20 jul 2009

28c-09. EL JEAN ARLAUD NUESTRO ULTIMO TRESMIL PRINCIPAL DEL PIRINEO. 20-7-2009.

Jean Arlaud desde el Laquete del Pluviómetro.

Refugio del Portillón de Oo, Collado del Pluviómetro, Puerto de Oo, travesía este-oeste, Collado de Gourgs Blancs, Ibones de Guías, Refugio de Estós y Puente de San Jaime.

20-07-2009.

Salida 07 h. Llegada 15 h.

Sol.

Algo difícil.

Ascensión.

Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Jean Arlaud procedente de Prames. Vía en amarillo.

            Aquel día de Octubre del 89, renunciamos a su ascensión en el Collado de Gourgs Blancs y allí se quedó plantado y bien plantado. Volvemos sucesivamente a la zona del Portillón por diversos lugares, momentos y circunstancias; vamos haciendo picos y… hoy 20 de Julio de 2009, casi veinte años después, le va a tocar por fin. Es el último de los tresmiles principales del Pirineo y no por casualidad, pues lo he reservado intencionadamente para cerrar una corona de 124 picos. Y claro, habrá que hacerlo de alguna manera elegante y, por evidentes razones, ha de ser la travesía este-oeste.

            Abandonamos el Refugio Jean Arlaud o del Portillón cuando son las siete y media de una mañana espléndida. Parece ser que en esta ocasión nos quiere recompensar el cielo del casi inefable mal tiempo de la vertiente francesa de los Pirineos.

            No tenemos prisas. Estamos a 2571 metros de altitud y partimos, un poco por libre en dirección oeste para ascender la ladera sudeste de la Tusse de Mont Arque. Unos resaltes lisos de granito por aquí, alguna cita por allá pues las hay a granel, un tramo de caminillo, algún nevero residual con buena nieve, unos bloques por allá… nos colocamos en el pequeño collado entre la Tusse y el Picacho del Pluviómetro.

En el Collado del Pluviómetro.

            Comprobamos que el Lac Helado del Portillón lleva una rebaja salvaje al igual que el del Portillón y ascendemos un tramo de arista corto para faldear por el sur el horrendo pluviómetro y alcanzar el Collado del Pluviómetro a 2880 metros de altitud cuando son las ocho y media.

            Allí está nuestro Jean Arlaud. La pared de su cara este es inconfundible: es una de esas llamas que ha iluminado nuestro camino por la montaña lo largo de los años. A mí siempre me ha recordado a la llama de una vela y además, con mucha frecuencia, ha ocupado su lugar preponderante en mi cerebro.

La Pared Este del Jean Arlaud.

            El Pequeño Lac Helado del Pluviómetro esta sencillamente celestial y a juego con el pico y la mañana. Hacemos fotos.

            Luego bajamos el largo nevero con cuidado y con los piolets en la mano hasta el fondo del circo y comenzamos a remontar la pedrera bajo el Puerto de Oo.

            Ni siquiera atravesamos la pedrera para terminar ascendiéndola bajo los paredones del pico sino que la afrontamos directamente hacia las placas de la zona este.

            Tras unos tramos incómodos por descompuestos y meteorizados alcanzamos las placas claras de granito que bastante tumbadas nos permiten ascender con comodidad y alcanzar el Puerto de Oo situado a 2908 metros de altitud.

La vira herbosa ópticamente acostada.

            Son las nueve y media cuando contemplamos y fotografiamos la pared y la vía que vamos a ascender.


            Atravesamos el collado en dirección oeste sorteando algunos enormes bloques y ganamos suavemente altura para alcanzar la inclinada terraza herbosa que divide la pared.

            Alcanzada la terraza casi por el centro de la misma, la ascendemos en travesía hacia el norte, nuestra derecha, con el objeto de alcanzar la entrada de la gran vira herbosa que divide en dos mitades la zona intermedia de la pared.

En el Puerto de Oo.

            La vira no arranca de la terraza herbosa y la busco hacia el extremo norte de la terraza. Entre tanto mis socios toman un pequeño diedro en la base de la pared y se introducen en una vira paralela a la que buscamos.

            Enseguida me doy la vuelta, me encaramo a la pared justamente bajo el arranque de la gran vira herbosa y los veo progresar por otra vira ligeramente al norte. Les alcanzo, les medio convezco de lo que he visto y volvemos mediante un travesía en suave descenso para alcanzar el arranque de la vira correcta.

            Ascenderemos alrededor de 40 metros de altura con cierta tendencia hacia el sur por la gran vira herbosa que es algo estrecha, está transitada y perfectamente escalonada y es muy erguida. Solamente se acuesta ligeramente al final de la misma a la vez que se abre y se pierde en la placa del bloque desprendido.
Cerca de la Cima de jean Arlaud.

            Se puede proseguir junto a la fisura del bloque desprendido, a nuestra derecha o norte, la roca es lisa pero muy buena  y en la cabecera del bloque ausente hay una cita, pero nosotros nos vamos, un poco al sur o nuestra izquierda, por la placa rugosa y suficientemente tumbada hacia el sur dejando la placa lisa del bloque desprendido a nuestra derecha. Unas grietas que cuartean la pared permiten un fácil ascenso que proseguimos en principio hacia la arista sur donde hay instalado un sistema de bloques.

            Encontramos alguna cita cuando ya la progresión es fácil en una pared ya algo defendida del vacío.

            Ni siquiera nos vamos a la arista sino que progresamos un poco por las inmediaciones con cortas travesías hacia el centro de la pared haciendo una vía bastante directa a la cima.


            Son las diez de la mañana cuando alcanzamos la cima del Pico Jean Arlaud situado a 3065 metros de altitud. La pared ha resultado mucho más fácil de lo esperado, como casi siempre, pero cada cual ha de convivir con los demonios titulares de su cerebro ya que no somos de plástico.

Posets detrás de Guías.

La Este de Gourgs Blancs.

            Hacemos fotos, nos hacemos una los tres con trípode de fortuna y nos sentamos al sol para almorzar.

Gourdon, Espijeoles y Cresta de los Belloc.

            Media hora después iniciamos el descenso de la arista oeste. Tiene alguna cita y trazas de camino en la parte superior en la que hemos de destrepar un resalte de un par de metros largos.
Tuse de Mont Arque delante de Gran Qairat, Lezat. Crabioules y Arista de Literola.

Petit y Gran Qairat desde Jean Arlaud.

            Descendemos por una arista amplia en la que aparecerán sucesivamente un par de resaltes más bastante fáciles y con muy buen granito oscurecido a la basta capa de líquenes negros.

            Por debajo del último resalte un pequeño descansillo es la cabecera del diedro de entrada a la pared somital. Tiene 5 metros de los que los tres de arriba son verticales pero al diedro le sobran apoyos de inmejorable calidad, la parte baja está muy tumbada y conduce a la Brecha de Gourgs Blancs custodiada por el gendarme característico y situada ligeramente por encima de los 3000 metros de altitud. Hemos empleado en bajar un cuarto de hora.

Descendiendo el diedro de entrada desde el Collado de Gourgs Blancs.

            Estamos en el lugar que habíamos dejado plantado el pico hacía veinte años. Aquel día fue tremendo: había 4 dedos irregulares de nieve caída días atrás, nosotros veníamos de encadenar desde el Guías hasta el Gourgs Blancs con desvío incorporado hasta la cima del Saint Saud, habíamos tenido que subir y bajar por las canales de la Sur de Gorgs Blancs como posesos, respiramos tranquilos cuando alcanzamos la Cruz de Jean Arlaud y cuando tras un sencillísimo descenso de la arista este rodeamos el gendarme del collado y nos enfrentamos al arranque de la arista oeste del Jean Arlaud, puedo jurar que yo no vi nada, no tuve fuerza moral para ver la continuidad del diedro de entrada y retomo mis memorias de aquel 13 de Octubre del 89:

             “… no hay camino hacia el sur, mucho menos hacia el norte y hay que marchar corredor abajo. Una creciente nubosidad va rellenando el Valle de Estós. Son las dos y media del mediodía.

            El corredor no tiene buen aspecto, su cabecera es fácil y se abre en dos ramas, la oeste bastante escalonada se corta casi de inmediato por lo que, obligatoriamente hemos de continuar por la rama este próxima a la pared del Pico de Oo, es nuestra única alternativa ya que no hemos visto posibilidad de ascender al pico y tratar de bajar por el este, y de volver al laberinto de la sur de Gourgs Blancs ni pensarlo.

            Cabezuditos que somos, decidimos jugárnosla: preferimos atajo desconocido a la desagradable vuelta conocida. Bajo delante con cuidado buscando repisas escalonadas y rellenas de nieve amparada en ellas, lo demás es una sucesión de lajas de granito claro, lisas, muy inclinadas y con marcado buzamiento hacia la pared oeste del Pico de Oo.

            Algunos pasos son de auténtica acrobacia: consisten en lanzar el cuerpo con los brazos extendidos en busca de alcanzar alguna fisura en la que apoyar las manos para dejar caer luego el cuerpo y con los pies limpiar la nieve de alguna repisa y otra vez vuelta a empezar de camino hacia el fondo del corredor en el que comienza la pared oeste del Pico de Oo. Aquí la inclinación hacia el fondo se hace más acusada y perder un pie nos precipitaría corredor abajo contra la pared. Hay un nevero debajo del corredor pero todavía no sabemos si el corredor llega hasta abajo o se corta, lo que sería  la sorpresa fin de fiesta.

            Repetimos escenas similares a las de la Brecha de Latour y será la segunda vez en mi corta vida de montañero que arrastre el culo a pesar de que lo vaya empapando las escorrentías del corredor.

            Unos arriesgados pasos de adherencia sobre granito mojado y con breves zonas de arenilla unidos a otros más fáciles con oposición de brazos y piernas y mucha suerte, pues el corredor no está cortado, nos depositan en el nevero con un buen salto y respiramos, los 100 metros de corredor se nos han llevado una hora.”

Iniciando el descenso del Corredor Sur del Jean Arlaud.

El corredor resultará tan Pelión como lo recordábamos.

            En esta ocasión está limpio y seco aunque lleno de basura y nos exige extremar la atención y el cuidado por lo que sigue sin ser agradable su descenso. Nos cuesta casi media hora bajarlo.

En el nevero de salida.

            Sorteamos el corredor por la rimalla izquierda y tomamos la pedrera en dirección sur  hacia los Ibones de Guías.

Allí se queda el Corredor Sur del jean Arlaud.


            Alcanzado el lecho lacustre tomamos la orilla izquierda del barranco de Guías y nos vamos hacia abajo en dirección sur.

Ibones de Guías.

            Descendemos un resalte siguiendo manchas de hierba alternadas con placas de granito pulido por el glaciar y alcanzamos un vallecillo arrellanado tras el que surge el siguiente resalte. No recordamos nada del camino.

Resalte bajo los Ibones de Guías y asfódelos.

            Poco más abajo confluimos con una de las ramas del barranco y bajamos junto a ella un sucesivo resalte recubierto parcialmente de verdura en flor. Comienza el festival floral del Valle de Estós.

            Alcanzamos un rellano con abundantes cadáveres de pino negro, huella inequívoca de potentes aludes y enseguida, en la captación de agua para el refugio nos sentamos a comer y a remojarnos los pinrreles.

            Luego bajamos hasta el Refugio de Estós, lo curioseamos un poco y después tomamos el transitado camino que en dirección sudeste nos ha de llevar valle abajo en medio de un delicioso jardín en el que nos llama la atención unas bellísimas desconocidas, creo que Astrantias.

Aguja de Bardamina y el Pinaré debajo de Estós.

            Relajadamente nos vamos para abajo primero por camino y luego por pista, pasamos junto a las Cabañas de Turmo y Santa Ana, nos deleitamos con las irisadas aguas del diminuto Embalse de Estós y a las cuatro alcanzamos la carretera a 1300 metros de altitud. Una pareja, mapa en mano me pregunta por la entrada a Aiguallut.

Malvas de Amizcle.

Deliciosos añiles en el Embalse de Estós.

           Les digo que esto es la entrada del Valle de Estós, pero que si me llevan los llevo.

            Tenía que hacer dedo o coger el autobús si paraba para recuperar el coche que habíamos dejado aparcado en la entrada de Literola y no tenía demasiadas ganas tras los 500 metros subidos y los 1820 metros bajados. La suerte, una vez más, resulta clemente con el montañero

Puedes ver más fotos.

Si quieres puedes ir al Comienzo.

19 jul 2009

28b-09. GRAN QUAYRAT. 19-7-2009.

La Antecima Quairat.

Refugio del Portillón de Oo, laberinto en la Cara Oeste del Petit Quayrat, Petit Quayrat, Brecha Quayrat y Arista norte. Vuelta al Refugio del Portillón por la normal.

19-07-2009.

Salida 07,30 h. Llegada 16 h.

Sol.

Dificultad media..

Ascensión.

 Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Quairat procedente de Prames. Vía en amarillo.

            En el refugio Jean Arlaud, más conocido como el del Portillón de Oo, no se duerme nada mal y por ello se nos hacen las seis y media de la mañana para comenzar el día 19 de Julio de 2009.

            Es una jornada ligera, sorpresas aparte que pueden aparecer y, consecuentemente, desayunamos con tranquilidad domínica  y a las siete y media de la mañana nos echamos al monte, esta vez para variar, cuesta abajo.

            La vía más utilizada parta el Pico Gran Quayrat es la que parte del refugio de Espingo y remonta su ladera oeste. Nosotros que estamos en el Refugio Jean Arlaud a 2571 metros de altitud, tomamos el camino de descenso hacia el Espingo que transita la orilla izquierda del Barranco de Oo.

Contrafuerte Oeste del Gran Quairat tomada a la vuelta.

            Descendemos suavemente por el camino hasta que, enseguida, alcanzamos la cabecera del resalte por encima de de los Lacs de Comune de Abesque y reconsiderando el asunto, mejor que descender el profundo escalón y luego ir a cruzar el barranco, decidimos ir en busca del barranco y atravesarlo antes de que se encajone en el resalte.

            Giramos al este sin perder altitud y utilizando un amplio corredor practicable, encontramos un destrepe fácil que nos deposita en el nevero que recubre parcialmente el lecho del barranco. La nieve está un pelín dura.

            Habremos perdido aproximadamente 100 metros de desnivel y continuamos por el lecho descendiendo y vadeando algún que otro neverillo residual todo esto en dirección norte.

            Sobre los 2400 metros de altitud abandonamos el barranco, pasamos al lado derecho del mismo y seguimos algunas citas dispersas en suave descenso que transitan la ladera oeste de los Picos Lezat y Quayrat. Practicamos una travesía que alterna tramos de pradera alpina con otros de pedrera granítica y nos acercamos al espolón oeste del Gran Quayrat.

            Afrontamos el espolón por su vertiente sur que es una  pared bastante vertical con un corredor tumbado de alrededor de 20 metros de altura, que tiene un paso largo de inicio para ponerse fácil seguidamente y alcanzar la cita de salida en la parte superior.

            Seguimos sobre los 2400 metros de altitud y ante nosotros se extiende una pedrera amplia conformada con bloques graníticos de grandes proporciones  en los que se pierden las citas. Por encima hay un resalte  y por debajo de la pedrera retazos  estrechos de pradera alpina. Arriba hacia le este aparecen las paredes del pico surcadas de corredores que culminan en torreones de regular aspecto. Más abajo, hacia el norte aparece otro espolón con orientación similar al que acabamos de rebasar y delante un amplio corredor con aspecto de estar bastante transitado. De citas nada de nada. Hemos de encontrar el camino que sube desde el Espingo y creemos que el encuentro se ha de producir por debajo de la altitud a la que nos encontramos.
Corredor equivocado que nos llevara al Petit Quairat.

            Las citas deben estar directamente hacia arriba de la pedrera y nosotros la transitamos en suave descenso en busca de la entrada del amplio corredor  en las proximidades del segundo espolón.

            Las pocas citas que en el descenso encontramos se van directamente pata arriba en busca de los verticales corredores de la pared, superan un cortito resalte, atraviesan un nevero residual que se puede soslayar y conducen a la entrada de un corredor herboso, vertical y transitado de 50 metros. En lo alto del mismo un caminillo marcado sobre una inclinada terraza herbosa asciende un poco de norte a sur  buscando la entrada de un corredor bastante amplio, medianamente descompuesto y erguido que permite ascender alrededor de 125 metros en dirección este y alcanzar con relativa facilidad la Brecha Quayrat..

            Nosotros erramos el camino y en lugar de tomar la vía correcta, nos vamos para abajo en busca  del corredor amplio, tumbado en la entrada, próximo al espolón oeste-noroeste del Pequeño Quayrat y con aspecto de estar transitado.

            Un poco por debajo de la entrada del corredor localizo tres citas horizontales próximas y nada más, por lo que nos introducimos corredor arriba. Pertenecen al camino que sube desde el Espingo pero eso lo sabríamos después.

            El corredor tendrá alrededor de 150 metros de desnivel, se yergue paulatinamente y se llena de rampas herbosas muy inclinadas en las que no se observan claras huellas de tránsito. Arriba hay una pequeña cita, se pone vertical y decidimos abandonarlo hacia el norte en una travesía horizontal de un primer corredor con la esperanza de alcanzar  algo más practicable por el lugar que suponemos debería subir el camino desde el Espingo.

            Deberíamos haber abandonado el corredor en dirección contraria. Hubiera sido un acierto que nos hubiera recolocado en la vía normal. En cambio, nos enzarzamos en una travesía prácticamente horizontal de sucesivos corredores herbosos, bastante descompuestos y muy inclinados

            Introducidos en el cuarto corredor, el terreno no mejora, estamos convencidos de que nos alejamos de nuestro objetivo y decidimos subir corredor arriba.

Al fin salimos al sol y a la arista.

            La travesía ha resultado extremadamente comprometida a pesar de que la hierba está poco húmeda. La subida del corredor bastante descompuesta e inclinada es igualmente pestosa pero siempre nos ofrece alternativas de ascenso. Un par de estrechos corredores permiten superar la pared Terminal que conduce a la arista y al sol.

            Hemos aparecido ligeramente al sur del Col de Mont Arrouy, ligeramente por debajo de los 2800 metros de altitud y la arista que asciende al sudeste nos lleva a la cima del Petit Quayrat o Mont Arrouy situada a 2847 metros. Nos hemos pasado el corredor de entrada a la Brecha Quayrat, hemos subido un corredor directo al la cima del Petit Quayrat y luego en la travesía hemos atravesado toda la pared oeste de este pico. Son las nueve y cuarto

            Ahora hay que volver en busca de la Brecha Quayrat y lo hacemos a través de una amplia grada vestida de enormes bloques graníticos, que se alarga en suave ascenso  hasta alcanzar la vertical de la cima del Petit Quayrat unos pocos metros debajo de la misma. Ni siquiera ascendemos a la cima, pues presentimos “tajo”, la arista está fuertemente dentellada.
La Norte del Gran Quairat desde el Petit Quairat.

            La grada culmina en un corredor vertical, posiblemente uno de los que hemos atravesado por debajo y con infinita paciencia emprendemos la travesía del mismo unos pocos metros por debajo de la arista. El terreno es igualmente pestoso que por abajo. Está compuesto de pequeñas viras herbosas más o menos horizontales, pequeños escalones terrosos, afloraciones metamórficas tanto firmes como descompuestas, pequeñas graveras… todo en un medio fundamentalmente vertical.

Faldeando la arista por el oeste.

            El corredor culmina en un espolón tras el que aparece otro corredor similar al que le practicamos idéntica operación. Al final del cuarto corredor, estamos ya más cerca de la brecha a la que nos dirigimos, aparece un paretazo somital sin posibilidad de flanquear por lo que decidimos subirnos hasta la arista.

            En la arista nos encontramos con un potente gendarme cilíndrico que se distingue desde la distancia y que marca el comienzo de la parte más erizada y compleja de la misma.

            Si no podemos llegar a la brecha por el oeste intentémoslo por el este. Son las diez

            Un corto corredor medianamente escalonado nos permite descender unos metros, luego un diedro con buenas presas nos deposita en una rampa herbosa muy inclinada que se sumerge en la pedrera de la base en la cara este cien metros más debajo de la brecha.

            Bajamos con cuidado, llevamos un día de cuidado, y especulamos: la vertiente este de la Brecha Queyrat está sólidamente defendida por una franja de paredes verticales que no siendo demasiado potente se opone al acceso; hay un gendarme al norte de la brecha que presenta un faldeo parcial por el este, aunque no tenemos claro el acceso a esa vira; hay un corredor medio oculto desde aquí que debe conducir a la brecha al norte del gendarme y tiene una rampa que parece accesible; además,  disponemos de la opción de ir a buscar en largo flanqueo el inicio de la arista este del pico y… “siempre nos quedará París”.

            Alcanzamos la pedrera bajo la pared y en suave acenso proseguimos en travesía en busca de la rampa de acceso a la brecha al norte del gendarme. Hay voces de gente en la arista norte del Gran Quayrat.

            Subiendo suavemente, casi no tocamos la rampa de acceso para alcanzar la brecha al norte del gendarme. No hemos tenido tiempo de ver si se puede acceder a la vira al este del gendarme, que claramente conduce a la Brecha Quayrat, cuando nos recibe una cita en la misma brecha y otra seguida nos invita a faldear el gendarme por el oeste.

            El faldeo está bastante transitado y sin complicación alguna fuera de la verticalidad del terreno nos muestra el corredor al que llegamos 30 metros por debajo de la brecha Quayrat. ¡Joder, lo hemos conseguido!

Al fin en la Brecha Quairat.

            Y es que hoy es un día un tanto especial para nosotros: hace exactamente un año que nuestra amiga Rosa se mató en el Ardiden y Rosa ha venido un pelín jodida.

            Una tropa tan variopinta como inexperta inicia el descenso del corredor tirando hasta lo que no está en los libros. Mejor, así limpiarán un poco el corredor. Nosotros ascendemos por el lado derecho del mismo fuera del alcance de sus pedradas y llegamos a la Brecha Quayrat situada a 2847 metros de altitud. Son las once de la mañana y hemos terminado nuestra variante al Gran Quayrat.

            En la brecha que tiene poco de tal giramos al sur e iniciamos por camino lleno de citas el ascenso de la amplia arista norte.

En la zona de lajas de la Norte de Gran Quairat.

            Superamos la zona de placas metamórficas, cuarteadas y oscuras, proseguimos ligeramente por la vertiente oeste, volvemos a la arista en la zona de bloques y con ella alcanzamos un pequeño descansillo desde el que localizamos ya la Antecima del Gran  Quayrat.

            Salimos de los bloques en busca de la arista mediante una rampa gravillosa  y descompuesta y tomamos la vira estrecha que permite acceder, luego de sortear unos bloques a la Antecima del Gran Quayrat situada ligeramente por debajo del Gran Quayrat.
La Cima desde la Antecima Quairat.

            En la cima hay que pasar entre dos grandes y verticales bloques de granito a modo de puerta, tras los que buscamos un lugar abrigado y nos sentamos a almorzar. Son las doce menos cuarto.


En la Cima del Gran Quiarat.
            Un cuarto de hora después, destrepamos hasta la brecha de separación e iniciamos el faldeo por la vertiente este, debidamente señalizada para tomar un amplio corredor que permite elegir pasos para alcanzar, cinco minutos después la cima del Gran Quayrat con su hito cimero inconfundible: el enorme bloque de granito blanquecino a 3060 metros de altitud.


            Suben mis socios, luego subo yo y vuelvo a subir para que me hagan la foto arriba, yo se la he hecho antes.

Saussat, Espingo y Oo.

Bloques cimeros.

            La subida al bloque no es difícil: primero hay que encaramarse en lo alto de de otro bloque paralelepípedo de granito también liso pero con buenos apoyos de manos y de allí agarrarse a la prominencia  para elevarse fundamentalmente a fuerza de brazos y una vez allí subir un paso a la plataforma superior. El descenso es fácil en adherencia.

La Norte de Gran Quairat.

            Desde la cima contemplamos aproximadamente el mismo paisaje de paredes y cimas que desde Lezat aunque nuestra atención se vaya hacia la localización de nuestros vericuetos de ascenso. Contemplamos en el mismo picado los Lacs de Saussat, Espingo y Oo y luego de entretenernos contemplando convenientemente pedreras, paredes y corredores a granel nos volvemos. Son las doce y media.

            La vuelta a la Antecima Quayrat se sucede con el descenso hacia la Brecha Quayrat por el mismo camino pero abreviando y adelantando a una pareja con la que pondremos distancia suficiente para el corredor.

Corredor bajo la Brecha Quairat.

            El descenso del corredor bajo la Brecha Quayrat, primero metamórfico, amplio y descompuesto para estrecharse e inclinarse a partir de la Aguja de su orilla izquierda, no tiene ninguna complicación y requiere solamente un mínimo de cuidado pues en ningún momento tiene pasos de dificultad, está muy escalonado y los tramos más erguidos, que no lo son demasiado, cuentan con buen granito.

Desde la Terraza Herbosa Superior.


            Bajaremos casi 150 metros y desembocamos en una inclinada rampa herbosa sobre la que hay trazado un caminillo que en suave descenso la transita un poco de sur a norte en busca del embudo de entrada de un segundo corredor, más estrecho, más vertical  pero lleno de verdura escalonada que se baja bien en oposición.

Corredor entre terrazas herbosas.

            Este segundo corredor, con el que habremos bajado alrededor de 50 metros, se incorpora a otra terraza herbosa, pero un pelín menos inclinada que la superior en la que también hay trazado caminillo que la desciende suavemente de norte a sur en busca del pequeño resalte granítico claro a cuyos pies se encuentra la pedrera inicial vestida con un reducido nevero residual. Son las dos menos diez.
En la pedrera bajo los corredores de Gran Quairat.

Una mirada a nuestro corredor de subida.

            Liquidada la pared  nos vamos en descenso buscando perspectiva sobre la misma y un lugar para pararnos a comer un poco. Justamente encima del pedregal en el que se han perdido las citas a la mañana nos paramos a comer a la sombra pues hace un día canicular.

La Normal al Gran Quairat.

            Luego retomamos el descenso de la ladera granítico herbosa en busca de la pedrera inmediata al espolón oeste del pico, destrepamos la pared del  espolón por la misma fisura y continuamos el faldeo de la ladera con dirección al Barranco de Oo.

Petit Quairat y Corredor Inferior.

            Sin abandonar el barranco pues los neveros están reblandecidos nos acercamos hasta las inmediaciones del Refugio del Portillón quedándonos  para meter en remojo las patas en uno de los laquettes próximos, que cuenta  con nevero incorporado. El agua está fresquilla.

Desde Tusse de Mont Arqué- 17-7-08.
            Son las cuatro de la tarde y acabamos de liquidar una jornada con sorpresa incorporada, solamente han sido 1000 metros de desnivel los que hemos movido, pero eso ha sido lo de menos. Nuestro Gran Quayrat ha resultado comprometido, vamos, poco recomendable pero la montaña, y nosotros en ella, es y somos como somos.

Puedes ver más fotos.

Puedes ver la Continuación.

18 jul 2009

28a-09. PIC LEZAT. 18-7-2009.

Lezat desde el Collado Inferior de Literola.

Barranco Literola, Ibones de Literola, Collado Inferior de Literola y cara oeste. Descenso al Refugio del Portillón.

18-07-2009.

Salida 07 h. Llegada 13 h.

Sol.

Poco difícil.

Ascensión.

Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Lezat procedente de Prames. Vía en amarillo.

            Gotea en Senarta y ni siquiera plantamos la tienda. Cenamos un poco, mi chica se mete en el coche y nosotros dos extendemos esterillas y sacos en la terraza del edificio de la entrada al plan y nos ponemos horizontales. Hemos hecho el viaje al finalizar la tarde para no tener que darnos un madrugón.

            Alguien que llega después dice algo así como que quiere nevusquear. La cota de nieve está a 2200 metros de altitud.

            El 18 de Julio de 2009 amanece despejado y fresco. Son las seis y diez cuando movemos. A las cinco el primer autobús trata de asesinar nuestro sueño pero subsistimos en una noche algo ventosa pero ciertamente más cómoda de lo esperado.

            Recogemos, desayunamos y nos vamos para arriba con el coche. Pasado el Puente de Literota aparcamos junto a la carretera, cogemos las mochilas y tomamos el camino que se va a introducir en el Valle de Literota.

            Estamos a 1580 metros de altitud y son las siete de la mañana.

            El camino, muy transitado se eleva en dirección oeste por entre el bosque mixto asentado sobre pedrera granito-metamórfica y enseguida, superada la estrecha franja boscosa, sale a la pradera alpina de la Pleta Inferior de Literota lugar al que ha bajado para pasar la noche una nutrida cabaña de ovino.

            Nos acercamos con el camino al Barranco de Literola a la vez que contemplamos a nuestras espaldas el recién nevado cresterío de la Tuca de Campamento y el Circo de Alba: se ha cumplido el pronóstico meteorológico.

            Pero la mañana no está fría, nosotros procuramos no enfriarnos y poco después, ya casi en el barranco, avistamos la cabaña del Forcallo.

            Hay viento en altitud que zarandea furiosamente la nubosidad, como incierta promesa de un buen día. No hemos madrugado demasiado pero como llevamos muy buena hora para la jornada prevista, salvo complicaciones extremas,  cruzamos el barranco y nos acercamos a la cabaña.

            La Cabaña de Forcallo, situada a 2020 metros de altitud, está abierta, limpia, tiene chimenea, leña, agua próxima y un par de colchones. Nosotros ya descartamos pasar la noche aquí por razones de peso y nunca mejor dicho. Son las ocho de la mañana.

            Volvemos tranquilamente al camino escapando de la llegada del sol y proseguimos praderío arriba por un camino que transita la orilla izquierda del barranco, pasa junto a la Cascada Inferior de Literola y enseguida se arrima a la fastuosa charca en la que se remansa la Cascada Superior. El Perdigueret nos vigila dulcemente iluminado mientras que su padre, el Perdiguero viste una ligera capa plateada.

            Comenzamos a pisar nieve reciente que resiste a la sombra de la mañana pues ha helado. Progresamos en ascenso un poco más consistente, en dirección noroeste y enseguida alcanzamos el emplazamiento del Ibonet de Literola a 2475 metros de altitud.
Llegando a Literola.

            Viramos casi al norte y alejándonos del lecho del barranco ganamos altura en una ladera ya más pendiente, en la que va desapareciendo las implantaciones de pratenses sustituidas por el granito en el que se intercalan neveros residuales que tratamos de soslayar por prudencia: la nieve está medio medio.

            La llegada al Ibón Blanco de Literola se nos alarga un pelín con los rodeos que vamos dando pero es que lo alcanzamos unos metros por encima de la altura del desagüe y eso está sobre los 2775 metros de altitud. Van a ser las diez de la mañana cuando el sol que nos acaricia suavemente la espalda no ha podido todavía con la nieve caída en la noche, aunque esto no suponga ninguna dificultad.

Ibón Blanco de Literola, arista del mismo nombre y Crabioules..

            No bajamos a la orilla del ibón por tratar de mantener la altitud lo que se va a convertir en un claro error y, consecuentemente, el tránsito por la parte izquierda del mismo resulta tedioso, incómodo y se termina por hacerse eterno en un estéril sube y baja del que salimos ya en dirección noroeste apuntando hacia el Collado Inferior de Literola.

            Remontamos suavemente y alcanzamos el todavía relleno de nieve Ibonet Alto de Literola en el que atravesamos un par de grietas que anuncian la no, lejana en el tiempo, conversión en agua.

En busca del Collado Inferior de Literola.

            Avanzamos sobre la morrena lateral derecha del circo y a una altura prudencial, al resguardo del viento racheado que ventisquea sobre el Collado Inferior de Literola nos sentamos a almorzar: son las once menos diez y estamos a 2800 metros de altitud.

            Veinte minutos después continuamos nuestro ascenso con los piolets en la mano y la intención de no ponernos, a ser posible, los crampones.

            La suave pendiente del nevero, la poca nieve recién caída y el sol que incide directamente sobre la nieve hace un buen rato nos permiten superar  la mayor parte del corredor en el que ascendemos por su parte derecha en busca de unas afloraciones rocosas.

            Ascendemos por la roca unos cuantos metros más de forma que no tenemos que tocar la parte más erguida del nevero y alcanzamos el Collado Inferior de Literola situado a 2983 metros de altitud. Son las once y media y el plato más fuerte de la jornada ha sido consumido.

            En el collado hacemos fotos hacia ambas vertientes y creemos advertir que el día ha cambiado: un rabioso cielo azul nos rodea y no hace prácticamente viento en este collado, ¡no puede ser!

            Fotografiamos a Mami con Punta Mamy pero la vista y los pies se nos van hacia la Sur del Lezat  que luce desde aquí sencillamente espléndida.

            Descendemos en dirección oeste-sudoeste un par de neveros residuales que ocupan parcialmente el fondo del barranco en busca del rellano de la ladera derecha del mismo, orientados por el corredor que conecta la pedrera inferior con la terraza intermedia.

            Perderemos alrededor de 200 metros de desnivel, soltamos las mochilas en unos bloques graníticos y con un piolet en la mano, pues no sabemos a ciencia cierta cómo estará el nevero bajo el corredor superior que hemos de franquear, nos vamos para arriba. Son las doce y veinte pues nos lo hemos tomado con calma para que se limpie un poco la pared.

Resalte entre la pedrera Inferior y la Superior.

            Enseguida alcanzamos las citas que conducen al corredor inferior pero nosotros describimos una travesía en diagonal ascendente en dirección noroeste al encuentro de la entrada del corredor.

            Un amplio corredor, bastante tumbado, perfectamente escalonado y vestido con un excelente granito permite ascender, en dirección nordeste, con algún apoyo de manos,  los alrededor de 50 metros que nos depositan en el embudo terroso de la cabecera del mismo y nos introduce en la terraza intermedia: una pedrera granítica, medianamente inclinada que hemos de atravesar.

Corredor Oeste a la Arista de Lezat.

            La travesía de la pedrera se hace de oeste a este orientados por el corredor que sirve de desagüe a las cuatro canales de la cabecera del mismo.

            El año pasado había más nieve y tuvimos que atravesar el nevero, este año se puede faldear. Dejamos el piolet y nos vamos directamente hacia el corredor situado más al noroeste, el año pasado caímos en la trampa que nos afrecía la amplitud escalonada de pratenses del corredor sudeste.

Corredor arriba.

            Ascendemos un lomo morrénico algo descompuesto en busca de la entrada del corredor y sin más nos vamos para arriba.

            El corredor es amplio, bastante sostenido, tiene algo de basura, no mucha y se sube bien con apoyos continuos de manos. No tiene prácticamente ningún paso obligado,  puedes progresar eligiendo y en ningún momento te presiona mentalmente, ni siquiera algún tramo húmedo y con restos de nieve supone dificultad alguna.
En la Arista Este de Lezat.

            De forma relajada ascendemos sus alrededor de 150 metros de desnivel girando ligeramente hacia su parte derecha próximos a la salida a la arista.


            Tomamos hacia el nor-nordeste la arista, vestida de grandes bloques de granito medianamente recubierto de líquenes oscuros y poco inclinada que es fácil y corta. Enseguida se arrellana, amplía y  suavemente nos conduce a la plana y alargada cima del Pico Lezat situada a 3107 metros de altitud. Es la una y veinte del mediodía.
La discreta Arista de Lezat y Crabioules.
Lac de Portillón.

            ¿Por qué no faldeamos desde la Cuarta Aguja de Lezat si vimos claramente las citas?

De Guías a Gourdon por detrás de la Tusse de Mont Arque.

Gourdon, Espijeoles y Belloc.

Espingo y Oo.

            Hacemos fotos en un día celestialmente espléndido, recordamos pasados acontecimientos en Crabioules, Maupás y Perdiguero. Debajo, a nuestro pies los Lacs de Oo y Espingo.  En la distancia asoma tímidamente  Vignemale entre una corona de lugares conocidos pero nuestra vista porfía entre el Gran Quayrat, aquí mismo al norte y el Jean Arlaud telonero y retador allá al oeste.

En el Corredor Oeste de Lezat.

            Las nieblas andan por el fondo de los valles. Estamos un rato en la cima y tal como hemos subido nos vamos para abajo deshaciendo idéntico camino y con la misma dificultad.

Parte Superior del Corredor Directo a Lezat.

Parte Inferior del Corredor Oreste Directo a Lezat.

            A las dos y media llagamos a las mochilas, nos acercamos a una surgencia próxima y picoteamos un poco con tranquilidad, la jornada está prácticamente liquidada.

Los cuatro corredores de la Oeste de Lezat.

            Media hora de suave descenso por camino conocido en el que recordamos múltiples detalles del pasado año nos aproximan a la Presa del Lac del Portillón que está prácticamente sin cubitos. Comentamos las dificultades de este caminillo en invierno, pasamos por la parte superior de la pared y llegamos al Refugio del Portillón o Jean Arlaud situado a 2571 metros de altitud cuando son las cuatro menos cuarto de la tarde.


Collado Inferior de Literola desde el Lac del Portillon.

            Tenemos reservada la “Suite Crabioules” y disponemos de una enorme tarde para recuperarnos de los 1710 metros subidos  y de los 719 metros bajados, contemplar los tímidos juegos de las nieblas pugnando por dormir también junto al refugio, cenar copiosamente y liquidar una jornada por la vía horizontal cuando ni siquiera se han terminado de acostar las gallinas. Ni siquiera son las nueve.

Nuestra vista se va hacia Jean Arlaud.