Orio, Talaimendi, Zarautz, Camino de las
Atalayas de San Antón, Getaria, Askizu, Zumaia, Askizu, Getaria, Camino de la
Costa, Zarautz y Ruta de las Escalinatas.
21-09-2022.
Desnivel ascendido 800 m.
Distancia recorrida 30000 m.
Tiempo efecctivo de marcha 08 h.
Sol.
Muy fácil.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
El GR121. Se pasea por la Concha se sube a
Igueldo y sobrevolando calas se llega a Orio y aprovechando que pasamos por San
Sebastián nos montamos en Orio y nos vamos a dar un garbeo hasta Zumaia, que no
es plan estar todo el día tumbado en la arena o comiendo en cualquier garito.
El
sendero cruza el pueblo y por el puente que conduce al puerto marcha al oeste,
siempre al oeste pero sin llegar al puerto inicia un ascenso, por corretera de
servicio entre caseríos y con poco tránsito aunque variado, alcanza enseguida la
Loma de Talaimendi donde se encuentra el Gran Cámping de Zarautz. Es Camino de
Santiago, hay fuente y un botiquín.
Se
puede bajar a Zarautz por la carretera pero mejor o peor, según para quién, el
camino bordea el cámping, se asoma al Cantábrico y a Zarautz y marcha para
abajo por la Ruta de las Escalinatas, 439 peldaños de nada, que se harán más
duros para subir.
Con
los ojos llenos de Playa de Zarautz, con sus olas y sus surferos, alcanzamos la
playa que recorreremos por fuera siguiendo un pasaje acondicionado en el límite
con una zona de dunas protegidas y el campo de golf, mientras reconsideramos
nuestro particular hándicap.
Terminado
el campo de golf entramos en el paseo marítimo que cruzamos de punta a punta
con el rabillo del ojo puesto en Getaria que nos espera más al oeste.
Hemos
metido tres cuartos de hora en subir y bajar poco más de 100 metros y se nos va
casi media hora en llanear Zarautz.
Tenemos
la opción del camino de la Costa que ya conocemos y que dejamos para la vuelta
y tomamos el de las Atalayas de San
Antón que gana altura en la parte oeste del pueblo y entre prados, viñas y
caseríos, faldea la costa, alcanza los 200 metros de altitud, pasa por Eitzaga
y se llega a Getaria por la parte alta del caserío.
Si
se llega por el Camino de la Costa no hay que bajar al puerto sino que
continuando la nacional hasta el centro se toman una serie de escaleras mecánicas
y un ascensor que te llevan a la parte alta donde vuelves a tropezarte con las
balizas amarillas del Camino de Santiago. Se nos ha ido una hora algo larga
entre pasos y dudas.
Cerca
del cementerio del pueblo tomamos el GR. para no abandonarlo. Nos pasará por
San Prudencio y Askizu, sobre los 150 metros de altitud y desde allí
iniciaremos descenso por camino que ha ido recorriendo tramos empedrados, pista
muy lisa y carretera asfaltada que nos depositará en las inmediaciones de la
Playa de Santiago de Zumaia. Llevamos cuatro horas largas de camino.
Nos
llegamos hasta el Barrio de San Pedro, un enclave insólito por estar en una
zona amplia y llana entre puerto y playa y nos damos la vuelta por el mismo
camino que hemos traído, que por hoy ya está bien.
Hay
que subir lo que hemos bajado antes y bajar lo que hemos subido mientras nos
cruzamos con multitud de senderistas que no solamente llevan el sentido hacia
Santiago aunque este sea el de la mayoría.
Hemos
salido a las ocho y van a ser las dos del mediodía cuando entramos a comer en
un restaurante del centro de Getaria, pues ya estaba previsto.
Una
hora después nos bajamos hasta la playa y nos pegamos un baño breve. El agua
está deliciosa y a una temperatura que no recordamos del Cantábrico, mucho más
propia que la caliente del Mediterráneo, que también la tiene fría en
determinados lugares.
Nos
quitamos la sal en la ducha y cambiados y frescos, continuamos camino de vuelta
hacia Zarautz. Lo haremos por la Ruta de la Costa, un paseo a la orilla de la
carretera nacional que con una longitud de alrededor de 4 kilómetros pasa por
las Puntas Lasuntalai, Iteiko y Ailla, nos devuelve al Paseo Marítimo de
Zarautz entre multitud de senderistas y paseantes que van de playa a playa.
Son
las cinco pasadas cuando atravesamos el paseo marítimo y seguidamente la
pasarela junto al campo de golf, la tarde es igualmente espléndida que la
mañana y el disfrute del azul y blanco del mar nos regala su embrujo inigualable,
mientras los cuerpos de los bañistas se broncean delicadamente al sol, nada que
ver con mi moreno de albañil consentido.
Los
439 peldaños nos devolverán a las alturas desde las que nos regalaremos de
nuevo la vista con esa costa que no nos cansamos nunca de contemplar y beber de
su deleite.
Volveremos
a Orio con el regusto dulce de unos granos de uva en tiempo de vendimia y las
ganas de sentarnos en la furgo para tomar unas cervezas con cualquier picoteo
mientras nos entretenemos en pasar páginas de nuestras relajantes lecturas. Hoy
habrán sido alrededor de 30 kilómetros y no precisamente llanos ya que habremos
acumulado un desnivel de alrededor de 800 metros.
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