara que también nos ofrecerá un mal día pero menos. Con buen tiempo  no bajamos a Guara y claro, cuando lo hacemos, Guara también se lo cobra de una forma u otra.

            Son las nueve de la mañana cuando localizamos la entrada al Barranco la Pillera en las inmediaciones del desaparecido Mesón de Nocito. Han metido las máquinas y no lo reconocemos fácilmente a pesar de que sabemos que hay que recorrer alrededor de kilómetro y medio largo por la pista que sale desde el pueblo hacia el sur.


            Hemos fotografiado la Cresta de la Ronera que es nuestro objetivo y tomamos en dirección sudeste la vieja pista que ha sido remodelada ligeramente, no sabemos para qué, tras cruzar el menguado cauce del Guatizalema a 884metros de altitud.

            Enseguida alcanzamos el final de las obras de la pista en el lugar donde hemos de cruzar el Barranco la Pillera por primera vez. Hay pasaderas sobre el cemento del cauce.

            El barranco lleva bastante agua pero quizás un poco menos de la esperada y el siguiente cruce lo hacemos bien aprovechando que las piedras no están con hielo.

            Poco después llegamos al siguiente cruce para pasar a la orilla derecha y esta vez sí que hay hielo en las piedras cosa que comprobará Juan que se cae en medio del barranco.

Así no hay barranco que se le resista a mi chica.

            No querrá que nos volvamos para casa y se empeña en proseguir harto de agua de medio pecho para abajo. Ni siquiera accede a quitarse algunas ropas y ponerse otras que llevamos. Rosa se pone mis botas de pescar que para eso las hemos traído pues yo me temía algo por el estilo y se acabaron los problemas para ella. Serán siete cruces los que haremos al barranco y al final del último escondemos las botas de pescar para la vuelta y nos vamos para arriba tras abandonar el lecho del barranco.

            Estaremos alrededor de 2º bajo cero y cuesta arriba por la orilla izquierda del Barranco de la Espátula transitamos camino conocido que nos meterá en calores lo que agradecerá especialmente Juan ya que subimos a la sombra y las manos se enfrían.

            Tras cruzar un par de veces el barranquillo nos orientamos con el camino al sudoeste y enseguida aparece a nuestra vista las calizas ocres de la Mallata Ferrer.

Cucuruezo desde Chemelosas.

            Poco después y ascendiendo entre crecido sotobosque de boj en el que localizamos algunos robellones completamente helados alcanzamos el reducido praderío del Collado Chemelosas a 1367 metros de altitud. La hierba está helada y blanca de bolisnas de nieve que han caído recientemente.

La Mallata Ferrer.

            Entramos a la vertiente del Guatizalema y proseguimos en suave ascenso transitando la Cara Oeste de Guara mientras dejamos atrás los paredones de la Mallata Ferrer y contemplamos la Norte de Cucuruezo vestida de pinos y coscojas.

            Hay que bajar con el camino unos metros sobre las paredes orientadas al oeste y comenzar un suave remonte a través de un camino muy estabilizado sobre las pedrizas que bajan del pico hasta que pasamos junto al precioso tejo que adorna el camino y nos vamos decididamente para arriba en busca del Collado de Petreñales.

Guara desde Petreñales.

            Ya bastante arriba cuando quieren desaparecer los pinos alcanzamos el sol cosa que también agradecemos y poco después alcanzamos el praderío inclinado del Collado de Petreñales a 1560 metros de altitud cuando son las once de la mañana. El Barranco la Pillera se nos ha llevado demasiado tiempo.


            Al abrigo de los bojes y acariciados por el sol nos paramos a echar un bocado. Juan se quita la camisa y una bota, escurre un calcetín y lo tiende al sol. No se secará demasiado pero se helará un poco.

            Las maniobras para volverse a poner en orden se verán dificultadas por la torpeza de manos que no quieren entrar en calor.

            Arriba sopla el viento y me pongo el cortavientos,  pues no es cuestión de andarse con tonterías, tras quitarme el forro. La bota de Juan ya no tiene hielo y esperamos que el viento haga su faena.

            Alrededor de las once y media tomamos en dirección oeste el estrecho camino que asciende entre bojes en busca de la arista. El lugar está todavía abrigado mientras recordamos nuestro primer intento a Fragineto. Había nevado un poco y en cinco minutos los bojes nos obligaron a darnos la vuelta y marchar para abajo hartos de agua.

            Ahora recorremos un camino, que ya recorrimos posteriormente y que en un cuarto de hora nos conduce a la arista y a la Cima de Punta Cucuruezo situada a 1660 metros de altitud.


          En la venteada cima nos las vemos para hacer una foto con disparador automático, contemplamos la Vertiente Oeste de Guara que nos enseña la confluencia de las dos estaciones: el invierno blanco al norte y el cálido verde al sur y sin perder demasiado tiempo tomamos la Cresta de la Ronera que nos tiene que llevar a Fragineto.


            Se trata de una alomada cresta, orientada al sur-suroeste, bastante llana en principio que terminará elevándose ligeramente para ascender sucesivamente tres suaves promontorios.


            El viento es racheado y molesto pero no tanto como suponíamos a priori. A pesar de ello en las zonas expuestas nos zarandea convenientemente alternando con zonas abrigadas en las que se está muy bien.


            En poco de más de media hora alcanzamos sin ninguna dificultad la Cima de Fragineto situada a 1750 metros de altitud.

            Desde la amplia cima contemplamos el Guatizalema que se embalsa largamente en Vadiello, los Mallos de Ligüerre, el Borón, Los Pepes, Matapaños… Gratal también. El Pirineo Axial está completamente cubierto por las nieblas que aseguran un día bastante infernal por arriba, solamente queda visible algo del Prepirineo a nivel de Oturia y poco más.

            Hacemos algunas fotos, contemplamos al igual que durante toda la mañana una estampa preciosa de Guara y Ballemona y seguidamente proseguimos cresta adelante ahora en dirección sur y en suave descenso.


            Alcanzamos enseguida un pequeño resalte en la arista desde la que se disfruta de un buen paisaje hacia la Cola de Vadiello y proseguimos para abajo con una arista que se eriza un poco y que transitamos con algún apoyo de manos.

Montidinera.

            A partir de aquí la arista se tira para abajo de forma más consistente invitándonos a  abandonarla enseguida.

            Un camino poco definido desciende ligeramente al este de la cresta. Vamos encontrando algún hito pero a mí me da la impresión de que quizás se haya marchado un poco más lejos de la misma. El descenso posterior lo hacemos utilizando un par de corredores bastante verticales, con evidentes huellas de tránsito pero que no creemos se trate del camino principal que sube desde el Cuello Lizana.

            Los corredores en los que hay que emplear las manos y los bojes nos deposita en un amplio hombro en el que de nuevo, el camino abandona el perfil de la arista y se introduce en la cara este en medio de un bosque de coscoja, enebro y boj.

            Bajamos unos metros hasta que el camino se torna horizontal y prácticamente de llano nos deposita en el Collado Lizana a 1300 metros de altitud. Va a ser la una y media.

            Queremos subir a Montidinera pero la arista que hemos contemplado bajando de Fragineto presenta un par de resaltes bastante feos además de que está muy vestida.  Así que alcanzado el herboso collado, un caminillo poco transitado nos invita a faldear la arista por la vertiente oeste lo que nos parece lógico y estupendo.
Mirada atrás hacia Fragineto y Cuello Lizana.

            Al camino se alarga en suave descenso hasta hacernos recelar y alcanza una zona de afloraciones calizas erguidas. Volvemos unos metros y tomamos una pedriza en la que hay establecido un camino que, zeta a zeta, supera la pedriza y continúa tímidamente entre bojes, coscojas y pinos en consistente ascenso poco transitado.

            Luego encontramos alguna cita y con ellas nos llegamos a la arista y a la Cima de Montidinera situada a 1467 metros de altitud cuando son las dos de la tarde.

            La cima es un visto y no visto. Hacemos alguna foto, echamos una visual a Vadiello más próximo y nos damos la vuelta siguiendo escrupulosamente el camino de ascenso.

            Patinamos un poco la pedriza que se está deshelando y tras hacer un par de hitoss bien hechos desandamos los 300 metros de camino que prácticamente de llano nos depositan en Cuello Lizana de nuevo.

            Son las dos y veinte y ni siquiera nos detenemos tomando el caminillo que nace en la pradera y enseguida se marcha para abajo en dirección sudeste.


            El camino muy limpio y amplio desciende consistentemente atravesando la Nordeste de Montidinera. Nosotros bajamos a buen ritmo pues la hora apremia. Sabemos que hay que bajar prácticamente 300 metros de desnivel hasta alcanzar el Camino del Barranco de las Valles y aligeramos.

            Son las tres menos cuarto cuando alcanzamos el camino del fondo del valle perfectamente acartelado a 2020 metros de altitud. Allí nos orientamos al norte e iniciamos el remonte de un camino que no recordamos y que nos tiene que conducir al Collado de Petreñales tras una sustanciosa subida de más de 500 metros de desnivel.

            El camino atraviesa el barranco y perezoso sestea para arriba a la sombra de una continua carpa vegetal. Nosotros sin prisa pero sin pausa ascendemos en busca del sol.

            Son las tres de la tarde pasadas cuando nos sentamos en una soleada orilla del camino a comer. Poco más arriba había un pequeño rellano herboso, soleado y protegido.

            Comemos bien al sol que se quiere esconder detrás de Montidinera y agradecemos el descanso tanto por lo hecho como por lo que nos queda por hacer.

            Media hora después y con paciencia benedictina nos ponemos de nuevo en marcha para transitar el Barranco de las Valles jugueteando con el sol y contemplando la profusión de Tejos jóvenes y de preciosos acebos llenos de frutos.

           
Con el Majestuoso tejo de la Oeste de Guara.

             Finalmente y tras un tránsito largo a través de un tupido seto vegetal que para el verano tendrá un valor incalculable, salimos al sol en las inmediaciones del pastizal del Collado de Petreñales. Son las cuatro y cuarto de la tarde y hemos cerrado el bucle que hemos iniciado a media mañana.


            Pasamos de tirón casi sin mirarnos al cartel iniciando inmediatamente el descenso por la Oeste de Guara a buen ritmo. Nos hemos despedido ya del sol y con la marcha de resistencia nos vamos para abajo. Hacemos una foto con el tejo centenario del camino y nos alargamos hasta Chemelosas contemplando los paredones de la Mallata Ferrer ya a la sombra.

            Proseguimos el descenso en dirección nordeste al encuentro del Barranco de la Espátula y luego, un poco contra el reloj en busca del Barranco la Pillera.


            Recuperamos las botas de pesca y cruzamos de nuevo otras siete veces el cauce del barranco para llegarnos al coche cuando son las seis menos cuarto.

            Cae la tarde cuando nos metemos en el coche para llegarnos a Nocito y por la Guarguera a casa dando por buena una jornada en la que finalmente hemos movido un desnivel de 1100 metros. Juan ya se ha secado prácticamente del todo.

9 nov 2013

49-13. ALREDEDOR DEL GARMO DE LA MINA. 9-11-2013.

Garmo de la Mina desde el Ibón de la Sartén.

Sallent de Gállego, Barranco de Pondiellos, Mallata de las Albas, Arista Norte del Garmo de la Mina, Mallata de las Albas, Ibón de las Albas, Ibón de la Sartén y Baranco de Pondiellos.
09-11-2013.
Desnivel acumulado.1550 m.
Distancia recorrida15000 m.
Tiempo efectivo 07:45 h.
Mixto.
Bastante fácil.
Se trata de un recorrido que puede resultar incómodo si se hace el camino Junto al Barranco de Pondiellos. Mejor mantenerse altos sobre el mismo. El intento de la Norte del Garmo de la Mina se llevó alrededor de dos horas y media que habría que descontarlas del total del recorrido.
Agua en  los Barrancos de Pondiellos y Albas así como en los ibones y la surgencia de la Majada de Pondiellos.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa del Garmo de la Mina procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

             El Garmo de la Mina o Chiminel es un pico de los llamados menores que domina Ibón de la Sartén. Abrazado por el recién nacido Barranco de Pondiellos se encuentra en un lugar privilegiado para la contemplación de los Infiernos, el Garmo Negro y las Argualas desde una perspectiva poco usual.

            El Ibón de la Sartén es uno de esos preciosos ibones poco visitados pues situado a 2400 metros de altitud requiere un generoso esfuerzo  desde cualquier lugar que se quiera acceder.

            Cualquiera de los dos objetivos tiene suficiente entidad para dedicar una jornada de pateo. Nosotros queremos visitar el Garmo pero terminaremos haciendo la circular al Ibón de la Sartén rodeando el pico.

            Es 9 de Noviembre de 2013 las ocho y cuarto de la mañana cuando aparcamos junto a la Ermita de San Pedro de Sallent de Gállego. Estamos a 1280 metros de altitud.


            De las inmediaciones de la ermita sale una pista herbosa de servicio para los prados adyacentes y enseguida se convierte en camino que en dirección este serpentea en la Pinada de San Juan.

            La mañana está fresquita sin más pero entramos en calor antes de alcanzar un rellano de praderio alpino en el que perdemos el camino en medio de una maraña de trochas de ganado.


            Casi sin querer nos aproximamos al cauce del Barranco de Pondiellos y avanzaremos por la orilla izquierda del mismo, con algunas dificultades, hasta alcanzar el camino que venía por arriba. A partir de allí el camino prosigue junto a la orilla pero resulta bastante más cómodo ya que ha sido desramado parcialmente.



            Hemos pasado el Barranco de la Rinconada de Torozuelo y poco después alcanzamos la zona por la que descienden las dos cascadas por las que desagua el Ibón de las Albas a 1850 metros de altitud.

            El camino que cuenta con hitos y balizas azules se difumina un tanto pero a pesar de ello nos orientamos al sudeste y ascendemos por la orilla izquierda de la cascada situada más al oeste hasta que encontramos de nuevo el camino y vuelta a vuelta con el mismo subimos todo el resalte de cierre del Ibón de las Albas.


            Alcanzamos la Majada de Albas situada a 2050 metros de altitud  cuando son las diez menos cuarto y tras atravesar el barranco por el que desagua el Ibón de las Albas, nos orientamos de nuevo al este  para, tras cruzar el rellano herboso, iniciar el faldeo del Garmo de la Mina en busca de su arista norte.

            El pico tiene dos aristas tendidas: la norte y la sur. Hemos elegido la norte ya que sobre el mapa aparece la más tendida y para alcanzarla desde aquí disponemos de una serie de rampas herbosa muy suaves que nos van a permitir ganar altura al encuentro de la misma.


            Enseguida atravesamos el praderío e iniciamos el ascenso de una rampa herbosa que culmina en un resalte fácil. Por encima del mismo se extiende otra rampa herbosa en el que una débil capa de nieve ha helado la hierba permitiendo un fácil avance pero recordándonos que estamos a la sombra de la cara norte y que el asunto va a ponerse incómodo.

            Una sola piedra con aspecto de hito parece confirmar nuestra idea pero no volveremos a ver nada similar. Con ello y en suave ascenso nos acercamos al sol que ilumina la arista norte  jalonada de torreones que esperamos evitar.

            Hay un corredor que parece accesible y que desemboca en las inmediaciones del pico pero muy sombrío y salpicado de nieve que rellena los escalones horizontales no nos invita a progresar por el mismo.

            La Arista norte presenta un hombro por encima del Barranco de Pondiellos que se rellena por una pedriza metamórfica con materiales de variadas proporciones pero siempre medio cubiertas de nieve además de algún nevero de nieve dura de la nevada de hace unos días. La hierba está cubierta de nieve.


            Son las diez y media de la mañana cuando nos paramos al sol, sobre los 2375 metros de altitud para echar un bocado de pie.

            Un cuarto de hora después proseguimos camino ya en dirección sur ascendiendo el resto de pedriza que nos conduce, a falta de arista definida, a la base de la pared: un paretazo importante sobre el que no fijé mi atención al consultar el mapa.


            Una vira muy inclinada  arranca del centro de la pared y se aproxima hacia el oeste en busca de la arista. Parece el lugar más apropiado para buscar la arista y a ella vamos.

            Nos exige una ascensión muy cuidadosa y consecuentemente laboriosa al estar muy erguida, descompuesta y con escalones herbosos con nieve y ascendemos pensando que alcanzada la arista se limpiará de nieve y nos facilitará la tarea.

            Superada la vira continuamos con un corredor también muy erguido que superamos de manera similar y que  finalmente nos deposita en la arista.

            La arista metamórfica está muy erguida, está limpia de nieve, se sube bastante bien pero unos metros más arriba unas placas muy lisas que habría que flanquear nos echan para atrás pues la roca está un tanto húmeda y los flanqueos en estas condiciones son extremadamente delicados.


            Nos damos la vuelta sobre los 2450 metros de altitud y, con un poco más de cuidado si cabe, desandamos arista, corredor y vira agarrándonos a todo lo que no se menea. Son las doce menos cuarto cuando abandonamos la pared tras haber metido en ella una hora de discreta adrenalina. Luego hay que desandar el camino de ascenso en descenso pues no es cuestión de prospeccionar otras alternativas.


            Descendemos la dos rampas herbosa, la inferior próximos a la pared del pico al objeto de no alcanzar la parte baja de la Mallata de Albas cosa que conseguiremos y con ello nos ahorraremos un descenso de algo más de 50 metros para tener que recuperarlo inmediatamente.

            Son las doce y cuarto pasadas cuando terminamos el descenso pegados a la pared oeste del pico e iniciamos el ascenso de la parte de resalte del cierre del Ibón de las Albas al este del barranco.

Ibón de las Albas.

            Ni siquiera nos acercamos a la orilla del Ibón de las Albas que se encuentra a 2190 metros de altitud, ya que pasamos más altos y al este del mismo en la enorme pedrera que rellena el praderío en el que se asienta. Lo contemplaremos enseguida cuando alcancemos un nivel superior al mismo siempre en la orilla derecha del barranco.

            No hay camino establecido en la enorme pedrera bajada del Garmo de la Mina y avanzamos en persistente y suave ascenso en busca del ibón que sabemos se acuna en la parte alta del barranco.

Ibón de la Sartén y Cerrez.

            Media hora de paciente ascenso, cuando es la una y cuarto, nos depositan en la Cubeta Lacustre del Ibón de la Sartén a 2400 metros de altitud.

            El Ibón ocupa una depresión con dos salidas aunque las aguas solamente lo hacen por la oeste. Custodiado por Zerrez, Algas, Garmo Negro y el Garmo de la Mina, es un lugar especialmente encantador donde la naturaleza se presenta y regala con un ámbito en estado puro: no hay ni hitos.

            Desde la orilla sur lo fotografío repetidamente y compruebo que posiblemente, la vía fácil para ascender al Garmo de la Mina pase por esta arista, pero eso queda pendiente para mejor ocasión. Ahora disfrutamos de una plácida comida sentados al sol en envidiable soledad.

            Alrededor de las dos de la tarde tomamos dirección norte y alcanzamos un suave collado por encima del nivel de las aguas por el que vamos a entrar al Barranco de Pondiellos. La meteorología está cambiando pero preferimos proseguir rodeando al Garmo de la Mina.

            Un suave descenso en dirección norte por una pedriza cubierta de nieve nos deposita bajo las dos cascadas por las que desaguan los Ibones de Pondiellos.

            Contemplamos y fotografiamos tanto las cascadas que están ya a medio helar como la Cara Este del Garmo de la Mina que nos ofrece alguna alternativa de ascenso y tras atravesar los dos cursos de agua que originan el Barranco de Pondiellos proseguimos ya por la orilla derecha del mismo descendiendo suavemente ya que sabemos que el fondo del barranco no es transitable además de que está ocupado por neveros cuarteados de la temporada anterior.


            Por el sur ha entrado nubosidad y poco después nieva ligeramente. Vamos girando al oeste con el barranco por encima del estrangulamiento del mismo a la vez que localizamos a una pareja que parece bajar de Tebarray. Son las dos y media.


            Encontramos una línea de hitos que seguimos puesto que nos interesa y con  ella nos vamos para abajo contemplando entre neblinas nuestro intento de ascensión al Garmo de la Mina de la mañana.

Garmo de la Mina.

            Ya muy abajo coincidimos con el camino de descenso que utilizamos al bajar del Tebarray y bajo el resalte del Barranco de Pondiellos alcanzamos a la pareja que nos precedía. Se han dado la vuelta del Tebarray.

            Cruzamos el Barranco de Pondiellos justamente en la confluencia de la Cascada Este del Ibón de las Albas y ya por la orilla izquierda del barranco nos vamos aguas abajo.

Las dos Cascadas Desagüe de los Ibones de las Albas y la Sartén.

            Charlamos un rato con los socios del Tebarray y poco después nos adelantamos pues el tiempo no está nada seguro. Volverá a nevar ligeramente cuando abandonamos la orilla del barranco tomando correctamente el  camino alto que resultará mucho más cómodo que la subida junto al mismo.

Amanita Muscaria en el Barranco de Pondiellos.

            En la ladera baja de la Pinada de San Juan cogemos unos pies azules, fotografiamos unas llamativas amanitas muscarias y nos llegamos a Sallent cuando son las cinco de la tarde finiquitando un día de contrastes en el que hemos movido un desnivel de 1550 metros  y en el que se nos ha escapado de las manos el objetivo inicial. Hemos comprobado una vez más que los periodos entre estaciones no son lo más recomendables para investigar  en el monte. Por lo demás, un poco más de atención al mapa no hubiera estado de más para marchar al monte con poca información: son las reglas de nuestro juego.