Desde el Goterón Vacares, Cuervo, Buitrera, Cero Pelao, Horcajo de Trevelez y Lagunas de las Calderetas.
Lagunas de las Calderetas, Puntal del
Goterón, Puntal de Vacares, El Cuervo, La Buitrera , Tajos negros, Picón de Jeres, Cerro
Pelao, Horcajo de Trévelez, Lagunas de las Juntillas, Puntal de Vacares y Laguna
de las Calderetas.
29-08-02.
Salida 08 h. Llegada 16 h.
Mixto.
Fácil.
Ascensión.
Juan Castejón, Rosa María Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de las Calderetas al Picón de Jeres y vuelta procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Rosa nos despierta al jueves 29 de
Agosto cuando son las siete y media pasadas y el sol está a punto de llamar a la
tienda.
Habíamos pensado levantarnos sobre
las siete y cuarto pero se está en la tienda de cine.
En principio queríamos recoger la
tienda por miedo a los animales, pero al final decidimos que no hay motivo para
hacerlo, así que, desayunamos tranquilamente en medio de una mañana ya llena de
sol y como lo tenemos todo preparado, cerramos la tienda y a las ocho y diez
iniciamos nuestra marcha.
En dirección norte pasamos al este
de la laguna alta e iniciamos el ascenso por un diminuto valle que nace de la
pedrera superior. Luego transitado una zona bastante estable y con materiales
de grandes proporciones alcanzamos la arista
al este del pico y dejando las mochilas nos vamos directamente a por el
diente central al que accederemos a través de un corredor lateral que nos
deposita frente a una laja vertical de 4 metros que se sube bien con buenas presas.
Son las ocho y media cuando
alcanzamos la cima del Puntal del Goterón de 3099 metros de altitud.
Hacemos una foto de los paredones de la Alcazaba y nos volvemos para abajo por idéntico
camino pero con la dificultad añadida de que la laja tiene un poco de
extraplomo en la parte inferior.
Recuperadas las mochilas bajamos
suavemente al collado este del pico e iniciamos el ascenso hacia el este de una
loma que se afila de cuando en cuando. El desnivel no es fuerte pero lo hacemos
por la ladera norte como procedimiento de perservarnos del sol.
Encontramos té de montaña y comenzamos a coger algunas flores, la
mayoría se ha pasado ya.
Poco después alcanzamos la cima del Puntal de Vacares situado a 3149 metros de altitud,
nuestro segundo tresmil del día.
La Alcazaba desde el Puntal de Vacares.
Hacemos alguna foto y contemplamos al sudeste la profunda cubeta
lacustre de la Laguna
de Vacares, lugar en el que en principio pensábamos ir a acampar y comprobamos
que ha sido un acierto no haber llegado hasta ella. Hay un par de abrigos
para colocar tiendas.
Seguidamente iniciamos el descenso en dirección casi norte. Primero
tenemos una arista rocosa fácil que faldearemos luego hacia el sur como
procedimiento de abreviar y seguir el caminillo transitado que poco más abajo
vuelve a la arista en las proximidades del collado para pasar unas torres
afiladas por su ladera norte y alcanzar el collado frente a la laguna.
En este punto cambia la pendiente e iniciamos un largo ascenso por una
loma que de cuando en cuando se afila y se abre en dos gracias a la existencia
de una falla longitudinal que se prolongará con la cadena.
Goterón, Alcazaba y Mulhacén desde el Puntal de Vacares.
Serán alrededor de 200
metros los que se suben con facilidad y con repetidas
paradas pues vamos cogiendo té. Al final alcanzamos la alomada cima del Pico
del Cuervo a 3152 metros
de altitud y dejando a nuestra izquierda una suave loma que en un momento
permite alcanzar la cima de la
Mojonera , a la que no iremos; iniciamos otro descenso,
bastante pronunciado y carente de toda dificultad que nos ha de conducir al
collado de separación entre picos situado por debajo de los 2950 metros de altitud.
El día es un sube y baja continuo y después de una bajada corresponde
una subida que en este momento será un tanto larga y en dirección nordeste pues
la cadena comienza a girar un poco.
Se trata de una arista un tanto accidentada por la falla que aquí
enseña su huella especialmente en este tramo de arista absolutamente indecisa
en la que hemos de transitar del labio sur de la falla al lado norte por el que
continuamos brevemente pues nos detenemos para almorzar en la depresión interna
de la falla, a una hora prudencial y casi acostumbrada pues son poco más de las
once de la mañana.
Cuervo y la Mojonera.
Unos metros más en ascenso y alcanzamos la cima del Pico la Buitrera de 3158 metros de altitud
cuarto tresmil del día.
Virando un poco más al nordeste nos vamos en suave descenso para pasar
los Tajos Negros, una serie de erizamientos de la loma convertida por unos
tramos en arista, a la vez que vamos rodeando las Lagunas de Juntillas,
cabecera del río del mismo nombre.
El Pico Tajos Negros tiene su cota culminante a 3119 metros de altitud.
Rebasada su cima proseguimos claramente en dirección este al encuentro del amplio collado al este del
pico. Las últimas prominencias las faldeamos casi por arriba pero no nos
entretenemos en caminar por el fácil filo de la arista.
En este punto tomamos la decisión de badear Cerro Pelado e ir
directamente hasta el Picón de Jeres, de tal forma que a la vuelta pasemos por
la punta y nos alarguemos hasta el Horcajo de Trévelez.
Cuervo y Mojonera desde el Collado de la Buitrera.
Por tanto a media loma y en suave ascenso como mucho, iniciamos el
Faldeo de Cerro Pelado por su ladera noroeste a buen paso. Hemos calculado estar a la una allí y nos empleamos, casi sin
darnos cuenta, a destajo.
Con el faldeo vamos girando progresivamente al norte y nuestra ruta
nos lleva a la parte alta de la loma. A partir de allí y en dirección norte
recorremos la suavemente ondulada loma que nos deposita en el vértice geodésico
del Picón de Jeres a 3086
metros de altitud.
En el Picón de Jeres.
Se trata del tresmil más
nororiental de Sierra Nevada y es la
cabeza de unos suaves perfiles que se pierden hacia el norte de la provincia de
Granada.
Hacemos unas fotos con los
planos alrededores en los que campa el viento por sus respetos y la nubosidad
acude a su cita diaria del mediodía.
Recogí una roca y un fragmento de cuarzo cristalizado en el Cerro del
Caballo y ahora recojo aquí otra roca también característica de la zona.
Siempre cogemos alguna muestra que luego duerme el sueño de los justos en casa.
El buen ritmo nos ha hecho abreviar en el camino. Hemos llegado a las
doce y media y cinco minutos más tarde
emprendemos el camino de vuelta en dirección sur.
Con un ritmo más pausado pues las grandes distancias entre estos picos
se han salvado en menos tiempo del calculado previamente, nos dirigimos en
suave ascenso al encuentro con la amplia loma de Cerro Pelado, un amplísimo
pedregal vestido de materiales de medianas y pequeñas proporciones. En el camino
nos hemos cruzado con un montañero que va hacia el Picón y con el que charlamos
brevemente. ¡Qué poca gente hay en estas montañas!
Con la vista distraída en la
distancia y comprobando que también en la zona nordeste queda algún nevero
residual alcanzamos la cima de Cerro Pelado de 3144 metros de altitud,
centro de la cruz formada por Los Tajos Negros, el Picón, la Piedra de los Ladrones, a
la que no iremos y el Horcajo de Trévelez, que es nuestro siguiente objetivo.
Continuamos loma adelante en dirección sur y tras una pequeña y suave
depresión iniciamos otro suave ascenso y último y ascenso que nos deposita en
la cima del Horcajo de Trévelez a 3182 metros de altitud, el octavo tresmil del
día y también el de mayor altura de la jornada. Es la una y diez del mediodía.
Cerro Pelao y Picón de Jeres desde el Horcajo de Trévelez.
Hacemos alguna foto con permiso de la creciente nubosidad, comprobamos
la semicircunferencia que hemos descrito alrededor de la Laguna de Juntillas e
iniciamos el regreso con el objetivo de bajar a comer a las lagunas y faldear
lo más posible de vuelta a la tienda.
En dirección noroeste trazamos una vía hacia la cabecera de las
lagunas y sin apenas modificación salvo al final para salvar unas afloraciones
rocas verticales en medio de una enorme tartera vestida de pedregal, alcanzamos
con suma facilidad la fuente de alimentación de la laguna mayor y allí nos
paramos a comer. Son las dos menos diez y estamos a 2920 metros de altitud.
Horcajo de Trévelez.
Comemos tranquilamente a la fresca sombra de la nubosidad que cubre el
sol, bebemos abundantemente pues el ritmo y el viento nos ha proporcionado
sobrada sed y media hora después tras quitarnos las ropas de abrigo que nos
hemos puesto a medio comer, continuamos con el camino en dirección sudoeste
atravesando la plana cabecera del circo en el que se asientan las dos lagunas,
una de ellas con abundante vegetación en uno de sus lados y que nadie a quien
preguntaremos nos identificará.
A media ladera y manteniendo prácticamente la horizontal a pesar de
que el efecto óptico nos indique una cierta trayectoria en ascenso, contorneamos
el contrafuerte sur de la
Buitrera pasando junto al collado de separación del Cuervo
para faldear luego el contrafuerte sur del Cuervo.
Puntal de Vacares desde el collado del mismo nombre.
Nosotros alcanzamos el collado, faldeamos los dientes de la arista por
la ladera norte y salimos a la arista poco más arriba.
Dudamos entre pasar por la cima del Puntal de Vacares o faldear un
poco por el sur. Al fin Juan irá por arriba y nosotros unos metros por abajo al
objeto de comprobar que la arista sur del pico no está cortada y ofrece
posibilidades de flanqueo por cualquier parte.
Lagunas de las Calderetas desde el Puntal de Vacares.
Alcanzada la arista nos queda por delante un fácil descenso hasta la
tienda a través de una pedrera larga en la que se van alternando diversos tipos
de materiales, pero fundamentalmente los de grandes dimensiones. Bajamos tranquilamente,
ahora al sol de la tarde y a las cuatro y diez llegamos a la tienda después de
haber hecho 8 tresmiles, uno de ellos repetido y haber movido 1058 metros de desnivel
en medio de una jornada muy satisfactoria.
Tenemos tarde soleada para
darnos un baño al agua tibia de la laguna de arriba. Luego disfrutamos como
querubines de los placeres inestimables de una larga tarde de descanso en la
montaña tras haber cumplido los objetivos propuestos.
Juan de nuevo se va para abajo en busca de agua mientras nosotros
tomamos el sol, escuchamos a un grupo que transita por el Puntal del Goterón y
recibimos la visita de un grupo que suponemos son los que dejamos en la Laguna de Vacares.
Son de la tierra y la conocen.
Nosotros no somos de la tierra y también la conocemos ya. Charlamos de estas
montañas, de las montañas y de nuestros futuros inmediatos coincidiendo en
apreciaciones.
Luego llega Juan y continuamos la charla intercambiando informaciones,
es mejor la que ellos poseen, pero para nosotros ya es un poco tarde.
Croquis etapa 3.
A las ocho cenamos tranquilamente, la tarde está un poco más dulce con
relación a la temperatura lo que nos proporciona una cena más tranquila y
consecuentemente larga.
Cae la noche cuando nos acostamos. Son las nueve y media. Hemos
hablado por teléfono y sigue el mal tiempo por nuestra tierra mientras nosotros
estamos recibiendo la visita de un infinito de estrellas.
Como no estamos demasiado cansados la conversación se instala dentro
de la tienda entre nosotros. Hablamos de casi todo incluso de la mili. Ya se
sabe que las señoras cuando se juntan hablan de sus embarazos y los hombres lo
hacemos de la mili. ¿De qué hablarán nuestros hijos que viven una sociedad sin
mili y bastante alejada de los compromisos familiares?
A las diez y media pasadas desalojamos la conversación de la tienda y
nos decidimos a pasar cuentas con el descanso y el sueño.
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