4 jun 2016

39-16. CABO DE HIGER AL EMBALSE DE SAN ANTON. 31-5-2016.


La Isleta del Cabo de Iger. 

Cabo de Iger, Fuenterrabía, Irún, San Marcial y Collados de Saroia, Erlaitz y Ursain y Embalse y Ermita de San Antón.
31-05-2016.
Desnivel ascendido750 m. Desnivel descendidio 550 m.
Distancia recorrida 28500 m.
Tiempo efectivo 05 h.
Mixto.
Fácil.
Senderismo.

Agua en diversas fuentes y caseríos del camino según época del año y siempre en San Marcial y San Antón.
Las etapas de un GR pueden hacerse cuanto largas se deseen siempre y cuando se posea autonomía  en otro caso atenerse a las necesidades del grupo

Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Iger-San Antón procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            Fue, en la noche de los tiempos para nosotros, allá por Julio del 85 cuando comenzábamos la Travesía del Pirineo de mar a mar siguiendo el GR11.
            La idea era realizarla por tramos sabedores de que, por casi todas las razones imaginables, “de tacada, ni locos.”
            Comenzaríamos con Huesca, mucho más atrayente para nuestros aguerridos corazones de jóvenes montañeros y luego ya se vería… ahora nos quedaban únicamente las etapas iniciales del Atlántico, a las que casi habíamos renunciado pero… todavía con el paso de los años nos debe quedar algo de aquello que nos movió en su día.

Dispuestos a poner rumbo al este desde Iger

            Y en ello estamos a las dos y media de la tarde del 31 de Mayo de 2016 mirando al mar en el Cabo de Iger.
            La jornada que nos ha traído hasta aquí no ha sido fácil precisamente. Alto a las cinco de la mañana, a las seis furgoneta hasta Pamplona donde dejo a los socios a las ocho para subir hasta Burguete. Dejo la Furgo aparcadaa las nueve y me volveré a Pamplona bajando hasta la Gasolinera del cruce a Isaba, mochila al hombro, en la que hago dedo hasta que llega un autobús que baja a Pamplona y me salva. A las once menos cuarto y dentro del tiempo calculado me reúno con los socios para marchar hasta la estación del ferrocarril pues el autobús  a Irún sale algo tarde y mejor el tren.

Una visión del cantábrico desde el Cabo de Iger.

            Veinte minutos de camino a buen paso nos dejan en la fila de las taquillas de la estación con diez minutos para sacar billetes. No nos va a dar tiempo al ritmo que se mueve la fila pero nos dice el empleado que con dinero el billete se puede sacar en el tren y nos subimos con el tiempo justo. Es curioso pero también comenzábamos hace 31 años en el Tren Canfranero.
            Comeremos en el tren el bocata preparado por si el asunto se complicaba, el revisor no pasará por lo que haremos el viaje gratis y alrededor de la una estamos en Irún buscando un autobús que nos acerque a Fuenterrabia pues media una distancia de alrededor de 8 kilómetros.

Volviendo hacia el Faro del Cabo de Iger. 

            A la salida de la estación, en la parada esperamos diez minutos al autobús que nos deja en la parada del puerto más próxima al Cabo de Iger. Nos quedan un par de kilómetros que haremos junto al puerto para remontar ligeramente hasta el Faro del Cabo de Iger, que recordamos vagamente, situado a 42 metros de altitud.
            Del faro bajamos hasta casi la orilla del mar, dejamos que las imágenes de las espumosas olas en los rompientes nos cosquilleen en el corazón, hacemos algunas fotos y nos volvemos al faro iniciando así la primera etapa de nuestro recorrido aunque ya llevamos, como poco, 7 kilómetros de camino. Son las dos y media.

¡Me gusta el mar!

            Después de ver como el Pirineo se remoja los pies en el Cantábrico a pesar de que hay una cierta nubosidad que debe ser muy corriente por estos pagos, hay que bajar hasta la orilla del Puerto de Fuenterrabía caminando al sur y llevando a nuestra izquierda primero el Espigón Final del Bidasoa y al otro lado Hendaya que es otro país, luego la Playa de Fuenterrabía con una orilla perfectamente acondicionada en forma de paseo y un plano y dilatado arenal sin gente y finalmente comenzar a callejear para recorrer el aeropuerto siempre al oeste del mismo.

Cruzando el Canal de Amute para entrar en Irún.

            No hay balizas y hay que buscarse la vida primero por callejas agradables y luego por una carretera próxima al aeropuerto con mucho tráfico y sin arcén que nos permite rebasar la Torre del Aeropuerto y alcanzar la parte sur del mismo en el Puente de Amute por el que entramos en Irún tras haber recorrido 5 kilómetros largos.
            Poco después pasamos el puente sobre las vías del ferrocarril en las inmediaciones de la estación  y paramos a echar un trago y comer unas naranjas mientras soltamos las cumplidas mochilas en las que llevamos todo lo necesario para los tres próximos días.

Primera baliza rojiblanca.

            Hemos comenzado a girar al este y en dirección sudeste cruzaremos la ciudad guiados por el Paseo Colón y la Avenida de Navarra en busca de la Carretera de Ibarrola.
            Nuestro objetivo es cruzar la autopista y allí buscar el camino hacia un primer promontorio, fuera de la ciudad, en el que se encuentra la Ermita de San Marcial.

llegando a la Ermita de san Marcial. 

            Enseguida encontramos una pista asfaltada  y en un poste del tendido eléctrico la primera baliza rojiblanca de las que nos han de guiar  en los próximos días.
            La carretera comienza a ascender, se convierte en pista y seguidamente en un camino que continúa  ascendiendo paralelamente a la misma para atajarla en varias ocasiones, antes de alcanzar el Merendero de San Marcial con fuente y bancos. En las inmediaciones está la ermita-restaurante, todo cerrado,  desde donde contemplamos  el camino recorrido por zona urbana  que nos ha traído hasta aquí. Son las cinco y media y estamos sobre los 200 metros de altitud.

Desde aquella punta de atrás venimos. 

            Confiamos en disponer de agua por el camino sobre todo sabiendo que nos espera el Embalse de San Antón y caseríos diversos de camino a Bera por lo que cogemos un poco de agua para el inmediato y proseguimos adelante por una serie de pistas tanto asfaltadas como sin asfaltar, limpias y transitadas  que se alternaran con reducidos tramos de camino todo ello perfectamente balizado por lo que seguirlo es realmente cómodo.


El Bidasoa al norte de Bera.

            Recorrida la Loma de San Marcial descendemos brevemente hasta un cruce de caminos, pasamos junto al precioso Carerio de Saroia  y proseguimos adelante en dirección este en medio de una tarde en la que predomina una luminosidad tornasolada.


Precioso Caserío de Saroia.

            Luego proseguimos ascenso siguiendo un caminillo, entre el sotobosque de tojos fundamentalmente, que nos ha de depositar en el Collado Erlaitz situado a 450 metros de altitud y aprovecharemos para  disfrutar de los primeros bosques de robles de enormes hojas, de castaños de brillantes hojas y de crecidas y floridas matas de digitalis purpurea o dedaleras.


Las dedaleras que nos acompañarán en Guipuzcoa.

            Proseguimos al este sin ganar prácticamente altura hasta que alcanzado otro collado iniciamos un suave descenso en busca de un valle que se abre en dos  y guiados por una prominencia más significativa que es el Risco de San Antón a cuyos pies suponemos el embalse del mismo nombre.


Caminos amplio casi pistas y pistas que nos acompañarán.

            Una pista desciende vuelta a vuelta al encuentro de un barranco que terminaremos por cruzar ya entrados en Navarra. A partir de aquí la pista llanea y se nos hace largo el camino además de pesada la mochila mientras cae la tarde convencidos de que Bera está muy lejos.


Bajando del Collado Ursain hacia San Antón.

            Tras un breve error queriendo continuar para abajo hemos de retroceder y remontar unos metros por carretera asfaltada para charlar con un par de pastoras que cuidan su asustado rebaño junto a la Presa del Embalse de San Antón.


En la Presa de San Antón con el risco del mismo nombre detrás.

            Estamos a 240 metros de altitud, cruzamos la presa y por su orilla norte faldeando el Risco de San Antón alcanzamos la entrada a la Ermita de San Antón donde nos vamos a quedar para pasar la noche. Son las ocho y media de una tarde que se ha hecho larga. Calculamos que habremos recorrido alrededor de 21,5 kilómetros a los que hay que sumar alrededor de 7 kilómetros más previos a la etapa y además el ascenso acumulado no habrá bajado de 750 metros  con 550 metros descendidos.
            La ermita está cercada, cerrada, con los alrededores cuidados y con fuente. Además tiene un porche cubierto con bancos de piedra y de madera en dos de sus lados que nos va a venir de cine.


El Embalse de san Antón y el vallecillo de salida hacia Bera.

            Corre una ligera brisa que se nos hace más importante debido a nuestro sudor pues la tempertura es excelente, pero nos abrigamos y preparamos la cena mientras montamos la tienda en la zona cubierta y enlosada. Cenamos abundantemente en el lado protegido, echamos cumplidos tragos pues hay que beber, hasta nos hacemos leche pero el día está cumplido y alrededor de las diez nos metemos en la tienda que hemos montado en previsión de posibles molestias del viento o mosquitos pues estamos en la orilla del pantano.


Bajo el Porche de la Ermita de San Antón pasaremos la noche.

            Las losas amortiguadas por las esterillas están duras en principio pero no será mayor problema para pasar una comodísima noche hecha vuelta a vuelta como ya suponíamos. Yo prácticamente ni me enteraré pues terminé la jornada con molestias en hombros, más cansado de lo habitual  y mañana nos espera una larga jornada.
           

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