Luna Llena.
Estación
de Esquí de Astún, Pista de Sarrios,
Pradoblanco y Pista de la Raca.
10-01-2012.
Salida 22
h. Llegada 01
h.
Luna
Llena.
Muy
fácil.
Raquetas.
Las fotos son de los compañeros.
Mapa de la Raca procedente de Prames. Vía en amarillo.
Siempre
que te planteas una marcha nocturna se aparcan en tu mente una serie de
problemillas adicionales propios de una incertidumbre natural. Si además
invitas a los amigos pues más que más ya que aseguras un grupo abierto y
variopinto.
La
Luna llena de Diciembre fue blanca de luna pero no de nieve. Llega la de Enero
con poca nieve pero con mucho hielo y hay que sacar a ventilar el piojo. Así
que, elegimos la mejor noche de las buenas que acompañan a esta luna y la
convocamos para el martes 10.
Iremos
a la Raca ya que han dicho que la pista está de lo mejorcito que tenemos en los
alrededores. Allí podemos pillar nieve que estarán haciendo los cañones y será
estupendo además de la mojadura consiguiente.
Llegan
los de Huesca, el personal de Sabi y en Torrijos recogeremos a los de Jaca,
seremos un grupo multiétnico pues seremos nueve.
Entre
unas cosas y otras se nos hacen las nueve pasadas cuando nos ponemos en
carretera y las diez de la noche cuando, tras colocarnos los correspondientes
andamios a la luz de la Enfermería de la base de Astún, iniciamos la marcha a 1700 metros de altitud.
El
termómetro de la estación marca +5º
aunque los de los coches señalan un poco menos pero no deja de ser una
temperatura de escándalo ya que al salir de casa estábamos a -4º.
Astún
es la estación mejor pisada de las cuatro que tenemos en los alrededores, lo
sabemos y también que ese resalte solamente lo alisan para que n o pierda la
nieve.
Allí
giramos un poco al sur y tomamos una amplia pista de Sarrios y nos vamos para
arriba en busca de la zona de Prado Blanco pues se trata de subir lo más
cómodamente tanto con las raquetas como con los esquís.
Entre
paradas, conversaciones distendidas y ritmo tranquilo nos cuesta una hora
llegar al Baby de Pradoblanco donde prácticamente de llano avanzamos al
sudoeste en busca de la Pista de la Raca que, por cierto, hoy no tiene nada de
raca, nombre que se le da a la niebla en esta zona, ya que hace una noche
absolutamente espectacular y luminosa.
Cambiamos
de dirección volviendo al este y ascendiendo hasta el rellano bajo la pala
cimera del pico. Iniciado el ascenso del tramo superior, nos cruzamos con un
trío que baja. Es una zona un poco más erguida y la nieve quizás algo más dura
nos invita a poner las cuchillas con lo que subiremos tranquilamente y sin
resbalones. El personal con las raquetas no tiene ningún problema.
Son
las once y media de la noche cuando alcanzamos la Cima de la Raca a 2284 metros
de altitud. La temperatura está de vicio, sin ninguna duda por encima de los
0º.
El
personal hace fotos que luego saldrán como salgan, yo he olvidado la cámara.
Elena, Pablo, Raúl, Clara, Juan, Gabriel, yo Rosa y Jesús.
Sacamos
dulces y cafés y contemplamos el deleite del personal que no conocía una
experiencia como esta. La luminosidad es espectacular.
Desde
el rellano cimero se contempla la Frontera y el Caserío iluminado de Candanchú.
El paisaje lunáticamente iluminado no merece la pena fotografiarlo pues no
sale. Con bastante cuidado el personal se asoma para contemplar Canfranc iluminado,
la nieve n o pisada por las máquinas es un auténtico cristal. Nosotros nos
quedamos recogiendo pieles de foca pues aspiramos a bajar esquiando y no a
vueltas por la ladera.
Se
nos van tres cuartos de hora así, sin enterarnos. Son las doce y cuarto cuando
nos echamos para abajo, la mayoría del personal tiene que trabajar dentro de
unas horas.
Abandonados
los temores a los primeros pasos de descenso con las raquetas el descenso es
agradable y relajado. Incluso alguno pretende echarse al suelo y bajar
resbalando cosa que no conseguirá. Nosotros con los esquís bajamos a tramos
cortos reagrupándonos frecuentemente y disfrutando de una nieve estupenda.
Es
la una y cuarto cuando llegamos a los coches. Recogemos los bártulos y tras
felicitarnos por una noche tan estupenda, nos vamos para casa, cada mochuelo a
su olivo. En la base de la estación tenemos 5º y en Sabiñánigo, media hora
después, -6º: el mundo al revés.
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