20 feb 2009

5-09. PETRECHEMA. 20-2-2009.


Cima de Petrechema.

 
 Refugio de Linza, Collado de Linza y Arista Oeste.

20-2-09.

Salida 10 h. Llegada17 h.

Sol.

Bastante fácil.

Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Petrechema procedente de Prames. Vía en amarillo.

            ¡Qué lejos queda Linza en casi todos los sentidos!

Cima de Petrechema a pesar de las nieblas. 6-12-94.
 
            Lejos desde aquel 6 de Diciembre del 94 en el que subía por primera vez, entre nieblas y en compañía de “mis chicas”.

            Lejos hoy 20 de Febrero del 2009 en el que llegar a Linza ha resultado además de largo, casi lo más complicado de la jornada.

            Tenemos fiesta y un día, que esperamos incluso mejor que las predicciones meteorológicas, y que resultará de postal.

            Metemos dos horas de camino para ir de Sabi a Linza. A las diez menos cuarto aparcamos en el, reducido e inundado de sol, aparcamiento del refugio pues la nieve lo llena todo.

No ha sido fácil llegar el Refugio de Linza.

            Estamos a 1350 metros de altitud y salimos en dirección  nordeste calzados con los crampones pues la nieve está muy dura. Llevamos las raquetas puesto que para la larga vuelta nos pueden resultas especialmente útiles.

            Unas rampas muy suaves nos van elevando hacia la zona de los refugios hasta alcanzar el primer resalte que se asciende suavemente a media ladera.

            Un suave descenso nos presenta ante el siguiente resalte, un poco más erguido, que también se asciende a media ladera dejando debajo un segundo refugio.
 
Labores del viento bajo el Collado de Linza.

            En la cabecera del resalte continuamos con las amplias laderas de la cara sur de la Paquita de Linzola progresando hacia el este-nordeste. Arriba está el Collado de Linza que es nuestro objetivo.

            Se nos hace largo el camino y es que no hay nada peor que presuponer que ya estamos cuando apenas hemos comenzado a caminar y el reloj prácticamente no se ha movido. Desplazarse sobre la nieve, aunque esté muy decente y por muy cómodo que parezca, siempre requiere un esfuerzo extra si lo comparamos con terreno limpio. A cambio, la nieve nos ofrece otras compensaciones siempre que el tiempo esté aceptable y la nieve no sea demasiado profunda. Hay que disfrutar la montaña también en invierno.

Petrechema desde el Collado de Linza.
 
            El viento que ha hecho de las suyas por la zona nos ofrece unas delicadas y preciosistas labores sobre la nieve cuando alcanzamos el Collado de Linza sobre los 1900 metros de altitud. Aquí nos presentan sus credenciales la Mesa de los Tres Reyes y el Pico Petrechema. Es cerca del mediodía.

            Hemos ido dejando al sudeste la Foya de Ingeniero y el Mallo de Acherito, a nuestro nordeste queda la enormidad de la Hoya de la Solana y las laderas hacia la Mesa y al este la pirámide de Petrechema inmaculadamente nevada.

Buscando la mejor nieve.

            Lejos de llanear por nieve venteada que puede estar bastante profunda nos marcamos una larga travesía a media ladera orientada al norte en busca de la mejor nieve aunque resulte un tanto incómoda. De esta manera no vamos directamente a la larga arista oeste del pico sino que nos incorporamos ligeramente por el sudeste hasta estar ya muy arriba cuando el contrafuerte que llevamos a nuestra derecha gira al norte para confluir en la arista oeste de Petrechema.

Casquete Somital de Petrechema.
 
            En la arista, la nieve está muy dura, de cine para nuestros crampones. Suave y persistentemente progresamos de frente para arriba, superamos de manera imperceptible los resaltes de la misma, contemplamos los paredones de la cara norte rematados con discretas cornisas y alcanzamos tranquilamente la cima de Petrechema a 2360 metros de altitud cuando es la una del mediodía.

Aguja de Ansabere desde Petrechema.

            Inundados de luz contemplamos un dilatado paisaje ocluido por la inquietante presencia de la imponente Aguja Norte de Ansabere.

Aguja Sur de Ansabere desde la Cima de Petrechema.
 
            La montaña, los valles o las cimas, tienen la virtud de proporcionarnos sensaciones personales en cada momento. La cima de Petrechema me propicia una sensación de incomodidad, de inquietud alejada de la placidez teórica del momento a pesar de la relajación que aporta la experiencia.

Mallo der Acherito.

En la Cima de Petrechema.
 
            Hacemos fotos a las Agujas, a la Mesa, Al Malló de Acherito… y un cuarto de hora después nos vamos para abajo en busca de un lugar abrigado de la incipiente brisa que se quiere levantarse.
 
Iniciando el descenso de la Oeste de Petrechema.
 
La Sur de la Mesa de los Tres Reyes.

            En la parte baja de la arista oeste paramos a comer pues van a ser las dos de la tarde, una hora especial para el paso de impresionantes bandadas de grullas que van de viaje al norte y que nos saludan sonoramente.

Maz.
 
Grullas.
 
            Continuamos para abajo al encuentro de la media ladera que nos ha de llevar de vuelta al Collado de Linza, lugar en el que nos quitamos los crampones y nos ponemos las raquetas.

De nuevo en el Collado de Linza.

            La continuación para abajo no tiene otra historia que la incomodidad del tobillo que baja al lado del valle. Las raquetas son especialmente propicias para caminar o de llano o en suave desnivel frontal, las medias laderas son poco aconsejables pues someten a los tobillos a desagradables esfuerzos pero…

Foyas de Ingeniero y Mallo de Acherito.
 
            El sol que se ha ocultado temporalmente tras una nubosidad de cierto desarrollo proporciona una extraordinaria quietud al momento en las proximidades del Refugio de Linza cuando son las cuatro y cuarto.  Liquidamos 1050 metros de desnivel en una jornada placentera por encima de todo, incluso del tedioso viaje de vuelta que nos espera tras contemplar la espectacular nevera en la parte trasera del refugio.
 
 
 

              

 

           

           

 

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