Sabocos desde Mandilar. 24-2-11.
Final
Arrastre Panticosa 1900 m, Ibón de los Asnos, Corredor Oeste y Arista Oeste.
27-12-87.
Salida 08:30h. Llegada 15
h.
Sol.
Fácil.
Ascensión.
Rosa
Casas, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Sabocos procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Suena
temprano el despertador y no precisamente por la hora que señala sino porque
hace poco que estamos en horizontal. Levantarse es el primer “repecho” del día.
Desayunar
un poquillo y a todo trapo coger mochilas y ropas de abrigo y al coche para
recoger el personal. Esta vez no se llena el coche y voy a ir entre flores.
Dejamos
atrás Biescas y en Santa Elena viento como casi siempre. Por aquí podríamos haber subido aunque más
vale diablo conocido que el día es corto.
Búbal
está todavía dormido y solo, apenas amanece.
Mandilar desde la Pista de Hoz de Jaca.13-4-04.
Te
elevas hacia Hoz de Jaca echando algún vistazo a las primeras luces que pintan
Telera y cuando te das cuenta entre tumbo y tumbo has perdido la pista. Ya nos
pasó la vez anterior.
Vamos
ganado altura y confirmando que la pista está igual de mal que siempre y se nos
llenan los ojos de Midi que pastorea allá detrás el Portalet.
El
cuentakilómetros señala 9 kilómetros hasta que la alcanzamos el arrastre de las
Pistas de Esquí de Panticosa cuando la mañana es moza espléndida como así se
esperaba.
La
pista que continúa bastante más arriba
se viste allí mismo con un poco de nieve y mucho hielo y nosotros
comenzamos a especular entre los 2000 metros que marca el altímetro, los
resbalones y si nos ponemos los
crampones pues en el hielo ya hay huellas
de algunos menos perezosos.
Forato, Las Peñas y Sabocos vertiente norte. 27-2-05.
Aparece
el Ibón de Sabocos gris plata vestido de hielo en su letargo invernal, el hielo
cede a la nieve dura y ganamos terreno por la caja de la pista hasta dejar a
nuestra derecha el impecablemente nevado sobre el hielo, Ibón de los Asnos.
Son
las nueve de la mañana. Echamos un vistazo al Collado de Tendeñera de gratos
recuerdos y abandonamos el sol que brillantemente nos ha saludado entre los
ibones. Cuando volvamos a verlo estaremos arriba. Nos separa del sol 600 metros
de sombra y desnivel.
La
nieve se vuelve más profunda y hacer huella te quita la respiración cada quince
o veinte pasos, más en un repecho tan pronunciado como es la aproximación al
Portillo Chetro al que nos dirigimos directos.
Sabocos desde el Ibón de los Asnos.
Penetramos
más y más en la umbría y la nieve se endurece poco a poco lo que es ampliamente
agradecido por las rodillas. Desde abajo la Cresta del Portillo Chetro echa
fuego. La mañana es espléndida y la solución de continuidad que aparece clara a
nuestra izquierda nos invita a hacer un alto. Comeremos algo aunque no tengamos
demasiado apetito.
Al
final caerán las naranjas, las galletas y algunos quesitos más por el hambre
que tenemos por la que se nos pueda hacer, la pala que viene tiene “usía.”
Continuamos
la marcha por la amplia canal orientada al este. La pendiente que en último
tramo se había suavizado un poco se empina sin compasión hasta alcanzar una inclinación
que en el tramo final pasará de los 50º.
Corredor Oeste de Sabocos desde Peña Roya. 24-2-11.
La
nieve dura pero amable con la bota en la primera tramada de alrededor de 200
metros se endurece algo más con la pendiente por lo que frecuentamos los
descansos y los piolets pasan de servir como simple apoyo a elementos de
imprescindible seguridad ya que las botas son frecuentemente escupidas por la
pared.
-Oye,
esto se está poniendo valiente.
-Pues
ya hace rato que os digo que no hago huella.
-Sí,
será mejor que pongamos los crampones.
Estamos
a la izquierda de un pequeño espolón rocoso que divide la pared, hacemos una
travesía hacia allí y nos ponemos los crampones apoyados en el mismo.
Continuamos.
Se calientan enseguida los tríceps crurales haciendo puntas pero en cambio
progresamos deprisa y nos aproximamos a un pequeño collado en el Espolón Norte
que cierra la pared.
Sabocos subiendo a Mandilar. 24-2-11.
La
llegada es extremamente empinada y como siempre, la bofetada del aire que sube
por la chimenea es formidable.
Nos
reunimos sobre la gran cornisa que adorna la arista, con el viento y por fin
con el sol del mediodía contemplando la pala que acabamos de subir y que desde
aquí tiene un aspecto francamente impresionante.
Andamos
por el estrecho collado para superar varios escalones rocosos y cruzar la
cabecera de un amenazador corredor para alcanzar la arista que proviene del
Portillo Chetro que nos ha de conducir por nieve profunda y suavemente ascendente a los 2757 metros de
altitud a los que se encuentra la Cima de Peña Sabocos.
La Brecha de Sabocos desde el Verde. 9-3-14.
A
esto y por esto hemos subido, la visión es emocionante como el día: Oroel, Peña
Blanca. Telera, Collarada, El Midi de Ossau, la Foratata, Argualas, los Picos
del Serrato, al fondo Vignemale, Cañón de Ordesa, Oturia, ¿quién da más?
También
el pilar del vértice geodésico descabezado y la neblina entre el Gállego y la
Val Ancha. Estamos condenados a soportar la polución y sobre todo el vandalismo
innecesario e injustificado.
Comemos
al sol y al abrigo del viento contemplando las dos vías de la cara sur: el
Barranco de San Bartolomé-Infierno y el Barranco de la Selva de Asieso
completamente limpios de nieve hasta los 2500 metros.
En el Corredor Oeste de Sabocos. 14-12-97.
Las
fotografías de la constancia y aunque los tres nos querríamos quedar pues
estamos en la gloria mucho más siendo un día de invierno como este, hay que
bajar.
Sin
problemas hasta el collado norte. Con precaución y de espaldas al valle la
parte superior de la pared para proseguir luego de cara al valle conforme la
pendiente y la nieve se van tornando amables.
El
descenso es rápido. Cuando nos damos cuenta estamos ya en la zona de los ibones
contemplando a un par de esquiadores que bajan de Mandilar y se pierden pista
abajo.
La Noroeste de Sabocos desde cerca de la cima. 24-2-11.
Nosotros
que nos hemos quitado ya los crampones hacemos altas comedias en el hielo de la
pista, dando incluso con los huesos en la pista con lo que en plan de broma
alguien propone volver a ponerlos.
Se
acaba el hielo y rescatamos nuestros
ojos del Macizo del Balneario de Panticosa, determinadas atracciones son
irresistibles y ya estamos en el coche tranquilos porque lo hemos dejado cuesta
abajo por si las moscas, hay que evitar si se puede cualquier sorpresa. Son las
tres de la tarde.
Bajamos
por la pista saltando entre piedras y al sol ya que al estar altos todavía nos
acompaña con el correspondiente permiso de Telera que poco a poco va llenando
de sombras al Valle de Tena.
Haciendo huella para los mallencos. 14-12-97.
Con
conversaciones y comentarios propios del
día nos llegamos al Bar de Hoz y pedimos tres cafés con leche. La economía
mixta de estos valles en invierno a base de trabajar en las pistas de esquí
dejan a los pueblos vacíos de gente joven y no tan joven; el servicio del bar
es bastante precario, pero eso sí, con un abuelo al mando más tieso que un ajo,
la cafetera fría, la leña de abedul junto a la estufa apagada todavía, el
refugio cerrado. Estos pueblos no tienen vida hasta pasada media tarde que
vuelve la gente al pueblo.
Ya
estamos en el asfalto y Búbal pueblo nos enseña tristemente su soledad y su
abandono a la vez que su artificial y caprichosa cara nueva: hay que ver el
trabajo que da el dejar caer los pueblos para levantarlos después a base de los impuestos de los religiosos
contribuyentes.
Cima de Peña Sabocos.
El
paisaje conocido va pasando entre comentarios y proyectos. Un girón más de
nuestra alma se ha quedado en la montaña en este 27 de Diciembre del 87.
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