Toronzue desde Torcedor.
Boca Este del Túnel de Cotefablo, Pista
de Toronzué, Collado de Cotefablo, Torcedor y Cara Sur.
15-02-2013.
Salida 10 h. Llegada 16 h.
Sol.
Fácil.
Esquís de travesía y raquetas.
Mapa de Toronzué procedente de Prames. Vía en amarillo.
Toronzué
es uno de los varios contrafuertes que articulan la vertiente sur de la Sierra
de Tendeñera y que vemos desde mi casa.
A
Toronzue y Navariecho, que para mí casi siempre andan juntas, hemos subido
repetidamente tanto en verano como en invierno. Ahora ya es otra cosa pues la
Pista del Barranco del Puerto está cerrada y ahora se trata de una modesta y
cara cima.
Pero
no habíamos subido con esquís y… ahora tenemos
de nieve en cantidad pero no tanta como han voceado los medios de
comunicación. No veremos ni una sola colada
y eso que prácticamente no ha helado ni en altitud.
Son
las diez y cuarto de la mañana cuando comenzamos a foquear en la Boca Este del
Túnel de Cotefablo a 1420 metros de altitud. En el aparcamiento hay personal
para ser un viernes.
Somos
animales de costumbre y a pesar de que la remodelada pista arranca del
aparcamiento, nadie la ha utilizado; todo el mundo ha tirado para arriba a
través de los escalonados prados que te llevan a la pista unos metros más
arriba.
La
pista se orienta al norte y transita la vertiente este de la sierra. Enseguida
dejamos a nuestra izquierda el viejo camino que lleva al Collado de Cotefablo y
proseguimos pista adelante en suave ascenso.
La
pista está muy bien nevada y tiene huellas tanto de esquiadores como de raquetistas.
Huellas que nos aproximan a la cabecera de la sierra tras un par de lazadas
importantes.
Vista atrás hacia el inicio de la marcha.
Los
esquiadores se han ido utilizando un claro en la masa forestal hasta la
cabecera y nosotros una diagonal más al norte que suavemente nos deposita en la
cresta unos metros al sur del collado de la pilona del tendido eléctrico a 1600
metros de altitud.
Hay
alguna huella perdida entre la vegetación por la cabecera de la sierra pero la
mayoría sigue, los de delante y nosotros también, por la pista, soleada y suave.
La loma exige un ascenso de alrededor de 100 metros que se han de perder a
continuación casi en su totalidad. Lo hemos hecho andando y sabemos que la loma
al final se hace pestosa con sus continuos sube s y bajas.
La
pista contornea por la vertiente este y conduce al Collado Gabardos sobre los 1625 metros de
altitud. Llevamos una hora de camino.
Aparece Sabocos.
Seguimos
pista adelante orientados por Tendeñera
siempre a la izquierda de nuestro objetivo que se recorta plano e
inmaculadamente nevado pero muy lejos.
Buscando a Erata.
Abandonamos
la pista tras una buena lazada hacia el
este desde allí y por un lomo vestido de poca y dura nieve avanzamos hacia la
loma a la que llegaremos tras faldear un subsiguiente promontorio. Juan se ha
ido de frente con sus raquetas y asciende ya hacia Torcedor.
El faldeo de Torcedor.
Nosotros
desestimamos el faldeo por el oeste que ha hecho el personal y nos vamos hasta
arriba. Llevamos dos horas de camino y estamos ligeramente por encima de los
1900 metros de altitud. Ahora hay que perder una veintena de metros suavemente
y con nieve buena hasta alcanzar el inicio de la rampa final que son 300 metros
de pasada.
Juan
se va por la loma y nosotros detrás de los tres que llevamos delante por la
huella cómoda de los esquiadores en un faldeo prácticamente continuo de la
ladera este.
Rodeamos un par de resaltes, en uno de
los cuales hay que hacer un par de vueltas marías y alcanzamos la cabecera de
la loma en la base del casquete somital del pico.
En
las zonas venteadas la nieve está dura pero en los abrigos está excelente. Una
amplia y cómoda diagonal nos permite atravesar toda la cara sur y alcanzar la
arista este, prácticamente en la Cima
del Pico Toronzue a 2263 metros de
altitud. Va a ser la una del mediodía.
Buscamos
un poco de abrigo al sudeste y nos sentamos a echar un bocado y a descansar,
hemos metido casi tres horas sin parar gran cosa.
Ripera y Tendeñera.
En
la amplia y amable cima conversamos con el trío de Huesca y contemplamos un
paisaje extraordinario que no deja de atraer por conocido. Al norte la arista
desciende suavemente hacia Navariecho y prosigue hasta Tendeñera que nos deleita con su
inmaculado circo sur, Sabocos, las Peñas y Forato al oeste y Otal, Comas y
Mondiniero esplendorosas al este.
Al
otro lado, en el cálido y azulado sur, se perfilan Montañesa, Erata, Oturia, Guara,
Gue y Oroel. Hasta el Borón asoma la cabeza.
Sabocos.
Nos
quedamos solos en la cima, echamos nuestro cafelito caliente y alrededor de las
dos menos cuarto nos ponemos en marcha. Juan se va de frente para abajo con
paso de maniobra y nosotros a descender aproximadamente por donde hemos subido
con la excepción de que utilizaremos la cara sur abriga y n o la cabecera de la
sierra.
La
arista este amplia y con buena nieve nos deposita en un minúsculo hombro desde
el que nos introducimos en la cara sur para disfrutar de unos giros sobre una
nieve espectacular. Alargamos este tramo de descenso tanto cuanto podemos y
bastante abajo iniciamos un largo faldeo que
nos ha de devolver a la arista en las inmediaciones del Tozal de las
Planas.
Allí
atravesamos la alambrada ganadera y por no remontamos unos metros iniciamos un
faldeo por el oeste en el que tendremos que atravesar con cuidado un pequeño
dorso pelado y vestido de piedras.
Lo
haremos sin quitarnos los esquís y retornaremos a la loma antes de un nuevo
resalte que también decidimos faldear por el oeste atravesando alguna zona de
nieve muy dura. Con ello dejamos atrás Torcedor y proseguimos para abajo ya con
nieve mucho más blanda que hace padecer nuestras rodillas.
Enseguida
abandonamos la arista hacia el este y nos vamos al encuentro de la pista. Hay
que bajar con mucho cuidado puesto que abundan las piedras escasamente
cubiertas de nieve. Ya en la pista deslizamos suavemente al encuentro del
Collado Gabardos desde el que tendremos que avanzar remando en dos o tres tramos
planos.
Una mirada más a Toronzué.
Pasamos
sin quitar los esquís algún corte de la
pista en los torrentes que echan agua en cantidad y nos llegamos al Collado de
Cotefablo y su pilona.
Nos
desmontamos de la loma por error siguiendo una huella que confundimos con la nuestra
y terminamos alcanzando la pista con los esquís en la mano, jabalineando entre
la maleza con nieve hasta la cintura.
De
nuevo en la pista, con ella nos vamos para abajo y atravesando los prados nos
llegamos al coche cuando son las cuatro menos cuarto y con ganas:
-Ya
te dije que esquiaríamos poco y foguearíamos mucho.
Hemos
movido alrededor de 900 metros de desnivel, suerte que el día ha sido
espléndido. Nos hemos bebido todo el líquido que llevábamos.
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