30 dic 2009

46-09. CIRCULAR AL PICO DEL AGUILA. 30-12-2009.

Vertiente Oeste del Pico del Aguila.

Presa del Embalse de Arguis, cara sur de Punta Biñaza y Barranco Castildebillas. Descenso por Cara Oeste, Collado Norte de Estudieses y Ermita de Ordás.

30-12-2009.

Salida 10 h. Llegada 14 h.

Mixto

Muy fácil.

Ascensión.

Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa del Pico del Aguila procedente de Prames. Vía en amarillo.

            Es el 30 de Diciembre de 2009 y de manera inesperada además de en contra del malísimo tiempo que está haciendo este fin de año, aparece una remota posibilidad de marchar al sur para coger por lo pelos una ventana de tiempo aceptable.

            Sin programa, nos levantamos tarde pero en un pis-pas preparamos unas reducidas mochilas, montamos en el coche y nos llegamos hasta Arguis.

            Aparcamos junto a la presa a 960 metros de altitud y nos ponemos en camino cuando son las diez de la mañana.

            Cruzamos la carretera que sube al Puerto de Monrepós y justamente en frente del túnel inferior a la misma  se inicia el camino, debidamente indicado.
Embalse de Arguis.

            Una sucesión de amplias lazadas trazadas sobre la ladera sudoeste de Punta Biñaza, en medio de un claro pinar de pino silvestre de repoblación, nos sacan de la cubeta del embalse siempre por la izquierda del Barranco de Castildebillas, en el que luego se ha de introducir el camino.


            Ganamos altura, atravesamos algunas pedreras calizas sobre las que antaño se realizaron muretes de contención para preservar el camino e iniciamos ya en la parte alta un faldeo horizontal en la cara este de Punta Biñaza introduciéndonos en la ladera derecha del barranco, a estas horas cálidamente soleada pues la mañana está divina.

Calizas numulíticas.

            Estamos en Guara y los materiales son de una caliza especial, tiene “dineretes” como decimos por aquí: numulites de variados tamaños pues se trata de calizas numulíticas.


            El camino, perfectamente trazado y limpiado no hace mucho transita un bosque mixto de pino silvestre y encina con algún haya más arriba y en el sombrío; bojes abundantes alternándose con enebros comunes al norte y oxicedros al sur, con algunas griñoleras y de base aliagas y genistas hórridas según la humedad, más o menos musgos según la orientación y líquenes claros además de las crecidas barbas de peregrino.

Hacia el oeste la Sierra de las Calmas.

Arguis en una ventana de las nieblas.

            Ganamos altura por un camino que se ha ido un tanto al nordeste sobre los 1350 metros de altitud para ir girando luego hacia el sur aproximándose a la arista norte del pico que viene de la Punta del Aguila y coincidir con la pista asfaltada que arranca del Mesón Nuevo de la Manzanera en la carretera vieja de Monrepós.

            Son las once y cuarto de la mañana cuando alcanzamos el Pico del Aguila  a 1620 metros de altitud. Las nieblas han llegado un poco antes que nosotros.

            La cima es amplia pero está concurrida. Se ha establecido en ella una nueva especie implantada durante el pasado siglo bajo la demanda de la actual sociedad consumista. Tiene como medio adecuado a los lugares prominentes de mediana altitud y con imperdible acceso para los vehículos rodados: las antenas que las hay a mogollón. Esperamos firmemente que los satélites que han de ser sus depredadores naturales acaben con la especie.

            No son útiles hoy las dos mesas de direcciones que hay en la cima, ni hacia la Hoya de Huesca ni hacia el Pirineo se ve nada. A veces suceden estas cosas.

            Echamos un bocado, un café con leche caliente y nos vamos para abajo.

            Desandamos los últimos metros de carretera contemplando el terroso Embalse de Belsué y la pista que conduce a la casa del pantano mientras recordamos nuestra subida a Gabardiella. Nos introducimos camino abajo por entre crecidos bojes y enseguida tomamos un camino que  conduce al cuello oeste del pico y enseguida se va para abajo a media ladera y en dirección sur-sudoeste.

            Transitamos camino conocido de nuestra subida al pico de hace cuatro años. En esta ocasión lo encontramos muy limpio, nada de lo cerrado que lo recordábamos.
Cereston Calizo en la Sur del Aguila.


            Alcanzamos la arista sudoeste justo por debajo del crestón que baja de la cima y camino adelante en suave descenso alcanzamos el amplio Collado Norte de Estudiases para introducirnos con el camino en el Barranco Malbachizo. La anterior ocasión ganamos la cabecera de la sierra directamente desde la Ermita de Ordás y desde allí progresamos por la loma hasta el collado.
Amplio Collado norte de Estudiases.

Una mirada al Pico del Aguila con permiso de las nieblas.

Descendiendo hacia Ordás.

            El camino que transita la ladera derecha del amplio barranco nos deposita en las inmediaciones de la Ermita de Nuestra Señora de Ordás.
Ermita y Refugio de Nuestra Señora de Ordás.

Interior de la Ermita de Ordás.

            Visitamos la capilla de la ermita y luego el refugio que también está abierto, bastante recogido y con leña seca en el interior que cuenta con un hogar bajo.
Hacia las Ruinas del Castillo de Ordás.

Paredones en el castillo de Ordás.

La Ermita desde el Castillo de Ordás.

            Son las doce y cuarto pasadas cuando continuamos camino desviándonos ligeramente del mismo para alcanzar el emplazamiento de las ruinas del Castillo de Ordás, un farallón rocoso que custodia el paso entre el Puerto de Monrepós y la Hoya de Huesca. Del antiguo castillo solo le queda el paño de acceso y la belleza salvaje de los verticales paredones que lo defienden convirtiéndolo en inexpugnable.
La Brecha de Arguis desde el Sur.

Caseta de pastores hecha de piedra seca.

            Hecemos algunas fotos pues las nieblas se han levantado un poco y proseguimos para abajo, ahora en dirección norte para salvar los paredones y alcanzar el aparcamiento que hay en la orilla este de la carretera en el kilómetro 591.

            Queda poco más de un kilómetro de carretera que en suave ascenso nos ha de subir alrededor de 100 metros escasos de desnivel para devolvernos a la presa del Pantano de Arguis con lo que cerraremos el bucle con 750 metros de desnivel.
Cueva de San Climen.

            En el pequeño congosto bajo el embalse contemplamos la Cueva de San Climén y la crecida cascada ocasional que verticalmente cae del techo de la misma convirtiéndose en un espumoso y crecido torrente que alimenta al Isuela en este final de año de lluvias.


Arguis con traje gris.

            A la una y media llegamos al coche. Volvemos a casa para comer  sabiendo que queda mucha tarde para llover y que por este año ya no vamos a gastar más botas.


           


           

           

27 dic 2009

45-09. CHIPETA ALTO DESDE LA MINA. 27-12-2009.

La este de Chipeta Alto.

La Mina, Collado de Petraficha y arista sudeste.

27-12-2009.

Salida 09 h. Llegada 15 h.

Sol.

Fácil.

Ascensión.

 Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
           
Mapa de Chipeta Alto procedente de Prames. Vía en amarillo.

            No habíamos estado en Chipeta a pesar de esa espléndida proa que hinca poderosamente sus poderosas garras en medio de Guarrinza.

            La veíamos desde algunos lugares… nos seducía `poderosamente pero…  en nuestro tránsito por el Collado de Petraficha no estábamos para “músicas celestiales” pues veníamos épicamente desde el Barranco de Belabarze en una tremenda jornada invernal de nieblas en la que tuvimos que montar la tienda a media mañana para guarecernos de un tiempo absolutamente inclemente.

            En principio pensamos en ascender por el oeste desde Tatcheras, luego lo reconsideramos y decidimos subir desde la Mina en Oza en previsión de que la pista de Tatcheras podía estar cortada por alguna zona de nieve venteada. ¿Y la carretera a Oza no? Bueno.

            Nos hemos tirado casi todo el mes de diciembre de 2009 esperando un fin de semana decente para poder ir para allí pero no ha sido posible.

            El 23 y el 24 llueve a mares, el día de Navidad por la mañana nos subimos a la Mallata de Isún para estirar las piernas y hacer gana de comer y el 27, para celebrar el mejor día de las vacaciones meteorológicamente hablando según han anunciado, nos vamos Chipeta Alto.

            No tenemos prisas pues la Carretera de Hecho a Oza puede estar bastante helada. Al final no está nada mal y nos permite llegar con tranquilidad hasta el inicio de nuestro camino junto a la Paridera del Barranco de Acherito a 1200 metros de altitud cuando son las nueve de la mañana.
 
Saliendo de la Mina a Chipeta.

            La mañana fresca y espléndida nos espera toda despierta y despejada, y un caminillo perfectamente indicado en origen serpentea en dirección noroeste por una suave ladera vestida con una tenue capa de nieve al recién nacido y todavía frío sol de la mañana.

Mallo Cristián desde Saburcal.
 
            Primero siguiendo las lazadas del camino y luego atajando un poco de frente nos acercamos al rellano en el que se encuentra el viejo Refugio del Saburcal. Lo dejamos a nuestra derecha y continuamos para arriba, a media ladera, en un camino que, evidentemente, no recordamos, pero tampoco hace falta pues se trata de ascender por un “valle de libro”, por la ladera izquierda del barranco de Acherito del que nos vamos a ir alejando paulatinamente.


Mallos de la Gorreta y Chinebral de Gamueta.
 
            Contemplamos el Barranco de las Foyas de gratos recuerdos, hacia atrás todo el barranco por el que discurre la cabecera del Aragón Subordán y nos enfrentamos al luminoso Mallo de las Ferrerías para irlo dejando a nuestra izquierda a la vez que nosotros giramos al oeste en las onduladas Campas del Saburcal.

Guarrinza y Acue.
            En nuestro sempiterno afán de ir ganando altura continua y progresivamente nos vamos ligeramente al sur de la senda y nos chupamos algunos altibajos vestidos de nieve algo profunda y suelta. De cualquier forma hemos de coincidir con el mismo en el barranco que baja del Collado de Petraficha y que nosotros atravesamos sobre los 1650 metros de altitud.

Chipeta y Petraficha.
 
            Son las diez y media cuando charlamos con un francés que viene con los esquís desde Zuriza, el utilizará nuestra huella al menos como guía pero nosotros no vamos a ir de lazada en lazada siguiendo la suya. Además ha soltado la capa de nieve blanda, nos ha dejado la dura de debajo al descubierto y nos ha sembrado la duda, así que nos ponemos los crampones y amén.

            Perdemos un rato infinito con el tajo hasta que localizo la causa: unos tacos de hielo en la parte trasera de las suelas de las botas que tendremos que picar con el piolet. Además nos servirá para darnos cuenta de que la mañana está realmente fría.
 
Agujas de Ansabere desde la Sur de Petraficha.

            Salimos del asunto y alcanzamos seguidamente el fondo del barranco completamente cubierto de nieve y arrellanado bajo el corredor que baja del collado.

Detalle de la Proa de Chipeta.
 
            El corredor es amplio y está dividido en dos por un enorme farallón. La rama sur es algo estrecha y erguida por lo que tomamos la rama norte algo más amplia y que es por la que ha evolucionado el esquiador.

Collado y Pico de Petraficha.

Llegando al Collado de Pettraficha.
 
            El corredor subirá alrededor de 150 metros de desnivel, arranca del breve rellano de base y se yergue enseguida para estrecharse a la altura del farallón central donde alcanza su máxima pendiente que no pasará de los 30º, no en vano es camino de paso del GR 11.

            Subimos de frente, con buena nieve alternando tramos profundos y enseguida se arrellana la pendiente y nos enseña tanto algunas placas duras de nieve venteada como la amplia “u” del Collado de Petraficha a 1958 metros de altitud.

Collado de Petraficha desde la este de Chipeta Alto.

            Al frente que es el oeste tenemos el amplio valle que en suaves oleadas se baja hasta Tatcheras muy bien cubierto de nieve. Al norte tenemos la soleada y vertical pared del Pico Petraficha vestido con los ocres de la rocas calizas soleadas y más allá el Quimboa Alto y al sudeste la sombría y lóbrega ladera junto a la arista del Chipeta Alto.

Placas de hielo en la Este de Chipeta Alto.
 
            Medio limpia de nieve pues el viento en los collados hace estas tareas nos enseña el hielo vivo y negruzco que invita a tratar de eludirlo o sortearlo. Hay una vía lógica, que utilizaremos en descenso, que parte del collado en horizontal, faldea el resalte sudeste y en suave ascenso luego por suaves palas nevadas se incorpora a la parte alta del pico. Parece cosa fina para los esquís. Pero con los crampones no hay problema: evolucionamos de frente en las inmediaciones de la arista a lo largo de casi 100 metros de desnivel hasta que, superado el resalte, la arista se allana y nos muestra unos consistentes campos de nieve tendientes hacia el oeste que se van elevando poco a poco. Es el perfil nordeste de Chipeta tan visible y conocido desde Oza.

Cima de Chipeta Alto y detrás panórámica al este.
 
            La arista se alarga, pasamos un pequeño declive y enseguida alcanzamos la cima del Chipeta Alto situada a 2189 metros de altitud. Son las doce de la mañana y han sido 1000 interesantes metros de desnivel.

Del mallo de Acherito a pa peña del ibón de Acherito pasando por el Dec de Lhurs.
 
            Hacemos fotos y contemplamos un espléndido paisaje de lugares conocidos y recorridos. No han faltado durante toda la mañana la arista hacia el nordeste con el Petraficha, el Quimboa, el Mallo de Acherito, el Sobarcal, el Petrachema, las Agujas de Ansabere, la Mesa de los Tres Reyes, el Sum Couy y El Chouriqué, solamente le hemos puesto falta al Anie. Hasta el Orhi se asoma desde la quinta puñeta.
 
La Peña del Ibón de Acherito dominando al Ibón de Acherito.
 
            Girando al este la peña del ibón de Acherito, con el ibón dormido de blanco y toda la arista fronteriza de Guarrinza que se cierra con el Acue.

            Al sudeste destacan su presencia el imponente Castillo de Acher, el Puntal de Secús, el macizo Bisaurín y el impecablemente blanquísimo Puntal de Aguerrí quizás en contraste con los oscuros murallones de Costatiza.

Rincón de Alano y atrás Peña Forca.
 
            Y al sur, Lenito arrancando de Oza, Peña Forca y el Achar de Forca encabezando a la impetuosa Sierra de Alano que deja detrás a la nívea Espelunga y a la orgullosa Punta Ezcaurre, delante el mirador de Estriviella y el próximo Sayestico. Todo esto aquí cerca. El Midí d’Ossau queda ya perdido en medio del mar de los Pirineos Centrales.

Quimboa Bajo y atrás Orhi.
 
            Un cuarto de hora después atracados de paisaje nos volvemos hasta el declive y al abrigo de la brisa que sin ser molesta es decididamente heladora comemos al sol de la mañana. Son las doce y media y la comida está fría incluso el café con leche esta justito.

Detalle del Orhi.


Cornisa apuntando a la peña del Ibón de Acherito.
 
            Luego evolucionamos hacia el oeste alejándonos de la arista y por laderas de nieve blanda descendemos el resalte y en horizontal, hemos ido girando al este, nos llegamos de nuevo al Collado de Petraficha.

Bajando las Campas de Nieve del Saburcal.
 
            El descenso es agradable y rápido, de frente como a la subida. Nos cruzamos con un grupo numeroso que pelea con el resalte, luego con una pareja de chicas que suben algo tarde, pero les queda mucho día y siguiendo aproximadamente el mismo camino pues cuesta abajo la nieve se camina muy bien, nos llegamos al Refugio del Saburcal que está sobre los 1440 metros de altitud.

La Foya del Barcal y las Agujas de Ansabere.
 
            Le han sentado muy mal los 50 años que tiene puesto que no tiene puerta, le faltan algunas chapas del techo, la chimenea es un agujero y está lleno de estiércol, no sirviendo casi ni para un apuro. Bueno, uno más del desafortunado rosario de refugios inservibles por la desidia y la mala educación del personal.

            Recogemos los crampones y las polainas, nos quitamos ropa y nos vamos para abajo atravesando la ladera terminal cubierta de helechos que nos servirá para comprobar el trabajo del sol en media jornada: blanco por la mañana, ocre por a tarde.

            Son las dos y media del mediodía cuando alcanzamos el coche en La Mina. Estamos satisfechos pues ya teníamos ganas de vérnoslas con el monte pues este otoño ha resultado bastante descafeinado.
 

 

           

               

20 dic 2009

44-09. TRADICIONAL BELEN EN LA CUEVA DE SANTA OROSIA. 20-12-2009.

Cueva de Santa Orosia.
 
San Román, Mallata de Osán, Cueva de Santa Orosia y Refugio Ermita de Santa Orosia.

20-12-09.

Salida 8 h. Llegada 13 h.

Sol.

Muy fácil.
 
Ascensión.

Miguel Lanaspa Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
 
                                  Mapa de Santa Orosia procedente de Prames. Vía en amarillo.

            El domingo anterior a la Navidad es la fecha previamente elegida por los miembros de la Peña Edelweis para subir a Santa Orosia y colocar el Belén, invariablemente en la Cueva de Santa Orosia desde el principio de los 80.
            Hemos subido, acompañando a nuestros correspondientes hijos de unos y otros, con buen tiempo, con regular, con malo e incluso con tiempo infernal, unos años más, incluso algunos años se sumaron los de G.M.S., otros menos y últimamente no es más que una subida absolutamente testimonial.
            Hoy domingo 20 de Diciembre de 2009 subimos cuatro y de ellos dos entran a trabajar a las dos de la tarde y, consecuentemente, quedamos a las ocho menos cuarto de la mañana.
            Necesitamos un cuarto de hora para llegarnos al pueblo de San Román y aparcar en el inicio del camino justo en las inmediaciones del pueblo, a 1000 metros de altitud.
            Hace un frío que pela pues al termómetro del coche no le hemos dado tiempo para que baje de siete bajo cero.
 
Entrando al bosque mixto.
 
            El camino atraviesa por entre terrenos de cultivo y enseguida en dirección nordeste se incorpora a una zona de margas azules en la cara sur de Santa Orosia, lugar en el que el terreno comienza a ascender.
            Enseguida las margas dejan paso a un bosque mixto seco poblado de robles, pinos silvestres, bojes y enebros comunes a los que se irá incorporando paulatinamente la genista hórrida.


En los Paredones del barranco de San Román.

            Entramos en calor pues hemos cogido buena marcha y enseguida nos introducimos en el barranco de San Román por el que va a ascender el camino hasta alcanzar el Puerto de Santa Orosia.


Pequeña Mallata de San Román.

            El camino que se ha llenado de restos redondeados del conglomerado al que se le ha soltado el cemento se introduce en la pared mediante ascenso consistente.


En el barranco de san Román.

Primeras luces en San Román.

            Vuelta a vuelta gana altura rápidamente, pasa junto a la vieja y pequeña Mallata de San Román y, poco más arriba, abandona el barranco principal y se pasa a otro paralelo situado al este del mismo a través de una vira natural practicada en el conglomerado de pudingas desde la que se contempla una entrañable vista del Valle del Basa en el que destaca poderosamente el reducido caserío de San Román justamente cuando los primeros rayos de sol llaman a las puestas de sus vetustas casonas.

El Valle del Basa.

Oturia desde el puerto.

            Enseguida alcanzamos la Mallata de Osán con la tasca completamente helada y la barrera de bojes que defiende el acceso al puerto a 1550 metros de altitud.


La Oeste de Tendeñera.

            Son las nueve de la mañana y llaneando sobre una débil capa de nieve nos acercamos hasta la Ermita de Santa Orosia a la vez que vamos contemplando la sur de la Partacua y Tendeñera hasta Sabocos que está sublime o las más lejanas cimas de Ordesa, Pineta o Cotiella.
            En cinco minutos alcanzamos el refugio adosado a la ermita y encendemos el hogar con la leña que hemos subido en las mochilas y algunas ramas que hemos recogido de los bojes próximos. Seguidamente tomamos la pista que en dirección sudeste llanea paralela al Barranco de Santa Orosia hasta la primera curva.
            En ese punto hay que abandonarla y dirigirse al encuentro del tendido eléctrico que da servicio a los repetidores y que atraviesa por encima del barranco en las inmediaciones de la cueva. Es una guía infalible.


Cascada próxima a la Cueva de Santa Orosia.

            En un cuarto de hora alcanzamos las inmediaciones de la cueva y descendemos unos escalones de conglomerados que nos depositan en el barranco a 1470 metros de altitud.
 
Detalle de la Cascada de la Cueva.

            Cruzamos a la orilla izquierda del mismo con cuidado porque las piedras están con hielo y nos introducimos en la cueva caminando agachados o casi reptando puesto que la boca es una grieta irregular bastante ancha pero de una altura intermedia de 60 centímetros.
Estalactitas.
 
Columna.

            Enseguida pasamos la entrada, la sala se amplia y el techo se eleva pero no demasiado pues tendrá una altura máxima de 3 metros. Se trata de una sala bastante elíptica con una longitud mayor de 30 metros, ligeramente inclinada de norte a sur y vestida de estalactitas, estalagmitas y pequeñas columnas junto a las paredes del contorno.
 
Nacimiento.
Detalle.
 
Uno de los inquilinos de la cueva.

            La temperatura es maravillosa y la humedad abundante como antítesis de lo que hace fuera. Colocamos las figuras del Nacimiento con Reyes incluidos, encendemos un par de docenas de velitas, hacemos algunas fotos para el recuerdo y tras rendir cumplida visita a los habitantes propietarios de la cueva, a los que sorprendemos en plácido e inestable descanso nos vamos para afuera.
 


            Allí está el sol, el barranco medio helado y la pequeña cascada del barranco sobre los conglomerados del lecho rellenos de depósitos calizos. El día sigue absolutamente helador pero el sol anima lo suyo sin llegar a calentar más que en las zonas muy abrigadas de la congeladora brisa que, de manera imperceptible, campa por el puerto.
 

Ermita de Santa Orosia.

            Desandamos camino en suave ascenso y alcanzamos el refugio de la ermita cuando van a ser las diez y media. Llevamos muy buena hora.
            La brasa está hecha. Echamos más de leña para calentarnos y asamos un poco de chorizo, longaniza y panceta a la vez que hacemos unas tostadas que juntamos con queso, jamón, sardinas de cubo, olivas y algunos tragos de vino. Luego llegará el poncho los dulces y el café: nuestra pequeña celebración navideña, bien arrimados al fuego puesto que el refugio a pesar de que lleva una hora cerrado y con fuego es una auténtica nevera.
 
Para abajo.
Oturia.

            A las doce menos cuarto, recogido todo salimos a través del puerto en busca de la senda de descenso que será la misma que hemos utilizado a la subida. Este año no tenemos tiempo para pasarnos por la Mallata de Isún a ver el Belén de G.M.S.
            El Barranco de San Román es el lugar más abrigado de todos los accesos a Santa Orosia. Es especial para el crudo invierno perfectamente orientado al sur y recogido.
 
Bosque mixto más cálido al mediodía.
           
            Bajamos a muy buen ritmo y hasta se n os hace calor en un día como este.
            A las doce y media llegamos a San Román. Los 660 metros de desnivel no han sido más que un paseo apto para casi todo el mundo; por ello, el Puerto de Santa Orosia es un lugar bien conocido y visitado en cualquier época del año incluso en Navidad y eso sin contar con la pista.
 
Barranco de San Román desde el pueblo del mismo nombre.