29 may 1994

2-94. IBONES DEL MIDI O DE AYOUS. 29-5-1994.



Midi de Ossau desde el Refugio de Ayous.


Aparcamiento de Bious Artigues, Hount de Peyreget, Refugio de Ayous, Col Casterau y Hount de Peyreget.
29-05-1994.
Desnivel acumulado750 m.
Distancia recorrida14000 m.
Tiempo efectivo 06:30 h
Mixto.
Fácil.
Senderismo

Actividad de referencia para el senderismoque puede realizarse en cualquier época del año pues sus variables estacionales compensarán sobradamente.
Agua en el Refugio de Ayous, escorrentías y lacs según costumbre y época.

Merche Rodrigo, Rosa Mª. Martínez y Biola y Mariano Javierre.

Mapa de Ayous procedente de ING. francés. Vía en amarillo.

            ¡Vaya año que llevamos! Parece ser que ese refrán que conozco y que no voy a citar se cumple invariablemente; aunque también podría ser mucho peor, con lo que te quedas con la cabeza caliente y los pies fríos como el negro del sermón.
            De cualquier forma y en contra de bastantes cosas nos vamos a los Ibones del Midi pues el tiempo, para variar, va a ser bueno según las predicciones.
            Amanecemos el Domingo 29 de Mayo de 1954 cada cual a su hora: Merche en la Inmortal  a las seis de la “madrugada” y nosotros en nuestro lugarejo a las ocho pasadas como uno vulgares domingueros.
            Son casi las nueve.
            -¡Vamos con el tuyo o con el mío!
            -Me da igual.
            -Yo con esas carreteras pues no sé…
            -…
            -¡Lo que tú digas, maño!
            Yo por la mañana, parco en palabras ante el vendaval…
            ¡Vamos con el nuestro!

Bious Artigues. 6-4-15.

            Nos vamos al Portalet tras ofrecer al personal la variante de Anayet debido a la hora y también por la distancia tanto en coche como andando.
            La carretera, infernal como nunca por las obras, nos regala una Foratata suntuosa en medio de una mañana soberbia y sin circulación debido fundamentalmente a la casi total ausencia de “almendrones.”

En la Zona de Vivac de Bious Artigues. 6-4-15.

            Pasamos la frontera y nos bajamos al encuentro de incipientes nieblas en la Sagette.  Biola se marea y paramos un par de veces en medio del verde joven de deliciosas hayas.
            Casi en Gabas nos vamos a nuestra izquierda por la carretera forestal que en 4 kilómetros junto al barranco nos deposita en el Aparcamiento de Bious Artigues situado a 1420 metros de altitud.

Cruzando el Barranco de Bious Artigues.

Tomando la GR 10 que por aquí es una estupenda y cuidada  pista forestal cruzamos el barranco y por su orilla izquierda ganamos altura hasta alcanzar el Cerrojo de Hount de Peyreget situado a 1540 metros.
            Dejamos el barranco a nuestra  izquierda,  nos incorporamos  hacia el interior del hayedo-abetar en dirección oeste y en busca de la Cabaña de Camp Long de Ayous, por empinada senda que acusarán las señoritas con las que habrá que ir negociando para sacarles lo mejor de sí mismas delicadamente.
            Fotografiamos al Midi de Ossau entre reducidos ocres y verdes tempranos, Biola toma el avión y a Merche se le cala la moto cuando abandonamos el hayedo y continuamos ganado altura por abrasada pradera alpina al encuentro de los primeros neveros y de los primeros bolazos de nieve.

Hacia el refugio de Ayous. 6-4-15.

            Pronto alcanzaremos el Lac Inferior de Ayous a 1845 metros de altitud cuando son las doce. Paramos a almorzar y a descansar, cada cual se sirve al gusto de los veinte minutos correspondientes según sus preferencias y necesidades.
            Continuamos junto al desagüe de uno de los ibones subiendo un fuerte escalón que haremos por parejas. Superado éste,  ganamos definitivamente la nieve pues nos encontramos por encima de los 1900 metros de altitud alcanzando el Lac Central de Ayous algo más que medio helado.

Pîc Casterau desde el Lac de Ayous. 6-4-15.

            Poco más adelante encontramos el Lac Superior de Ayous completamente helado, hacemos otra foto, también del Midi y superando un pequeño repecho de nieve que se le atraganta a Merche un pelín y que concluirá con tracción animal, llegamos al Refugio de Ayous situado alrededor de los 2000 metros de altitud cuando es la una del mediodía.

Hacia el Col Casterau. 6-4-15.

            El personal anda de parada pero nosotros vamos de camino y tras algunas fotografías continuamos adelante en dirección sur para afrontar una pala nevada situada sobre el Desagüe del Lac de Bersau.
            Tras varios y medianamente fructuosos intentos por parte del personal de enseñar a Merche la técnica de puntas sobre la nieve blanda en medio de un tórrido mediodía, soy elegido como preferido “partenaire”, porque aunque de vez en cuando jure…
            Jugando al “veo, veo” con diminutos lacs que acampan sobre el indeciso desagüe, alcanzamos el cierre del mismo recordando que fue aquí donde paramos a comer en nuestra primera visita.
            Protejidos del vientecillo que circula intermitentemente paramos a comer junto al Lac Bersau situado sobre los 2100 metros cuando son las dos. Hemos subido todo el desnivel y vamos bien.
            Cogemos agua con abundante material en suspensión, nos hacemos un nescafé y me sentaré en la soleada ladera entre somnoliento y satisfecho de un día conseguido: Biola va de cine lo que confirma mi teoría de que puede realizar actividad en cierta altitud ya que la implantación vegetal es mucho menos que por abajo y mis señoras bien. ¡Qué más quieres Baldomero!

La sudoeste del Pic Casterau. 

            Alrededor de las tres y cuarto continuamos contorneando el Pic Casterau que tiene una estampa preciosa con tres montañeros en la cima y nos llegamos casi de llano al Col Casterau, para desde allí iniciar el descenso en diagonal y hacia el este al encuentro del Lac Paradis. Lo hacemos al trote cogidos todos de la mano y sobre una nieve dulce y blanda como pocas.
            En menos que canta un gallo nos llegamos hasta allá abajo. Había pensado que a lo mejor tendríamos alguna pequeña complicación según estuviera aquí la nieve  pero la pena ha sido no haber traído un saco de plástico.
            El camino ahora en dirección noroeste transita  entre los Lacs Casterau y Paradis, vamos ya de vuelta de frente al Midi y superado el cerrojo y al amparo del vientecillo que campa por tan crítico lugar paramos a contemplar el paisaje ya que el cansancio empieza a manifestarse.
            El paseo ha permitido rendir pleitesía necesaria a uno de los más egregios señores del Pirineo; el Señor del Mediodía, el Midi de Ossau que a lo largo del día se ha vestido con sus mejores galas desde el siniestro verde oliva oscuro hasta el más delicado verde serpentina, ahora opaco, luego refulgente, antes macizo y pesado, después erguido y etéreo, pero siempre decididamente suntuoso y celestial.


Merche con Paradis y Cadsterau desde la Hount de Peyreget.

            Continuamos hacia la Cabaña de la Hosse para ir virando  al nor-nordeste y descender el tercer escalón que nos deposita de nuevo en  el Hount de Peyreget.
            Hemos tomado florecillas para secar y ahora nos detenemos  junto al barranco para comer un poco mientras el sol, que nos ha acompañado prácticamente durante todo el día, se afana en su delicada tarea de achicharrarnos un poco más aquí en el fondo del circo.
            Nos comemos hasta la lata de aceitunas que Merche ha porteado incautamente  hasta aquí, solamente le ha faltado la lata de kilo de garbanzos aliñados para terminar de lastrarle la mochila: “wanderfull”; aunque bien mirando, a lo mejor e sirve para que no se la lleve el aire.
            Llaneamos después junto al barranco charlando de cualquier cosa mientras que madre e hija se confiesan qué se yo la suerte de milagros imaginativos versionados convenientemente al gusto.
            Una fotografía con los picos Paradis y Casterau de teloneros y nos sumergimos en la relajante y delicada sombra del hayedo tras un enorme día de sol.


Biola con el Pic Casterau.

            Casi sin darnos cuenta nos acercamos al Lac de Bious Artigues que ha soñado los colores originales del día y pausadamente los difumina y  ahoga en el fondo de sus profundas y silenciosas entrañas.
            A las seis y cuarto estamos descalzándonos junto al coche casi huérfano de congéneres: estos galos matan la tarde cuando todavía es una inocente recién nacida.
            Ya en la carretera entramos a ver las Instalaciones de la Vida en Altitud, que por cierto tienen un aspecto deplorable y continuamos puerto para arriba hasta la frontera.

Luego discutiendo si Culibillas es las Arroyeras y alguna que otra intrascendencia por el estilo nos colamos para abajo hasta llegar, sobre las ocho, a nuestro “monte” particular en el que se puede degustar, entre otras cosas, el áspero sabor de la exquisita y cumplida ración de bicarbonato de sodio o regalarse con delicadas sensaciones táctiles de los más tiernos retoños vegetales  con descarada y placentera complacencia.

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