28 oct 2013

47-13. MARCADAU O MUGA POR LA ARISTA NORTE. 28-10-2013.


Marcadau desde Bachimaña.

Balneario de Panticosa, Refugio de Bachimaña, Orilla Oeste de Bachimaña Superior, Collado de Marcadau, Arista Sudeste, Cima Norte de Marcadau, Pico Marcadau, Arista Este, Cara Sur, Refugio Viejo de Bachimaña, Orilla Este de Bachimaña y Balneario de Panticosa.
28-10-2013.
Salida 08 h. Llegada16 h.
Sol.
Fácil.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Marcadau procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            Fue allá por Marzo del 2000 cuando ascendimos a Marcadau por primera vez descubriendo su espléndida cara sur. En la cima Rosa quiere volver por el Puerto de Marcadau pero no será así, aquel día ya llevábamos suficiente tralla.

            Hoy 28 de Octubre de 2013 vamos volver al pico cumplimentando aquel viejo deseo aunque lo haremos en sentido contrario.

            Son las ocho y diez de la mañana cuando aparcamos junto a la Casa de Piedra en el Balneario de Panticosa a 1637 metros de altitud. Es una espléndida mañana de lunes y solamente vemos a un par de montañeros dispuestos a partir.

            Nosotros abreviamos y tomamos el camino que inicia el ascenso por la orilla derecha del Caldarés de Baños en dirección norte. Hemos recorrido innumerables veces el camino pero a pesar de ello descubrimos una nueva imagen de  una de las varias y preciosas cascadas que articulan el barranco.

            La mañana está cálidamente luminosa y a nuestra marcha ascendemos por un camino que ha sido excesivamente limpiado de algunos pinos negros que no molestaban a nadie, atajamos en el rellano de Bozuelo y también, luego en la Cuesta del Fraile tras contemplar la Aguja que marca el inicio de las hostilidades en la Arista Oeste de Xuans.

            En hora y diez minutos nos plantamos en el Ibón de Bachimaña Inferior iniciando el rodeo de Bachimaña Superior por el camino de su orilla oeste.


            Se nos hace más bien corto el rodeo y a las diez menos diez estamos pasando el barranco de los Azules a 2200 metros de altitud. Para entonces ya hemos tenido tiempo suficiente para avistar parte de nuestro objetivo del día que es la Cara Sudoeste del Pico Marcadau y también las nueves lenticulares que se perfilan perfectamente sobre el horizonte anunciándonos viento en altitud.

Arista de Bachimaña e Infiernos.

            El camino se introduce bastante llano en la Plata de Bramutuero  y enseguida se pega a la ladera oeste ascendiendo en busca de la Cuenca Lacustre de Pecico. Se trata del viejo camino que permite el paso a Francia por el Valle de Marcadau y que, vuelta a vuelta, se va para arriba siempre por la orilla derecha del desagüe de los Ibones de Pecico.

            Bastante arriba, el camino ondulea perezoso hasta que atraviesa el Barranco de la Canal ya próximos al Puerto de Marcadau y comienza a soplar el anunciado viento.

El  delicado Ibón de Pecico de la Canal, Faxa y Falisse.

            Hacemos la clásica fotografía del precioso Ibón de Pecico de la Canal con los espléndidos picos de la Faxa y Falisse  y ya en las inmediaciones del Puerto de Marcadau a 2545 metros de altitud nos vamos directamente hacia la arista que arranca del mismo en dirección este, buscamos un lugar abrigado del viento y soleado y nos sentamos a echar un bocado. Son las diez y veinte de la mañana.


            Contemplamos un potente nevero residual al noroeste del Pico Marcadau y la arista que vamos a recorrer a continuación con el oscuro casquete somital, al contraluz de la mañana, en el que concluye.


            Son las once menos veinte de la mañana cuando continuamos en dirección norte el ascenso de la ladera que entre retazos de pradera alpina y tramos de pedrizas metamórficas nos deposita en la arista a 2600 metros de altitud, abandonados a los embates del viento que tendrá rachas fuertes.

            La arista que se desarrolla en dirección nordeste está recorrida por un caminillo transitado por los franceses que suben desde el Puerto de Marcadau, cosa que suponía.

            Enseguida se pone de pié con un potente resalte y el camino se introduce en la ladera orientada al sur y prosigue en consistente ascenso para subir una erguida pala, visible de muy lejos y que nos tiene que depositar en la Muga Norte.


            Así será, y poco después alcanzamos la venteada Cima de la Muga Norte de Marcadau situada  a 2675 metros de altitud. Son las 11 de la mañana.


            Se trata de una reducida aunque plana cima, con hito cimero en la que confluyen tres aristas y desde la que contemplamos fundamentalmente la vertiente norte a partir del Valle de Marcadau que está a nuestros pies. Luego, levantando la vista aparecen Cambales, Bernat Barrau, Gran Barbat, Ardiden, La Seda y emergiendo sobre la cresta que se extiende al este, el macizo de Vignemale. Al sur Serrato, Xuans, Tendeñera, Partacua Infiernos, Piedrafita, Zarre y La Gran Faxa.


            Diez minutos después, tras las fotos de rigor tomamos la arista hacia el sudeste y proseguimos nuestro camino. Se trata de una arista fundamentalmente plana y con poco significativas prominencias que se camina bastante bien con permiso de algunas rachas del ventarrón que campa por las alturas.

        Hay que apoyar las manos de cuando en cuando y sortear algunos bloques por la vertiente española hasta que alcanzamos una prominencia de similar altura a Marcadau Norte, con lo que a mí me queda la duda de cuál será más alta. Faldeamos luego también por el sudoeste un par de dientes con sus corredores de respeto y destrepamos una laja, de tres metros, ligeramente extraplomada pero con buena roca metamórfica que a la postre será el paso más complicado de toda la arista.


            Desde allí contemplamos un par de protuberancias en la base del casquete somital del Pico Marcadau que se pueden hacer a toda cresta pero mi olfato me dice que puede resultar más cómodo iniciar un corto faldeo al sudoeste, atravesar un corredorcillo que nace por encima de las dos protuberancias y ascender unos metros al oeste del mismo para ganar la rampa cimera.

Hacia atrás la Muga Norte.
            Así será. Atravesado el corredor, un tramo corto, erguido y muy bien escalonado nos deposita en el inicio de la rampa en la que encuentro un hito: no podía ser de otra manera.


            Con la rampa que se sube por cualquier parte, ascendemos hacia la arista y superamos los, algo más de 50 metros de desnivel que nos sitúan en la Cima de Marcadau o Muga a 2728 metros de altitud cuando son las doce de la mañana.

Ibones de Pecico.


            Parece que el viento ha cesado un poco lo que aprovechamos para contemplar de nuevo el paisaje de la vertiente norte y luego el de la sur, pues llevamos muy buena hora.

            Hacemos fotos especialmente de la Cara Oeste del Pico de Paterneille y de sus dos laquettes acunados a sus pies, Localizamos el Lac Nere y nos proponemos, una vez más, hacer un periplo por la zona esperando que llegue algún día.

            Un cuarto de hora después, nos asomamos al paredón que defiende vertical la parte alta de la cara sur del pico, no nos apetece ni un pelo derrumbarnos con ese paretazo y nos inclinamos hacia la arista este del pico.


            Se trata de una arista muy erizada y llena de corredores que nacen  en la misma para perderse muy erguidos hacia abajo pero que se desciende fácilmente. No se visualiza toda desde arriba pero no tiene mala pinta como así será. Se deja descender con algún apoyo de manos especialmente en un par de tramos de corredor muy erguidos pero estupendamente escalonados.


            A media arista visualizamos el tramo final que desemboca arrellanándose en el Collado de Paterneille, lleno de gendarmes bastante difíciles y que poco o nada tienen que ver con las aristas que hemos recorrido hoy. El faldeo por el sur está cantado.

            Desde el collado y ya en dirección sur tomamos rampas herbosas que se alternan con tramos de pedrizas metamórficas difícilmente patinables y que nos depositan en un rellano herboso del que no queremos salir de frente para abajo ya que sabemos de la existencia de paredes por encima del Ibón de Bramatuero Inferior.

            En consecuencia tomamos una amplia vira herbosa que atraviesa toda la pared de este a oeste en mediano descenso hasta que nos deposita en los cortados del Barranco de la Canal. Allí hemos de proseguir el descenso derivando un tanto hacia el centro de la pared y controlándo las paredes que defienden el Ibón de Bramatuero Inferior.

Bramatuero Inferior y Serrato.

            Alcanzamos la Majada de la Canal en las inmediaciones del ibón comprobando que en la presa rebosa el agua por encima de una buena parte de la misma.


            Nuestro problema será cruzar el Barranco de Bramatuero que baja espléndido. Para ello descendemos por la orilla derecha del mismo al objeto de localizar algún paso de fortuna, cosa que no sucederá y no nos quedará más remedio que descalzarnos, remangarnos y pasar en el llano aprovechando un tramo amplio y con extendido caudal junto a la estación meteorológica allí instalada.

            El agua no está demasiado fría en un día de sebo como éste y cinco minutos más tarde nos llegamos al Viejo Refugio de Bachimaña en la orilla norte del Ibón de Bachimaña Superior. Es la una y cuarto.

            El refugio está bastante limpio y a pesar de que no ofrece poco más que cubierto, ha conocido tiempos peores. Por lo demás el emplazamiento es sencillamente maravilloso.

            Comemos al sol sentados junto a la fachada sur del refugio y se nos hacen las dos al calorcillo del mediodía.


            Luego tomamos el camino de la orilla este del ibón que desde aquí es más corto que el que hemos llevado por la mañana cuando subíamos  y a pesar de sus continuos subes y bajas, en media hora nos llegamos al Refugio de Bachimaña al que entramos para echar un vistazo ya que lo conocíamos en obras. Hay una pareja solamente a pesar del buen tiempo que está haciendo.

            También entramos a ver la Casa de Aragonesas junto al refugio nuevo. Está abierta y bastante decente. Le sucede lo mismo que al Refugio de Bachimaña Superior y nos trae unos recuerdos inenarrables.

Frutos maduros del Serval de cazadores.

            Un cuarto de hora después y con el piloto automático puesto nos vamos para abajo mientras contemplamos la evolución de la nubosidad que nos va a dejar una tarde gris.

            Son las cuatro de la tarde cuando llegamos al Balneario de Panticosa liquidando 1050 metros de desnivel en un día otoñal de libro, de esos que entran pocos en docena. Otal puede esperar.

13 oct 2013

46-13. CIRCULAR A LES GAVES DE AAS Y AULE. 13-10-13.


Arista Norte del Pic Aulión.

Aparcamiento de Bious Oumette, Presa de Bious Artigues, Cabaña de Aas, Arista Sudeste, Pic Aulion, Soum de Aas, Turon Garie, Col de Turon Garie, Lac Aule Cabaña, de Aule y Bious Oumette.
13-10-2013.
Salida 08 h. Llegada 15 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Aulión y Ass procedente del IGN francés. Vía en amarillo.

            Desde el día que hiciéramos el Gazies con nieblas nos quedó enganchada en la mente la idea de volver a Bious Artigues y disfrutar de la zona. Es 14 de Octubre de 2013, queremos algo relativamente corto y nos vamos a disfrutar del otoño aprovechando que esperamos un día claro y fresco.

            Hay que pasar el Portalet de Aneou que está con obras por el asunto de la coordinación de medios para la limpieza invernal de carreteras, otro chollo más, que no teníamos bastantes. Internet no sirve para los intereses de los parásitos, que cada día son más chupando la sangre de los contribuyentes.

            De allí para abajo hasta la entrada de la carretera a la Presa de Bious Artigues hay alrededor de 10 kilómetros y luego 4 kilómetros más. Son las ocho y media de la mañana cuando aparcamos bajo la pared del embalse sobre los 1325 metros de altitud pues preferimos remontar andando hasta la presa para no tener que hacerlo a la vuelta en el caso de aparcar junto al embalse. Vamos a hacer una circular en sentido de las agujas del reloj.


            Comenzamos a caminar en dirección sudoeste al objeto de alcanzar la pared de la presa de Bious Artigues tomando el caminillo que avanza a l norte de la carretera y atajamos la gran lazada de la misma para alcanzar la presa en su parte central. Allí continuamos atravesando el largo pasillo de la presa en dirección norte hasta que salidos del mismo tomamos una pista que inicia el rodeo del embalse por su orilla norte.

Si el hijo del Midi está a la derecha estamos en Francia.

            Sabemos que hemos de tomar un camino que abandone esta pista en dirección oeste pero la falta de cartel indicativo y de hitos nos invitan a proseguir un poco más hasta que cruzado el Barranco de Aas decidimos darnos la vuelta y tomar el camino desechado ya que sabemos que hemos de progresar valle arriba por la orilla izquierda del barranco.

            Una vieja tiradera de madera con aspecto de transitada se va elevando hacia el oeste a través de un hayedo que no ha comenzado a otoñar todavía. La pista, enseguida se convierte en camino y prosigue en sostenido y suave ascenso por la orilla izquierda del barranco.


           Poco después salimos del hayedo y nos introducimos en una pradera alpina a través del caminillo que nos lleva a la Cabaña Pastoril de Aas. La mañana es luminosa y fresca todavía a la sombra. Por arriba el sol corona el circo y vamos a buscarlo con ganas.

          Sabemos que hemos de abandonar el camino que llevamos y que conduce al Col de Aas de Bielle para pasar al Valle de Sescoue para introducirnos en las laderas del Sudeste del Pic Aulion por lo que vamos controlando la aparición de algún caminillo que nos interese.


            No ocurrirá así y puesto que estamos junto al lecho del barranco y la ladera es abordable por cualquier lugar, decidimos iniciar el ascenso de la misma antes de alcanzar el arranque de la arista oeste del pico.

            Hay ganado que ha pastado las enormes laderas de la zona salpicadas de enebros rastreros y cubiertas de arándanos un poco más que maduros. Estamos a 1800 metros de altitud y llevamos una hora bastante cumplida de camino.

            Alcanzamos el sol y lo agradecen, especialmente las manos pues una fresca brisilla nos invita a ponernos guantes.


            Al sol de la mañana vamos ascendiendo en dirección noroeste en busca de la loma-arista que nos tiene que conducir a nuestro objetivo. Se trata de una serie de resaltes suaves y escalonados, cubiertos de verdura que se suben por cualquier parte. Subimos a ritmo y se nota por lo que, de cuando en cuando, nos detennos a comer arándonos y a recobrar el aire.

            Enseguida se perfila discretamente en la arista la alomada Cima del Pic de Aulion pero estamos sobre los 2000 metros de altitud y aparece todavía lejana y engañosa.

La Sur del Pic Aulion.

            Poco después alcanzamos la arista y proseguimos el ascenso bien por la misma que es redondeada y compuesta de suaves resaltes o ligeramente en la vertiente este ya que hay tramos coronados de crecidos enebros.

            Aprovechamos algún tramo metamórfico para ascenderlo escalonadamente y descansar piernas apoyando manos  y poco después alcanzamos una minúscula depresión de la arista desde la que arranca el casquete somital del pico. Se trata de un resalte un poco más erguido pero siempre fácil que se puede ascender casi por cualquier parte y que nos va a permitir subir los últimos 100 metros de desnivel. Es una arista estacional: cuando transitas al oeste para contemplar el Col de Aas de Bielle te refresca el invierno, si pasa a la vertiente este te mete en calores el verano.

            Unos metros debajo de la cima y aprovechando un lugar abrigado y al sol nos sentamos a almorzar, son las once menos cuarto.

            Contemplamos casi todo nuestro camino de ascenso a partir del Embalse de Bious Artigues, nos deleitamos con los contraluces del Midi de Ossau y disfrutamos un azulado horizonte sudeste bastante completo aunque impreciso.


            Veinte minutos después nos ponemos en marcha y alcanzamos inmediatamente la Cima del Pic Aulion situado a 2409 metros de altitud  cuando son las once y diez de la mañana.

Soum de Aas.

            Hay un montoncillo de piedras que señala la cima en la que concluye la cresta de Becquetes junto al que hacemos una fotografía de la arista que se extiende hacia el norte y que vamos a recorrer. La ladera orientada al norte está pintada de blanco premonitorio del invierno que viene ya en altitud aunque del resto ya ha desaparecido prácticamente toda la nieve de la primera nevada de la temporada.

            Poco después iniciamos el descenso en busca del collado de separación con el Soum de Aas. Son 50 metros largos de una arista un poco más afilada que la que acabamos de subir pero sustancialmente diferente ya que por una parte la vertiente norte está con nieve y la vertiente sur, sombría todavía tiene las piedras cubiertas de hielo y hay que andarse al loro.

            Bajamos despacio y con cuidado utilizando una rampa mixta en la vertiente sur y casi al final nos incorporamos a la arista para terminar con un tramo de descenso fácil y escalonado.


            Del collado salimos inmediatamente para arriba por una arista muy fácil, soleada y agradable que nos va a permitir ganar la altura que acabamos de perder. Luego, en la antecima, viramos completamente al norte y en suave ascenso nos alargamos hacia la Cima del Soum de Aas, nos orienta el Sesques y Lepentouse a la izquierda de la cima y el Gazíes a la derecha.



            Son las doce menos cuarto cuando nos fotografiamos en la cima situada a 2427 metros de altitud, una cima amable y adornada por los colores ocres de los arándanos.


            Prácticamente de llano proseguimos nuestro avance en dirección norte ahora por un caminillo transitado que recorre la arista en suave descenso para encumbrarse poco después en un amable casquete somital  que conforma el Turon Garie. Son las doce y diez y estaremos sobre los 2378 metros de altitud.

            Hay que decir que se puede descolgar uno de la arista casi por cualquier parte. De hecho una pareja del grupo de franceses a los que informamos de la arista que estamos haciendo se ha incorporado a la cresta atajando sobre el Collado de Turón Garíe que a donde nos dirigimos nosotros.

Lac de Aule.

            Contemplamos y fotografiamos el Lac de Aule y  con detalle nuestra subida  por el Gave de Sescoue de la primavera pasada; luego, tras hacer una foto decidimos recorrer la arista para bajar al Col de Turon Garie.


            Se trata de una arista fácil, suavemente descendente que nos sitúa poco más abajo en una zona de pequeños dientes afilados que no dificultan el paso pero que hay que hacer con apoyos de manos. La roca metamórfica llena de líquenes se transita bien al ser fiable.

            Serán alrededor de la una menos diez cuando alcanzamos el Col de Turon Garie situado a 2265 metros de altitud, nos despedimos de Sesques y del Caperan y poniendo rumbo sudeste continuamos el descenso por herboso pastizal en busca del Lac de Aule.

            Descendemos suavemente y por cualquier parte incluso pateando tramos del camino de descenso que abandonamos luego para bajar directamente hacia el lago.


            Es la una y cuarto  cuando llegamos al Lac de Aule a 2040 metros de altitud. Hay gente comiendo alrededor del lago y nosotros vamos a hacer lo propio.


            El cielo está arañado y el solecillo nos regala un ratito no demasiado agradable. Así que liquidamos la comida, fotografiamos los alrededores del lago y alrededor de las dos nos incorporamos al camino de descenso tras rodearlo y desestimar la tentación de salir directamente para abajo, se puede bajar pero no es un descenso cómodo y hay que conocerlo ya que hay dos corredores posibles.


            Por la orilla derecha del Barranco de Aule descendemos por un camino que hiciéramos entre nieblas y que nos lleva tras el estrangulamiento superior al rellano pastoril en el que se encuentra la Cabaña Aule a 1700 metros de altitud.


            Pasamos a la orilla izquierda y proseguimos camino abajo. También se puede continuar por la orilla derecha hasta poco antes de    que el camino se introduzca en el hayedo y cambiar de orilla por un paso de fortuna.
Cólchicos de otoño en el Barranco Aule.

            Luego en el hayedo el barranco de ahonda y estrangula y el camino desciende consistentemente muy transitado y con gente que baja de vuelta.

            Son las tres de la tarde cuando tras pasar junto a la Cabaña de Bious Oumette nos llegamos al coche finalizando una agradable circular en la que hemos movido 1200 metros de desnivel.

            Hemos terminado a muy buena hora para volver a casa con cierto tráfico alrededor del Portalet y darnos una vuelta para terminar con las Fiestas del Pilar.

9 oct 2013

45-13. OROEL POR EL DIEDRO DE LA NORTE. 9-10-2013.

En la parte inferior del Diedro de la Norte de Oroel.

Parador de Oroel, Diedro de la Cara Norte, Faja Superior Cara Norte y Espolón Norte, Descenso por el Camino de las Neveras.
09-10-2013.
Salida15 h. Llegada 20 h.
Sol.
Bastante fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Oroel procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            A Peña Oroel subimos con frecuencia fundamentalmente por su vertiente norte y por el transitadísimo camino que arranca en el Parador de Oroel. Hemos subido también  por la zona nordeste para alcanzar Puntas Bazials y Sora, y  también lo hemos hecho por Ordolés en la vertiente sur.

            Hece ya algún tiempo que había oído noticias de una vía  que ascendía los paredones de la vertiente norte de la peña y que llegaba directamente a la Cruz de Oroel. No era ni fácil, ni estaba muy transitada y suponía toda una incógnita para mí pero estaba dispuesto a explorar lo que no era más que una posibilidad.

            Por diversas razones marcharemos el nueve de Octubre de 2013 y lo haremos por la tarde para coger la roca más seca que por la mañana.

            Son las tres y media de tarde cuando aparcado el coche junto al Parador de Oroel a 1180 metros de altitud, tomamos una pista que sale de la carretera 200 metros al oeste del parador.


            La pista, en suave ascenso, vuelve un poco hasta enfrentarse al parador y termina enseguida en una ampliación de la que arranca un camino que en dirección sur-sudoeste atraviesa la ladera en busca de las paredes.

            Vuelta a vuelta y sin descanso  a través de pequeñas graveras  instaladas entre el praderío en el que abunda la gayuba llena de frutos, alcanzamos un torrente en el que las aguas han hecho profundas labores de arrastre.


            Allí perdemos los hitos que aunque escasos nos han ido guiando ladera arriba. En el barranco no hay huellas de tránsito pero nos deposita en la pared compuesta de resaltes poco agradables salpicados entre rampas tanto herbosas como terrosas muy húmedas, lo que nos dice que el asunto puede estar bastante chungo.

            Dudamos entre pasar el resalte por un lado u otro y al final nos decidimos  a hacerlo por el oeste, nuestra derecha. Una travesía a media ladera  nos conduce a otro barranquillo con resalte de acceso que nos invita a dar la vuelta y subir por medio con mucho cuidado ya que la hierba está muy húmeda.

            Ascendemos consistentemente agarrándonos a todo lo que viene a mano destacando como presas más francas los jóvenes abetos que pueblan la ladera llena de piñas con lo que los mejores apoyos de pies son los terrosos que ceden suficientemente debido a la humedad.

            Hemos visto la hendidura que recorre la pared y hacia ella nos dirigimos un poco “a huevo”, ya que esa referencia hace rato que la hemos perdido.

            Lo que sí tenemos claro es que habrá que alcanzar la base de la pared y allí ya trataremos de localizar la vía que buscamos.

            Unos metros más arriba tras un intento de localizar indicios de paso que no sea de jabalí alcanzamos la base de las paredes justamente bajo un empinado y estrecho corredor que no puede ser otra cosa que lo que vamos buscando. Estaremos ligeramente por debajo de los 1500 metros de altitud.

Entrando al Diedro de la Norte de Oroel.

            Unas gradas superpuestas y fáciles nos permiten acceder a la entrada del corredor sin que localicemos citas a pesar de nuestros esfuerzos, cosa que sucederá con la aparición de un ala de mosca que asegura el tramo inicial de pared que acabamos de subir. ¡Bingo! Sin confirmación no hubiéramos proseguido de ninguna manera.

            Se trata de un corredor rectilíneo y bastante vertical, establecido entre los conglomerados de pudingas típicos de la eña, los “patatones” y en general bastante húmedo ya que incluso corre el agua por el fondo del diedro. Una decena de metros fáciles  que hacemos un poco por cualquier parte nos depositan en el inicio de un diedro estrecho y vertical que tendrá alrededor de 15 metros y que a la postre será lo más duro de la ascensión.

            Encordamos a mi chica con lo que terminamos con los problemas iniciales y nos vamos para arriba. Subirá Juan que asegurará a Rosa y yo subiré detrás.


            El fondo del diedro pulido por las aguas nos ofrece presas desgastadas sobre las que hay que progresar en oposición aunque yo prefiero buscar empotres en el fondo ya que al subir en libre y estar muy mojado siempre me propicia algo más de amparo además de múltiples problemas a la hora de cambiar los pies. Será un largo paso de IIIº al estar húmedo.


            Superado el tramo vertical el diedro se ensancha un poco y nos permite un ascenso más fácil de otra veintena de metros que subimos en ensamble y que nos deposita en otro resalte, de nuevo vertical, donde el diedro se difumina un poco y se convierte en una pared de esas que las inicias por un lado y enseguida te arrepientes de haberlo hecho.

            Tendrá un poco más de 30 metros ya que no es suficiente con un largo de nuestro cordino y unos metros más arriba, tendrá que recomponer Juan el seguro.

            Tras la parte vertical el tramo final se acuesta bastante pero lleno de Basura y completamente mojado nos obliga a una trepada poco estética en busca de seguridad con lo que alcanzamos un amable y descompuesto cono de deyección nacido de las paredes superiores.


            Estamos sobre los 1600 metros de altitud y hacia el oeste arranca la faja que vamos buscando y que nos tiene que depositar en la base del Espolón Norte de Peña Oroel bajo la Cruz.


            Se trata de una faja suavemente ascendente, de entre 10 y 20 metros de ancha, muy inclinada,  que presenta tramos muy agradables y con abetos asentados en su inclinada superficie fundamentalmente cubierta de verdura larga y mojada alternándose con otros desnudos, feuchos, estrechos y muy inclinados donde hay que soportar la presión tanto de los paredones establecidos sobre nuestras cabezas como los que arrancan a nuestros pies: el bosque queda allá abajo.


            Hemos de atravesar una serie de proas y corredores que articulan las paredes superiores con lo que la travesía se hace larga además de que nos obliga a continuos y suaves sube y bajas. Hay alguna clavija con cintajo azul  que permite asegurar el paso en algunos tramos aunque en esta ocasión no sea necesario.


            Siempre siguiendo un poco transitado camino alcanzamos un corredor cubierto de pedrera que ascendemos  en busca de un cintajo colgado tras el que localizamos un tenue camino entre el sotobosque de boj y proseguimos faja adelante. Será nuestro error ya que si hubiéramos echado la vista arriba con un poco de atención nos hubiéramos dado cuenta de que estábamos en la base del espolón norte tras el que se asomaba la Cruz de Oroel.

            Lo que viene después de un largo tramo de faja sin balizas de ninguna clase y menos transitado que el anterior es otro trozo de faja más estrecha, más fea y más pestosa en la que desaparece el camino y aparecen los cintajos y las clavijas. Es un tramo de alrededor de 300 metros de faja absolutamente desagradable y que nos conducen a la Arista Oeste de Peña Oroel.

            Hay alguna posibilidad de proseguir con la faja para entrar a la cima por la ladera sudoeste pero yo tengo claro que ese no puede ser el camino que vamos buscando y sin discutir gran cosa nos damos la vuelta sobre nuestros  pasos con todo el cuidado del mundo pero abreviando, la tarde pasa.

Entrada correcta a la pared somital.

            El despiste nos ha contado algo más de media hora. He hecho delante tanto la ida como la vuelta y cuando alcanzamos el corredor cubierto de pedrera, como sospechaba, localizo los restos de un cintajo que nos enseña la cruz: justamente en el inicio del caminillo en el sotobosque de boj arranca el espolón.


            Estaremos sobre los 1700 metros de altitud y el espolón nos parece una maravilla salidos del marrón del embarque. Un corto tramo a toda cresta que es amplia y fácil nos deposita en una ladera muy amplia y descompuesta en la vertiente este del mismo. Subimos por cualquier parte con ganas de llegar.


            Una travesía al oeste nos devuelve a la cumbrera del espolón y de allí, tras superar unos escalones fáciles alcanzamos el resalte final, un paretazo de alrededor de 10 metros verticales en los que nos guían unas balizas rojas y azules y que nos depositan justamente en la Cruz de la Cima de Oroel a 1770 metros de altitud. Son las seis y cuarto de la tarde.


            Estamos solos, cosa rara y nos recibe el agradable y cálido sol de la tarde en medio de una lejana neblina que secuestra prácticamente la totalidad del paisaje.

Hasta allá abajo hemos llegado por error.

            Hacemos algunas fotos, comemos unos dulces y echamos un trago de agua. Se nos va media hora pues hemos marchado al sudoeste para tratar de ver la posible salida de la faja que hemos recorrido y que queda como compromiso para otro día y también me he alargado hasta la Punta Oeste para asomarme a los cortados y localizar el lugar desde el que nos hemos dado la vuelta.


            A las siete menos cuarto nos vamos para abajo en dirección este en busca de las Neveras, hay que aligerar si no queremos que se nos haga de noche en el bosque.


            Bajamos a buen ritmo en dirección norte, sobre un transitadísimo camino que están reparando en su parte inferior y todavía tenemos luz suficiente para localizar algunos cantarelus lutescens o trompetillas amarillas sobre el húmedo musgo de las inmediaciones del camino. A las ocho menos cuarto, cae la tarde largamente ya, nos llegamos al coche. Nuestra subida a Oroel, por la que creo llaman la Vía de los Mayencos, ha tenido algo más de carácter que los 600 metros de desnivel que hemos salvado en una tarde que ha resultado interesante y de la que en modo alguno se puede decir que se trata de una senda de vacas.

Cantarelus lutescens.