20 feb 2014

12-14. TORONZUE EN UN BUEN DIA. 19-2-2014.


Coronando Toronzué.

Boca Este del Túnel de Cotefablo, Pista a Toronzué, Collados de Cotefablo y Gabardos, Torcedor, Las Planas y Arista Sur.

19-02-2014.

Salida 10 h. Llegada 15 h.

Sol.

Fácil.

Esquí de montaña y raquetas.

Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Toronzué procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
            Hay un contrafuerte de la Sierra de Tendeñera que arranca en Gabarós y Termina en Tendeñera. Es un “gusano” compuesto de una serie de lomas amables, pastos para el ganado en otros tiempos pues el ganado cada vez es más raro por estos lares,  y paraíso de senderistas para las épocas en que la altitud se vende cara.

            Ronda los 2000 metros de altitud de media y podría ser un excelente medio para el esquí de montaña si no fuera por los continuos subes y bajas de la arista en cualquiera de sus partes.

            Conocemos la arista en su totalidad y bastantes de sus ramales aledaños y el pasado año la comenzamos con los esquís. Creo que la subida hasta Toronzué es la esquiada más decente de toda la sierra, pero eso, conociéndola.
Casi nunca se busca desde la subida a Cotefablo.

            Son las 10 de la mañana del 19 de Febrero de 2014. Parece ser que vamos a disfrutar de un buen día de sol, y ya es hora, a pesar de que en las crestas azota la ventisca ligeramente.

            Hay un coche aparcado a la salida del Túnel de Cotefablo a 1430 metros de altitud en su vertiente este, luego; en la cima, encontraríamos al esquiador que fue nuestra única compañía del día.

            Comenzamos a foquear, mala costumbre, atravesando en ascenso el prado escalonado que ataja a la pista por no dar una irrisoria vuelta y con ella proseguimos para arriba al nor-nordeste. Enseguida dejamos a nuestra izquierda el camino que ataja hacia el este y proseguimos pista adelante atravesando algún que otro corte que los barranquillos han practicado en la nieve que cubre completamente la pista.

La Arista Sur de Toronzué en escorzo.

            Recorremos un par de lazadas importantes en suave ascenso que nos depositarán en la cabecera de la sierra casi en la vertical del túnel situados a 1616 metros de altitud. Hemos  localizado un barranco para bajar a la pista y saltarnos los últimos cortes de la misma.

            Ya en la cresta nos orientamos al norte y prácticamente en horizontal alcanzamos el Collado de Cotefablo por el que para la línea de alta tensión.

Ripera y Tendeñera nos guían en la ascensión.

Los prados de Linás.
            Continuamos por la pista que faldea por el este la Loma de Gabardos ya que tiene muchos bojes y genistas y además hay que bajar de la misma hasta el Collado de Gabardos con lo que no es un buen negocio.

            En el Collado de Gabardos a 1634 metros de altitud hay que elegir de nuevo entre ascender entre los pinos y bojes o proseguir un tramo más por la pista que transita por el este y que nos lleva a un contrafuerte de la arista orientado al este.

            Allí, sobre los 1750 metros de altitud, abandonamos la pista y tomamos el contrafuerte hacia el oeste hasta que suavemente nos deposite en la arista principal junto a una diminuta caseta de piedra seca.

La caseta de debajo de Torcedor.

            Ya en dirección norte  y conducidos por la alambrada ganadera proseguimos ascenso hacia Torcedor. Se trata de un resalte bastante suave que se yergue en la parte final y que puede faldearse por el norte aprovechando un ligero quiebro de la arista.
El faldeo de Torcedor.

            Juan lo flanquea pero nosotros preferimos la nieve soleada y amable que llevamos a la dura de la vertiente oeste sombreada todavía.


            Desde la Cima de Torcedor, en la que localizamos al esquiador de delante, a 1914 metros de altitud hay que perder unos pocos metros que se descienden de pena con las alzas de los esquís y con una nieve dura que sujeta demasiado a las pieles de foca.

Las Planas y Toronzué por delante.

            Nos reunimos con Juan y continuamos con un siguiente resalte un poco más erguido y consistente pero que se sube bastante bien practicando un par de zetas finales. Estamos en el Tozal de las Planas situado a 1966 metros de altitud.
Vamos a hacer unos dibujos en el Lienzo Sur de Toronzué.

            De nuevo hay que perder unos pocos metros de idéntica forma al anterior y llegados al amplísimo collado echamos un café con un dulce antes de continuar para arriba con el largo tramo final.

            En la Cima de Toronzué, todavía algo distante y defendida por una hermosa pala completamente  cubierta de nieve, es su cara sur, se quiere mover la ventisca pero no nos preocupa ya que el resto de nuestra vía suele transcurrir al abrigo del viento.

            Y como el viento ausente y la deliciosa nieve lo permiten, en lugar de iniciar un flanqueo por el este, proseguimos por la arista practicando alguna vuelta maría que nos depositan en el hombro bajo la cima.

            Juan se ha ido para arriba pero yo subo flojo y he de tomarme un poco más de tiempo. Nos fotografiará desde arriba.

            A pesar de ello, el casquete somital lo abordamos siguiendo la débil huella del esquiador que practica in par de lazadas suaves y que nos depositan con comodidad y directamente en la Cima de Toronzué situada a 2263 metros de altitud cuando es la una y diez. Hemos metido casi tres horas en el ascenso.


            Corre una brisa racheada y descarada que terminará por agriarnos la comida. La mañana está espléndida y el paisaje sublimemente nevado. Es una auténtica gozada contemplar  los paredones de Sabocos, Las Peñas, Forato, Ripera, Tendeñera y Otal.

Sabocos, Ripera, Tendeñera y delante Navariecho.

Circo de Linás y Tendeñera.


Otal, Fenez, Comas y Mondiniero.


            Nos deleitamos con el Circo Refoya y nuestra subida por la Este a Sabocos y también nuestra subida a Tendeñera desde Linás y el descenso directo por la arista sur, o nuestro camino frustrado en busca de Fenez al que volveremos sin tardar. Todo está inmaculadamente nevado, a esto hemos venido entre otras cosas y no se ven ni se oyen coladas.

            Más allá se asoma Ordesa entre cúmulos de poco desarrollo, Cotiella profunda y blanca, y  Montañesa, Guara, Fragineto, Manchoya, Pelopín, Erata y Oroel al azul oscuro del contraluz del sur. Nos asomamos a Navariecho que custodia nuestro norte y comemos a la fresca brisa del mediodía.

            Media hora más tarde, no aguantaremos más, nos vamos para abajo. Pensábamos bajar como en la vez anterior descendiendo un poco por la amplia arista este para, introducirnos seguidamente a la cara sur pero el viento ha practicado una suave canal que se introduce amablemente en la cara sur orientada un tanto al este y por allí nos vamos para abajo.

            Una deliciosa nieve que cede 5 centímetros a la presión de nuestros esquís nos va a propiciar un inicio de descenso absolutamente envidiable. Y que permite a unos esquiadores malísimos como nosotros disfrutar como infantes bien tetados y recién bañados hasta parecer esquiadores de verdad. Dejaremos una cara sur decorada con giros de apariencia casi profesional, ha, ha…

            Como la nieve está tan buena faldeamos ligeramente el hombro y ya no volveremos a abandonar la arista hasta debajo de Torcedor, lo que significa que haremos las dos remontadas sucesivas hasta las cimas de las Planas y Torcedor.

Dibujos de paso en el descenso de Toronzué.

            Nos quitaremos los esquís las dos veces y subiremos con ellos al hombro, son unos pocos metros de peaje por otros de descenso agradable ya que la nieve está un poco más profunda.


            En la caseta, Juan `proseguirá por la cresta y nosotros tomaremos el contrafuerte que nos deposita suavemente en la pista.

            Luego, entre deslizar y remar, que hay que hacerlo a tramos, pasaremos por el Collado Gabardos hasta que alcancemos el Collado de Cotefablo.

            Tras remontar ligeramente nos dejamos caer al encuentro del barranco que hemos localizado y que vamos a utilizar como vía de descenso a la pista.

            Lo tomamos correctamente y no como el año pasado que terminamos faenando entre crecidos bojes y haciendo el jabalí, descendemos cómodamente hasta el estrangulamiento que hemos de derrapar ya que a la sombra tiene la nieve muy irregular y durísima para terminar saltando el terraplén a la pista, cada uno a su manera.

            Ya pista abajo, con la nieve sombreada irregular y muy dura, el descenso es incómodo cosa que compensaremos con unos giros amables en el escalonado prado de salida fura de las abundantes huellas y buscando nieve virgen que se gira de maravilla.
Los prados escalonados de entrada y salida de Toronzué.

            Son las tres y media de la tarde cuando nos quitamos los esquís en el coche. Hemos rematado nuestra jornada con 850 metros de desnivel acumulado, en los gemelos y cuádriceps de las piernas y la satisfacción de haber disfrutado de una de las mejores esquiadas de la zona en un día absolutamente espléndido. Toronzué es un monte disfrutón a poco que acompañe el día.  

Toronzué también se ve desde el aparcamiento de la Sur del Túnel de Cotefablo.



              Ya nos tocaba un día decente en este jodido invierno. Pero no preocuparse, que después de ni se sabe el tiempo, este finde apunta a glorioso. ¡Que lo disfrutemos todos!

















           

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