Gralleras desde el Puerto de Canal Roya.
Aparcamiento de Espelunciecha, Ibón de Espelunciecha,
Collado de Canal Roya y Arista Sur.
14-11-2009.
Salida 09 h. Llegada 1212 h.
Mixto.
Muy fácil.
Esquís de Montaña.
Rosa Mª. Marrtínez y Mariano Javierre.
Mapa de Gralleras procedente de Prames. Vía en amarillo.
La
noche ha sido bastante cálida motivada por la situación de vientos del sur,
lleva unos días lloviendo incluso en altitud aunque no haya sido demasiado
pero… nos resistimos a no estrenar la temporada de esquí.
A
las nueve de la mañana estamos solos en el Aparcamiento de Espelunciecha y ese
desagradable viento que tan frecuentemente campa por estos parajes nos invita a
permanecer en el interior del coche. Es sábado14 de Noviembre de 2009 y por el
oeste, una consistente masa de nubes negras se cuela hacia el este bajando de
altitud y rozando la arista del circo.
No
cedemos a la tentación movidos fundamentalmente porque tenemos poco tiempo pues
a las doce debemos estar de vuelta y consecuentemente
nos colocamos las botas, recogemos todos los materiales y con los esquís en la
mano cruzamos el puente sobre el recién nacido Río Gállego. Había calculado
nieve continua a partir de 1800
metros y así será: junto al pequeño parque infantil, nos
calzamos los esquís y comenzamos a foquear la temporada. Los cortos paseos con
esquís de travesía se han convertido en nuestra escapatoria más habitual para
esos días en los que hay que “ventilar el piojo” a la carrera.
Principio de temporada.
La
nieve está infernalmente blandísima, estamos a 10º centígrados y quiere gotear.
Por nieve virgen te clavas consistentemente y enseguida optamos por la solución
cómoda: nos vamos pista arriba.
Durante
el fin de semana pasado, tras las copiosas nevadas que dejaron un Pirineo de
postal invernal, las máquinas pisan muchas de las pistas al objeto de que el
viento no haga estragos. Hoy, casi una semana después, la extensión de la misma
es imperceptible salvo cuando abandonas la nieve pisada.
Pero
la nieve es continua a 1720
metros de altitud, cruzamos el puente y con las alzas
puestas ascendemos, por la orilla derecha del Barranco de Espelunciecha ya
cubierto por la nieve, el primer resalte al que le sucede el rellano en el que
nos orientamos al sudoeste.
Echamos
la vista atrás y comprobamos que el personal está llegando al aparcamiento. Nosotros,
conocedores del camino ascendemos suavemente hasta el segundo resalte tras el
que la nieve está un pelín más dura y la visibilidad disminuye ya que los
horizontes sur y este también se han cerrado. ¡No dejaremos de tener que bajar
“a guevo”!
En busca del Ibón de Espelunciecha.
Un
amplio rellano desde el que contemplamos toda la arista que une a Los
Faballones con el Puerto de Canal Roya nos deposita en dirección sudoeste bajo
el tercer resalte alrededor de los 1950 metros de altitud.
La
nieve pisada está muy buena pero enseguida la abandonamos yéndonos ligeramente
al sur para aproximarnos al doble
barranco que defiende el emplazamiento del Ibón de Espelunciecha. Ganamos
altura por encima del desagüe del mismo, atravesamos el primer barranquillo que
está bastante relleno y tras quitarnos los esquís, pues hay un tramo de pared
que en una parte no tiene nieve y en otra está muy tiesa, nos vamos hasta
alcanzar enseguida la loma desde la que se contempla el Ibón de Espelunciecha.
Son las diez menos cuarto y estamos unos metros por encima del emplazamiento
del ibón a 1950 metros
de altitud.
Ibón de Espelunciecha.
El
ibón tocado con una lánguida y soberbia paleta de grises inimaginables esta tan
bello que cruje: sencillamente celestial.
Hacemos
unas fotos, desandamos la pared y nos calzamos de nuevo los esquís contemplando
como se desgarra la nubosidad y nos regala con unos retazos de cielo
insultantemente azul. Hasta acuden a la fiesta unos tímidos rayos de sol pero
todo será meramente testimonial y perecedero. Enseguida volveremos a estar
sumidos en la oscuridad y meneados por el viento que a rachas, no demasiado
intensas, nos anunciará la próxima presencia del Puerto de Canal Roya.
El Diente de Anayet siempre espera en el Puerto de Canal Roya.
Alcanzamos
la cabecera del Barranco de Espelunciecha y ascendemos el resalte Terminal que
nos conduce al Puerto de Canal Roya situado a 2160 metros de altitud.
Evolucionamos
hacia la parte sur del mismo para fotografiar la severa cara Norte del Diente
de Anayet y la no mucho más amable cara
Norte del Pico Espelunciecha y orientándonos al norte proseguimos el ascenso
hasta las inmediaciones de la llegada de la Silla de Espelunciecha para contornear en suave
ascenso la preciosa cúpula nevada del Gralleras Sur a 2204 metros de altitud.
A veces las nieblas acompañan a Gralleras Sur.
Son
las diez y media, la nubosidad nos secuestra tanto el colorido como la
extensión del paisaje, contemplamos y fotografiamos el Midí con boina y al más
puro blanco o negro la cara sur de la prestigiosa Campana d’Aneu, la Arista del Portalet y el
Macizo del Lurien están discretísimos y
ya muy oscuro el Macizo de Aspe quizás bajo la lluvia. No digo nada del
castillo de Acher que se columpia en el horizonte oeste. Hasta Foratata está
tristona.
Espelunciecha desde Gralleras Sur.
Recogemos
las pieles de foca, echamos una pasta y un trago de café con leche de manera agradable aprovechando que el
viento ha cedido y un cuarto de hora después nos montamos en los esquís y
comenzamos con los primeros y torpísimos giros de la temporada en nieve muy
blanca, pero enseguida en la pista ya es otra cosa.
Si
hemos subido solos el descenso lo haremos en compañía de algunos que bajan más
presurosos que nosotros y de un rosario interminable de gentes que suben
estrenando temporada. No tenemos prisa.
A
mitad del descenso nos encontramos con Javier Sanagustín y familia. Habían
quedado con Rosa en que ya se verían y así ha sido.
El Midi siempre suele acompañar.
Luego,
poco a poco hay que negociar la nieve, cada vez más blanda, con pocas
florituras, alcanzamos la confluencia con la pista que sube al Silla de
Batallero y del puente hacia abajo con cuidado pues aparecen peladuras.
Son
las once y media cuando nos quitamos los esquís junto al puente poniendo fin al estreno de la temporada de
esquí. Ha sido un conocido y agradable paseo en el que hemos movido unos
escasitos 500 metros
de desnivel que a pesar de todo nos dejarán su señal a mi chica en los
cuadriceps y a mí en los gemelos.
No os calentéis la cabeza con las fotos del día, no hay ninguna pues la carpeta se me "evaporó".
No os calentéis la cabeza con las fotos del día, no hay ninguna pues la carpeta se me "evaporó".
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