Mesola desde el collado con Napazal.
Collado de Aisa, Puntal de Cotín,
Puyarrón, Cucuruzuelo, Chinepral, Mesola, Napazal, Punta del Collado del Bozo,
Refugio de la Cueva, Corralones, Pista de Jasa, Camino al Cerro de Cotín y Fuenmayor.
26-11-2017.
Salida 08:45 h. Llegada 18 h.
Sol.
Bastante fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de la Sierra de la Estiva procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
La
Sierra de la Estiva es uno de esos contrafuertes paralelos entre sí y
perpendiculares al Eje Pirenaico Axil que compartimentan la Vertiente Sur del
Pirineo. Se encuentra en la divisoria de Aguas de los Valles de Aisa y el
Estarrún con las del Osia en el Valle de Aragües del Puerto y Jasa.
Conocíamos
la cabecera de la misma que arranca de Bisaurín pero nunca habíamos recorrido
los picos inferiores de la sierra.
Para
hoy 26 de Noviembre de 2017 han anunciado un día anticiclónico con nubosidad de
retención en el Pirineo y “un par de rayas” de viento, consecuentemente nos
olvidamos de nuestro proyecto en la Zona de Marie Blanc y nos vamos a conocer
la Sierra de la Estiva.
Se
puede acceder desde el Valle de Aragüés pero preferimos hacerlo desde el Valle
de Canfranc, la carretera es buena hasta casi Villanúa, decente hasta Aratorés,
se estropea hacia Borau, regularcilla hasta Aisa y malucha aunque asfaltada
hasta el Collado de Aisa desde el que desciende a Jasa.
Comenzando la marcha junto al Refugio del Collado de Aisa.
Aparcamos
en el Collado de Aisa a 1227 metros de altitud, donde hay un pequeño refugio
limpio y abierto, tras cuarenta minutos de carretera y a las nueve menos cuarto
tomamos la sierra en dirección norte; hacia el sudoeste la sierra prosigue en
busca del Aragón Subordán con la Sierra de Luesia.
Una
pista muy poco usada transita el pinar con sotobosque de boj y genista que
cubre la sierra en suave ascenso y con algunas vueltas va ganando altura
persistentemente hasta que dejamos a nuestra izquierda u oeste, un ramal
similar que será por donde volveremos.
Resalte tras rellano nos vamos hacia Cucuruzuelo.
La
mañana es muy buena para Noviembre a pesar del frío anunciado pues hay algo de
inversión térmica. Hemos dejado las balizas del PR. y proseguimos sierra arriba
hasta dejar una segunda bifurcación también al oeste y siguiendo algunos hitos
dispersos ya por camino más o menos amplio pero escasamente transitado, ganamos
altura al sol entre las primeras rachas de viento.
Resalte
tras rellano vamos en busca del Puntal de Cotín o del Rasico acotado a 1585
metros de altitud y característico por
tener al oeste un ramal descendente hasta una antena de telecomunicaciones con
cierto significado para la vuelta que pretendemos.
Zoom hacia Collarada y Collaradeta.
Nos
comemos con patatas el puntal pues es un ascenso que se nos alarga un poco
abandonamos el pinar y salimos al praderío alpino salpicado de enebros
rastreros, rosales silvestres y pinos aislados. Nos damos cuenta cuando
llevamos casi hora y media de camino y volvemos la vista atrás.
Se asoma Mesola.
El
altímetro está por encima de los 1800 metros y aunque no nos fiamos demasiado
nos indica que estamos cerca de Cucuruzuelo. Ha aparecido Collarada y
Collaradeta pintadas de blanco al
nordeste pero el resto del norte, visible desde aquí, está
completamente cubierto por la nubosidad de retención.
Con el Vértice Geodésico de Cucuruzuelo.
La
pendiente se ha suavizado un poco, al contrario que el viento que va en aumento
cuando avistamos el Vértice Geodésico de Cucuruzuelo al que ascenderemos
protegidos del viento.
En
la amplia y alomada cima acotada a 1972 metros de altitud hacemos una foto y
sin detenernos prácticamente nos alargamos muy de llano y zarandeados por el
viento en busca de una cota de similar altitud mientras contemplamos la Sur de
Mesola.
Acercándonos a Chinepral.
La
Cima de Chinepral, acotada a 1991 metros tiene un hito de piedras que corona su
planicie cimera cubierta de praderío.
Desde
allí iniciamos un suave llaneo descendente entre manchas de pinos que han
subido la ladera oeste mientras nos planteamos la conveniencia de parar en
algún abrigo para echar un bocado y abrigarnos un poco.
En Chinepral con Mesola por delante.
En
el descenso en busca del Collado de Mesola paramos. Comemos un poco, echamos un
café con leche caliente y nos ponemos los cortavientos. Las manos se enfrían
mucho al sol.
Subiendo a Mesola, vista atrás hacia Cucuruzuelo y Chinepral.
Son
las once y cuarto pasadas cuando continuamos bajando al Collado de Mesola
acotado a 2020 metros y comenzamos el ascenso al pico del mismo nombre
protegiéndonos del viento en su vertiente sudeste, una ladera algo pedregosa
que se sube bien por cualquier parte. Finalmente hay que salir a la arista y al
ventarrón que nos va a azotar con brío.
Iniciando el descenso de Mesola en medio del vendaval.
En
la Cima de Mesola estamos a 2168 metros de altitud, son las doce menos cuarto
de la mañana, no hay foto de cima pues
nos echamos inmediatamente para abajo por un tramo de ladera que tras un
pequeño hombro se inclina pedregosa durante unos metros en los que vamos a
saber lo que es viento aunque alguna experiencia ya tenemos.
Tendré
que coger a Rosa del brazo y arrear para abajo todo lo más deprisa que es
posible en medio de unas rachas auténticamente huracanadas, no era cuestión de
permanecer demasiado tiempo en esa situación.
Descendiendo la Norte de Mesola Bernera y Llena de la Garganta.
Bajada
la pared, el viento sigue igual pero aminoramos un poco sus efectos en una
travesía un tanto en la vertiente oeste, sobre praderío manchado de nieve polvo
que nos permite aligerar el paso.
Pasamos por Petrito y con
ello alcanzamos el collado de separación y ascendemos junto al cordón de nieve
de viento en busca de Napazal.
Hacia atrás queda Mesola.
Tras
unos metros de ligera tregua y acercándonos a la próxima cima el viento vuelve
a las suyas y de nuevo tendré que subir en “ensamble” con mi chica que lleva un
día delicado con su estómago.
La Sur de Napazal.
Nos
detenemos brevemente bajo la cima en un abrigo de la misma, reajustamos ropas y
salimos a la Cima de Napazal a 2117 metros de altitud. Son casi las doce y
cuarto.
Aguantando el vendaval cerca de Napazal.
Una
racha de viento tira a Rosa sobre un enebro y de nuevo del brazo nos vamos para
abajo hasta la Punta del Collado del Bozo a 2088 metros de altitud. Cuando
estamos a punto de coronar la cima se me enciende la bombilla, nos olvidamos
del Collado del Bozo ya próximo y tomando la arista oeste del pico nos vamos
directamente para abajo poniéndonos al pairo del viento.
Iniciando el descenso hacia Lizara.
Se
trata de una ladera bastante abrigada mixta de hierba y tierra helada que se
baja bien gracias a los escalones de la misma. Nos va a permitir salir del
vendaval y perder muchos metros al sur del Barranco Articuso.
La Llena del Bozo se asoma por el collado del mismo nombre.
La
ladera se alarga en descenso, el barranco se ahonda un poco y se llena de hielo
y buscamos un sitio fácil para atravesarlo.
El Refugio de la Cueva.
Lo
haremos en un rellano amplio que nos
deposita enseguida en la Cabaña de la Cueva a 1575 metros de altitud. La cabaña
tiene un par de compartimentos abiertos, medianamente decentes pero tiene poco
futuro con la falta de mantenimiento del tejado.
Hemos
salido del infierno del viento de la arista y ahora viene otra historia
completamente distinta.: volver por la vertiente de Aragüés para hacer una
circular, en la que preveo alguna complicación.
Accediendo a la Carretera de Lizara.
Desde
las inmediaciones de la cabaña hemos visualizado un caminillo que baja por la
Orilla Izquierda del Barranco Articuso. Ese camino nos puede evitar tener que
pasar por el Refugio de Lizara y así evitar una buena vuelta. Consecuentemente
volvemos a cruzar el barranco, tomamos el camino que enseguida se introduce en
el bosque y bien balizado, junto al barranco, se va para abajo.
Nos
deposita en una de las revueltas altas de la carretera junto a una majestuosa
haya y en las inmediaciones de la cabaña al lado de la carretera en la que
pasáramos una moche hace ya una infinidad de años. Yo me había hecho la idea de
que ese camino nos podría bajar hasta el Puente de los Corralones.
Bisaurín desde la Pista a Jasa.
Carretera
abajo, hacemos las revueltas siguientes y nos llegamos hasta la Zona de los
Corralones con lugar para juegos, restaurante cerrado y puente para pasar a la
orilla izquierda del Barranco de Osia. Muy de llano ya recorreremos alrededor
de un kilómetros de carretera en busca del inicio de una pista que se dibujaba
en el pinar transitando la Vertiente Oeste de la Sierra de la Estiva. Creo que
es la que nos interesa.
La
pista arranca tras el Puente del Barranco Cuangas que baja de entre Mesola y
Napazal, sobre los 1230 metros de altitud. Tiene un inicio en contra del valle
para enseguida iniciar una largada de ascenso consistente, en dirección sur y
paralela a la carretera.
Faldeando la Oeste de Puyarrón.
Sobre
los 1300 metros de altitud paramos a echar un bocado al sol junto a la pista.
Son las dos de la tarde y el Bisaurín se ha quitado el gorro completamente.
Media
hora corta después proseguimos pista arriba para describir un bucle sobre el rellano de los Prados del Barranco
del Bosque que terminaremos cruzando
para proseguir en suave ascenso y
dirección sur hasta situarnos por encima de los 1500 metros.
A
partir de allí, llaneamos e incluso bajamos
hasta aproximarnos al cerro de las antenas próximo a Cotín. Hay un ramal
que sale para arriba pero nosotros continuamos por la pista que llevamos. Creo
que dará la vuelta por el oeste de las antenas y nos conducirá al camino de la
mañana.
Grave
error. La pista que hacía eso era la que no hemos tomado y ahora estamos
marchando pista abajo hacia Jasa. Bajaremos hasta los 1200 metros de altitud y
a la vista de Aragües aparece un camino que nos salva, está atablillado como al
Mirador de Cotín.
Todavía queda alguna flor de trébol cerca de Cotín
Desde
allí iniciamos el ascenso en dirección al Cerro de Cotín que no es lo mismo que
el Puntal de Cotín. Tenemos la suerte de que, balizado en blanco y amarillo,
nos ofrece postes indicativos en los sucesivos cruces que iremos tomando, en un
monte completamente vivo durante el siglo pasado y cosido de pistas y tiraderas
de madera puesto que el bosque era la fuente económica de estos Valles
Occidentales y de allí la dificultad de moverse en el mismo sin los debidos
conocimientos.
Acercándonos a la Loma de Cotín.
Faldeamos
el Cerro Cotín y proseguimos con un enorme faldeo fundamentalmente llano por un
camino imposible de seguir sin la presencia de las balizas.
Se
nos hace especialmente largo el faldeo de las dos ramas del Barranco Fuenmayor
cuando ya advertimos que no vamos al Puntal de Cotín sino a la loma por la que
hemos ascendido.
En
un momento determinado de la travesía del barranco aparece una indicación del
Collado de Aisa y la seguimos sabiendo que nos ha de llevar al coche.
Puesta de sol desde la Loma de Cotín.
Cae
la tarde, el sol se pone y finalmente alcanzamos el camino de la mañana en el
lugar en el que abandonamos las balizas blancas y amarillas. Un cuarto de hora
después estamos en el coche. Son las seis de la tarde pasadas y hemos terminado
nuestra circular con muchas ganas. Había calculado alrededor de 10 kilómetros
hasta el Collado del Bozo y 15 de vuelta pero creo que, error incluido, hemos
estado por encima fundamentalmente en el descenso y el desnivel acumulado, con
la propina incluida, habrá estado por los 1500 metros.
Luego
la vuelta en coche a casa de noche lo que no es nuestra costumbre pero… las
circunstancias del monte mandan y que sigan haciéndolo por encima de nuestros
proyectos.