El Aspe y su Corredor Norte.
Aparcamiento de Candanchú, Paso del Pastor, Tortiellas
Altas, Collado de Tortiellas, Corredor nordeste y Arista Oeste. Descenso por el
Paso de la Garganta
de Aspe, Barranco de Aspe, La tabla y el Calcinar.
14-06-2008.
Salida 09 h. Llegada 17 h.
Sol.
Bastante fácil.
Ascensión.
Mapa de Aspe procedente de Prames. Vía en amarillo.
Nunca
como en este 2008 se ha podido disfrutar de unos Pirineos invernales a finales
de la Primavera. Es
el 14 de Junio y la cara sur de los Pirineos pinta con galas propias de pleno
invierno con una innivación decente.
Pisamos
ya la nieve en la diagonal este-oeste de la pista que desde la Rinconada de Candanchú
conduce al Rellano de la Tuca Blanca ,
sobre los 1750 metros
de altitud.
Han
anunciado buen tiempo para este sábado, empeorando para el domingo y nos vamos
al Aspe.
Alto
a las siete y media, desayuno a la carrera y carretera y manta. A las nueve
menos cuarto partimos del Aparcamiento de Candanchú situado a 1560 metros de altitud.
Hay poquísimos coches y en uno de ellos una pareja parece disponerse a la
marcha.
Visto
y no visto, aparcamos y salimos hacia la Rinconada de Candanchú
en suave ascenso hacia el oeste. Hay nieblas provenientes de la nubosidad de
retención que de las caras norte de la arista fronteriza el cierzo arranca y
precipita hacia el sur. La mañana es fresquita y nos da la impresión que puede
salir peor de lo anunciado.
Cerca
del arranque de la Telesilla
de la Rinconada ,
en vez de descender para tomar la pista nos vamos en ascenso por la parte oeste
de la Rinconada. Enseguida ,
terminada una pequeña pista de esquí, aparece un sendero: “era de cajón de
madera de árbol”.
El
sendero cruza algunas pequeñas pistas en la parte oeste de la rinconada y nos
conduce a la diagonal este-oeste bajo los paredones del oeste del Paso del
Pastor.
Murallones de Borau.
Pisando
nieve ganamos altura por la pista para,
poco después, alcanzar la llegada al Rellano de la
Tuca Blanca
sobre los 2000
metros de altitud por el Collado de Tortiellas.
Conocemos la zona y prácticamente en horizontal transitamos el circo en el que
se asientan las pistas de esquí hasta alcanzar, en dirección sudoeste el límite
sur del circo
Circo de Tortiellas.
Contemplamos
desde este impresionante balcón el Circo de Tortiellas que ya queda algo abajo
y con la mosca de las nieblas detrás de la oreja, ascendemos el lomo
desprovisto de nieve en busca del punto en el que hemos de iniciar el descenso
hacia el Rellano de Tortiellas Altas.
Hacia el Collado de la Norte del Aspe.
Ganamos
alrededor de 100 metros
por caminillo mixto de calizas que afloran sobre el praderío, para perder
alrededor de 50 metros
con alguna duda y alcanzar el Rellano de Tortiellas Altas sobre los 2050 metros de altitud,
lugar de paso común con los que ascienden desde Rioseta.
El Sombrero de Tortiellas.
Frente
a nosotros se alza el inconfundible Paso de la Garganta de Aisa en el
que nace la Arista
de los Murciélagos al Aspe y orientado al oeste inicialmente se cierra el Circo
de Tortiellas Altas que es nuestro destino.
El
rellano está completamente cubierto de nieve
y hay que abordar el primer resalte del corredor por la zona sur, un
paretazo bastante erguido, vestido de nieve que quiere comenzar a blandear
soleada ya.
Aspe y el hombro al que llegaremos.
Nos
ponemos los crampones tranquilamente aunque al fresquillo del cierzo de la
mañana, pues preferimos pinchar a puntear con las botas. Queda mucha nieve para
hacer huellas cómodas a puntapiés.
Comemos
un dulce, nos ponemos los guantes, sacamos el piolet y adelante con los
crampones. Son las diez y media pasadas.
El
primer resalte enseguida se yergue y se estrangula contenido por un crestón que
surge de la pared. Bordeamos el crestón por el sur y en fortísimo ascenso
alcanzamos la cabecera del mismo y el rellano asentado sobre este primer
resalte. Se trata de una media ladera que recorre la pared de sudeste a
noroeste, suavemente inclinada, soleada y abrigada.
Nos
acerca en diagonal hacia la Arista Norte
de Aspe que cierra por el oeste el Circo de Tortiellas Altas.
Debajo del Collado en la Arista Norte de Aspe.
La
pared se convierte en un corredor que se ve estrechando paulatinamente a la vez
que se yergue considerablemente. Subimos la parte inferior en diagonal y con la
huella de mi esposísima que va delante puesto que no hay huella decente que
seguir.
Unas
zetas finales nos colocan en el collado de la Arista Norte de Aspe bajo un
consistente torreón calizo que cierra abruptamente el paso por la arista sobre
los 2400 metros
de altitud.
La Sudoeste de la Tuca Blanca.
Disfrutamos
al oeste de una sensacional vista sobre las Llenas de la Garganta y del Bozo y de
un paretazo de nieve absolutamente erguido y salvaje que culmina en la Arista oeste del Aspe por
la que transita el personal que sube por el sur.
Bajo
la pared, el corredor gira al oeste y desciende relleno de materiales de alud
para desembocar, impracticable como comprobaré después, en el Barranco de Aspe.
Bordeamos
la pared del torreón por el oeste y que en el tramo sombrío presenta una nieve muy dura que se araña
pobremente con el golpe del crampón.
Giramos
hacia el este y unos metros más arriba alcanzamos el rellano por encima del
torreón y que es la base del último tramo de la pared norte del pico.
Llena de la Garganta.
Hemos
subido hasta aquí con la esperanza de que algún corredor medianamente acogedor
escapara a nuestra vista desde el collado. Lo que vemos es el tramo final del
Corredor Norte que además de ser muy erguido, se abre en dos y ni siquiera se
ve su final en la cima del pico.
Desde
aquí, hemos ganado una treintena de metros, el Corredor Central es más corto,
pero en cambio la travesía es más amplia, más expuesta en una pared poco
agradable y en la que, a priori, nos sentimos algo desamparados sobre una nieve
que suponemos igual de dura que la que acabamos de pisar para subir el torreón.
Tramo Superior del Corredor Norte de Aspe.
Nos
vamos hasta el collado al objeto de prospeccionar el paso hacia el Barranco de
Aspe. Rosa se queda cerca del collado y yo me alargo para abajo en dirección
oeste, sobre abundantes materiales de alud, hacia la cabecera de un
resalte no visible y poco alentador.
Unos
metros más abajo alcanzo la cabecera de un resalte muy vertical que escapa de
la vista y en el que el Barranco de Aspe queda algo más de 100 metros más abajo
todavía.
Vuelvo
sobre mis pasos y nos reunimos en el collado al que ha llegado la pareja que ha
salido del aparcamiento unos metros
detrás de nosotros y que se ha mantenido prudentemente detrás.
Nos
dicen que son de San Sebastián, nos dan las gracias por la huella, han vuelto a
hacer montaña hace un par de años y llevan un material similar al nuestro, es
decir, antediluviano. Nosotros les decimos que la nieve está muy dura, que no
nos apetece la pared y que nos vamos hacia el norte por la suave arista a
almorzar un poco. Ellos dicen que lo van a intentar.
Unos
metros más arriba al agradable sol de la mañana, contemplando un majestuoso
paisaje y nuestro corredor, almorzamos. Son las doce pasadas.
Yo
no quiero forzar la máquina pues veo que Rosa no se siente segura ya que no ve
huellas ni tampoco la salida en una pequeña cornisa que yo he localizado
perfectamente al oeste del corredor y no tiene seguro que sea por allí.
La
pareja que se acaba de poner los crampones se va para arriba, mientras,
nosotros terminamos de almorzar y nos volvemos al collado. Yo he visto que poco
más arriba tienen nieve blanda.
Cuando
estamos a punto de marcharnos para abajo, Rosa llena de dudas me dice de
intentarlo.
-¡Venga
tía, vamos que la travesía tiene nieve blanda!
Salimos
como una moto de frente a la pared al encuentro de sus huellas. Rosa va
delante, ni siquiera quiere que le reafirme yo las huellas.
Subimos
de frente el primer tramo algo erguido hasta que iniciamos la travesía en la
que la nieve ya blandea un poco. En mitad de la pared, a la altura de las
afloraciones rocosas de la tripa, la nieve se hace casi profunda.
Cerca de la Salida a la oeste de Aspe.
Son
200 metros
de pared que hacemos con toda comodidad y tranquilidad, de los que los últimos
50 son bastante erguidos pero más agradables al estar un tanto encajonados
fuera del desamparo de la amplitud de la pared.
Casquete Somital Oeste de Aspe.
La
salida a la arista no tiene ninguna dificultad y ya en la misma giramos hacia
el este y subimos tranquilamente, utilizando la nieve, los últimos 50 metros de desnivel que
se pueden subir por pedrera perfectamente asentada. No nos quitamos los
crampones.
Es
la una del mediodía cuando alcanzamos la cima del Aspe situada a 2645 metros de altitud.
Allí
está la pareja descansando un poco. Les damos las gracias por las huellas al
igual que han hecho ellos allá abajo con las nuestras y les comentamos las
razones por las que habíamos decidido desistir de la cumbre. Son demasiado
majos…
Cima de Aspe.
Hacemos
algunas fotografías de los alrededores archiconocidos, recordamos la vía en la
cara sur por el Valle de Aisa, mi escalada de la Arista de los Murciélagos
de grato recuerdo y nuestras varias andanzas tanto en la zona de Lecherines
como en las Llenas y no digamos en Bisaurín que también se ve desde aquí.
Nos
comentan el tema del bloque empotrado de la vía este del Castillo de Achert que
queremos hacer y que el otro día les rechazó, len indicamos el Corredor Nordeste
del Bisaurín que también se ve desde aquí, ellos se van para abajo, van a
descender por donde han subido y nosotros, poco después, también haremos lo
propio, pero con la intención de bajar el Corredor del Barranco de Aspe y hacer
una ruta circular a la vez que conocemos la cabecera del barranco.
En la cabecera del corredor que acabamos de subir.
Pasamos
por encima de nuestra salida del Corredor Central y remontando suavemente
atravesamos la antecima oeste y nos bajamos por la loma cerca de la arista
sorteando las afloraciones rocosas que en la cara sur ya aparecen.
Contemplamos
el amplio karst de la cara sur de Aspe todo
cubierto de nieve y nos deleitamos largamente con la sensacional cara oeste de la Llena de la Garganta y su espléndido paredón este en primerísimo
plano.
La Oeste de Aspe desde la entrada al corredor del mismo nombre.
La
amplia y amable Brecha de Aspe es un suave collado y el lugar en el que confluyen las vías tanto del
sur como la mayoría de las del norte, está situado a 2425 metros de altitud
y es el punto en el que giramos al norte y nos vamos para abajo por una nieve
que blandea sobradamente.
Iniciendo el descenso del Corredor de Aspe.
El
descenso del Barranco de Aspe comienza con un amplio corredor medianamente
inclinado que se arrellana y se divide en dos 100 metros más abajo.
Nosotros nos vamos por el ramal situado en la parte este que es muy erguido
pero que con una blandísima nieve nos permite bajar otros 100 metros y nos
deposita en una cubeta situada al oeste del corredor que desde la Arista Norte de Aspe he bajado
a prospeccionar antes del almuerzo.
El
corredor es muy vertical, está cortado y por las afloraciones rocosas discurre
un caudaloso torrente. Por allí no hubiéramos bajado de ningún modo y es que
después de tantos años se tiene olfato para estas cosas.
Los dos tercios superiores del corredor.
Escalón rocoso en la Norte de la Llena de la Garganta.
Poco
más abajo en unas afloraciones rocosas llanas nos paramos a comer. Son las dos
de la tarde.
La Llena del Bozo.
Media
hora larga después continuamos nuestro descenso por la orilla este del valle,
transitando laderas suaves de nieve blanda hasta que confluimos en un rellano
en el que se inicia el circo superior sobre los 2000 metros de altitud.
El corredor bajado desde el remonte hacia la Tabla.
Ruabe del Bozo.
Buscamos
y no localizamos huellas junto al Barranco de Aspe, sé que hay camino por allí
pero imaginamos que a esta altura de la temporada igual está complicado el
barranco y nos decidimos por la huella que remonta suavemente hacia la Tabla en dirección
nor-nordeste.
Detalle del Corredor Wallon.
Alcanzamos
enseguida los primeros claros de pratenses entre neveros residuales y
fotografiamos desde el Aspe hasta la
Ruabe del Bozo e incluso la
Lie Lavate. Luego, faldeamos muy altos hacia la norte de La Tabla y vamos girando al
este por delante del Pico Esper a través de un camino bastante balizado para
ser principio de temporada atravesando un dilatado karst siempre en suave
descenso y girando hacia el este.
Hayedo de Sansanet.
Alcanzamos
un valle diminuto entre la Tabla
y Espert y enseguida nos asomamos al norte y por encima del Collado de Causiat
en un camino que conocemos y que nos ha de bajar, en dirección este, hasta los
praderíos de la Rinconada
de Somport.
Atravesamos
el horroroso Estadium de Biatlón y
liquidamos 1250 metros
de desnivel en la Vertiente Norte
del Aspe, cuando aún son las cuatro y
media.
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