Llegando al Collado Oeste de Pelopín.
Aparcamiento del Túnel de Cotefablo,
Camino Viejo, Collado de Cotefablo, Cara Norte, Punta Ronata, Faldeo a Punta
Pilón, Punta Pelopin y descenso desde Punta Ronata.
23-02-2015.
Salida 10 h. Llegada 14:30 h.
Mixto.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Ronata, Pilón y Pelopín procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
El
domingo se arregla la tarde en el Prepirineo pero todas las crestas vomitan
nieve movida por fuertes vientos. Han anunciado importantes nevadas para la semana entrante y estamos decididos a
aprovechar una dudosa ventana para este lunes 23 de Febrero de 2015 antes de
que lleguen las mismas.
Son
las nueve de la mañana cuando marchamos carretera adelante, subimos el puerto y
aparcamos en la Boca Este del Túnel de Cotefablo a 1420 metros de altitud, el
aparcamiento está limpio de nieve así como la carretera y además estamos solos.
La
noche ha estado encapotada con nieblas bajas, la temperatura está estupenda pero
las nieblas están estratificadas a partir de los 1600 metros de altitud bajo un
cielo roto e incierto en el que intermitentemente asoma el azul.
La Borda de los Prados del Túnel de Cotefablo.
La
nieve de los prados donde comenzamos a foquear está dura pero será solamente de
forma puntual ya que inmediatamente encontramos nieve polvo húmeda que nos
acompañará durante toda la jornada.
Ayer
debió estar por aquí medio ejército que en la pista que asciende hacia Toronzué
ha dejado una huella espectacular. Nosotros tomamos la huella que se foquea de
cine y nos vamos para arriba.
Como
la pared tiene bastante nieve propongo
al personal subir por el Viejo Camino al Collado de Cotefablo. Se trata del
camino que utilizáramos en nuestras primeras ascensiones por la zona, una pista
que abrieron los petroleros y que con el tiempo fue asediada por los pinos y
convertida en un camino estrecho y con derrumbes.
Subimos por el viejo camino que conduce al Collado de Cotefablo.
El
camino describe una serie de lazadas siempre en dirección oeste y salvo algunas
piedras que se asoman a la huella y un par de pasos con sendos pinos caídos,
está estupendo ya que ha sido limpiado, no ha mucho, con lo que ha recuperado
casi la condición de tiradera de madera, lo que es una agradable sorpresa para
nosotros.
Luces y tinieblas en el Collado de Cotefablo.
Dos
vueltas al alcanzar la pared en el límite norte nos colocan, media hora después
en el Collado de Cotefablo ya por encima de los 1600 metros de altitud, donde
nos reciben las nieblas y enseguida, al transitar al descubierto el viento que
continúa con su faena de mover nieve y llevar y traer las nieblas.
Conocemos
el camino y aunque no nos agrada la meteorología tampoco nos preocupa en la
esperanza de que conforme avance la mañana se disipen las nieblas algo y nos
permitan al menos un descenso con visibilidad. Para subir no hay problema.
Tenemos suerte en la Norte de Ronata buena nieve y luz.
El
largo y suavemente ascendente Collado de Cotefablo que se alarga en dirección
sur nos obsequia con una cumplida ración de viento y nieblas que se desvanecen
bastante al introducirnos en la Cara Norte de Punta Ronata.
El
ascenso de la pala resulta agradable tanto siguiendo la huella de los raquetistas
que han labrado una delicada calzada como cuando progresamos por nieve virgen
ya que la pared está compuesta de una serie de resaltes y rampas suaves entre
las que se desarrollan las lazadas de la pista alta, la baja ha iniciado más
abajo el faldeo del Barranco del Monte.
Conforme
nos acercamos a la Cima de Punta Ronata va disminuyendo el espesor de la nieve
hasta alcanzar la cima completamente pelada. Estamos a 1950 metros de altitud
y nos bajamos un poco a su ladera sur
para coger nieve e iniciar un descenso
en dirección oeste con destino a
Erata.
Cuanto
más miramos menos nos gusta lo que vemos. Hay que perder bastantes metros,
tenemos tramos pelados de nieve, la arista está llena de pinos como no
recordábamos, las nieblas sitian la arista y el viento sacude de lo lindo. Con
ese panorama nada nos atrae de Erata y…nos damos la vuelta, al este pinta
mejor.
Faldeo de Ronata por el sur.
Remontamos
unos metros saliéndonos de la loma e iniciamos un faldeo por la Cara Sur de
Ronata al solecillo y al abrigo del viento.
Punta
Ronata es una alargada loma orientada de oeste a este y su faldeo que hacemos
en ese sentido también resulta largo siempre en busca de puentes con nieve en
los crestones transversales venteados. Nos deposita en el amplio Collado Oeste
de Pelopín al que llega la pista que transita la cabecera de la sierra.
La
ladera sudoeste de Pelopín está bastante limpia pero la arista oeste cuenta con
una franja nevada que nos servirá para el descenso; consecuentemente,
foquearemos la pista cubierta de nieve hasta Punta Pilón y de vuelta ya
subiremos a Pelopín.
La Oeste de Pelopín.
Tras
una breve parada para echar un cafelito al abrigo del viento alcanzamos la
pista y con ella faldeamos Pelopín y el puntón intermedio hasta que
descendiendo brevemente alcanzamos el Puerto de Yosa situado a 1927 metros de
altitud sumidos en las nieblas que han venido por nosotros.
Nieblas y viento en la Norte de Punta Pilón.
Dejamos
la pista que faldea por el oeste y nos vamos directos al casquete somital que
se puede subir estupendamente pues es un corto resalte de alrededor de 40
metros pero yo me huelo la tostada antes de llegar y puesto que sería un latazo
quitar pieles para ponerlas inmediatamente, dejamos los esquís y nos subimos a
la punta en un pispas, sabia decisión pues además de la niebla hay un montón de piedras que
afloran en la franja nevada.
Con el Pilón somos cuatro.
En
la Cima de Punta Pilón sacudida por el viento y sumida en las nieblas hacemos
una foto pues somos cuatro con el Pilón. Una difícil foto con autodisparador y
con la cámara rodeada de piedras para que no se la lleve el viento.
La Norte de Punta Pilón con permiso de las nieblas.
Se levantan las nieblas en el Puerto de Yosa de vuelta a Pelopín.
Son
las doce y nos marchamos como alma que lleva el diablo, recuperamos los esquís
y proseguimos arista adelante en dirección norte hacia Pelopín aprovechando que
el ventarrón que sopla salvajemente se quiere llevar las nieblas permitiéndonos
alguna foto pues bastante tenemos con soportar los embates del viento.
Franja de nieve que nos llevará a Pelopín.
Subiendo a Pelopín atrás queda Pilón.
Hay
una franja de nieve en la parte oriental de la cresta que nos va a permitir
foquear hasta la misma cima tras el paso por el puntón intermedio. La nieve
está buena, soportamos el viento como podemos y de nuevo vuelven las nieblas
que junto al viento se encargarán de malograr la Cima de Pelopín situada a 2005
metros de altitud.
Son
las doce y veinte, no hay fotos. Tocamos chufa, Juan se va para abajo y
nosotros buscamos un abrigo pírrico para quitar las pieles, arreglar las botas
e iniciar un corto descenso por la franja de nieve de la arista oeste del pico
con la suerte de que se disipan las
nieblas para no volver.
La Este de Ronata bien iluminada.
A
unos giros sobre nieve buena, le suceden otros sobre nieve más húmeda y
profunda que nos depositan en el amplio collado desde el que fotografío Ronata
luminosa.
Podríamos
tomar la pista que faldea toda la Norte de Ronata pero no lo hacemos pues
preferimos esquiarla y para ello hay que remontar una treintena de metros
bastante penosos sin poner las pieles.
No
las ponemos, nos echamos los esquís al hombro y nos vamos tan campantes para
arriba hasta la entrada de la Pista Alta que arranca de la parte este de la
Cima de Ronata, nos ponemos los esquís y por la caja de la pista bien rellena
de nieve nos vamos al centro de la pala para disfrutarla descendiendo.
Hay que buscar las zonas con nieve para bajar la Norte de Ronata.
La Pista de Toronzué por debajo del Collado de Cotefablo está pelada completamente.
La
nieve polvo algo húmeda y profunda donde el viento ha permitido que se quede no se
baja mal aunque no sea una maravilla especial pero visto el día la damos por
buena: tenemos sol y el viento no pega por aquí.
Hacia atrás la Norte de Ronata que acabamos de bajar.
Echando un bocado en el Collado de Cotefablo.
Alcanzamos
la pista al final del descenso y con ella nos llegamos a la parte baja del
Collado de Cotefablo para detenernos en un abrigo bajo un pino silvestre y
comer va a ser la una y media.
Luego
llegamos a la confluencia con el camino de ascenso y lo tomamos. Habíamos
pensado en proseguir collado adelante y bajar por la pista pero no solamente
están los dos cortes de las vueltas que habíamos visto a la subida sino que
está la pista completamente limpia, cosa que hemos visto a la bajada. Ya veremos
cómo nos las arreglamos.
En el Collado de Cotefablo.
La
nieve polvo nos lo pone fácil y con nieve dura la cosa hubiera sido bien
distinta.
Entrando a la pista al asalto.
Bajamos
controlados, controlando las piedras que hemos visto subiendo, pasamos con
cuidado los dos pinos caídos y mi chica alcanza la pista al asalto en un atajo
valiente. Terminamos junto al coche contentos y satisfechos de una jornada que
siendo regular en el mejor de los casos se ha resuelto de manera agradable
finalmente. No cuentan los 725 metros movidos ni el viento ni las nieblas sino
la sonrisa final de las caras.