28 oct 2013

47-13. MARCADAU O MUGA POR LA ARISTA NORTE. 28-10-2013.


Marcadau desde Bachimaña.

Balneario de Panticosa, Refugio de Bachimaña, Orilla Oeste de Bachimaña Superior, Collado de Marcadau, Arista Sudeste, Cima Norte de Marcadau, Pico Marcadau, Arista Este, Cara Sur, Refugio Viejo de Bachimaña, Orilla Este de Bachimaña y Balneario de Panticosa.
28-10-2013.
Salida 08 h. Llegada16 h.
Sol.
Fácil.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Marcadau procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            Fue allá por Marzo del 2000 cuando ascendimos a Marcadau por primera vez descubriendo su espléndida cara sur. En la cima Rosa quiere volver por el Puerto de Marcadau pero no será así, aquel día ya llevábamos suficiente tralla.

            Hoy 28 de Octubre de 2013 vamos volver al pico cumplimentando aquel viejo deseo aunque lo haremos en sentido contrario.

            Son las ocho y diez de la mañana cuando aparcamos junto a la Casa de Piedra en el Balneario de Panticosa a 1637 metros de altitud. Es una espléndida mañana de lunes y solamente vemos a un par de montañeros dispuestos a partir.

            Nosotros abreviamos y tomamos el camino que inicia el ascenso por la orilla derecha del Caldarés de Baños en dirección norte. Hemos recorrido innumerables veces el camino pero a pesar de ello descubrimos una nueva imagen de  una de las varias y preciosas cascadas que articulan el barranco.

            La mañana está cálidamente luminosa y a nuestra marcha ascendemos por un camino que ha sido excesivamente limpiado de algunos pinos negros que no molestaban a nadie, atajamos en el rellano de Bozuelo y también, luego en la Cuesta del Fraile tras contemplar la Aguja que marca el inicio de las hostilidades en la Arista Oeste de Xuans.

            En hora y diez minutos nos plantamos en el Ibón de Bachimaña Inferior iniciando el rodeo de Bachimaña Superior por el camino de su orilla oeste.


            Se nos hace más bien corto el rodeo y a las diez menos diez estamos pasando el barranco de los Azules a 2200 metros de altitud. Para entonces ya hemos tenido tiempo suficiente para avistar parte de nuestro objetivo del día que es la Cara Sudoeste del Pico Marcadau y también las nueves lenticulares que se perfilan perfectamente sobre el horizonte anunciándonos viento en altitud.

Arista de Bachimaña e Infiernos.

            El camino se introduce bastante llano en la Plata de Bramutuero  y enseguida se pega a la ladera oeste ascendiendo en busca de la Cuenca Lacustre de Pecico. Se trata del viejo camino que permite el paso a Francia por el Valle de Marcadau y que, vuelta a vuelta, se va para arriba siempre por la orilla derecha del desagüe de los Ibones de Pecico.

            Bastante arriba, el camino ondulea perezoso hasta que atraviesa el Barranco de la Canal ya próximos al Puerto de Marcadau y comienza a soplar el anunciado viento.

El  delicado Ibón de Pecico de la Canal, Faxa y Falisse.

            Hacemos la clásica fotografía del precioso Ibón de Pecico de la Canal con los espléndidos picos de la Faxa y Falisse  y ya en las inmediaciones del Puerto de Marcadau a 2545 metros de altitud nos vamos directamente hacia la arista que arranca del mismo en dirección este, buscamos un lugar abrigado del viento y soleado y nos sentamos a echar un bocado. Son las diez y veinte de la mañana.


            Contemplamos un potente nevero residual al noroeste del Pico Marcadau y la arista que vamos a recorrer a continuación con el oscuro casquete somital, al contraluz de la mañana, en el que concluye.


            Son las once menos veinte de la mañana cuando continuamos en dirección norte el ascenso de la ladera que entre retazos de pradera alpina y tramos de pedrizas metamórficas nos deposita en la arista a 2600 metros de altitud, abandonados a los embates del viento que tendrá rachas fuertes.

            La arista que se desarrolla en dirección nordeste está recorrida por un caminillo transitado por los franceses que suben desde el Puerto de Marcadau, cosa que suponía.

            Enseguida se pone de pié con un potente resalte y el camino se introduce en la ladera orientada al sur y prosigue en consistente ascenso para subir una erguida pala, visible de muy lejos y que nos tiene que depositar en la Muga Norte.


            Así será, y poco después alcanzamos la venteada Cima de la Muga Norte de Marcadau situada  a 2675 metros de altitud. Son las 11 de la mañana.


            Se trata de una reducida aunque plana cima, con hito cimero en la que confluyen tres aristas y desde la que contemplamos fundamentalmente la vertiente norte a partir del Valle de Marcadau que está a nuestros pies. Luego, levantando la vista aparecen Cambales, Bernat Barrau, Gran Barbat, Ardiden, La Seda y emergiendo sobre la cresta que se extiende al este, el macizo de Vignemale. Al sur Serrato, Xuans, Tendeñera, Partacua Infiernos, Piedrafita, Zarre y La Gran Faxa.


            Diez minutos después, tras las fotos de rigor tomamos la arista hacia el sudeste y proseguimos nuestro camino. Se trata de una arista fundamentalmente plana y con poco significativas prominencias que se camina bastante bien con permiso de algunas rachas del ventarrón que campa por las alturas.

        Hay que apoyar las manos de cuando en cuando y sortear algunos bloques por la vertiente española hasta que alcanzamos una prominencia de similar altura a Marcadau Norte, con lo que a mí me queda la duda de cuál será más alta. Faldeamos luego también por el sudoeste un par de dientes con sus corredores de respeto y destrepamos una laja, de tres metros, ligeramente extraplomada pero con buena roca metamórfica que a la postre será el paso más complicado de toda la arista.


            Desde allí contemplamos un par de protuberancias en la base del casquete somital del Pico Marcadau que se pueden hacer a toda cresta pero mi olfato me dice que puede resultar más cómodo iniciar un corto faldeo al sudoeste, atravesar un corredorcillo que nace por encima de las dos protuberancias y ascender unos metros al oeste del mismo para ganar la rampa cimera.

Hacia atrás la Muga Norte.
            Así será. Atravesado el corredor, un tramo corto, erguido y muy bien escalonado nos deposita en el inicio de la rampa en la que encuentro un hito: no podía ser de otra manera.


            Con la rampa que se sube por cualquier parte, ascendemos hacia la arista y superamos los, algo más de 50 metros de desnivel que nos sitúan en la Cima de Marcadau o Muga a 2728 metros de altitud cuando son las doce de la mañana.

Ibones de Pecico.


            Parece que el viento ha cesado un poco lo que aprovechamos para contemplar de nuevo el paisaje de la vertiente norte y luego el de la sur, pues llevamos muy buena hora.

            Hacemos fotos especialmente de la Cara Oeste del Pico de Paterneille y de sus dos laquettes acunados a sus pies, Localizamos el Lac Nere y nos proponemos, una vez más, hacer un periplo por la zona esperando que llegue algún día.

            Un cuarto de hora después, nos asomamos al paredón que defiende vertical la parte alta de la cara sur del pico, no nos apetece ni un pelo derrumbarnos con ese paretazo y nos inclinamos hacia la arista este del pico.


            Se trata de una arista muy erizada y llena de corredores que nacen  en la misma para perderse muy erguidos hacia abajo pero que se desciende fácilmente. No se visualiza toda desde arriba pero no tiene mala pinta como así será. Se deja descender con algún apoyo de manos especialmente en un par de tramos de corredor muy erguidos pero estupendamente escalonados.


            A media arista visualizamos el tramo final que desemboca arrellanándose en el Collado de Paterneille, lleno de gendarmes bastante difíciles y que poco o nada tienen que ver con las aristas que hemos recorrido hoy. El faldeo por el sur está cantado.

            Desde el collado y ya en dirección sur tomamos rampas herbosas que se alternan con tramos de pedrizas metamórficas difícilmente patinables y que nos depositan en un rellano herboso del que no queremos salir de frente para abajo ya que sabemos de la existencia de paredes por encima del Ibón de Bramatuero Inferior.

            En consecuencia tomamos una amplia vira herbosa que atraviesa toda la pared de este a oeste en mediano descenso hasta que nos deposita en los cortados del Barranco de la Canal. Allí hemos de proseguir el descenso derivando un tanto hacia el centro de la pared y controlándo las paredes que defienden el Ibón de Bramatuero Inferior.

Bramatuero Inferior y Serrato.

            Alcanzamos la Majada de la Canal en las inmediaciones del ibón comprobando que en la presa rebosa el agua por encima de una buena parte de la misma.


            Nuestro problema será cruzar el Barranco de Bramatuero que baja espléndido. Para ello descendemos por la orilla derecha del mismo al objeto de localizar algún paso de fortuna, cosa que no sucederá y no nos quedará más remedio que descalzarnos, remangarnos y pasar en el llano aprovechando un tramo amplio y con extendido caudal junto a la estación meteorológica allí instalada.

            El agua no está demasiado fría en un día de sebo como éste y cinco minutos más tarde nos llegamos al Viejo Refugio de Bachimaña en la orilla norte del Ibón de Bachimaña Superior. Es la una y cuarto.

            El refugio está bastante limpio y a pesar de que no ofrece poco más que cubierto, ha conocido tiempos peores. Por lo demás el emplazamiento es sencillamente maravilloso.

            Comemos al sol sentados junto a la fachada sur del refugio y se nos hacen las dos al calorcillo del mediodía.


            Luego tomamos el camino de la orilla este del ibón que desde aquí es más corto que el que hemos llevado por la mañana cuando subíamos  y a pesar de sus continuos subes y bajas, en media hora nos llegamos al Refugio de Bachimaña al que entramos para echar un vistazo ya que lo conocíamos en obras. Hay una pareja solamente a pesar del buen tiempo que está haciendo.

            También entramos a ver la Casa de Aragonesas junto al refugio nuevo. Está abierta y bastante decente. Le sucede lo mismo que al Refugio de Bachimaña Superior y nos trae unos recuerdos inenarrables.

Frutos maduros del Serval de cazadores.

            Un cuarto de hora después y con el piloto automático puesto nos vamos para abajo mientras contemplamos la evolución de la nubosidad que nos va a dejar una tarde gris.

            Son las cuatro de la tarde cuando llegamos al Balneario de Panticosa liquidando 1050 metros de desnivel en un día otoñal de libro, de esos que entran pocos en docena. Otal puede esperar.

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