La Noroeste de Bagüeña.
Eriste,
Camino de la Vall. Ibones
de Bagüeña, Tuca de Bagüeña, Ibon de los Juncos Pleta de la Vall y Eriste.
13-10-2006.
Salida 17 h. Llegada 18 h.
Sol.
Fácil.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Sería
a finales de los años 80 cuando tratamos de institucionalizar nuestra escapada
a Benasque para el Pilar. Fueron solamente dos años que en nuestros recuerdos
sonaban a más. Luego por ce o por zeta, el abecedario es amplio, se fueron
malogrando esas escapadas una tras otra.
Es necesario que haya puente, que Rosa con sus relevos tenga fiesta y
que nuestra chica no venga a casa de puente, lo que ya supone alguna
complicación. Además, a mitades de
Octubre el tiempo ya es bastante corto, suele helar por las noches, la nieve de
la temporada ya acostumbra a ser frecuente en altitud y el tiempo normalmente
es incierto cuando no es malo; pero, esos sí, cuando hace buen tiempo los días
suelen resultar sencillamente indescriptibles.
En este 2006, se han debido de alinear muchos astros para que nos
salga una carambola a tantas bandas. Rosa ha pedido un día de permiso y el 12
de Octubre al mediodía, dormirá algo y después de comer nos marcharemos. El
tiempo para este día es regular pero los siguientes ya se han previsto como
buenos.
A las dos de la tarde, cumpliendo las previsiones montamos en el coche
y nos vamos. Nada más entrar a la variante con dirección a la Guarguera , cogemos algún
pequeño bache, salta el cerrojo de capó delantero del coche, le entra el aire
pues iremos sobre los 80
kilómetros por hora y se levanta el capó, se suelta de
los goznes, golpea el cristal delantero y nos da un susto tremendo pues nos
tapa la visión. Yo por el pequeño hueco que deja en la parte inferior del
cristal delantero me guío con las bandas de la carretera, freno y paro sin
mayores consecuencias.
Recogemos el capó, lo metemos en el coche, nos vamos para casa y lo
arreglo yo. La chaspa está un poco abollada y arañada al caer tras el frenazo
en el asfalto pero poco más que el susto.
Son las dos y media cuando salimos de nuevo. A las cuatro y media
estamos en Eriste. Entramos al pueblo y preguntamos. Nos dicen que el camino
parte de la plaza y que por el Puente de Tamarrius, una pista...
Tomamos la carretera que sube hacia el Refugio del Forcau y con alguna
duda llegamos al puente. Pasamos por el vado para vehículos a 1245 metros de altitud
y tomamos la pista en dirección sur por
la orilla derecha de la
Aigüeta de Eriste.
La pista no está transitada, en el mapa no se ve que conecte con el
Camino de la Vall
pero tenemos la secreta esperanza de que nos remonte algo pista adelante.
La pista, ya muy cerca de Eriste, termina en un prado y allí ponemos
fin a nuestro trayecto en coche, tomamos las mochilas y emprendemos la marcha
por el camino pero en dirección al pueblo al objeto de alcanzar el Camino de la Vall.
No caminaremos más allá de cinco minutos cuando un abuelo nos dice que
el camino es ese pero para arriba, nos da un par de indicaciones y nos damos la
vuelta sobre nuestros pasos.
Hemos partido casi desde el pueblo a 1118 metros de altitud
y el primer cuarto de hora se ha fundido entre ida y vuelta. Son las cinco y
cuarto cuando pasamos de nuevo junto al coche, el camino cruza la pista y se
interna en el bosque mixto que ocupa la enorme cara este del Pico de Eriste en
dirección noroeste.
Cruzamos el bosque en el que predomina el pino silvestre y el boj con
abundante presencia de falsos robellones, en sostenido ascenso para ir
incrementando la inclinación del repecho con un camino balizado de verde que
busca las inclinadas pedreras metamórficas que bajan del pico.
Subimos a la sombra pero entramos en calor ayudados por la carga que
porteamos ya que llevamos tanto material de vivac como material de nieve.
En una segunda pedrera nuestro camino confluye con el otro que baja a
Eriste y tomando la rama noroeste nos vamos para arriba al encuentro de la Aigüeta de la Vall
Aigüeta de la Vall cerca de la Cabaña de Foradet.
Poco más arriba, el camino se acerca al barranco y se arrellana dentro
de un espeso bosque mixto en el que menudean los abedules y en el que cogemos
algún boleto edulis y perdemos un poco de tiempo que no nos importa puesto que
creemos que pronto alcanzaremos alguna cabaña para pasar la noche junto o
dentro de ella y utilizarla a conveniencia.
Escuchando el sonoro descenso del agua por el barranco y contemplando
las espumosas aguas que se derrumban resalte a resalte alcanzamos finalmente el
Puente de la Aigüeta
por el que pasamos a la orilla izquierda de un barranco que nos parece
demasiado angosto para que se hayan emplazado casetas para los pastores.
La tarde cae y ganamos altura al encuentro del ensanche del valle cosa
que no se adivina hasta algo más arriba. Estamos por encima de los 1800 metros de altitud
y enseguida aparece una pequeña majada junto al barranco y una minúscula
caseta. Es la Cabaña
del Foradet y nuestro objetivo puesto que el tiempo apremia.
Tiene la puerta abierta lo que ya es un mal presagio, el tejado tiene
buen aspecto pero dentro sorprendemos a una oveja con su cordero. Ha sido
utilizada recientemente pero en estas condiciones no nos vamos a meter allí.
No hay un solo rellano en la ladera en la que se asienta la caseta y
tenemos que bajar a toda prisa a la majada, espesamente cubierta de
verdura entre la que destaca la ortiga
clásica de las majadas y encontrar un lugar para plantar la tienda parece tarea
complicada puesto que se encuentra sembrada de cantos rodados de granito.
Con suerte podemos limpiar un trozo y plantar a toda prisa la tienda
cuando ya se hace de noche. Queda alguna piedra no demasiado importante pero
valdrá para estreno de la tienda. Son las ocho de la tarde.
Sacamos las frontales y preparamos la cena en medio de un ambiente
bastante húmedo muy cerca del barranco y en medio de tanta verdura. Estamos a 1845 metros de altitud.
Cenamos no demasiado a gusto, ni siquiera nos hacemos la pasta y
enseguida nos metemos en la tienda, fuera se nos hace frío medio sudados pues,
a pesar de que la tarde ha sido espléndida, la noche está fresca.
Comemos algún dulce, frutos secos, nos hacemos la leche y entramos en
calor dentro de los sacos mientras Rosa trata de hablar con nuestra hija Biola
pues hay cobertura.
Sobre las nueve bastante pasadas terminamos por dormirnos al amor del
calorcillo de los sacos.
Daremos algunas vueltas por falta de costumbre pero a pesar de la
enorme humedad que tenemos la noche resultará fundamentalmente confortable.
Salir del saco al viernes 13 resulta un pelín duro pues a pesar de
todo se está muy bien dentro. Remoloneamos un poco pero finalmente a las siete
y media de la mañana, cuando ya es bien de día nos ponemos en pie.
La Pleta de la Vall.
Desayunamos, preparamos unas mochilas reducidas, cerramos la tienda y
a las ocho y cuarto nos ponemos en marcha frente al Torrente del Cierco.
La mañana está espléndida y en suave ascenso por la orilla izquierda
del Barranco de la Aigüeta
alcanzamos enseguida el rellano de la
Pleta de la
Vall en el que el barranco se remansa y meandrea en medio de
un rellano de verdura idílico.
Cascada de Bagüeña.
El valle se orienta al este hacia el Collado de la Ribereta mientras que
nosotros alcanzamos el cono de deyección del desagüe de los Ibones de Bagüeña
que se nos regala con la suntuosa y espléndida Cascada de Bagüeña que
contemplamos mientras abandonamos el rellano herboso y nos incorporamos a la
pedrera situada en la orilla derecha de la cascada.
Vía Normal hacia los Ibones de Bagüeña y Pico Bajo Bagüeña.
La pedrera se eleva suavemente al principio para erguirse sostenida y
estrecharse al encuentro de una vira de
verdura amplia y muy inclinada, que rompe los paredones de este a oeste y que se arrellana más arriba sobre un claro
lomo del que parte una rampa orientada hacia el este que nos puede colocar por
encima de las paredes inferiores de la cascada.
Así será pero no resulta gratis a pesar de que hay abundantes citas
que confirman nuestra apreciación. El resalte tendrá alrededor de 250 metros de desnivel
que nadie regala al cálido sol de la mañana puesto que ascendemos en dirección
noroeste.
La rampa cruza un pequeño corredor ya en horizontal y se ensancha
escalonada de pratenses enseñándonos la inclinada parte superior del desagüe de
los ibones bajo la Arista
de la Llantía.
Ibón Grande de Bagüeña y Picos de Eriste.
Localizamos perfectamente la ubicación de los ibones más próximos y en
suave ascenso nos introducimos en amplísimo Valle de Bagüeña alcanzando el Lago
de Bagüeña a 2470 metros
de altitud cuando son las diez y cuarto de la mañana.
Ibonciecho de Bagüeña por encima de la cascada.
Pasamos por su orilla sur y nos dirigimos al norte para visitar los
ibones altos.
Hay dos fosas lacustres muy marcadas, vamos en busca de la Balsa bajo las Agujas de la Llantía pero terminamos
ascendiendo más directamente y, guiados por un torrente, alcanzamos el Ibón de la Tuca de la Llantía situado sobre los 2675 metros de altitud.
Al sol y en la orilla oeste del mismo almorzamos rodeados de nieve de
la temporada cuando casi son las once de la mañana.
Ibón Grande de Bagüeña y Tozal de las Lleras de Cecilia.
Media hora después, ya hemos decidido no ir hasta la Balsa de las Agujas de la Llantía , continuamos en
dirección oeste y prácticamente en horizontal para pasar bajo unas paredes
graníticas en al arista sur del Pico de la Forqueta y asomarnos al Ibón Alto de Bagüeña.
Eriste Norte.
Desde este lugar contemplamos toda la grandiosidad del circo limitado entre otros por los tres
Picos de Eriste y por los Picos de la Forqueta. Pero como a esos picos ya hemos
ascendido bueno será subir a cualquier otro del circo y le va a tocar a la Tuca de Bagëña. Hay un tajo
pero estamos con ganas.
Eriste Central.
No queda otro remedio que bajar hasta la salida del Ibón Alto y desde
allí remontar en busca de la
Brecha de Bagüeña para tomar allí la arista sur del pico.
Eriste Sur.
Hemos de descender alrededor de 50 metros de altura por
un canchal granítico medianamente cubierto de nieve pero las pérdidas de
altitud que inmediatamente se han de recuperar son un fastidio.
Picos de la Forqueta desde el Ibón Alto de Bagüeña.
Pico y Agujas de la Llantía desde la Ladera Este de Bagëeña.
A las doce menos cuarto atravesamos el desagüe del ibón e iniciamos
inmediatamente en dirección sudoeste el ascenso de la ladera sudoeste del circo
en dirección a la Brecha
de Bagüeña.
Pared Somital de la Nordeste de Bagüeña.
Vamos a chuparnos la segunda sudada del día pues hay que subir al sol
un desnivel aproximado de casi 300 metros con nieve muy irregular aunque
fundamentalmente escasa. Mientras tanto contemplamos los Ibonciechos
Intermedios de Bagüeña que se van quedando en el fondo y la pared que defiende
el acceso a la brecha.
En la pared, que tendrá alrededor de 50 metros , hay un par de
viras, evidentemente nevadas que nos pueden facilitar el ascenso. Están
situadas en paralelo y nos decidimos por la superior ya que presenta
aparentemente una dificultad más sostenida pero la preferimos al pasaje
intermedio de la inferior que complica una vira aparentemente más fácil.
Ya en la pared una serie de repisas graníticas nos facilitan el
ascenso o nos lo dificultan en función de lo lisas o inclinadas que se
presentan. De cualquier forma hacemos algún paso que no llegará a IIIº y
terminamos incorporándonos a la vira inferior por encima de su dificultad
principal.
Bajo Bagüeña desde la Brecha de Bagüeña.
A las doce y media alcanzamos la Brecha de Bagüeña situada en los 2852 metros de altitud
y echando un trago, dejamos las mochilas y continuamos con el ascenso del
casquete somital del pico por su arista sur.
En la Cima de Bagüeña con Eriste Norte, Espadas y Posets.
Se trata de una arista fácil llena de bloques sueltos en su inicio y
surcada por un intermitente caminillo en los tramos cubiertos de materiales
graníticos de menores dimensiones. Son menos de cien metros de desnivel los que
se pasan en un suspiro de tal forma que a la una menos cuarto alcanzamos la
cima del Pico de Bagüeña o Tuca de Comajuana
de 2946 metros
de altitud.
Eristes desde la Cima de Bagüeña.
Se trata de una cima alargada que recorremos para asomarnos a la Brecha de Bagüeñola o de
Eriste y contemplar la espléndida cara sur del Eriste Sur, el Ibón Chelau y los
Ibones Altos de Barbarisa, además del recóndito Ibón de Leners. Luego dejamos
discurrir la vista que nos muestra la espectacular cara sur de los Picos de la Forqueta y tras ellos el
Diente de Llardana que hace los honores a la Arista de las
Espadas y el Posets ya vestidos de blanco.
Ibones Altos de Barbarisa.
Ibones Pequeño y Grande de Barbarisa.
La vista es enorme pero hay que continuar. Un cuarto de hora después
desandamos nuestro paso por el casquete somital, tomamos las mochilas y en
dirección sur vamos a descender paulatinamente por la ladera izquierda de un
valle suspendido situado al nordeste del Pico Bajo Bagüeña, contemplando
sucesivamente los dos Ibones de la
Ribereta vestidos de unos espectaculares verdes a estas horas
del mediodía.
Ibones Altos de la Ribereta y Circo del Box.
Pico y Brecha de Bagüeña desde el sur.
Alcanzamos el fondo del valle justo por debajo del desagüe del ibón
más bajo y tomando un camino horizontal por la orilla derecha de la Aigüeta de la Vall nos vamos en dirección
de las Cabañas de Pardines.
Ibones de la Ribereta o de los Juncos.
Por la orilla izquierda del barranco sube desperdigado un grupo de
alrededor de 40 montañeros de Teruel, les indico un poco y enseguida pasamos al lado de las dos
Cabañas de Pardines y junto al colmatado ibón para dirigirnos en suave ascenso
hasta alcanzar el Ibón de los Juncos.
Detalle del Ibón de los Juncos.
Son las dos y media y hemos llegado a la hora calculada. Estamos a 2250 metros de altitud
y vamos a comer tranquilamente y a descansar un poco.
No será nada más que alrededor de media hora pues el sol juguetea con
unas nubes que se asoman por la
Arista del Box y casi se hace frío.
Luego entramos en la caseta nueva del pastor que ha sido violentada
con un piolet y la encontramos llena de comida y muy bien acondicionada además
de limpísima. Se nota que está siendo utilizada. La otra no tiene puerta, es
más pequeña y está utilizada para guardar restos de la obra y cartones que
serán llevados para abajo con helicóptero probablemente.
Nos acercamos al desagüe de los
ibones y pasando a su orilla derecha iniciamos un suave descenso directo hacia
el rellano de la Pleta
de la Vall ,
lugar por el que transitan los Turolenses que han llegado al primer ibón y se
han dado la vuelta.
Recuperado el camino de la mañana cogemos ritmo e incluso pasamos a los
más rezagados. A las cuatro de la tarde alcanzamos el emplazamiento de la
tienda y allí nos quedamos mientras que los que hemos adelantado del grupo van
pasando para abajo. Nosotros tenemos que desmontar la tienda y cargarlo todo en
las mochilas.
Media hora después, todo en orden, continuamos para abajo. Vamos algo
despacio pues nos duelen bastante los pies. Incluso perdemos un poco de tiempo
mirando setas en el rellano posterior al cruce del barranco.
No volveremos a ver a ninguno del grupo de Teruel ni siquiera en los
lugares de amplia vista. Media hora es mucho.
Hora y media invertimos en el descenso hasta el coche al que llegamos
sin problema alguno. Son las seis y media de la tarde y entre los 725 metros que subimos
ayer y la jornada de hoy hemos terminado moviendo 1925 metros de desnivel y eso lo notan
fundamentalmente nuestros pies.
Con el coche nos bajamos a Eriste y nos llegamos a Benasque para dar
una vuelta por el pueblo.
Alrededor de las siete nos subimos hasta el Refugio de Pescadores de
Senarta. El refugio está vacío, bastante limpio y recogido y además tiene leña
dentro, un hogar bajo y una mesa con varias sillas. Vamos a estar de cine.
Nos hacemos un sobre de pasta a la vez que se hace un poco de brasa
con la que asaremos unas pocas setas que hemos cogido bajando. Cenamos como
generales y luego nos empiltramos cuando van a ser las nueve de la noche.
Estamos mullidamente cómodos y eso es suficiente para tomar casi de inmediato
un ave que nos pasaporta a la gloria de un reparador descanso que nos
corresponde esta noche después de la jornada. Lo de la tranquilidad y el
silencio está descontado ya.
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