Tucón Royo y Cresta de las espadas.
Aparcamiento
de la Espiantosa, Refugio Angel Orús, Ibón de Llardaneta, Cara Este, Arista
Sur, Pico Pavots, Pico Royo, Cara Este e Ibón de Llardaneta.
23-07-1994.
Salida 19:15 h. Llegada 15:40 h.
Mixto.
Fácil.
2 d.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Biola y Mariano
Javierre.
Mapa de Posets procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
El
Año que viene haremos el Posets, comentaba Rosa después del satisfactorio
comportamiento que había tenido Biola en los días del Aneto 93. El comentario
se repetiría recordando nuestra primera ascensión al Posets allá por el año 86,
tan satisfactoria; y a pesar de la Espada
de Damocles del asma de Biola que seguía pendiente sobre nosotros. Había que
probar a ver en la montaña y con mucho
más motivo después de la inesperada experiencia en Creixel.
Habíamos
comentado el tema con Juan que pretendía venir con sus hijos Juan y Carlos pero
al final la visita de su hermano de Monzón y las Fiestas de Santiago echan al
traste sus propósitos. De cualquier forma todo estaba preparado, la nueva no
supone variantes sobre los planes previstos y el viernes 22 de Julio, después
de que Biola termine su entrenamiento de natación sobre las tres, nos vamos,
rompiendo la tradición de sacar a Rosa del trabajo.
Nuestro
camino es la Guarguera con sus innumerables curvas, la siesta de Biola y el
medio mareo de Rosa. El tiempo ni fu ni fa, llevamos un verano 94 sequísimo y
caluroso como no se recuerda y dicen que puede haber tormentas y para el sábado
algún chubasco ocasional. De momento en los valles altos se ve nubosidad.
De
Boltaña a Ainsa hay obras, la continuación hasta el Esera se nos hace corta y
tras el Congosto del Bentamillo el cielo se oscurece algo para hacer juego con
Induráin en el Tour que en la cronoescalada pierde tres minutos. Menos mal que
va sobrado de tiempo para ganar en París.
En
el desvío de Castejón gotas y la confirmación de que Escartín sigue el 12, el
mejor español tras Induráin, también recordando que el año pasado por estas
fechas estábamos en Paris.
Saliendo de Erista hacia el forcau tomada a la vuelta.
A
las seis menos cuarto llegamos a Eriste y a través de los barracones que tenía
Aragonesas nos vamos para arriba, por carretera asfaltada un par de kilómetros
que nos dejan en las instalaciones de la empresa. De allí para arriba, una
pista en buenas condiciones y nada
parecida a la que recordábamos, por la izquierda de la Aigüeta de Eriste se
alarga 3 kilómetros más y nos deja en el pequeño aparcamiento situado 200
metros más abajo del Puente de la Espiantosa cuando son las seis y llueve.
Estamos a 1520 metros de altitud.
Pasamos
hora y cuarto entre chaparrones y preparativos y cuando decidimos a marchar
cubiertos con los anoraks ya que las capas se nos han quedado en casa, deja de
llover.
Nos
echamos al camino contemplando inmediatamente la Cascada de la Espiantosa que
nos confirma de inmediato nuestra situación. Son las siete y cuarto.
El
camino pasa a la orilla derecha del barranco y por fuerte pendiente a través de
un bosque mixto de pinos silvestres, abedules y servales nos enseña la Cascada
del Paset del Oso en un pequeño rellano que se continúa con otro fuerte repecho
entre materiales metamórficos. Luego el camino se arrellana acercándose a la
Cascada del Presentet.
Cabaña de Riberes bajo el Forcau.
Vemos
a lo lejos el refugio y adelantamos a casi todos los valencianos con los que
hemos coincidido en el aparcamiento.
En
la Cabaña de les Riberes viramos un tanto al oeste dejando el barranco y
afrontando un fuerte repecho que nos tiene que llevar directamente al refugio
cuando los materiales metamórficos han sido sustituidos totalmente por el
granito.
Biola
sube como un avión, el tiempo se ha asegurado un poco y abandonamos el espacio
arbolado de pino negro para introducirnos en la pradera alpina sobre la que se
asienta el Refugio Angel Orús o del Forcau situado a 2100 metros de altitud.
Hemos empleado una hora y veinticinco minutos en subir 600 metros de desnivel;
¡divino!
Tomamos
agua y tras ser advertidos por el guarda, acampamos en un llano al oeste del refugio junto a una pareja de
Zaragoza.
Cresta del Forcau.
Cenamos, la noche se despeja para que recibamos la
visita de la luna llena y a las diez y media nos introducimos en la tienda,
dispuestos a disfrutar solemnemente de
una noche que haremos vuelta a vuelta por la falta de costumbre o por la
costumbre, cualquiera sabe.
A
las ocho, tras algunos intentos fallidos, nos metemos dentro del día 23 de
Julio de 1994 que nos recibe con una calurosa mañana, lo que no es buen
presagio precisamente.
En
una hora tenemos suficiente para desayunar, recoger y ponernos en camino
continuando en dirección oeste-noroeste y de nuevo por fuerte repecho sobre un
camino marcado casi con mimo. A nuestra derecha se queda el Pico Escorbets y el
acceso al Valle de los Ibones de grato recuerdo y a nuestra izquierda comienza a erguirse la Cresta del
Forcau.
Ibón de llardaneta. 9-8-00.
Subo
regular entre la ciática que me ha empeorado un poco con la humedad y el
dolorcillo que me produce el arnés de la mochila en los riñones, pero con la
esperanza de que en un par de horas me quitaré el peso de encima se va
aguantando.
Unas
gotas nos vienen al encuentro mientras transitamos el rellano que nos acerca al
Torrente de Llardana en la bifurcación con la Ruta Real al Posets y el Forau de
la Neu que conduce al Ibón de Llardaneta.
Hacemos
un alto inventariando posibles lugares
de acampada para en el caso de que en
ibón no los haya y tras cruzar el desagüe de la Canal Fonda, contorneamos el
Diente de Llardana por el sur y tras pasando junto a una cascada del desagüe
que baja del oeste del Diente de Llardana,
no del ibón como indican los Mapas de la Alpina, rompemos el cerrojo del
mismo y bordeando el ibón por su orilla norte, nos vamos a la parte opuesta en
la que se ve un plano praderío y tiendas acampadas.
Espadas y Posets desde Pavots. 10-8-00.
Son
las once, estamos a 2650 metros de altitud, en un lugar previamente escogido para montar nuestro campamento y ha salido el
sol. Charlamos con unos acampados que se van hacia Viadós.
Montamos
la tienda en un buen abrigo de suelo plano y terroso. Preparamos la comida tras
comprobar que colocar huevos en un cazo ha sido un tremendo error y comemos
tranquilamente pues tenemos un programa que solamente incluye la tarde.
A
la una menos cuarto abandonamos la cubeta lacustre en dirección oeste,
orientados hacia lo que suponemos como el Diente Royo y por cualquier parte ya
que se trata de una pendiente mixta carente de complicaciones. Superado el
resalte queda a nuestra derecha el circo comprendido entre el Diente de
Llardana y las Espadas al que no bajaremos ya que nos es necesario. Nosotros
sin perder altura nos vamos a media ladera al encuentro de un corredor que baja
de un collado nevado en su parte superior y que suponemos, no sin alguna duda, que se
trata del Collado Pavots.
Cima del Tucón Royo.
Hacemos
una foto de la Cresta Espadas-Posets y buscando materiales metamórficos firmes
alcanzamos fácilmente el plano Collado Pavots a cuya parte superior no llega la
nieve, en contra de las terribles suposiciones de mi esposa sobre una amplia
cresta nevada para la que solamente disponemos de un piolet.
Desde
allí continuamos hacia el norte y por una cresta fácil alcanzamos el Tucón Royo
o Pico Pavots situado 3121 metros de altitud. Son las dos y media de la tarde y
hemos hecho en primer tresmil del día.
A
mí me apetece hacer un poco de cresta hacia las Espadas para ver cómo es y me voy para adelante mientras que mis
señoras se vuelven hasta el collado y arremeten con el Pico Royo.
Eristes y Cotiella desde Pavots. 10-8-00.
El
paso del Tucón Royo es aéreo pero nada más, la cresta que hay que hacer con
espaciados apoyos de manos es fácil y me lleva sin dificultad en un cuarto de
hora al arranque de la Cresta del Forau de Neu que se queda algo abajo al
sudeste. Algo tendrá esta cresta que no
he encontrado en este tramo y que me gustaría hacer.
El
cielo comienza a amenazar y me doy la vuelta al trote. En diez minutos alcanzo
a mis señoras que descansan largamente en el Pico Royo a 3010 metros de
altitud, en el segundo pico del día.
Hacemos
una foto y se van para abajo mientras contemplo el paisaje y me asomo al otro
lado de la cresta que, evidentemente, se complica antes de alcanzar el Collado
de Eriste, cosa que ya había visto desde nuestro campamento. Al oeste queda el
Barranco de la Ribereta y el Camino de Millaris que en algunas ocasiones
habíamos proyectado hacer hasta los Ibones de Millaris que están aquí mismo y
que nos catapultarían fácilmente hacia
los Picos de Eriste.
Hubiera sido muy fácil bajar a la Tuca de Llardaneta desde Pavots. 10-8-00.
Mis
mujeres han comenzado ya el descenso por la pedrera como tiene que ser mientras
que yo voy detrás a todo trapo pues el tiempo se está empeorando por momentos.
Juntos ya, al trote, y en dirección este nos bajamos hasta casi el fondo del
circo que hemos contemplado subiendo. Antes de alcanzar el fondo las nubes nos encierran y nos sorprenden las primeras
gotas.
Siguiendo
la misma dirección descendemos la pendiente herbosa de la cubeta del ibón
advirtiendo que las indicaciones dadas para la ascensión al pico no son muy exactas puesto que sería mejor
indicar que se ganara altura desde el ibón.
Bajamos
en cuarenta minutos y a las cuatro menos veinte estamos en la tienda cuando la
tormenta comienza a ponerse seria con repetidas vueltas de agua y granizo.
Yo
tengo miedo de que a pesar de los
regueros que hay hechos alrededor del abrigo nos comience a correr el agua por
debajo de la tienda pero eso no se producirá puesto que el terreno filtra
muchísimo.
Cima del Diente Royo con los Eristes detrás.
Se
hacen las seis y todo sigue igual. Hemos creído oír unas voces que se
confirman: una pareja pregunta por un refugio y le indicamos el del Forcau.
Alrededor
de las siete y tras tres horas y media largas, cesa la tormenta y salimos a
estirarnos un poco. Nos aseamos mientras se van abriendo claros en el cielo
pero no termina de despejarse totalmente.
Me
voy a dar una vuelta hasta el promontorio próximo al sur del ibón y aprovecho para echar una ojeada al Collado de Eriste y a los Picos de la
Forqueta…
Ya
de vuelta cenamos sin sol pero con buena temperatura pues no ha refrescado
prácticamente nada y a las nueve y media nos metemos en la tienda con intención
de finiquitar el día que ha estado bien a pesar de todo.
Para ver la Continuación.
Para ver la Continuación.
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