Llegando a la Pombie.
Valle d’Aneu y Col de Soum de Pombie.
18-4-09.
Tiempo efectivo 03:00 h.
Sol.
Fácil.
Actividad muy concurrida casi en cualquier época del año. Hoy ha sido una excepción.
Sin nieve en la
Cabaña de Pombie o en el ibón. Se puede tomar en los
barrancos del inicio pero con cuidado puesto que hay mucha ganadería en el
Valled’Aneu.
Mapa de la Pombie procedente de Prames. Vía en amarillo.
A
la Pombie
hemos subido solos y con amigos, en todas las estaciones del año y por
diferentes caminos; vamos, con frecuencia.
Hoy
18 de Abril de 2009 nos decidimos a subir con los esquís de travesía.
Estamos
en primavera pero hay un nevasco salvaje.
Salimos
del aparcamiento que hay en la vertiente francesa de la carretera del Portalet,
a la entrada del Valle d’Aneu, cuando son las dos y media de la tarde y con los
esquís puestos desde el coche. La tarde está espléndida con nubes de evolución
hacia el sur.
Cruzamos
los barrancos, sobre los por los puentes
pues ya bajan llenos de primavera, estamos a 1710 metros de altitud y tomamos dirección norte por suaves campas
completamente cubiertas de nieve un tanto blanda.
Campana de Aneu y Gralleras Norte.
Hay
muy poca gente y no demasiadas huellas para lo que suele ser habitual en esta
frecuentadísima zona. Los franceses deben de tener por las nubes el nivel de
riesgo de aludes.
Algunas
huellas pasan por las proximidades de la Cabaña Senescau y debajo de la
pared se dividen: al oeste las que se alargan hacia el Col de Iou y las que seguimos que giran al norte y se van
a por la pared.
Hay
una profunda huella de raquetistas que seguimos en principio y alguna huella de
descenso de esquiador. Decidimos hacernos la nuestra por comodidad, la nieve
está estupenda.
La
pared que sube alrededor de 200
metros tiene una primera pala bastante consistente y que
ascendemos, aproximadamente sobre el camino, con una larguísima diagonal de
oeste a este. En la parte alta de la misma, las huellas se van directamente
para arriba pero nosotros proseguimos hacia el este en busca de la parte más
baja del rellano intermedio que articula la pared.
Haciael Soum de Pombie.
En
el rellano giramos al oeste para
elevarnos cómodamente y al máximo de tal manera que afrontamos el segundo
resalte con otra diagonal paralela a la anterior pero más corta puesto que el
desnivel también es menor.
Las
huellas con las que de nuevo hemos coincidido se van hacia la parte alta del
collado y nosotros nos vamos hacia el Soum de Pombié por nieve completamente
virgen.
Cornisa en Soum de Pombie.
El
Midí nos regala una de sus imágenes
indescriptibles y avanzando un poco
hacia el oeste tomamos el lugar por el que transita el camino hacia el refugio.
Hay una débil huella mañanera de esquís
y la ya comentada de los raquetistas que no parecen conocer mucho la zona.
Midi a la vista.
Transitamos
un poco más levados del camino normal que atraviesa la ladera de la arista este
del Peygeret y tras un pequeño descenso atravesamos en horizontal para alcanzar
un lomo que, en suave descenso nos deposito en el refugio de la Pombie a 2030 metros de altitud.
Son las cuatro de la tarde.
Foqueando la norte de Peyreget.
Los
tres raquetistas están merodeando por la arista este del Peygeret y nosotros
solos. Es una delicia inimaginable aquí en Pombie.
En la Cabaña de Pombie.
El
Lac está completamente nevado, la Grande
Raillere y los collados de Suzon y Peygeret también y los
paretazos de la este del Midí impecables como siempre. Los altocúmulos de
desarrollo decoran un cielo azul
impecable y la Vieja
cabaña de la Pombie
nos llena los ojos de imágenes y la mente de recuerdos.
La Vieja Cabaña de la Pombie.
Lurien, Arrious y Pallas desde la Pombie.
Saboreamos
un café con leche mientras nos deleitamos con un dilatado y conocido paisaje
salpicando de viejos conocidos desde Lurien y Arrious hasta el ansiado Lourade
y “mira que guapo se ve el collado de unión de los dos Arrieles. ¡Tenemos nieve
para tiempos! Las gentes de estos pueblos están de nieve este año hasta la “coroneta”.
La
vuelta la vamos a realizar foqueando cómodamente sobre nuestra propia huella a
la vez que contemplamos un paisaje que no por ser conocido deja de ser
absolutamente delicioso.
Volviendo al Soum de Pombie.
En
el collado de Soum de Pombie paramos, quitamos las pieles de foca y nos
abrigamos un poco mientras echamos una ojeada a la Sierra de Tendeñera y a la Estación de Esquí de
Panticosa con una nieve como nunca la ha tenido. Hasta la norte de la Partacua está más blanca
que de costumbre y los corredores están que se salen. ¡Nos les queda basura que
arrojar ni nada!
En Soum de Pombie.
La
nieve está muy blanda, nos propia algún que otro revolcón, vamos girando y
descendiendo aproximadamente sobre nuestra huella y bajamos los dos resaltes de
la pared mejor de lo que suponíamos. Solamente nos queda recorrer en suave
descenso las largas campas de nieve que nos llevan a cruzar los barrancos para
volver con los esquís hasta el mismo coche de nuevo.
Arrieles.
Son
las cinco y media y estamos contentos no solamente por el paseo en el que
habremos movido alrededor de 500
metros de desnivel sino porque era una cuenta que
teníamos pendiente con los esquís. Lo celebramos con cerveza al fresco del
nevero primaveral.
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