Punta Porrón desde el Ibón de las Foyas.
Final
de la Pista de
Col de Ladrones, Mallata de la
Vuelta de Iserías e Ibones de las Foyas.
19-06-2007.
Salida 14 h. Llegada 20 h.
Nublado.
Muy
fácil.
Ascensión.
Mapa de Punta Porrón procedente de Prames. Vía en amarillo.
El
Valle del Aragón es un valle interesante,
más que por si mismo, debido a los valles laterales que confluyen en él.
Además de la vertiente derecha en la que se asienta el Macizo de Aspe, cuenta
con una vertiente izquierda, ciertamente interesante en la que ordenan sucesivamente
los Valles de Espata, Ip, Izas, Canal Roya y finalmente Astún.
Por
Izas habíamos entrado en varias ocasiones con destino a la zona del Ibón de
Iserías y La Moleta
y excepcionalmente para ascender al
Vértice de Anayet o Punta del Garmo pasando por la cabaña de Anayet. Pero el
Valle de Izas es lo suficientemente amplio e interesante para que merezca la
pena recorrerlo por si mismo sin otro motivo específico.
Y
en eso estamos. Es 19 de Junio del 2007 y después de salir del trabajo a la una
del mediodía nos vamos al asunto tras cambiarme de ropa a todo trapo pues Rosa
ha ultimado los preparativos.
Echamos
gasolina con apuros en la automática de Campancián y nos llegamos hasta el
aparcamiento junto a la parte alta del Col de Ladrones.
Entrada al Valle de Izas.
Son
las dos y media cuando nos ponemos en camino a 1320 metros de altitud
y en dirección este abandonamos la pista, que se adentra hasta la pequeña presa
practicada en el cauce del Barranco de Izas, y nos introducimos en el conocido
camino que, a través de la ladera morrénica en la que está instalado un bosque
alpino de ribera se eleva por la orilla izquierda del valle al encuentro de la
inestable pedrera caliza que configura el estrangulamiento del valle y que
actúa de cerrojo.
El Barranco de Izas.
Apertura del valle de Izas.
Subido
este primer resalte el camino se allana, abandona la caliza y se introduce en
el praderío alpino del puerto.
El
mediodía está parcialmente nuboso, sopla una brisa intermitente que hace lo
suyo pero, a pesar de todo, se hace calor que se mitiga un poco al arrellanarse
el camino al encuentro del desvío hacia Iserías y poco más adelante el Refugio
de Iserías o del Puerto Castillo situado a 1620 metros de altitud.
Corona de rey.
La Tronquera y el Barranco de Iserías.
Los Campaniles de Izas en su vertiente oeste.
Puerto
Castillo, Campanal, Campanil… de Izas, de Ip… La Orilla derecha del barranco
principal del valle, en el que vierten sus aguas un par de elegantes cascadas
que bajan por los paredones de las laderas de las Menorías se alarga por la
arista que hacia el este perfila alhasta el Vértice de Anayet, continuando con
el Pico Anayet o Arroyeras, el Culibillas y el Royo que termina en el Collado
de Izas. El amplio circo conocido como la Solana de Izas está cerrado al este por la arista
que lo separa de Escarra o Balsera con la Punta de las Tres Huegas, el Collado de Escarra y
la Punta del
Porrón. Y en la vertiente izquierda tenemos de oeste a Este a la Cantalera , el Circo de
Iserías o Samán con la Moleta ,
la Tronquera
y el Campanil de Izas que se encumbra en el Campanal de Izas que a su vez se
incorpora a la Pala
de Ip rematando finalmente con Escarra.. La vertiente norte del valle es amable
y verde teñida del rojizo metamórfico de las pizarras rojas. La vertiente sur
es fundamentalmente una severa y erguida pared caliza de la que parte un
original contrafuerte: El Campanil y el Campanal. En medio de todo esto está la
inmensa amplitud de la Solana
de Izas. Las dimensiones engañan.
La Moleta y las Iserías.
Paramos
a comer en cualquier parte pues son las cuatro de la tarde.
Lomas
preñadas de verdura, esta primavera casi insultante, por todas partes y un
objetivo: el Porrón. De paso reconoceremos un poco el valle y para ello nos
elevamos ligeramente hacia el Campanil para contemplarlo de cerca y comprobar
cómo varía de la vertiente oeste a la
este pasando por la frontal de la arista. Es una tarta con velas de cumpleaños
unos pequeñas y afiladísimas agujas calizas de entre las que destaca la vela
principal, erguida, vertical y arrogante y como remate el puente natural
perfilado perfectamente en la arista.
Pasamos
al norte del mismo por encima de los 1900 metros de altitud
y ganamos altura suavemente a la vez que nos extasiamos con la majestuosa,
serena y severa verticalidad de los paredones del Campanal de Izas y la
arrogante cara norte de la Pala
de Ip.
Pala de Ip y Campanal de Ip.
Proseguimos
en suave ascenso hacia el sudeste recorriendo la zona sur del Rincón o Solana
de Izas para alcanzar los irregulares rellanos en los que se asienta el Ibón de
las Foyas en medio de un pléyade de minúsculos ibonciechos en los que mueren
diminutos neveros acumulados por el viento en sus respectivas cuencas.
Escarra.
Al
fondo pastoreando el puerto, primero discreto y luego decididamente notorio,
encastillado e ingrávido la aparentemente inexpugnable torre del Pico Escarra.
Nuestra
vista se marcha por el corredor oeste hacia arriba. Te tengo en mi agenda.
La Divisoria de Izas y Balsera.
Estamos
en la base del corredor sobre los 2250 metros de altitud, hemos fotografiado al
Porrón, una peña característica e inconfundible que se asienta en la parte sur
del Cuello Balsera y nos queda una pequeña pedrera caliza y fácil y una corta
trepada en la que hay que emplear las manos para encumbrarnos en la cima de la Punta del Porrón situada a 1311 metros de altitud
desde la que se dominará todo el Rincón de Balsera, la Arista Calcín y el
Ibón de la Sierra
.
Cuello Balsera.
Vértice de Anayet desde la Hoya de la Solana de Izas.
Pero
es tarde, son las seis menos cuarto y hemos de volver sobre nuestro pasos a
fotografiar el Ibón y los contraluces reflejados en las opalinas aguas del
mismo. La parte alta del Porrón se
quedará para mejor ocasión.
Pico Royo desde las Foyas.
Luego
de contemplar el verde sumidero en el que el desagüe del ibón se precipita nos
vamos para abajo con el solo objetivo de bajar el puerto de manera eficiente y
paulatina aprovechando los encantos que nos brinda a cada paso. La tarde,
primaveral, nos ofrece un horizonte de nubes cambiantes de poco desarrollo, que
se van alternando con retazos también intermitentes de sol bajo el que pasta un
idílico rebaño con más terneros que vacas, que no creemos que pasen hambre este
año.
En el Ibón de las Foyas con Escarra.
Las Foyas y el Campanil de Izas.
Filigranerío en el Campanil de Izas.
Cascada del Barranco de Izas.
Alcanzado
alguno de los caminos próximos al Barranco de Izas tomamos dirección oeste y nos acercamos para fotografiar la suntuosa y
espumosa Cascada del Barranco de Izas. Poco más abajo paramos a merendar un
poco junto al mismo y a beber un mucho. Se hace sed.
Edelweis en Izas.
Charlamos
con una pareja de Logroño de nuestra edad con los que nos hemos saludado en la
distancia cerca del ibón y sobre las
ocho y cuarto de la tarde alcanzamos nuestro coche con lo que damos por
ventilado un desnivel de 975
metros , en lo que se presumía poco más que un simple
paseo. El monte es así y no queremos que cambie para disfrutarlo como nos dice
uno de los de Logroño que se baja con nosotros hasta Canfranc. El otro se queda
para bajar las escaleras del Fuerte de Col de Ladrones.
¡Qué
bonita es la cara sudeste del Tobazo! No tiene arrastres, ni cables, ni
cemento. Solamente calizas claras de
innegable atractivo. Es la imagen con la que nos metemos en el coche y
que nos llevamos a casa entre otras miles. ¡A eso vamos al monte!
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