27 ene 2008

3-08. COMODOTO. 27-1-2008.

La este de Comodoto desde el Tozal Blanco.
 
Collado de Espierba y Arista Este.
 
27-01-2008.
 
Salida 9:00 h. Llegada 15:00 h.

Sol

Bastante fácil.

Ascensión.

Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Comodoto procedente de Prames. Vía en amarillo.

            El fin de semana se anuncia esplendoroso, a juego con la semana que estamos disfrutando. El 2008 está saliendo divino para la vida al aire libre.

            Tanto es así que el viernes 25 de Enero nos vamos con la luna llena algo pasada a La Raca y el sábado 26, comemos pronto y a la una y media estamos en el coche con destino a Pineta.

            Cerca de Bielsa fotografío lo que creo que es la arista este de Comodoto y sin más nos introducimos en el valle con la intención de disfrutarlo todo.

            Pasamos Javierre que está que se sale y luego el embalse, después paramos un poco más arriba para hacer alguna fotografía que saldrá con el traje de la oscuridad de las tres de la tarde en este angosto valle, de cuyo fondo ya hace rato que se ha ido el sol.

            En el desvío de Espierba nos dicen que la carretera está completamente limpia hasta el pueblo pues en esta zona parece que hay un poco más de nieve que por el Valle de Tena.

            La sombra en un fondo de valle cubierto de nieve completamente, a 1250 metros de altitud invita al movimiento y… tranquilamente nos llegamos hasta los Llanos de La Larri. Nos acercamos a la Cabaña que está abierta y limpia y disfrutamos de un rato estupendo.

            Un cuarto de hora más tarde nos damos la vuelta aproximadamente por donde hemos venido tras imaginar el camino hacia el Refugio de La Estiba que localizamos desde la parte superior de la Plana Fonda en nuestra última visita al Robiñera.

              Son las seis y media de la tarde casi noche cuando llegamos al Refugio de Pineta.

            Aparcamos en la carretera puesto que abajo hay poco espacio y la cuesta de salida al día siguiente puede estar muy helada, y tras recoger casi todo lo necesario nos bajamos hasta el refugio.

            Se trata de un enorme caserón a pié de carretera que tiene como principal objetivo servir de alojamiento barato a turistas y esquiadores. Por una parte no es viejo y así lo parece pero por otra, la entrada tiene unas goteras tremendas y luego, por dentro está algo descuidado y muy sucio con telas de araña por doquier.

            Nos dirá el guarda, muy amable, cuando le comentamos la actividad, que por allí van los franceses. Que tendremos huella.

            Es una habitación de cuatro con dos literas dobles y hay una pareja de jóvenes que han venido a esquiar a Piau-Engalí. Son castellanos, parecen universitarios y resultan majetes. Charlamos de montaña y de esquí distendidamente hasta que se marchan a hacerse una pasta para la cena.

            Nosotros nos empiltramos cuando van a ser las nueve de la noche.

            Es un refugio de carretera y se cena tarde. Luego lo del silencio…tela marinera. La pareja vuelve cenada y charlamos un rato más. Finalmente yo desconecto y me voy a mi gloria particular cálida y relajada a pesar de que las habitaciones están solamente separadas ópticamente con paneles y la puerta es una cortina y el follón es ciertamente intenso.

            Son las siete y media cuando movemos al domingo 27 de Enero.

            A las ocho y cuarto subimos con todo al coche y tras limpiar un poco el hielo de los cristales marchamos carretera abajo mientras se van deshelando con la calefacción.

            En el desvío correspondiente, seis kilómetros más abajo del refugio, tomamos una estrecha carretera de montaña que tiene el firme recién echado y que está completamente limpia de nieve. Tras 2 kilómetros y medio nos sitúa en medio de un desperdigado pueblo de montaña. Espierba está situado en un inclinado rellano, huido del fondo del valle y acostado al sol de la tarde.

            Pasamos casas absolutamente desperdigadas, muchas de ellas en proceso de rehabilitación y casi al final charlamos con uno del pueblo que confirma nuestras informaciones y nos dice que la barrera está levantada.
 
Ordesa desde el Collado de Espierba.

            Pasan de las nueve de la mañana cuando alcanzamos la barrera situada a la salida del pueblo y damos la vuelta al coche para aparcar. En la pista hay manchas de nieve y no nos fiamos.

            La mañana está espléndida y a las nueve y cuarto comenzamos la marcha sobre los 1400 metros de altitud,  en dirección oeste y casi de llano.

            No habremos caminado ni medio kilómetro cuando hacia el norte nace un ramal de pista que es el que tenemos que tomar. Con ella y en suaves lazadas ascendemos poco a poco. La base de la pista está casi cubierta de nieve en su totalidad pero como está todavía medianamente dura no se sube mal del todo. A pesar de ello entramos en calor ya que llevamos algo de carga con raquetas, piolets y crampones.

            Nos quitamos ropas conforme ascendemos, alcanzamos un rellano en el que el pinar se aclara y afrontamos las últimas lazadas de la pista cuando el pinar sucumbe a la altitud y aparece la pradera alpina.

Cerca del Collado de Espierba.

            Son las diez y media de la mañana cuando llegamos el Collado de Espierba situado sobre los 1800 metros de altitud. Si hasta ahora hemos disfrutado con la incomparable vista de la cara norte de la Sierra de las Tucas, a la que se le ha ido agregando la norte de las Tres Sorores, ahora aparece el espléndido paisaje de la vertiente sur del Valle del Real, y toda la Arista Este de Comodoto que es nuestro objetivo.
 
Las Tres Marías y la Suca.

            Superado un pequeño ressalte, la nieve, que no es demasiada, está medianamente dura. La vertiente sur de la arista está limpia y la norte está llena de nieve un tanto endurecida. La progresión mixta  es obligada y los tramos de nieve a la sombra están muy duros por lo que decidimos ponernos los crampones.

En la arista hacia el Tozal Blanco y Comodoto.

Depresión al este del Tozal Blanco.
 
            Inmediatamente de ponérnoslos se acaba la nieve dura y empezamos a hundirnos ligeramente cuando iniciamos el amplio y soleado corredor que conduce al Tozal Blanco situado a 1994 metros de altitud.

Robiñera desde el Tozal Blanco.
 
            Alcanzada la cima vestida de afloraciones rocosas divisamos la continuación de la arista que se ensancha y se arrellana en la depresión de la Plana el Dué. Nosotros continuamos en dirección oeste y tras dejar atrás la plana nos incorporamos a una amplia ladera, también soleada que se va elevando y conduce a una suave loma acotada a 2135 metros.

La Estibeta por delante del Balcón de Pineta.
 
            Aprovechando que llevamos los crampones la faldeamos ligeramente por su vertiente norte, medianamente inclinada y vestida de nieve dura y alcanzamos de manera económica el collado en el que se inicia el casquete somital del pico sobre los 2100 metros.

Comodoto desde la Antecima Este.
 
La arista al principio es suave pero enseguida se yergue medianamente lo que la hace fácil tanto si se progresa por la nieve de la arista como si se busca terreno limpio en la vertiente sur. Un tramo intermedio un poco más erguido conduce a los últimos metros finales escalonados y metamórficos en los que abundan las pizarras.

Llegando a la Cima de Comodoto.
 
Luego la arista se allana y se alarga perfilada y horizontal hacia el oeste conduciéndonos a la cima de Comodoto a 2361 metros de altitud cuando son las doce y cuarto de la mañana. Rosa llega detrás con los crampones en la mano. Se le ha roto uno de ellos.

La Norte de la Suca.

La Norte de las Tres Marías desde Comodoto.
 
Almorzamos en la cima disfrutando de un espléndido paisaje  que comienza en Portañús, nos enseña la norte de todos los Mallos, la Punta de los Verdes, La Monesma, las Tres Marías y la Suca.; De Ordesa se ven desde Las Olas, hasta el Forcarral incluyendo los menores como el Rabada, el Navarro o la Espalda de  Esparrets; y cambiando de Valle Chinipro, Robiñera  y toda la Sierra de Liena. Para cerrar, al este se divisa la arista de la espada de Urdiceto, Fulsa y Suelza, la Peña de las Doce, el Llosal, la Peña la Una y algo del Macizo de Cotiella. Quería venir para aquí para reconocer desde aquí y el día es inmejorable.

Collado de las Puertas.
 
Detalle de la Sur de Robiñera.
 
Contemplamos la fácil subida, que suponíamos haríamos al pico, desde el Tozal de las Coronetas entrando por Chisagües y seguimos soñando: allí está la Faja Tormosa esperándonos. Está lejos de cualquier lugar accesible pero todo llegará.

Collado de Añisclo desde Comodoto.

Baudrimont, Espalda de Esparrets, Soum y Perdido.
 
En la Cima de Comodoto.
 
Media hora después tomamos dirección este iniciando un plácido descenso. Nos encontramos con una pareja que quiere ir al pico y bajar por la Pista de la Estiva, les decimos que la bajada es fácil pero que la vuelta es más larga y seguimos para abajo para alcanzar el Collado de Espierba.

La Este de Comodoto.
 
Son las dos de la tarde. Comemos al sol con poca agua. Hoy hemos hecho casi corto debido al tórrido sol que nos ha acompañado durante todo el día metiéndonos en calores y sudores.

Plácido descenso de la Este de Comodoto.
 
Media hora para comer y luego una hora más de pista nos permiten alcanzar nuestro coche cuando la sombra ya le ha alcanzado. Son las tres y media y hemos liquidado una gratificante actividad en la que hemos movido 950 metros de desnivel, ayer fueron 350 metros de paseo.

Bebemos nuestra cerveza al fresco del neverillo residual y tranquilamente nos vamos para abajo tras cambiarnos de calzado.

Pasamos por Bielsa que está concurridillo y paramos en Boltaña para echar un paseo por la plaza y alrededores que siempre resulta agradable.

Alrededor de las seis y media estamos en casa, con tiempo para casi todo, especialmente para beber para reponer líquidos y para celebrar un día de invierno sensacional como pocos.
 

 

25 ene 2008

2-08. LUNA LLENA EN LA RACA. 25-1-2008 y 13-3-08.


En la Cima de la Raca.
 
Parking  de Astún, Rellano de Ptrado Blanco y Pista de la Raca.

25-1-08 y 13-3-08.

Salida 22 h. Llegada 01 h.
 
Luna llena.

Fácil.
 
Ascensión.
 
 Florián Oliván, Gabriel Miranda, Elena Casas, Jesús Manero, Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de la Raca procedente de Prames. Vía en amarillo.
 
            Nuestras actividades de montaña se suelen realizar con la luz del sol. Si es necesario, por alguna circunstancia especial, podemos utilizar las frontales  pero no dejan de ser una excepción consecuencia de la visita a alguna cueva, la vuelta tarde de una actividad o el inicio de alguna actividad principalmente glaciar que requiere el frío de la noche para la dureza de la nieve.

            La luz de la luna también puede ser utilizada conjuntamente con la nieve. Nuestra experiencia cuenta con momentos en los que tales circunstancias proporcionan una claridad inusitada y son la base de las actividades nocturnas con luna llena.

            Hace ya algún tiempo que se pusieron “de moda” los paseos  nocturnos sobre la nieve o el esquí nocturno sobre alguna pista iluminada artificialmente. Proporcionaban una experiencia diferente y, ese esquí prácticamente ha desaparecido pero en cambio, todavía tiene “cierto arraigo”, la utilización de las pistas de esquí paras realizar ascensiones con esquís de travesía o paseos con raquetas a la luz de la luna llena.

Hace ya algunos años que probamos la experiencia con los esquís de travesía tanto en Astún como en Formigal, pero entre los relevos de mi esposa y los míos, la nubosidad nocturna y la cantidad de nieve necesaria, no es demasiado fácil conseguir la noche adecuada pues hay que decir que nosotros somos malísimos esquiadores.   
 


Un alto para alguna foto.
 
La luna llena fue hace tres noches pero a pesar de ello, hoy 25 de Enero de 2008 lo vamos a intentar y se apuntan al asunto algunos amigos. Así que nosotros que pensábamos subir con los esquís lo haremos con las raquetas.

El tiempo es estupendo, la temperatura está agradable y a las diez de la noche estamos poniéndonos las raquetas en el Aparcamiento de Astún, aprovechando la luz de una farola, la luna no ha salido todavía.

A veces hace fresqui.
 
Las últimas máquinas pisanieves se van y nosotros partimos de los 1700 metros de altitud en dirección nordeste para tomar la pista que desciende por la orilla izquierda del barranco. Entra un poco de viento que está endureciendo la nieve.

En la primera bifurcación de pistas dejamos la que continúa próxima al barranco y tomamos la que se orienta hacia el sudeste. Es la pista ancha que conduce  tras una pequeña vuelta a la zona intermedia de la estación, la zona de Sarrios.

La noche lo permite y los cañones comienzan a fabricar nieve a la vez que se asoma la luna tímidamente por el Collado de Astún.

Nosotros enseguida abandonamos la pista ancha, tomamos otra más estrecha y más erguida que discurre al oeste de la anterior y, tras dos resaltes asequibles,  nos conduce al rellano de la cafetería, Cota 2000,  obligándonos a subir a buen ritmo a pesar de las paradas para hacer fotos con dudoso futuro. La conversación distendida ayuda a progresar con buen ritmo de manera relajada.

Con la Luna detrás de nosotros.
 
La estación, a la luz de la luna que no esta precisamente esplendorosa, presenta algunos cambios según nuestros recuerdos pero básicamente nos muestras la pista que conduce a la Raca como salida única hacia arriba. Pasamos sobre la cafetería  sobre los 2000 metros de altitud y atacamos el resalte del paso estrecho al este de la arista norte de la Raca.

Tras el paso estrecho la pista se arrellana un poco y se amplía conduciéndonos al resalte superior que incluye un amplio quiebro de 90º de izquierda a derecha según el sentido de ascenso, al efecto de incorporarse a la cabecera de la arista norte.

Una ligera brisa anuncia la arista e inmediatamente la cumbre de La Raca a 2284 metros de altitud. Son las once y media de la noche. De una soberbia noche espléndidamente estrellada y con una luna que, aunque no llena, ha iluminado suficientemente el delicioso placer que ha supuesto el ascenso. Han sido 575 metros de desnivel que han resultado muy llevaderos. La noche y la nieve siempre mitigan los rigores del camino.
 
Con las luces del Valle del Aragón.

En la cima, además de las fotos, el café con leche, los dulces y los frutos secos; disfrutamos de un paisaje un tanto especial, discreto e ineludible para los conocedores: el Midí, Señor de esta zona del Pirineo y el Mala Cara en el horizonte nordeste, la arista de Astún hasta los Monjes y la Arista hasta Somport de norte a oeste, la Canal Roya con el Fastuoso y oscuro Diente de Anayet al este junto a la arista que une la Moleta con Collarada y en el fondo, las discretas luces de Canfranc, Candanchú y Astún.

Media hora después, no hemos tenido que abrigarnos, iniciamos el descenso por el mismo camino hasta la zona de cafeterías. Bajamos a muy buen ritmo.

            A la altura del rellano en el que está la pista de principiantes nos vamos un tanto al norte para no repetir el mismo camino  y tomamos la pista grande desde su cabecera.

 Somos adelantados por un par de esquiadores que bajan a todo trapo, seguramente muy conocedores de la estación, luego somos refrescados por los cañones que están funcionando a pleno rendimiento y sin prisa pero sin pausa nos llegamos al coche cuando va a ser la una menos cuarto. Liquidamos así una actividad que no siendo nada del otro mundo es una experiencia agradable como poco para casi todo el mundo y mucho más para los que cuentan con poco experiencia en la montaña. Solamente es necesario vencer la pereza que da salir al monte cuando se hace de noche.

Solemos subir a la Raca, algunas veces solos pero casi siempre con amigos. Se trata de una actividad sencilla que suele resultar muy agradable por inesperada. Hoy 12 de Marzo de 2009 volvemos, nosotros con los esquís y otros con las raquetas.

Solo falta alguna frontal.
 
La luna llena sale a la hora que le corresponde y hacemos el ascenso prácticamente sin ella, lo que no es mayor problema que la falta de espectacularidad.

En hora y media alcanzamos la cima de la Raca con una temperatura, exagerando un poco, casi “veraniega”; lo que es una auténtica delicia.

Estamos un buen rato contemplando como los altoestratos restan bastante luminosidad a la noche, la despojan de espectacularidad pero nos permiten una actividad placentera sin ningún problema más que un poco de falta de relieve en la nieve a la hora de girar en las zonas menos iluminadas. Una hora de descenso es suficiente para liquidar el paseo

Ayer fue peor pues se quedaron nieblas agazapadas en el circo. Y es que, las condiciones ideales no son fáciles de conseguir o como acostumbro a decir: a veces, lo mejor suele ser enemigo de lo bueno.

Es recomendable llevar frontales por si aparece nubosidad.

 

 

 

2 ene 2008

1-08. PEÑA DE AMAN EN BUSCA DEL PICO MEDIODIA. 2-1-2008.

San Miguel y la cresta de Amán que subimos.

Aparcamiento de San Julián de Banzo, Barranco de San Martín, Mallata del Romeral, Mallata Marco y arista nordeste.

02-01-2008.

Salida 09 h. Llegada 13 h.

Mixto.

Fácil.

Ascensión.

 Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

      
Mapa de Amán procedente de Prames. Vía en amarillo.

      En uno de mis mapas sobre Guara hay un camino que conduce al Pico Mediodía o Picón que no conocemos y del que sabemos tiene unas pequeñas trepadas para acceder a cualquiera de sus dos puntas. No es demasiado largo el camino, tampoco es importante el desnivel  y podríamos a la vez hacer la Peña de  Amán que conocemos por otra vía.

            Estamos a 2 de Enero del nuevo 2008, madrugamos, nos bajamos hasta Huesca, dejamos a Biola que se va a Madrid en el Ave de las ocho menos cuarto de la mañana y tras remolonear un poco en la estación, nos vamos hasta San Julián de Banzo.

            Recordamos el aparcamiento del día en que fuimos a Matapaños y la Ermita de San Martín pero sabemos que hay que ir a otro próximo situado al oeste del conocido y utilizado en aquella ocasión.

La Cobeta y las Alpargatas.
 
            Alcanzamos el aparcamiento sin cartel indicador alguno, dudamos, volvemos, buscamos por pistas próximas, nos llegamos hasta el aparcamiento que conocemos y, finalmente nos volvemos hasta el aparcamiento del que suponemos saldrá nuestro camino. Uno tan indicado y el otro nada.

            Son las nueve bien pasadas de una mañana fría y escarchada cuando nos marchamos camino adelante en dirección casi nordeste, en suave descenso y a través de un camino estupendo para Guara que enseguida nos conduce al Barranco de San Martín, lo que confirma nuestro acierto en la elección.

Cueva en el Barranco de san Martín.
 
            Hemos partido de 740 metros de altitud y tras bajar alrededor de 30 metros encontramos una cueva bastante acondicionada en la orilla izquierda del barranco. El camino prosigue por la otra orilla del seco barranco apartándose inmediatamente del mismo para proseguir en suave ascenso y en dirección norte hacia unos viejos campos de labor vestidos ahora del amarillo invierno de las altas pratenses que los pueblan.

            El camino pasa junto a una mallata importante en sus buenos tiempos y asciende suavemente a lo alto de la Loma del Romeral permitiendo que el recién nacido sol nos temple las espaldas prometiéndonos un buen día.

Barranco de la Cobeta.
 
            En la plana y amplia loma divisoria el camino sigue girando suavemente y en descenso orientándose al noroeste hasta alcanzar  el cauce, también seco del Barranco de la Cobeta.

            Allí encontramos una baliza roja y blanca que indica no proseguir barranco arriba con trazas de camino y continuar a media ladera al noroeste hacia el collado situado al nordeste de la Peña de Amán.

Peñas de Amán y Sopilata de camino.
 
            El camino se ha ido cerrando paulatinamente cediendo al desarrollo natural del matorral espinoso y hay que caminar con cuidado si no quieres disfrutar de un delicado martirio de punzadas varias.
 
La Sudeste de Amán.
 
            A estas alturas ya estamos convencidos de que nos tendríamos que haber desviado, pero no lo hemos tenido claro y decidimos acercarnos hasta el collado entre Sopilata y Amán no fuera a ser que allí partiera algún camino loma adelante por la ladera izquierda del Reguero del Aguila que es nuestro objetivo.

La Arista Nordeste de la Peña de Amán.
 
Casquete Somital de Amán desde el sudeste.
 
Resaltes Terminales en la peña de Amán.
 
            En el amplio y muy vestido collado alcanzamos el cartel indicador situado ligeramente por debajo de los 1000 metros de altitud. Desde allí el camino que zigzaguea en dirección sudoeste por la loma superando alrededor de 100 metros de desnivel hasta alcanzar el doble resalte somital, trepar fácilmente el primero más corto y escalar el segundo con la ayuda de tres clavijas de las que la central está bastante suelta. Es el camino a la Peña de Amán situada a 1121 metros de altitud y que nos muestra una perspectiva impresionante del Salto de Roldán, el Fraile y las inmediaciones de la zona con el Aguila y Gratal.

            Recordamos la anterior ocasión en que hicimos la peña provinientes de la Peña de San Miguel en una jornada dura en la que el viento y el frío nos probaría cumplidamente en el momento de la escalada de las clavijas del casquete somital.

            De vuelta en el collado no encontramos camino que nos interese y nos damos volvemos sobre nuestros pasos flanqueando de nuevo por el sur la Peña Sopilata.

Hacia Peña Sopilata sin camino.
 
            Estamos a la altura de la Paridera Saso cuando Rosa encuentra una cita y trazas de camino que más bien es de cuadrúpedos que de bípedos, pero que nos puede llevar hacia nuestro objetivo. Los dos sabemos de las dificultades que tiene Guara pero iniciamos un fuerte ascenso en dirección norte sin demasiadas esperanzas y más bien pensando en que algo más hay que hacer hoy.

            Siguiendo pobrísimas trazas de caminillos que continuamente aparecen y desaparecen nos orientamos un tanto al nordeste saliendo de los Paredones de Sopilata y ganando el declive que se origina en la base de la Cresta de la Cobeta.

Picón y Mediodía desde el Collado Sopilata.

            Al menos algunos animales transitan por aquí y en las inmediaciones del loma, sobre las hierbas, un caminillo nos conduce al collado, nos muestra la parte del alta del Reguero del Aguila y el Pico del Mediodía por fin. No sé si llegaremos al pico.
 
Tenue caminillo hacia el Reguero del Aguila.

            El tenue caminillo abandona inmediatamente la loma y se inclina en suave descenso hacia el fondo del barranco desapareciendo inmediatamente, lo que no me parece mal ya que no me gusta el lugar hacia el que marchaba. Nosotros avanzamos unos metros por la espinosa cresta y nos paramos para almorzar sobre unas afloraciones calizas. Son las once de una mañana en la que el sol ha desaparecido tras una creciente capa de nubosidad uniforme que no tiene nada de buena pinta.

            Se hace fresco y consecuentemente, no perdemos demasiado tiempo en el asunto a pesar de que no tenemos futuro según mi opinión.

            Proseguir por la arista en ascenso para cruzar más arriba hasta el fondo del Reguero es una opción pero la arista está completamente enmarañada y el avance puede resultar tedioso además de que el descenso hacia el pico aparece completamente vestido no viéndose camino alguno.

            La ladera derecha del Reguero es muy abrupta, está muy vestida y no se aprecia ninguna traza de camino en la misma además de que obliga a bajar hasta el fondo del barranco y salir del mismo para alcanzar los paredones de la Punta Oeste del Pico Mediodía.

            La tercera opción, sin muchas esperanzas, es la de bajar a media ladera hacia el declive del Reguero en busca de unas trazas de caminillo que se ve antes de introducirse en el carrascal que puebla profusamente el fondo del Reguero.

            Dejamos la cresta y siguiendo zonas con vegetación lo más reducida posible bajamos al encuentro del caminillo que hemos localizado desde arriba. Se trata de un viejo camino que se orienta hacia el fondo del Reguero, se introduce en el carrascal y allí lo perdemos como no podía ser de otra manera.

            Alcanzamos el fondo y allí no hay posibilidad medio decente de proseguir.  No nos queda otra alternativa que tratar de Salir de allí de la mejor manera posible.

El Picón desde la Cresta de la Cobeta.
 
            Lo hacemos aproximadamente por el mismo camino que hemos utilizado para entrar pero haciendo el jabalí. Luego buscando zonas claras de vegetación alcanzamos la Cresta de la Cobeta 300 metros más al este del lugar en que la hemos abandonado.

Amán y Sopilata antes de que arrecie la nevada.
 
            Rosa quiere proseguir por la cresta hacia arriba pero comienza a nevar y yo aprovecho que acabo de localizar unas citas en la cresta y nos vamos a probar el caminillo que se orienta hacia la ladera sudoeste. Hacia arriba seguíamos sin futuro, con las nieblas y nevando.

            Me da la impresión de que éste es el camino que deberíamos haber tomado.

            Esta muy cerrado pero con continuidad manifiesta, a media ladera y muy arriba, se orienta hacia el sur al encuentro del Barranco de la Cobeta.

Barranco de Lenases divisoria con el Barranco de San Martín.
 
            Se lleva su tiempo alcanzar el barranco que por otra parte no está muy claro, y desde luego, no localizamos el camino que desciende por su orilla derecha. Continuamos camino adelante por su orilla izquierda en descenso en busca de la Loma del Romeral.

            Deja de nevar cuando alcanzamos ésta pero el camino la abandona introduciéndose en la Vaguada del Romeral. Nosotros bajamos un poco la loma pero no lo suficiente para alcanzar el camino que hemos utilizado en ascenso a la mañana.

            La vegetación está mojada y preferimos remontar por la loma y alcanzar el camino que hemos abandonado. Ya para abajo termina desapareciendo en las inmediaciones de la Mallata del Romeral pero enseguida llegamos al camino de la mañana sobre los viejos prados amarillos que nos han servido de orientación.

            Veinte minutos después alcanzamos el coche cuando empieza a llover con cierta intensidad. Es la una y media del mediodía.

            Nos ha venido justo. Bueno, justo es un decir, porque desde poco más de las doce ha estado medio nebusquiando. El Picón o Pico Mediodía tiene muy mal acceso y lo que hemos visto bajo el casquete somital por el que han de discurrir las vías a las dos cimas es un carrascal absolutamente denso en el que la progresión puede llegar a ser prácticamente imposible.

            Hoy han sido 625 metros movidos en Guara y para casi nada pero ya sabíamos dónde nos metíamos.

            Llueve y entramos en calor con la calefacción del coche. Comemos un poco mientras parece ser que el temporal por fin va a dejar algo por aquí que buena falta hace.