Corredor Noroeste de los Campanales de Collarada.
Puente de los Peregrinos de Canfranc,
Camino de la Besera con embarque no necesario, Rellano de Ip, Corredor
Noroeste, Cima de los Campanales, Corredor Oeste, Cima de Collarada, Cara este,
Collado e Ibón de Ip, Refugios de Ip y Camino de la Besera.
28-04-2017.
Salida 07:30 h. Llegada 16:45 h.
Sol.
Bastante fácil.
Juan Castejón y Mariano Javierre.
Mapa de Collarada procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Teníamos
ganas de hacer el Corredor Noroeste de los Campanales de Collarada. En los pasados años lo habíamos dejado escapar
pero de este no iba a pasar, a pesar de que íbamos posponiendo fechas según las
imaginadas condiciones del mismo y será el 28 de Abril de 2017 cuando nos vamos
al tajo Juan y yo, Rosa se queda con su bronquitis dispuesta a liquidarla a
cualquier precio incluso al de perderse el corredor. Lleva casi un mes y ya
está bien.
Madrugamos,
no demasiado pues la isoterma del hielo la dan muy baja y son los siete y media
de la mañana cuando aparcamos junto al Puente de los Peregrinos de Canfranc a
1050 metros de altitud. Creía que el Puente de los Peregrinos era el que estaba
al sur del pueblo pero las informaciones me contradicen.
Iniciando el camino en el Puente de los Peregrinos de Canfranc.
Corre un ligero viento pero no ha helado
cuando nos metemos en camino. Nos preocupa por si arriba hace algo más que
podría entrar al corredor dada su orientación.
El
camino de la Solana, el clásico para subir a Ip marcha pista adelante en busca
de la Orilla Derecha del Barranco de Ip y ya de inicio se separa del la mismo el
Camino de la Besera que no conocemos y que pretendemos recorrer.
Se
trata de un viejo camino que asciende en dirección este y vuelta a vuelta por
el pinar en busca de la Orilla Izquierda del Barranco de Ip; nosotros no lo
sabíamos.
Alcanzamos
el pedregoso Barranco de Cherimosas y enseguida, en una bifurcación de caminos
en la que han arrancado la tablilla indicadora nos vamos a nuestra derecha ya
que a bolígrafo han escrito “Vía Russell” sin indicar si es una u otra
dirección.
Aquí
comienza el error del día, con GPS eso no pasa pero son las reglas de nuestro
juego y nosotros no las recurrimos: pagamos y a otra cosa.
El
camino prosigue vuelta a vuelta por el pinar, encuentra de nuevo el barranco
pedregoso por el que asciende un trecho y poco transitado, pasa junto a una
placa caliza inclinada y nos deposita en un hombro herboso ya en la Cresta Oeste
de los Campanales.
Asciende
de manera más consistente y nos conduce a un cartel que indica la Vía Russell a
Collarada que no nos interesa yéndose hacia otro barranco más al sur y por
tanto tomamos el ramal de nuestra izquierda que parece proseguir por la arista.
El jodido conde debió de ascender a Collarada por aquí, se supone que bien
acompañado por los cazadores de la época y si no estoy equivocado se vino desde
Pau andando y terminada la ascensión se marchó andando de vuelta a Pau. Eso sí
que era una aristocracia cojonuda y no esta mariconada de montañeros de hoy
día.
Una
serie de corredores escalonados y tiesos unidos a rampas escalonadas nos
permiten ganar altura y alcanzar la cresta rocosa. Hay algún hito y marcas de
pintura. Suponemos que en cualquier momento abandonará la arista y se introducirá
en la Ladera Norte del Barranco de Ip y, por tanto, seguimos.
Una
sucesión de dientes calizos fáciles en suave ascenso nos permiten avanzar por
la arista con algunas balizas amarillas e incluso una flecha roja bien pintada.
Tenemos nuestros recelos pero…
Alcanzamos
una última brecha con hito de piedras en la misma y se acabó: por la arista no,
aunque no miramos demasiado y al norte hay unas débiles trazas de camino bajo
una tenue capa de nieve en una ladera muy inclinada.
Lo
tomamos pensando que avanzará por la base de la arista y proseguimos en travesía al este buscando
pasos cómodos que no nos llevan a ningún camino que pueda continuar o bajar
hacia el barranco.
Los pinos nos han permitido bajar fuera del hielo de la cascada.
Tenemos
la alternativa de volver sobre nuestros pasos, lo que nos alejaría de nuestro
objetivo sin tener en cuenta que no sabemos dónde hemos dejado nuestro
pretendido camino, o intentar bajar al encuentro de un caminillo que he visto
marcado en unos claros del pinar cerca del tajo vertical que el barranco ha
practicado en el valle.
Iniciamos
el descenso tras volver un poco sobre nuestros últimos pasos ya que la pared se
complica y tras bajar un tanto a ciegas en busca de descenso transitable
alcanzamos un corte importante por el que salta una cascada de hielo. Ya
habíamos cruzado antes el nevero de la misma por arriba.
Hay
mucho hielo, el escalón es importante pues tendrá alrededor de 50 metros pero
nos servimos de los pinos jóvenes de su orilla izquierda para destreparlo en
plan salvaje y cruzarlo por debajo de la cascada en un puente sin hielo.
Cabaña rústica al retornar al Camino de la Besera
Luego
proseguimos pinar abajo no lejos del barranquillo hasta que alcanzamos el
pradillo por el que transita el camino que había visto desde arriba en el que
hay una primitiva cabaña con paredes y cubierta de piedras medio derruida que situamos aproximadamente
sobre los 1500 metros de altitud. Son las diez menos cuarto, habremos perdido
algo más de una hora y nos hemos chupado una propina de más de 300 metros de
desnivel, Juan calcula algo más. Si la jornada ya era interesante, pues toma.
Se asoman a la Besera Escarra, Hombro de Escarra y Bucuesa.
El
camino en suave ascenso transita entre claros de viejos campos en el límite del
pinar y asciende al sol y al encuentro del Rellano del Circo de Ip acompañado
de hitos de piedras y de algunas balizas de pintura.
Atravesamos
algunos neveros residuales mientras el camino se acuesta y se introduce en el irregular rellano que
nosotros uniformamos con nuestro paso en suave ascenso.
Adivinamos más que vemos el Corredor Noroeste de los Campanales.
El
corredor que buscamos no se ve por estar
orientado al noroeste pero se adivina por lo que proseguimos hacia su cono de
deyección que pintado de blanco arranca
intermitente desde el fondo del circo.
Acercándonos al Rellano Intermedio del Corredor de los Campanales.
Entraremos
en diagonal y alcanzada una lengua de nieve ya importante pues enlaza con el
corredor, nos paramos a echar un bocado y a poner los crampones pues la nieve
está dura a pesar de que no corre el viento. Son las once menos cuarto y
estaremos sobre los 2050 metros de altitud
Llegando a los estrangulamientos superiores del corredor.
Un
cuarto de hora después iniciamos una diagonal que en dirección sur nos llevará al
centro del corredor. Bueno, una enorme diagonal que iniciamos suavemente
ascendente pero que se empina paulatinamente
y que, cuando alcanzamos el centro del corredor estamos ya en el rellano
intermedio y con los gemelos calientes: Juan va delante y es poco amigo de las
zetas.
De tres salidas tomaremos la de nuestra izquierda.
El
corredor es amplísimo, tiene una nieve excelente y tras el estrangulamiento
inferior que es más óptico que real un pequeño rellano inclinado nos permite un
descansillo en el que ajustamos los crampones y nos muestra la zona superior
del corredor que conduce a las paredes de salida. Estaremos sobre los 2400
metros de altitud.
A por la entrada más directa.
El
sol que va entrando en el corredor quiere transformar un poco la nieve pero
enseguida la sombra de las paredes nos protege de la contingencia y nos mete en
cintura de nuevo pues la pendiente rondará los 45º al menos.
Por encima del Primer Paso Mixto en el Corredor de los Campanales.
Subimos
de frente pisando nieve buena alternada
con costra recién caída que cede un poco a nuestro paso hasta alcanzar el
Estrangulamiento Superior del que arrancan las paredes de la salida.
Hacia el Segundo Paso Mixto del Corredor de los Campanales.
Tramo de nieve entre los dos tramos mixtos.
Otro
descansillo junto a las paredes y proseguimos para arriba hacia las canales.
Son varias, tres las más evidentes y de ellas elegimos la situada al este, a
nuestra izquierda que parece la más directa. Cualquiera sirve.
Segundo Paso Mixto del Corredor de los Campanales.
Una
lengua de nieve algo tiesa nos deposita en un primer paso mixto de media docena de metros con calizas algo
escalonadas y un bloque liso que se sube bien. Se continúa con una corta rampa
de buena nieve muy tiesa que nos deposita en el Paso Mixto de Salida similar al
de abajo pero mejor escalonado que no ofrece ningún problema a pesar del
verglas y la nieve que recubre la roca.
Hacia la Punta Este de los Campanales.
Son
las doce y veinte cuando alcanzamos la salida del Corredor Noroeste de los
Campanales de Collarada a 2650 metros de altitud. Hemos recuperado parte del
tiempo perdido en el embarque de la mañana.
Los
Campanales son dos cimas situadas a ambos lados del corredor y acotadas a 2684
metros de altitud, más evidente la Cima Oeste que es una torre almenada
coronada por un rellano cimero. Nosotros elegimos la situada al este que es
menos evidente que la otra pero nos pone en camino hacia Collarada que es a
dónde hemos decidido dirigirnos, ante la alternativa de bajar directamente a la
Trapa ya con poca nieve y por el Barranco de Azus llegarnos a Villanúa para
retornar a Canfranc en busca del coche al estilo Conde Russell.
Punta Oeste de los Campanales de Collarada.
Enseguida,
ascendiendo unos metros nos asomamos al corredor que hemos subido, hacemos
alguna foto y saliendo de la arista que tiene poca nieve y afloran muchas
piedras nos vamos en suave ascenso y en dirección este en busca de la Entrada
del Corredor Oeste de Collarada.
Arista Oeste de Collarada.
Caminamos
con cuidado en busca de nieve por no quitar los crampones y tras una pequeña
diagonal emprendemos de frente para arriba una pala de nieve que nos deposita
en la estrada del corredor.
En el tramo mixto del Corredor Oeste de Collarada.
Iniciamos
el ascenso por su orilla derecha para pasar a medio corredor a su parte central
y terminar por la parte izquierda con algunos pasos mixtos que nos facilita
algún apoyo de manos.
En la Cima de Collarada.
Un
corto tramo de arista cimera nos deposita en la Cima de Collarada a 2883 metros
de altitud cuando es la una del mediodía. Hacemos algunas fotos contemplamos un
dilatado paisaje conocido del que destaca por la proximidad las Cimas del Circo
de Ip y sin más iniciamos el descenso.
Collaradeta desde Collarada.
Bajaremos
a Ip por la cara sur en busca del Collado de Ip. Un corto tramo de arista
alomada y suave nos deposita en la pared somital que comenzamos a bajar
siguiendo algunas viras escalonadas por las que discurren los caminillos de
ascenso, hasta que enseguida y debido a la falta de nieve vieja tomamos el
corredor central, muy menguado y nos vamos para debajo de espaldas al valle
como medio de utilizar a nuestro favor la poca nieve que hay.
Llegando al Collado de Ip.
Es
una flecha de alrededor de 50 metros que nos deposita en la amplísima pala este
cubierta de una capa más consistente de nieve reciente y que bajamos de frente.
A
media pala la nieve comienza a escasear, alcanzamos las huellas de una pareja
que está poniendo crampones para luego continuar en busca de nuestras huellas y
nos bajamos con cuidado hasta el Collado de Ip, Juan se ha quitado los
crampones.
La Oeste de Bucuesa y Cuchillares.
Son
las dos menos cuarto cuando alcanzamos el Collado de Ip, el amplio, situado a
2566 metros de altitud, buscamos un lugar abrigado al sol y nos sentamos a
comer mientras contemplamos y escuchamos la algarabía de un trío en Collaradeta.
No
son las dos y cuarto cuando nos metemos en el corredor, que por cierto no he
recorrido nunca y nos vamos para abajo.
Bajando el Corredor del Collado de Ip.
El
corredor, orientado al nordeste, se compone de un par de resaltes medianamente
erguidos y articulados con un pequeño rellano intermedio que se baja muy bien
mientras contemplamos la Cola del Embalse de Ip medio helada.
Bajados
los dos resaltes nos pegamos un poco a la parte izquierda del amplio corredor
que se ha ensanchado muchísimo con la
intención de rodear el ibón por su orilla sur ya que el rodeo por la norte es
muy amplio.
Cogemos agua cerca del Ibón de Ip.
Cogemos
agua en un torrente que se ha hecho sitio en la nieve ya cerca del ibón y
seguidamente una vieja huella que lo rodea unos metros por encima de la plancha
de agua. Se hace largo el rodeo pero con paciencia benedictina nos llegamos a
la inútil pared que cierra el mismo. ¡La de cemento que inyectaron en la presa
y no sirvió de nada!
Gencianas nivalis en Ip.
Atravesándola
por debajo nos llegamos al Refugio que está abierto, es amplio y en buenas
condiciones dado el vandalismo, la indolencia o la ineptitud del personal. Yo
conocía la cabaña junto al gran bloque que visitaremos seguidamente y que
también está abierta. ¡Joderse con dejar las puertas abiertas!
Son
las tres de la tarde, estamos sobre los 2050 metros de altitud y no queda más
que continuar el descenso, con pocas ganas, suavemente en busca de fotos
frontales del corredor que hemos subido hace unas pocas horas, cerrar la
circular abierta y alcanzar el camino de la Besera o Basera que los dos nombres
aparecen por los mapas.
Detalle del Corredor Noroeste de los Campanales.
Hora
y diez minutos después alcanzaremos la caseta de piedras, techo incluido y
continuaremos por el Camino de la Besera para abajo mientras contemplamos el
Camino de la Solana al otro lado del barranco. La Pista del Carretón se ha
quedado colgada allá arriba bajo las paredes de la Moleta.
Bajamos por la Besera sin desvíos.
El
camino suavemente descendente y paralelo al barranco que baja unos metros por
debajo nos ofrece 20 minutos de sombra deliciosa en medio de una masa de pino y
boj excelente y nos deposita en la bifurcación del cartel ausente de la mañana
con lo que cerramos el bucle no buscado y se aclaran casi todas nuestras dudas.
Un
cuarto de hora largo después llegamos al coche con ganas yo al menos pues
Juanillo es de plástico y ni sufre ni padece. Han sido 1850 metros que sumados
a los alrededor de 400 del embarque hacen un total de 2250 metros de desnivel
acumulado y no se hable más: el corredor ha sido majete pero un pelín caro y es
que no sé si no me estaré haciendo un poco mayor. ¡Otro día mejor pero
no más!