En la Ruta de las Pasarelas de Alquezar.
15-11-2009.
Salida 09 h. Llegada 16 h.
Mixto.
Muy fácil.
Senderismo.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Alquezar procedente de Prames. Vías en amarillo.
La
actividad no es una ascensión propiamente dicha, es un recorrido senderista
hasta el Tozal de Sevil incluyendo la
Ruta de las Pasarelas de Alquézar.
Por
una vez vamos a ir a Guara cuando el tiempo meteorológico no es definitivamente malo en Pirineos y en Guara
esperamos que sea decente. Es domingo 15 de Noviembre de 2009, no madrugamos
demasiado pero aligerando, nos bajamos hasta Huesca, luego Abiego y Adahuesca y
a las nueve estamos aparcando en Alquezar.
Sierra de Sevil.
La
mañana lleva puesto un traje de nubes muy altas con adornos claros hacia el
este, no es demasiado agradable pero bajando las escaleras para llegar a la
plaza principal del pueblo nos damos cuenta de que el día está estupendo.
Alquezar.
Contemplando
la preciosa arquitectura que solamente poseen algunos de nuestros maravillosos
pueblos nos vamos orientados por la Colegiata , contemplamos algunos callizos y
enseguida a mano izquierda aparece el cartelón indicador de nuestro camino: La Ruta de las Pasarelas sobre
el Vero.
Hemos
atravesado el pueblo en dirección nordeste y de inmediato iniciamos un rápido
descenso para introducirnos en el Barranco de la Fuente. Vamos a llevar a
nuestra derecha los murallones que soportan el Castillo-colegiata y a nuestra
izquierda los también verticales
paredones de la peña Castibián en los que se alojan unos covachas multicolores
sobre la roca caliza de la peña.
Pasamos
junto a unos reducidos huertos y nos introducimos en la húmeda umbría del soto
del, ahora, seco barranco en el que encontramos bojes, arces menores, almeces,
fresnos y algún que otro álamo.
Una
serie de toboganes terrosos, escalinatas calizas bastante artificiales, húmedas
y resbaladizas y pasarelas con pasamanos de madera nos van encajonar entre las
paredes del barranco a la vez que nos van aproximando al cauce del Río Vero en
un descenso de algo más de 100
metros de desnivel.
Cueva Picamartillo.
Las
paredes se abren en las inmediaciones del río y un corto ramal del camino ya en
las graveras del río nos conduce a la
Cueva de Picamartillos, una extraordinaria cavidad practicada
por el Vero sobre las calizas de la zona.
Hemos
de atravesar la menguada corriente para alcanzar el fondo de la cueva y
contemplar desde allí los impresionantes paredones entre los que se aloja el
Barranco de la Fuente
que acabamos de descender. Son las diez menos cuarto.
Seguidamente
volvemos sobre nuestros pasos y siempre
por la orilla derecha del río ascendemos una escalinata metálica que nos sitúa
en la primera y más grande de las pasarelas metálicas practicada a unos metros
del plano cauce del río y sobre una vertical y lisa pared.
Terminada
la pasarela continuamos a través de un soto de rivera instalado en las orillas
del río para, enseguida alcanzar otro tramo de pasarelas metálicas sobre una
pared un tanto extraplomada lo que supone que, en algunos momentos, haya que
agacharse y tener cuidado con la mochila y la cabeza. La pasarela no tan lineal
como la anterior y en suave descenso nos permite alcanzar el azud de la Presa de Alquezar bajo la
que podemos contemplar una pequeña cascada pues las aguas no son canalizadas.
El
camino se divide en dos y nos vamos por el ramal derecho que asciende primero a
una plataforma rocosa desde la que se contempla perfectamente la presa y que,
posteriormente asciende fuertemente por estrecho camino en dirección sudoeste,
hacia una zona de paredes en las que el personal practica la escalada y todavía
más arriba hasta el Mirador del Vicón.
Requiere
un pequeño esfuerzo pero merece la pena la vista desde el mirador muy próximo
ya a los muros del castillo. Recomiendan no utilizarlo como camino de regreso a
Alquezar.
Nosotros
nos vamos para abajo siguiendo idénticos paso que a la subida y proseguimos
aproximándonos de nueve al río tras pasar bajo una enorme peña-puente.
Un
nuevo tramo de pasarelas metálicas con abundantes restos de las antiguas nos
depositan en la Central Hidroeléctrica
de Alquezar en proceso de restauración. Es el punto más bajo del recorrido y
estaremos sobre los 500
metros de altitud
Un
ampliado camino, que ha permitido el tránsito de pequeños buldocers para las
obras, se va alejando en ascenso del cauce del río y por reseca ladera, a
través de un sistema de bancales, que en
su día estarían llenos de olivos y almendros, gana altura en dirección a
Fuentebaños que nos muestra una cumplida balsa.
Luego
el camino gira al norte para atravesar una zona de reducidos y escalonados olivares
e introducirse en el Pueblo junto a la Fuente de la Pozaca que llora el agua más que la mana. Son las
once de la mañana.
Damos
una pequeña vuelta por los alrededores de la Colegiata y cerrando el
bucle nos llegamos al aparcamiento.
No
tenemos ruta predeterminada a partir de ahora pero queremos acercarnos para ver
algunas cuevas y abrigos rupestres para
llegarnos, si el tiempo lo permite, hasta Sevil.
Lo
lógico sería partir de la parte norte de Alquezar y siguiendo un camino balizado en dirección
norte hacer lo que nos proponemos. Se trata de un sendero que arranca en una
zona de escalada, vemos el camino, pero que no vamos a tomar puesto que es la
ruta de Alquezar al Mesón de Sevil y nos parece un tanto larga para nuestros propósitos.
Tomamos
la pista de San Pelegrín y tratamos de orientarnos en el observatorio de aves y
jardín botánico de San Gregorio. Encontramos a Jesús Ruiz que está recogiendo
un buitre muerto y nos da algunas orientaciones que dejaremos para mejor ocasión
pero nos sitúa un poco.
Pasamos
el caserío de San Pelegrín y en un ensanche de la pista paramos a almorzar un
poco y a orientarnos con el mapa.
Hacia Chimiachas.
Un
cuarto de hora después u unos cientos de metros más adelante encontramos el
desvío hacia la Fuente
de San Pelegrín y aparcamos junto a los coches de unos cazadores. Estamos sobre
los 900 metros
de altitud y son las doce del mediodía algo pasadas.
Poco
después partimos en dirección norte por un camino que presenta una pequeña
numeración en amarillo y algunas citas y vamos ascendiendo una ladera reseca y
pobremente vestida de plantas espinosas. El camino se abre en dos y proseguimos
al norte con las citas. Ascenderemos suavemente pero de manera consistente
hasta alcanzar la divisoria de la
Loma de Qizans, lugar en el que ya hemos conectado con la Senda de Alquezar a Sevil
sobre los 1100 metros
de altitud.
Unos
metros más adelante abandonamos este camino reconvertido en estrecha pista que se va loma hacia el norte, para alcanzar una choza cilíndrica en muy buen
estado, lugar en el que el camino se ahonda
hacia el nordeste y se convierte en camino que se va a introducir en
descenso en el Barranco de Chimiachas.
Transitamos
ya en el barranco un pequeño tramo de pinar de laricios e introducidos en el
estrecho, sombrío y húmedo lecho del ahora seco barranco proseguimos en
descenso hacia el este.
Alcanzamos
una cavidad que presenta una doble galería superior a la que ascenderé de
regreso y con dudas, proseguimos barranco abajo. Suponíamos que ya deberíamos
haber alcanzado el emplazamiento de la cueva.
Alrededor
de 300 metros
más abajo, después de superar un resalte por fuera del cauce del barranco un
cartel nos indica que hemos de abandonar el mismo y orientarnos en ascenso
hacia el sur frente a unos paredones llenos de covachas.
Chimiachas.
Enseguida
un par de escalerillas metálicas nos permiten alcanzar la verja que protege el Covacho
de Chimiachas y su precioso y preciado ciervo. La orientación del covacho es
impecable.
Ciervo de Chimiachas.
El
Barranco de Chimiachas está cortado y además nosotros tenemos que volver sobre
nuestros pasos. Es la una del mediodía cuando emprendemos el regreso por el
mismo camino con parada en la cavidad para subir a prospeccionar la galería
superior que no es difícil.
Barranco Chimiachas desde el abrigo.
Alcanzamos
la choza cilíndrica con techo de tierra cubierta de vegetales y desandamos el
camino hacia Alquezar hasta que enseguida y a media ladera encontramos el
desvío a la Mallata
y Abrigo de Quizans.
Tozal de Quizans desde San Pelegrín.
En
cinco minutos nos llegamos a la cerrada mallata en cuyo interior, una escalera
metálica permite la aproximación a la verja defensiva del abrigo.
Mallata de Quizans.
Nos
cuenta localizar la diminuta pintura rupestre en la zona baja de la pared, una
especie de zorro de larga cola y unas manchas insignificantes para nosotros. La
mallata ha debido de ser empleada hasta no hace mucho tiempo.
Hemos
de volver hasta el lugar donde hemos aparcado el coche y primero lo hacemos por
el camino último de ascenso para luego continuar por el que conduce a Alquezar
hasta que determinamos que hay que abandonarlo antes de alcanzar la Fuente de San Pelegrín.
Damos
alguna pequeña vuelta pero enseguida localizamos el camino ya próximo al coche.
Son
las dos y media de la tarde y nos entretenemos un poco cascando unas cuantas
almendras que caídas del almendro no tienen pinta de ser recogidas. Mientras
tanto decidimos sobre la continuación de nuestra extraña jornada.
Hacia
el Mesón de Sevil quedarán alrededor de 6 kilómetros y no es
hora para hacer ida y vuelta pues de allí hasta el Tozal de Sevil todavía queda
un poquillo más. Por tanto, y como queremos conocer un poco la zona, tomamos la
decisión de acercarnos en coche hasta el mesón.
San Pelegrín.
La
pista está bastante bien conservada, cuenta con algunos tramos un poco estropeados
pero en general su estado es muy aceptable. Tranquilamente nos vamos valle
arriba en suave ascenso hasta alcanzar, media hora después, el emplazamiento
del Mesón de Sevil situado alrededor de los 1300 metros de altitud.
El
Mesón de Sevil es un enorme caserón que sirve de refugio con una parte abierta
y otra cerrada. Indica una capacidad para 20 personas y hasta allí llega la
pista cerrada por la que discurre el camino de Alquezar.
En
las inmediaciones y cubierto de pinar se halla el observatorio contra incendios
del Zerro y la pista sigue adelante en dirección norte hacia la Mallata de la Ilesieta.
Nos
vamos pista adelante en suave ascenso y en dirección norte hasta ganar lo alto
de la loma y visitar uno de los abundantes pozos de nieve de la zona.
Alcanzado
el punto alto al oeste del Tozal de Sevil, al que no iremos, estamos a 1384 metros de altitud,
nos damos la vuelta tras charlas con un cazador que está de espera y que ha
cazado un rayón de una quincena de kilos.
Tranquilamente
nos vamos para abajo llegando al mesón cuando son las cuatro y media pasadas.
Luego seguiremos pista abajo hasta las inmediaciones de San Pelegrín y de allí
hasta alcanzar la carretera en las inmediaciones de Alquezar don de pararemos a
echar un bocado.
Caserío de Alquezar.
De
vuelta en los alrededores de Huesca cae la noche vestida de estrellas pues el
día ya es muy corto. Hay que rematar un jornada de senderismo no demasiado
convencional en el que no habremos movido más allá de 600 metros de desnivel.
Hacía
muchísimos años que habíamos estado el Alquezar pero está claro que habrá que
volver sin tardar otro tanto.
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