Espalda de Esparrets desde Troumousse. 4-8-98.
Balcón de Pineta, cara norte de Monteperdido
y collado norte de Monteperdido.
19-8-2002.
Salida 15 h. Llegada 18 h.
Mixto.
Dificultad media.
2 p.
2 d.
Ascensión.
Mapa de la Espalda de Esparrets procedente de Prames. Vía en amarillo.
Difícilmente podía entrar en mi cabeza
que fuera capaz de asediar a una montaña.
Habíamos proyectado hacer la Espalda de Esparets
aprovechando la Vía
de las Escaleras. En una primera ocasión ni siquiera el tiempo nos permitió el
ataque desde la cima del Perdido. Intentamos alcanzar el Collado del Soum de
Ramond y las omnipresentes nieblas de este verano 2002 nos lo impidieron.
Luego, a Rosa se le ocurre eso de subir a los Astazou por Pineta y a mí me va
por la cabeza utilizar el Glaciar del Perdido para abreviar y encadenar las dos
cosas, aunque también es posible hacer el pico en el día desde Nerín por la Punta de las Olas como modo
más económico con relación a desniveles.
El 18 de Agosto. Del tiempo ya ni
caso pues llevamos un verano abonados a un mapa de nubes y tormentas, y lo peor
es que se cumplen a pesar de que se trata de un verano bastante seco. Estamos
con el tiempo tan incrédulos como moscas.
Pasadas las dos de la tarde llegamos
a Pineta, 1275 metros
de altitud y en dirección noroeste, tenemos una dura tarea por delante.
Las dos veces que hemos salido hacia
el Balcón de Pineta han sido al mediodía, hora no demasiado conveniente para
los grandes esfuerzos. La primera vez fue en la Travesía 87 y ya se sabe
que en las travesías toca lo que toca cuando toca.
Espalda de Esparrets desde Comodoto. Dencima Perdido. 27-1-08.
El Balcón vomita intermitentemente
nubes de cierto desarrollo que se concentran sobre Troumouse.
Cuando el camino se quiere poner
peleón caen las primeras gotas.
Sobre las cinco de la tarde y en la Cruz de Marboré contemplamos,
además de loa Astazus y la
Arista de Esparets, el Glaciar Norte de Monteperdido que es
el objeto de mis mayores intereses por circunstancias obvias.
Rodeando el Ibón de Marboré arreglamos
un par de cantimploras con la intención de saciarnos y así no tener que bajar a
buscar más agua, pues el refugio está colgado 60 metros por encima del
ibón y entre trago y trago nos agarra una pedregada de campanillas que tendrá
como consecuencias que se harten de agua nuestros anoraks y nuestras mochilas,
aunque lo mejor será la visión que nos regala el Ibón de Pineta con una maravillosa, grisácea e inimaginablemente
erizada superficie.
Cuando alcanzamos la Brecha Tucaroya a 2666 metros de altitud
ya ha cesado la granizada y aprovecharé inmediatamente para llenar el cazo con
agua de una escorrentía que baja del emplazamiento de la Virgen de Tucaroya.
De aquel refugio cutre, lóbrego,
húmedo, sucio, vacío y maloliente que recordamos no queda nada. Sabíamos que ha
sido reparado recientemente: el Club Alpino de Lurdes ha hecho muy bien los
deberes
A las nueve estamos acomodados todos
sobre la gomaespuma de los colchones dispuestos a secar con el calor humano
todo lo posible. Los anoraks y las mochilas que hagan lo que puedan durante la
noche que no será gran cosa.
La noche dentro del refugio resulta cálida y larga; fuera tormentosa,
atronadora, relampagueante y ventosa que terminará por regalarnos con otra
cumplida pedregada que tendrá en su momento consecuencias positivas.
Detalle de la Norte del Perdido desde Tucarroya. Que nos espere un poco.
A las cinco y poco los franceses
amanecen al 20 de Agosto. Nosotros nos resistimos pero…
Fuera, en un lugar tan inhóspito
como esta brecha, hace un día de perros que puede resultar muy complicado.
Se hace de día y faldeamos por la
orilla norte el ibón, una serie de viras a distintos niveles en medio de la
pared permiten el tránsito…
…hacemos
las dos cimas de Astazu con cambiantes e irregulares condiciones
atmosféricas propiciadas por un viento
que terminará secándolo todo y…
Aprovechando una insignificante ventana de sol desde Astazus.
…atravesamos fácilmente todos los
torrentes recién nacidos de neveros residuales del noroeste del Rellano de
Marboré y cuando llegamos al torrente
situado más al sudoeste, lugar donde ya no perderemos más altitud, sobre
los 2600 metros ,
paramos a almorzar cuando son las diez de la mañana.
Al sol contemplo lleno de inquietud,
una vez más el glaciar que hemos de atravesar, después de estar harto de patear
glaciares. Los glaciares siempre me inquietan y éste no lo conozco con lo que
las conclusiones que saco a priori pueden ser de todos los colores. Me preocupa
fundamentalmente la rimalla superior que parece cortar todo el glaciar y con
esa pendiente si que puede estar muy abierta, con lo que la alternativa de la Arista de Esparets, medio blanca
de granizo hoy, aparece como una solución
llena de complicaciones.
Empleamos poco tiempo en el tema y
retomando las mochilas comenzamos el ascenso de la morrena lateral del circo al
encuentro de los paredones inferiores que defienden el glaciar colgante, con la
tranquilidad de saber que hay un paso fácil al menos.
Enseguida encontramos citas conforme
vamos ganado altitud. Además he localizado a una pareja que sube por un
corredor bastante al oeste en la pared junto a una escorrentía importante.
Bueno, por allí iremos a ver qué pasa.
Rosa me recuerda que la vez anterior
pasamos más al este pero viendo que hay una cuerda fija y que el paso es fácil
nos metemos en él a pesar de que sabemos que se no se trata del que conocemos.
Trepada directa al Embudo del Cilindro.
Se compone de una pequeña escalera
sobre roca húmeda de 4
metros que se introduce a la derecha en un pequeño
corredor de presas gastadas y que un poco en diagonal hacia la izquierda se
acerca, cediendo inclinación, al cauce de la escorrentía para salir de
inmediato sobre ella.
El resalte no tendrá más allá de 20 metros de altura y en
el rellano intermedio localizamos a la pareja que sube por la derecha. Nosotros
decidimos tomar un estrecho corredor poco inclinado y lleno de nieve reciente
que nos permite salvar fácilmente la segunda parte de la pared ya en nuestra
dirección para atravesar el glaciar en dirección sudeste.
Tranquilamente sentados en unas
afloraciones calizas nos ponemos los crampones y nos encordamos al sol
contemplando algunos hilachones de niebla sobre el glaciar. Estaremos sobre los
2750 metros
de altitud
Seracs de la Lengua Terminal del Glaciar del Perdido.
Son las once cuando iniciamos la
travesía a media ladera sobre hielo viejo apenas cubierto del granizo que ha
caído esta noche y que prácticamente esta desapareciendo aquí.
He decidido, al fin, ir delante como
procedimiento de localizar grietas y elegir vía. Así, si caigo en una de ellas,
Rosa me detendrá fácilmente puesto que tendría que arrastrarla hacia arriba.
Atravesamos un par de grietas longitudinales bastante cerradas y continuamos en
suave ascenso en busca de pasar por
debajo de una importante grieta horizontal, describir una ceta en ascenso y transitar
sobre otra importante grieta, de orientación paralela a la anterior unos metros
más arriba.
Se trata de un pasillo seguro, próximo
a la zona erguida del glaciar, limpio de grietas y que en suave ascenso nos va
a permitir situarnos en medio del glaciar por encima de la barrera inferior de
seracs.
Sobre el hielo hay aproximadamente 10 centímetros de
granizo bastante compactados que nos permiten un paso cómodo. Solamente al
principio y en las zonas donde no se ha podido depositar capa de granizo las
huellas son más dudosas pero en cualquier caso absolutamente estables con los
crampones.
Pasamos bajo un pequeño tramo de
fuerte rimalla lateral dejando por debajo una zona importante de grietas y nos
vamos prácticamente en horizontal a por la rimalla superior.
He visto enseguida dos puentes: uno
en la parte central que está hueco por debajo y que desechamos de inmediato y
otro en la parte este que parece consistente. La alternativa de incorporarnos a
la arista mixta tiene sus complicaciones pero si hace falta se podría intentar.
No será necesario. El puente aunque
estrecho está firme, la rimalla no es muy profunda y en cualquier caso se
podría bajar al fondo ya que está rellena y escalar la pared del labio superior
utilizando los dos piolets.
Describo otra ceta a la izquierda y
en el extremo de una potente grieta superior recupero cuerda para que pase
Rosa. Nos reunimos por primera vez, el resto ha sido y será en ensamble.
Ultimo largo al Collado Oeste de la Espalda de Esparrets.
Estamos sobre los 2900 metros de altitud
y nos queda una pala de alrededor de 200 metros d altura que es la parte más erguida
del glaciar de alrededor de 35º de inclinación, absolutamente lisa y sostenida.
Se trata de una rampa preciosa que subimos de frente en ensamble y con
frecuentes descansos. La capa de granizo permite hacer una huella impecable y
suficientemente consistente que hace innecesario emplear la cuchilla del
piolet.
Unos pocos pasos mixtos al final del
glaciar nos depositan en el collado sudoeste del pico que estará situado por
encima de los 3050
metros de altitud.
En dirección nordeste pasamos un pequeño lomo en la arista y fácilmente
alcanzamos la parte superior del minúsculo casquete somital del pico.
En la espalda de Esparrets el día se complica.
Son las doce del mediodía cuando
llegamos a la cima de la
Espalda de Esparets de 3077 metros de altitud.
Las ganas que tenía de hacer este pico; se trata del último tresmil que nos
quedaba por hacer en Ordesa.
No podemos disfrutar ni siquiera un
poco del trabajo realizado: las nieblas que no han parado apenas, están
subiendo a todo trapo por el sudeste.
Hemos de bajar un corto corredor
nevado, en dirección sudeste, cuyo inicio en el collado está absolutamente
vertical y preferimos bajar otro limpio
de nieve, pedregoso y descompuesto, que nace en la base del casquete somital y
que con los crampones lo hacemos con mucho cuidado.
El Pico Noroeste de Braudimont, llegan las nieblas.
Enseguida alcanzamos el corredor
nevado cuando las nieblas nos engullen. ¡Menudo verano de nieblas llevamos!
He tenido tiempo suficiente para
comprobar que hay que flanquear enseguida
a nuestra derecha para introducirnos en el corredor nevado que baja del
Collado del Soum de Ramond y que separa a los dos picos de Braudimont dejando a la izquierda la arista noroeste de la Punta Rabada o Pico
Noroeste de Baudrimont.
Alcanzado el corredor hay que
remontar alrededor de 50
metros atravesándolo en diagonal y subir otros tantos
metros de pared muy escalonada mixta y mojada, que ya conocemos y que nos ha de
depositar en el falso rellano al este del Soum de Ramond.
Luego, adivinando más que otra cosa,
la dirección sur-sudeste y pegados a las paredes del Soum iniciamos un suave
descenso por pedregal mixto hasta que decidimos quitarnos los crampones y
desencordarnos. Hay que aligerar.
Poco después un minúsculo claro nos
permite localizar el Pico Navarro o Sudeste de Braudimont con lo que
confirmamos la dirección correcta y cesan un tanto las inquietudes.
Enseguida envueltos de nuevo en
nieblas pasamos por la entrada del Corredor Sudoeste del Soum que reconozco con
certeza a pesar de que no existe ya la enorme cita que en tiempos señalaba su
inicio, y tras unas minúsculas lomas alcanzamos la cima de la Punta de las Olas de 3002 metros de altitud.
Será nuestro último tresmil del día aunque la inquietud no haya terminado. El
paraje no es el más aconsejable para ir con nieblas. Yo quería además hacer
fotografías de la zona ya que cuando subimos con Biola olvidé la cámara
fotográfica y, a duras penas he podido sacar el Pico Rabada.
En la cima localizo trazas de senda
y alguna cita sobre la arista sudeste
que es lo que quiero e inmediatamente iniciamos le descenso.
Enseguida dejamos la arista pues el
granizo nos señala un par de marcadísimos caminos sobre la pedrera de la cara
oeste del pico. Tomamos la más consistente y con ella a todo trapo nos bajamos
al encuentro de la luz cosa que se producirá alrededor de los 2800 metros de altitud
y que nos permitirá ver el Barranco de la Fon Blanca , la Torre de Góriz, parte del Cañón de Añisclo...
¡Conseguido chaval!
Una gran cita en la parte superior
de una potente grada nos obliga a buscar otras en horizontal hacia el este.
Localizamos a una pareja que sube hacia las Olas y enseguida la cita que por un
fácil corredor permite bajar a la grada inferior por la que transita la GR 11.
Saludamos a un par que están
comiendo y nos vamos sobre balizas rojiblancas en dirección este y en suave
ascenso para contornear por el sur la
Punta de las Olas.
Poco más adelante en una de las
cascadas ocasionada por una surgencia en la pared paramos a comer, son las dos
de la tarde.
Continuamos después el rodeo del
pico en suave ascenso tomando casi dirección norte. Pasamos bajo la cascada que
nos remojó el año pasado con Miguel Angel, esta vez sin nieblas un poco por
debajo a salvo del agua, y tras subir el corredor equipado con la cadena,
pasamos al otro lado e iniciamos el descenso de la laja inclinada justo en el
lugar en que se puede tomar la amplia vira que conduce a la arista de las Olas
y que fue la que tomamos cuando subimos con nuestra hija.
La laja también está equipada con
cadena pero hoy sin nieblas ni nieve ni se necesitan las cadenas ni se pierden
las balizas.
Un suave descenso nos conduce a los
primeros retazos de pradera alpina y poco después al inicio de la arista del
Collado de Añisclo.
Faldeamos por el sur el promontorio
pues no tenemos muchas ganas de subidas y a las tres de la tarde alcanzamos en
dirección este-sudeste el Collado d Añisclo a 2450 metros de altitud.
Sin pausa iniciamos el descenso
primero en dirección sudeste apuntando a la zona del Parador un largo tramo
sobre pedrera hasta que alcanzamos un corredor más terroso que nos deposita en
un tramo con pradera alpina en la que abunda la flor de nieve como recordamos.
Cogeré tres “antes de que suba la marea.”
Luego el camino se pone en dirección
este y comienza también en fuerte descenso el tránsito sucesivo de tres
barrancos que bajan desde la Suca ,
alternando los conocidos tramos escalonados ya introducidos en el bosque mixto.
Vamos echando algunos tragos y
paramos en el segundo barranco muy cansados. Nuestro ritmo es flojo pero es que
el día se las ha traído. Me duelen los pies a los que solamente les han faltado
hoy los 200 metros
de huella de la rampa final del Glaciar del Perdido.
Pero sabemos que en este mundo todo
llega y pasando entre los destrozos no muy viejos de un potente alud alcanzamos
la gravera del río en el que unas citas nos guiarán en dirección norte a
comprobar que la tormenta de la noche anterior ha deshecho el paso del Cinca y
no nos quedará otra alternativa que descalzarnos para pasarlo cosa que no nos
apetece un pelo pero que agradecerán nuestros pies. El barranco en su crecida
ha llegado hasta la puerta del Refugio de Pineta.
Son las cinco y media cuando dejo
apoyada la mochila en la pared del refugio y me voy a la carretera para subir a
buen paso los 2
kilómetros largos que hay hasta el aparcamiento que es
donde está nuestro coche y allí doy por liquidada la actividad que se ha
saldado con 2700 metros
movidos, de los cuales hoy han sido 1310 metros subidos y 2700 metros bajados.
A las seis y diez recojo a mi chica.
Doce horas dan hasta para esto. Hoy ha sido un día tremendo.
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