Esta noche no
podía dormir. Los duendes que habitan en mi cerebro comenzaron a revolotear y no
había manera de que pararan por lo que me levanté para reflexionar con mi
ordenador cosa que suelo hacer de cuando en cuando.
Ayer al mediodía
tuvimos noticias de que había caído un alud en Panticosa, en la Zona de
Tablatos y que algo trágico había sucedido. Enseguida las Redes comunicaron que
había cogido a un grupo de seis esquiadores, al grupo de Jorge el de
lameteoqueviene, cuando ya estábamos apesadumbrados, como siempre nos pasaba
ante noticias de esta índole y enseguida se confirmó lo peor.
En ese momento me
pasó por la cabeza nuestra ascensión de anteayer a la Este del Canal Roya
cuando abriendo huella, que es cuando de verdad se conoce el estado del manto
nivoso, notaba las diversas capas de diferente dureza de la nieve que, por
cierto, estaban sin anclar, entre recuerdos de aquel tremendo alud, que en
aquella zona hará una docena larga de años, se cobró la vida del malogrado
Ricardo Araguás con un tremendo alud impropio de esa zona
Mi mente comenzó a
elucubrar que no a especular sobre competencias acerca del fatal accidente,
conviniendo en que para que alguien muera, solamente hay una condición que es imprescindible
y es que tiene que estar vivo. Vosotros estabais vivos y por tanto eso era una
posibilidad que nadie discute.
A la vez comencé a
recordar nuestros inicios con los esquís de travesía más allá de las "denteras" que nos dieran los franceses, que descendían esquiando gozosamente el Corredor
Norte de las Arroyeras. Era el Grupo de Jorge el que también descendía aullando de
placer por los Corredores de la Norte del Pic de Larry y nosotros los dos únicos
“franceses” que habían visto ese día que no eran franceses sino dos machacas de
Sabi que estaban en el vecino pic de Ayous y que se estaban convirtiendo en "esos de montesymasdebucuesa."
También volvimos a
coincidir aquel tremendo día de hielo en el que a modo de recurso fuimos a
Cuyalaret. La amable ladera estaba aquella mañana como un cristal y nosotros
nos quedamos nada más entrar a la cara este, mientras que el Grupo de Jorge el
de lameteoqueviene subía con enormes dificultades proviniendo del Aparcamiento
de Aneu. Era la época en la que te felicitaba las pascuas personalmente, a las
que gentilmente contestabas y que dejé de hacerlo puesto que entendía que no
debía malgastar tu tiempo cuando podías emplearlo en ayudar a otros con tus
predicciones meteorológicas puntuales.
Dos de tus grandes
amores, la montaña y la meteorología nos volvieron a reunir, esta vez en Sabiñánigo
y con ocasión de unas jornadas montañeras en las que nos hablaste de algunos de
tus temas de culto: la montaña, el esquí y los aludes. Aquel día te dimos las
gracias personalmente por tu amor a la montaña, al esquí y a tus acertadas
predicciones meteorológicas a las que le debíamos esas “tus ventanas” que nos
habían permitido robar algún día que otro a la meteorología y también te
entenderíamos cuando, a consecuencia de aquel tremendo atasco de las carreteras
de medio país, nos privaras de tus predicciones más ajustadas, pues había mucho
mentecato que no tenía suficiente con cometer un error sino que además pedía
injustificadas responsabilidades a los
demás.
Era la época en la
que nos regalabas con la divulgación de tus conocimientos sobre la nieve y que
culminarían con la publicación de los cuatro tomos de Rutas con Esquís de
Travesía del Pirineo y que junto a tu blog nos llevarían a un buen número de
traveseros por un Pirineo Blanco que malconocíamos y que nos descubrírías tú. Los temas sobre alimentación y dietética o
tu amor por Tuca y Kilian no nos llegaban tanto pero eran también señas de tu
identidad que evidentemente respetábamos.
Siempre ibas con
amigos pues los tenías a montón y solamente te faltaba eso, eran de lo
mejorcico, para que nos llenaras a rebosar de sana envidia que también la hay y
hoy también rodeado de amigos, como siempre, estabas disfrutando de la nieve en
las Foyas de Brazato donde en algunas ocasiones acudíamos para matar el
gusanillo de nuestra incompetencia que no nos permitía realizar actividades de
más envergadura.
Hoy un alud
nefasto nos ha llenado de pena a todos los que te apreciábamos, que aunque no
sean los millones de visitantes de tu blog, te puedo asegurar que somos muchos.
Permite al menos que esta tragedia nos sirva para darte una vez más las gracias
por tu labor y decirte que algunos continuaremos esa diagonal que emprendiste ayer
en busca de la luz con tus compañeros Natalia y Eneko.
“Teníamos que
decírtelo Jorge.”

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