29 abr 2017

29-17. CAMPANALES Y COLLARADA EN CIRCULAR POR EL CORREDOR NOROESTE O VIA DE LOS MILITARES. 28-4-2017.

Corredor Noroeste de los Campanales de Collarada.

Puente de los Peregrinos de Canfranc, Camino de la Besera con embarque no necesario, Rellano de Ip, Corredor Noroeste, Cima de los Campanales, Corredor Oeste, Cima de Collarada, Cara este, Collado e Ibón de Ip, Refugios de Ip y Camino de la Besera.
28-04-2017.
Salida 07:30 h. Llegada 16:45 h.
Sol.
Bastante fácil.
Juan Castejón y Mariano Javierre.

Mapa de Collarada procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            Teníamos ganas de hacer el Corredor Noroeste de los Campanales de Collarada. En los pasados años lo habíamos dejado escapar pero de este no iba a pasar, a pesar de que íbamos posponiendo fechas según las imaginadas condiciones del mismo y será el 28 de Abril de 2017 cuando nos vamos al tajo Juan y yo, Rosa se queda con su bronquitis dispuesta a liquidarla a cualquier precio incluso al de perderse el corredor. Lleva casi un mes y ya está bien.
            Madrugamos, no demasiado pues la isoterma del hielo la dan muy baja y son los siete y media de la mañana cuando aparcamos junto al Puente de los Peregrinos de Canfranc a 1050 metros de altitud. Creía que el Puente de los Peregrinos era el que estaba al sur del pueblo pero las informaciones me contradicen.

Iniciando el camino en el Puente de los Peregrinos de Canfranc. 

               Corre un ligero viento pero no ha helado cuando nos metemos en camino. Nos preocupa por si arriba hace algo más que podría entrar al corredor dada su orientación.
            El camino de la Solana, el clásico para subir a Ip marcha pista adelante en busca de la Orilla Derecha del Barranco de Ip y ya de inicio se separa del la mismo el Camino de la Besera que no conocemos y que pretendemos recorrer.
            Se trata de un viejo camino que asciende en dirección este y vuelta a vuelta por el pinar en busca de la Orilla Izquierda del Barranco de Ip; nosotros no lo sabíamos.
            Alcanzamos el pedregoso Barranco de Cherimosas y enseguida, en una bifurcación de caminos en la que han arrancado la tablilla indicadora nos vamos a nuestra derecha ya que a bolígrafo han escrito “Vía Russell” sin indicar si es una u otra dirección.
            Aquí comienza el error del día, con GPS eso no pasa pero son las reglas de nuestro juego y nosotros no las recurrimos: pagamos y a otra cosa.
            El camino prosigue vuelta a vuelta por el pinar, encuentra de nuevo el barranco pedregoso por el que asciende un trecho y poco transitado, pasa junto a una placa caliza inclinada y nos deposita en un hombro herboso ya en la Cresta Oeste de los Campanales.
            Asciende de manera más consistente y nos conduce a un cartel que indica la Vía Russell a Collarada que no nos interesa yéndose hacia otro barranco más al sur y por tanto tomamos el ramal de nuestra izquierda que parece proseguir por la arista. El jodido conde debió de ascender a Collarada por aquí, se supone que bien acompañado por los cazadores de la época y si no estoy equivocado se vino desde Pau andando y terminada la ascensión se marchó andando de vuelta a Pau. Eso sí que era una aristocracia cojonuda y no esta mariconada de montañeros de hoy día.
            Una serie de corredores escalonados y tiesos unidos a rampas escalonadas nos permiten ganar altura y alcanzar la cresta rocosa. Hay algún hito y marcas de pintura. Suponemos que en cualquier momento abandonará la arista y se introducirá en la Ladera Norte del Barranco de Ip y, por tanto,  seguimos.
            Una sucesión de dientes calizos fáciles en suave ascenso nos permiten avanzar por la arista con algunas balizas amarillas e incluso una flecha roja bien pintada. Tenemos nuestros recelos pero…
            Alcanzamos una última brecha con hito de piedras en la misma y se acabó: por la arista no, aunque no miramos demasiado y al norte hay unas débiles trazas de camino bajo una tenue capa de nieve en una ladera muy inclinada.
            Lo tomamos pensando que avanzará por la base de la arista  y proseguimos en travesía al este buscando pasos cómodos que no nos llevan a ningún camino que pueda continuar o bajar hacia el barranco.

Los pinos nos han permitido bajar fuera del hielo de la cascada.

            Tenemos la alternativa de volver sobre nuestros pasos, lo que nos alejaría de nuestro objetivo sin tener en cuenta que no sabemos dónde hemos dejado nuestro pretendido camino, o intentar bajar al encuentro de un caminillo que he visto marcado en unos claros del pinar cerca del tajo vertical que el barranco ha practicado en el valle.
            Iniciamos el descenso tras volver un poco sobre nuestros últimos pasos ya que la pared se complica y tras bajar un tanto a ciegas en busca de descenso transitable alcanzamos un corte importante por el que salta una cascada de hielo. Ya habíamos cruzado antes el nevero de la misma por arriba.
            Hay mucho hielo, el escalón es importante pues tendrá alrededor de 50 metros pero nos servimos de los pinos jóvenes de su orilla izquierda para destreparlo en plan salvaje y cruzarlo por debajo de la cascada en un  puente sin hielo.

Cabaña rústica al retornar al Camino de la Besera

            Luego proseguimos pinar abajo no lejos del barranquillo hasta que alcanzamos el pradillo por el que transita el camino que había visto desde arriba en el que hay una primitiva cabaña con paredes y cubierta de piedras  medio derruida que situamos aproximadamente sobre los 1500 metros de altitud. Son las diez menos cuarto, habremos perdido algo más de una hora y nos hemos chupado una propina de más de 300 metros de desnivel, Juan calcula algo más. Si la jornada ya era interesante, pues toma.

Se asoman a la Besera Escarra, Hombro de Escarra y Bucuesa.

            El camino en suave ascenso transita entre claros de viejos campos en el límite del pinar y asciende al sol y al encuentro del Rellano del Circo de Ip acompañado de hitos de piedras y de algunas balizas de pintura.
            Atravesamos algunos neveros residuales mientras el camino se acuesta  y se introduce en el irregular rellano que nosotros uniformamos con nuestro paso en suave ascenso.

Adivinamos más que vemos el Corredor Noroeste de los Campanales.

            El corredor que buscamos  no se ve por estar orientado al noroeste pero se adivina por lo que proseguimos hacia su cono de deyección que pintado de blanco arranca  intermitente desde el fondo del circo.

Acercándonos al Rellano Intermedio del Corredor de los Campanales.

            Entraremos en diagonal y alcanzada una lengua de nieve ya importante pues enlaza con el corredor, nos paramos a echar un bocado y a poner los crampones pues la nieve está dura a pesar de que no corre el viento. Son las once menos cuarto y estaremos sobre los 2050 metros de altitud

Llegando a los estrangulamientos superiores del corredor.

            Un cuarto de hora después iniciamos una diagonal que en dirección sur nos llevará al centro del corredor. Bueno, una enorme diagonal que iniciamos suavemente ascendente pero que se empina paulatinamente  y que, cuando alcanzamos el centro del corredor estamos ya en el rellano intermedio y con los gemelos calientes: Juan va delante y es poco amigo de las zetas.

De tres salidas tomaremos la de nuestra izquierda.

            El corredor es amplísimo, tiene una nieve excelente y tras el estrangulamiento inferior que es más óptico que real un pequeño rellano inclinado nos permite un descansillo en el que ajustamos los crampones y nos muestra la zona superior del corredor que conduce a las paredes de salida. Estaremos sobre los 2400 metros de altitud.

A por la entrada más directa.

            El sol que va entrando  en el corredor  quiere transformar un poco la nieve pero enseguida la sombra de las paredes nos protege de la contingencia y nos mete en cintura de nuevo pues la pendiente rondará los 45º al menos.

Por encima del Primer Paso Mixto en el Corredor de los Campanales.

            Subimos de frente  pisando nieve buena alternada con costra recién caída que cede un poco a nuestro paso hasta alcanzar el Estrangulamiento Superior del que arrancan las paredes de la salida.

Hacia el Segundo Paso Mixto del Corredor de los Campanales. 

Tramo de nieve entre los dos tramos mixtos.

            Otro descansillo junto a las paredes y proseguimos para arriba hacia las canales. Son varias, tres las más evidentes y de ellas elegimos la situada al este, a nuestra izquierda que parece la más directa. Cualquiera sirve.

Segundo Paso Mixto del Corredor de los Campanales. 

            Una lengua de nieve algo tiesa nos deposita en un primer paso mixto  de media docena de metros con calizas algo escalonadas y un bloque liso que se sube bien. Se continúa con una corta rampa de buena nieve muy tiesa que nos deposita en el Paso Mixto de Salida similar al de abajo pero mejor escalonado que no ofrece ningún problema a pesar del verglas y la nieve que recubre la roca.

Hacia la Punta Este de los Campanales. 

            Son las doce y veinte cuando alcanzamos la salida del Corredor Noroeste de los Campanales de Collarada a 2650 metros de altitud. Hemos recuperado parte del tiempo perdido en el embarque de la mañana.
            Los Campanales son dos cimas situadas a ambos lados del corredor y acotadas a 2684 metros de altitud, más evidente la Cima Oeste que es una torre almenada coronada por un rellano cimero. Nosotros elegimos la situada al este que es menos evidente que la otra pero nos pone en camino hacia Collarada que es a dónde hemos decidido dirigirnos, ante la alternativa de bajar directamente a la Trapa ya con poca nieve y por el Barranco de Azus llegarnos a Villanúa para retornar a Canfranc en busca del coche al estilo Conde Russell.

Punta Oeste de los Campanales de Collarada.

            Enseguida, ascendiendo unos metros nos asomamos al corredor que hemos subido, hacemos alguna foto y saliendo de la arista que tiene poca nieve y afloran muchas piedras nos vamos en suave ascenso y en dirección este en busca de la Entrada del Corredor Oeste de Collarada.

Arista Oeste de Collarada.

            Caminamos con cuidado en busca de nieve por no quitar los crampones y tras una pequeña diagonal emprendemos de frente para arriba una pala de nieve que nos deposita en la estrada del corredor.

En el tramo mixto del Corredor Oeste de Collarada. 

            Iniciamos el ascenso por su orilla derecha para pasar a medio corredor a su parte central y terminar por la parte izquierda con algunos pasos mixtos que nos facilita algún apoyo de manos.

En la Cima de Collarada.

            Un corto tramo de arista cimera nos deposita en la Cima de Collarada a 2883 metros de altitud cuando es la una del mediodía. Hacemos algunas fotos contemplamos un dilatado paisaje conocido del que destaca por la proximidad las Cimas del Circo de Ip y sin más iniciamos el descenso.

Collaradeta desde Collarada.

            Bajaremos a Ip por la cara sur en busca del Collado de Ip. Un corto tramo de arista alomada y suave nos deposita en la pared somital que comenzamos a bajar siguiendo algunas viras escalonadas por las que discurren los caminillos de ascenso, hasta que enseguida y debido a la falta de nieve vieja tomamos el corredor central, muy menguado y nos vamos para debajo de espaldas al valle como medio de utilizar a nuestro favor la poca nieve que hay.

Llegando al Collado de Ip.

            Es una flecha de alrededor de 50 metros que nos deposita en la amplísima pala este cubierta de una capa más consistente de nieve reciente y que bajamos de frente.
            A media pala la nieve comienza a escasear, alcanzamos las huellas de una pareja que está poniendo crampones para luego continuar en busca de nuestras huellas y nos bajamos con cuidado hasta el Collado de Ip, Juan se ha quitado los crampones.

La Oeste de Bucuesa y Cuchillares.

            Son las dos menos cuarto cuando alcanzamos el Collado de Ip, el amplio, situado a 2566 metros de altitud, buscamos un lugar abrigado al sol y nos sentamos a comer mientras contemplamos y escuchamos la algarabía de un trío en Collaradeta.
            No son las dos y cuarto cuando nos metemos en el corredor, que por cierto no he recorrido nunca y nos vamos para abajo.

Bajando el Corredor del Collado de Ip. 

            El corredor, orientado al nordeste, se compone de un par de resaltes medianamente erguidos y articulados con un pequeño rellano intermedio que se baja muy bien mientras contemplamos la Cola del Embalse de Ip medio helada.
            Bajados los dos resaltes nos pegamos un poco a la parte izquierda del amplio corredor que se ha ensanchado  muchísimo con la intención de rodear el ibón por su orilla sur ya que el rodeo por la norte es muy amplio.

Cogemos agua cerca del Ibón de Ip.

            Cogemos agua en un torrente que se ha hecho sitio en la nieve ya cerca del ibón y seguidamente una vieja huella que lo rodea unos metros por encima de la plancha de agua. Se hace largo el rodeo pero con paciencia benedictina nos llegamos a la inútil pared que cierra el mismo. ¡La de cemento que inyectaron en la presa y no sirvió de nada!

Gencianas nivalis en Ip.

            Atravesándola por debajo nos llegamos al Refugio que está abierto, es amplio y en buenas condiciones dado el vandalismo, la indolencia o la ineptitud del personal. Yo conocía la cabaña junto al gran bloque que visitaremos seguidamente y que también está abierta. ¡Joderse con dejar las puertas abiertas!
            Son las tres de la tarde, estamos sobre los 2050 metros de altitud y no queda más que continuar el descenso, con pocas ganas, suavemente en busca de fotos frontales del corredor que hemos subido hace unas pocas horas, cerrar la circular abierta y alcanzar el camino de la Besera o Basera que los dos nombres aparecen por los mapas.

Detalle del Corredor Noroeste de los Campanales.

            Hora y diez minutos después alcanzaremos la caseta de piedras, techo incluido y continuaremos por el Camino de la Besera para abajo mientras contemplamos el Camino de la Solana al otro lado del barranco. La Pista del Carretón se ha quedado colgada allá arriba bajo las paredes de la Moleta.

Bajamos por la Besera sin desvíos.

            El camino suavemente descendente y paralelo al barranco que baja unos metros por debajo nos ofrece 20 minutos de sombra deliciosa en medio de una masa de pino y boj excelente y nos deposita en la bifurcación del cartel ausente de la mañana con lo que cerramos el bucle no buscado y se aclaran casi todas nuestras dudas.

            Un cuarto de hora largo después llegamos al coche con ganas yo al menos pues Juanillo es de plástico y ni sufre ni padece. Han sido 1850 metros que sumados a los alrededor de 400 del embarque hacen un total de 2250 metros de desnivel acumulado y no se hable más: el corredor ha sido majete pero un pelín caro y es que no sé si no me estaré    haciendo un poco mayor. ¡Otro día mejor pero no más!

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