Llegando a la Antecima Sudeste del Monjes.
Aparcamiento de Astún, Barranco Escalar,
Ladera Este de Belonseiche, Ibón de las Truchas, Cara Oeste y Arista Sur. Vuelta por
el Ibón de las Truchas.
02-05-2012.
Salida 10 h. Llegada 15 h.
Mixto.
Fácil.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Monjes procedente de Prames. Vía en amarillo.
Comenzamos
ayer el mes de Mayo con mal tiempo en el Valle d’Aneu y subimos con nieblas y
nevando hasta el Pla de la Gradillera. Era muy buena hora pero nos bajamos.
Luego al mediodía, cuando ya estábamos abajo, querían levantar las nieblas
pero…
Hoy
2 de Mayo de 2012 tenemos un cielo de postal y nos vamos al Pico de los Monjes
pues ya hace unos años que no hemos subido.
Son
las diez cuando fotografiamos el Arnoussere y el Arnousse, iluminados por el
sol desde Candanchú, recordando el mal tiempo que tuvimos hace unos días. Pero
de vez en cuando pasan esas cosas y ya es sabido que en los cuartos de estar no
suele nevar.
A
las diez y media y con los esquís en la mochila iniciamos el ascenso de la
ladera por la orilla izquierda del Barranco Escalar. Pasamos bajo la Silla de
Truchas e inmediatamente nos ponemos los esquís. Estaremos sobre los 1730
metros de altitud.
El
Barranco Escalar está de un blanco que molesta perfectamente orientado al sur.
Tiene las clásicas coladas de su ladera izquierda y en el rellano los barrancos
de primavera que te obligan a transitar un tanto alejado del cauce del mismo.
Esta
temporada prácticamente no se ha podido subir, pues ha sido pobre de nieves.
Pero ha llegado la primavera y nos ha dado un mes de abril con más nieves que
aguas, pero que han sido casi mil.
Ha
helado débilmente pero a estas horas la nieve húmeda blandea un poco y te
permite ir por donde quieras en un valle que está desierto y que cuenta con una
vieja huella en su orilla izquierda.
La
vertiente derecha, que es la primera que subiéramos con los esquís, es una
auténtica tarta de nata que a mi chica le apetece poco por el tema de los
aludes. No tiene huella y… habrá que abrirla.
Alcanzamos
una terracilla por encima del barranco y aunque no recuerdo exactamente el
lugar por donde se desarrollaba la huella, tengo claro que hay que separarse
del mismo para alcanzar las terrazas inclinadas superiores que se alargan hasta
la Cubeta Lacustre del Ibón de Escalar.
Tomamos
un corredor bastante erguido pero que con nieve profunda se sube bastante bien
a fuerza de brazos, que nos deposita en un descansillo. Creo que hemos dado con
el trazado natural de la huella.
Desde
aquí hacemos una pequeña diagonal ascendente, cruzamos un barranquillo muy
relleno y elegimos un segundo corredor similar al anterior y que igualmente perpendicular
al barranco nos permite elevarnos otra treintena de metros y alcanzar las
inclinadas terrazas que vamos buscando.
Antecima Oeste del Pico de Astún.
Un
poco por encima del barranco alcanzamos el dorso por el que se inicia la subida
al Belonseiche y descendiendo ligeramente nos introducimos en la Cubeta Lacustre de
Escalar. Estamos a 2080 metros de altitud.
Sobre el Ibón de Escalar.
Atravesamos
y no con cierta precaución por medio del ibón pues ya tiene algunos ojos y
coincidimos con la huella que ha subido por la orilla izquierda del barranco:
un esquiador y un raquetero pero al menos son de ayer.
Salidos
de la superficie del ibón echamos un café con leche con unos dulces y
proseguimos enseguida para arriba. Son las doce y hemos terminado la primera
parte de la ascensión.
En las inmediaciones del Puerto de Jaca.
La
ladera sur del Pico de los Monjes que hemos visto desde el borde de la cubeta
lacustre, está perfectamente nevada aunque se trata de una capa no demasiado
gruesa de nieve reciente y húmeda, se dejará subir igual de bien que el
barranco, pero no se suele afrontar directamente.
Nosotros
tomamos el corredor que en dirección nordeste nos eleva suavemente hacia el
Puerto de Jaca y alcanzo el rellano bajo el mismo viramos al noroeste y
proseguimos para arriba a media ladera transitando las vestidas campas de nieve
sin llegar a la arista que es por donde han progresado las huellas. Nosotros
queremos ver subiendo cómo ésta por donde queremos bajar.
De
nuevo hacemos huella sobre nieve virgen marcándonos el descenso por si fuera
necesario como así será.
La
nieve nos permite una subida persistente y cómoda que nos deposita en la Arista
Noroeste de la Antecima, una pequeña cúpula nevada en la que se dejan los
esquís.
Avanzamos
unos metros por la arista y en un nicho que el
viento ha practicado, dejamos los
bártulos, nos abrigamos pues corre biruji y nos vamos a por el casquete somital
del pico.
Hay
que atravesar, tras un brevísimo descenso, una fina arista prácticamente horizontal de nieve que nos
deposita en el arranque mixto del casquete somital. Nos quedan alrededor de 70
metros por subir.
La
huella está deshecha en el descenso y habrá que rehacerla primero por dos
cortos tramos empinados de nieve alternando con cortos pasos de roca
metamórfica con muy buenas presas.
Nos
deposita en un tramo de arista nevada que se sube muy bien hasta alcanzar tras
un pequeño flanqueo otro corredor empinado y corto en el que de nuevo hay que
rehacer la huella.
Alcanzamos
un pequeño hombro nevado y desde allí alternando algunas afloraciones rocosas
la huella zetea por la nieve y nos
deposita en la afilada Cima del Pico de los Monjes situado a 2346 metros de
altitud. Es la una y diez.
La
afilada cima del pico nos muestra unos alrededores inmaculadamente vestidos de
blanco y absolutamente vírgenes sobre los que pastorea señorial el Midí
d’Ossau. Destaca la mole rocosa del Pic
Casterau, Ayous de blanco y Bious Artigues de verde profundo y primaveral, la
Pene de Lapassa y el Caillabet de Rebecq, el Canal Roya, Mala Cara, el Pico de
Astún, la Raca y el trío de Anayet con las Negras, el Aspe al Sudoeste pues
Collarada ya está cubierta y aquí mismo el Escalar y detrás el Belonseiche,
Benou, Arnousse y Arnoussere.
Hacia La Raca.
Hourquette.
Echamos
una última mirada al Pic de la Hourquette tan próximo, nos perdemos con las
nieblas hacia Gazies y Sesques y nos vamos de inmediato para abajo. Han ido
apareciendo espesas nubes por el sur y
desarrollándose nubosidad de evolución un poco por cualquier parte y
concretamente en nuestra vertical. En algún momento del final de la subida han
caído algunas bolisnas y el mediodía no es especialmente luminoso ahora.
Descendemos
tranquilamente el casquete somital utilizando las huellas que nos hemos hecho,
desandamos la arista y cuando alcanzamos el emplazamiento de los esquís nieva, lo que no nos preocupa, otra cosa muy distinta es la visibilidad que ha bajado alarmantemente.
Rosa
se toma una biodramina y sin más dilación emprendemos el descenso cuando no se
ve ni un pijo.
Lo
primero que hacemos es tomar una rampa
estrecha entre dos incipientes afloraciones rocosas y alcanzar nuestra huella
de subida, con ella iremos atravesando la inclinada terraza de nieve que hemos
subido y que nos ha de bajar hasta las inmediaciones del Puerto de Jaca.
Allá se queda el Monjes.
La
nieve está blanda y profunda, la visibilidad es escasa, el relieve de la nieve
inexistente y el descenso resulta penoso. Además, la pastilla del mareo no ha
hecho su efecto todavía y mi chica baja
completamente mareada.
Bajamos
el corredor bajo el Puerto de Jaca
completamente a huevo girando de punta a punta según nos indica la
pendiente y bastante abajo nos salimos del mismo para iniciar el faldeo alto
sobre el Ibón de Escalar.
Mi
chica llega mareada todavía y cabreada. Yo me muevo bien con las taloneras
sueltas ayudado de los brazos pero ella dice que no, aunque no se pare para
ponerse las pieles de foca.
Echamos
una última visual al Pico de los Monjes sobre el que se ha abierto un claro
momentáneo y proseguimos ahora prácticamente de llano y en dirección sudeste
para rodear un buen tramo de la Arista de Astún.
La
travesía que a mí no me preocupa ni por las coladas clásicas de la arista que
ya han caído ni por hacerla con los esquís limpios es una media hora de trabajo
que asumo tranquilamente. Para Rosa es un pequeño martirio a pesar de que el
mareo se le irá pasando.
Aspe al fondo.
Siempre
por encima de la caja de la pista que está en muchos tramos completamente
rellena siendo una ladera continua progresamos orientados por la Silla de
Truchas, mientras que el tiempo empeora paulatinamente y de nuevo vuelve a nevar
cuando alcanzamos las inmediaciones del Ibón de las Truchas situado a 2125
metros de altitud.
Son
las dos y media. Sentados en una de las sillas al final del remonte y a
cubierto pues nieva, comemos que ya es hora.
Sigue
nevando, el valle está cerrado y el ibón ni se distingue cuando alrededor de
las tres nos ponemos de nuevo en marcha pues hay que bajar como sea.
Tomamos
la pista que baja alrededor del curso del desagüe del ibón y nos vamos para
abajo sobre una nieve blanda, húmeda y muy pesada. Un esquiador desciende del
Collado de Astún y también pasa lo suyo. Hay días que son así.
Tratando
de girar lo justo nos llegamos a la parte baja de la Astún encontrando la nieve
muy húmeda y mejor de esquiar. Llueve.
Son
las tres y media de la tarde cuando llegamos al coche rematando una jornada
desigual en la que hemos movido 700 metros de desnivel.
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