El Aletschgletcher que vamos a cruzar y el Aletschhorn que nos guía..
Fiescheralp, Túnel de Fiescheralp,
Marjelensee, Aletschgletscher, Mittelaletschgletscher y Mittelaletschvivac.
1100 m. subidos, 300 m. bajados, 16000 m. recorridos y 06:00 h. de camino efectivo.
Sol.
Bastante fácil.
1 d.
Atravesar un glaciar en verano y con
temperaturas elevadas exige ser extremadamente cuidadoso y no suele tener nada
que ver con el tránsito en primavera. Lo sabemos, lo hemos hecho repetidamente
y siempre, lejos ya de sorprendernos, nos aparta esa inigualable sensación de
que te desenvuelves en un medio inerte pero ciertamente vital que entendiéramos
aquella noche de Agosto del 87 cuando vivaqueábamos en el Balcón de Pineta en
una tensa espera de nuestro primer glaciar.
Agua en las estaciones del Teleférico de
Fiescheralp, en Marjelensee, en los glaciares que se atraviesas, según
temporada y en las escorrentías del Oberes Talli.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa del Aletschgletcher procedente del Landeskarte der Schweiz. Vía en amarillo.
Creo
que los tres sabíamos que habíamos de volver a los Alpes después de la, medio
malograda por el mal tiempo, marcha del 2010, pero el calendario no corre en
balde y las circunstancias personales son cambiantes con el tiempo.
Tenía
un proyecto, todavía tengo proyectos, y no era nada ni ilógico ni complicado:
en las últimas ocasiones no habíamos podido completar los programas previstos y
podíamos comenzar con lo que quedó pendiente.
En
2012 nos quedamos intencionadamente en Pirineos y para este año, venciendo una especie de
pereza mental que me atenazaba a la hora de exteriorizar mis intenciones, será
ya casi Junio cuando les propongo a mis socios la marcha y no porque no hubiera
habido abundantes oportunidades de manifestarlas.
Está claro que no mantengo las ilusiones de
los años anteriores ni mucho menos la de los primeros viajes pero todavía me
siento vivo y, a fuerza de veces, creo que controlo el tema, pues con poco
tiempo se puede preparar la marcha más teniendo en cuenta que no tenemos
problemas de calendario. Otras veces lo preparaba con muchísimo tiempo de
antelación.
-Recorreremos
el Glaciar del Aletsch…
-¿Lo
que no hicimos la vez pasada?
-Sí,
subiremos al Aletschhorn para salir por Grimsel y luego haremos el Alphubel
desde Saas Fee.
-Pero
hay que estar en forma y este año no…
Hay
cosas que ni cambian ni cambiarán. ¡Esa es mi chica!
Juan
marchó con su hija Margarita para hacer unas jornadas del Camino de Santiago y
nosotros nos terminamos la parte catalana del GR 11 tras haber hecho un
invierno de acostumbradas actividades con más de treinta salidas con los
esquís. Luego, en la primera semana de Julio nos subimos en tres días 5500
metros, terminaríamos marchando con más de 40.000 metros de desnivel en lo que
iba de año y tras escuchar mis cándidos
oídos eso de “…creo que no estamos mal”, recobré medianamente las ilusiones.
Los
preparativos fueron una sencilla copia de los años anteriores en todos los
aspectos, incluso tenía los mapas del Aletsch y toda la organización de esa
actividad que realizaríamos en cinco días. Serían los acostumbrados dos días de
viaje y acomodación en Suiza, cinco días de actividad en el Glaciar del
Aletsch, un día de descanso, dos para el Alphubel y día y medio de viaje de
vuelta. Algo así a nuestro estilo.
Pasaríamos
dos noches en el Mitelaletschvivac, una noche en el Refugio Konkordia y otra en
el Refugio Finsteraarhorn. Luego podíamos pasar una o dos noches en Langflue,
según como estuviera el tiempo que sería quien dictaría la forma en la que
ascendiéramos al Alphubel.
Elegimos
marchar a mediados de Julio con la intención de coger los glaciares bastante
cubiertos de nieve en un año de copiosas y abundantes nevadas suponiendo que
para Agosto y con la temporada de verano muy avanzada, los glaciares estarían
medio imposibles y lo nuestro iba este año de glaciares.
El
forero miquel113xm que andaba por Suiza
me facilita algunos datos sobre predicciones meteorológicas de la zona y de
alguna manera tratamos de neutralizar alguna predicción internacional que
auguraba un mal verano. Marcharíamos con medianas predicciones a muy largo
plazo lo que le restaban fiabilidad.
Ni
siquiera reservamos refugios. No nos gusta hacerlo y sabemos que eso puede ser
una fuente de conflictos pero tratamos de minimizar las consecuencias utilizándolos teóricamente en días de entre
semana donde la afluencia suponíamos que sería más reducida. Hace tres años los
reservamos y no pudimos llegar. En la montaña es sabido que acordar lugar y
fecha es motivo suficiente para saber que no se cumplirá tal acuerdo.
El
sábado 13 de Julio a las seis de la mañana recogemos a Juan con sus bártulos,
terminamos de llenar la furgo y nos ponemos en marcha a las seis y cuarto,
tranquilamente y sin prisas pues sabemos que vamos sobrados de tiempo, ya
que además el rato destinado a buscar
lugar donde acampar será mucho menor que cuando lo hacíamos con el coche y la
tienda.
Nos
espera Fiesch a más de 1000 kilómetros de distancia pues una semana antes de
marchar les propongo a mis socios subir
por el Marjelensee utilizando el teleférico
de Eggishorn en lugar de hacerlo por Betmeralp ya que eso ya lo
conocíamos de hacía tres años.
Carretera
al Portalet comentamos las supuestas ventajas e inconvenientes de subir en
sábado de verano por el Ródano y finalmente tomamos la decisión de hacerlo por
el interior: serían unos kilómetros más y con peores carreteras pero
posiblemente fuera más seguro que meterse en el cirio de Agde-Sete.
Consecuentemente le pedimos al navegados
que nos lleve a Toulouse y así lo hará: por malas carreteras y sin pasar ni por
Lourdes ni por Tarbes, tampoco por el tramo de la A 64 pero no está mal. En St.
Gaudens tomamos carretera conocida en la que paramos a almorzar un poco y tras
el tramo de autovía correspondiente nos lleva a Toulouse
Salimos
de Toulouse hacia Albi y Rodez por buenas carreteras que incluyen tramos de
autovía parando a comer cerca de Rodez tras 450 kilómetros de marcha. La mañana
ha estado muy buena desde el inicio y no hemos tenido mucho tráfico salvo los
alrededores de Toulouse y tampoco ha sido gran cosa.
Son
casi las tres cuando continuamos
carretera que se estropea bastante de camino a St. Flour, Le Puy y St. Etienne.
Estamos en la Francia profunda del Macizo Central Francés y la tarde resulta
entretenida. Echamos gasoil a precio español y continuamos hacia Lyon por mejores
carreteras.
Nos
pasamos Vienne y en la circunvalación de Lyon
marchamos hacia Grenoble para reconducir ruta hacia Chambery y rematar
la jornada a las nueve y cuarto en un pueblecillo de las inmediaciones de
nuestra carretera.
Cenamos
cuando ya anochece y luego nos acostamos sobre las diez y media, yo al menos,
con ganas de finiquitar la jornada.
La
noche es buena y la aprovechamos hasta
las seis y cuarto de la mañana, hora en la que comenzamos el 14 de Julio,
Fiesta Nacional en Francia.
En
media hora nos desocupamos del aseo y desayuno y nos echamos a una malísima
carreterucha que nos deposita en Chambery con lo que terminan las
tribulaciones de momento.
Por
una carretera conocida y muy decente junto al Iserre nos llegamos a Albertville
pasando sin la acostumbrada equivocación. Buena carretera hasta Ugine y lo de
costumbre en Megeve y St. Gervais sin tráfico para tomar la autovía tras parar
a almorzar un poco.
Son
las once cuando entramos en Chamonix y aparcamos junto a la vía, cerramos la
furgo y nos dejamos las llaves dentro. Terminaremos una hora después sin saldo
en mi móvil y forzando una ventanilla lateral con la ayuda de unos bomberos
catalanes y uno de Fuentes de Ebro. Acabamos con el entuerto y nos vamos hasta
la Casa de los Guías para leer un parte meteorológico con dos días buenos y una
continuación variable y tormentosa cuyo peor día parece que será el jueves
dentro de cuatro días.
El Factótum de todas las miradas desde Chamonix.
Son
las doce y media de la mañana cuando nos montamos de nuevo en la furgo y nos
vamos hacia Argentieres para ir fotografiando nuestros totenes particulares
subiendo el Col de Montets y sucesivamente tras bajar a Vallorcine y pasar la
frontera con una gasolina mucho más cara que en Francia o España, el de la
Forclaz.
Hacemos
la foto del Plateau de Trient y bajando el puerto nos detenemos en una de las
pequeñas y múltiples paradas para comer. La que tiene fuente ya hace años que
está seca.
Comemos
a la sombra masticando el cabreo de Chasmonix y a las tres, hora y media
después, continuamos para bajar por conocida carretera entre viñedos hasta
Martigny.
El
día está espléndido y tras el túnel que sortea la ciudad nos vamos valle
adelante para entrar en la autopista y acercarnos a Sierre para tratar de ver algún parte
meteorológico. Terminamos llegando a Fiesch a las cinco y media de la tarde
tras consultar la meteo que nos ofrecen en Bettentalstation y que confirma lo
sabido sin dar un real por más allá de un par de días.
Dejamos
la furgo en el aparcamiento del teleférico y nos informamos de la salida del
primer teleférico a las siete y media de la mañana.
Seguidamente
buscamos lugares para dejar la furgoneta fuera de los aparcamientos de pago y
encontramos varios buenos con lo que podemos elegir, a diferencia de Saas
Grund.
Después
de la cena nos damos una vuelta por el pueblo que tiene poco que ver. La tarde
se ha refrescado con la caída del sol y ni los gatos andan ya por la calle
cuando alrededor de las diez nos vamos a un lugar más discreto para levantar el
techo y echarnos a dormir. Hemos terminado la ida y mañana nos espera el monte.
El reloj de la iglesia del pueblo nos
ameniza la noche con lo que no hay problema de dormirse. Escucharé las horas
pares: 2, 4 y 6 y a las seis y diez nos echamos a la mañana del 15 de Julio de
2013.
La
mañana está espléndida y tras el desayuno
recogemos, preparamos los bástulos y a las siete y cuarto bajamos la
furgo al lugar donde se quedará hasta nuestra vuelta y nos vamos con las
mochilas al hombro hasta la Estación del Teleférico de Eggishorn.
Sacamos billetes hasta la estación intermedia
por 14,5 francos suizos a un cambio escandalosamente caro ya que no nos
interesa subir al Eggishorn.
A
las siete y media abandonamos Fiesch situado a 1049 metros de altitud y en
alrededor de 10 minutos nos deposita el teleférico en Fiescheralp a 2212 metros
de altitud.
Fuera
de la estación del teleférico nos orientamos
en un lugar completamente desconocido para nosotros y tras alguna
pequeña duda ya que en los mapas aparecen varios caminos que conducen a
Marjelensee, optamos por una transitada pista que parte en suave descenso y en
dirección nor-nordeste. Un montañero va por delante.
Nuestro
camino ciertamente perezoso, llanea rodeando un par de barrancos amplios en los
que está instalado un verde praderío en busca del Oberes Talli y en un momento
determinado nos ofrece la Vía Túnel que tomamos pues se me hace la luz.
En
mis mapas de 1:50000 había advertido una anomalía consistente en que uno de los
caminos mostraba un tramo completamente recto en dirección noroeste, lo que es
algo inusual y además pasaba por una cota alrededor de los 2600 metros de
altitud para perder todo lo subido,
aproximadamente 300 metros, en poco más
de un kilómetro.
Poco
más adelante, el camino se abre en dos, nos olvidamos de la rama descendente a
unas cabañas pastoriles en deficiente estado y nos vamos hacia un orificio en
la ladera: es la boca del túnel que atraviesa la Talligrat, la Arista Nordeste
del Eggishorn .
La pista conduce a la boca del túnel.
Para
entonces ya hemos alcanzado al montañero italiano que va solo a Konkordia y
charlando nos metemos en el túnel sin necesidad de las frontales ya que está
iluminado.
Hay
algunos pequeños charcos y corre el agua por media calzada pero se transita de
maravilla en suavísimo ascenso. Delante de nosotros avanza una oruga pues están
haciendo obras en la zona y de ellas venían los dos camiones con los que nos
hemos cruzado poco antes.
Un
cuarto de hora después, tras pasar junto a un ensanche en el que hay una virgen
salimos por la otra boca del túnel en las inmediaciones del Embalse
Vordersee cuya pared que queda a nuestra
derecha, una cabaña-chiringuito y el camino que se abre y del que tomamos la
rama que se orienta al oeste balizada de rojo y blanco. Van a ser las nueve y
cuarto.
Rodeamos
un pequeño lago que suponemos es el Marjelensee a 2300 metros de altitud que
nos enseña el Gran Glaciar de Aletsch justamente en frente del Rothorn y del
Olmenhorn que son los centinelas del Mittelaletschgletscher y ese es nuestro
objetivo.
En
las inmediaciones del glaciar el camino se abre en dos de nuevo y nosotros
tomamos la rama balizada que se marcha en busca de una vira muy transitada y
que en suave ascenso inicia el rodeo de la Cara Este del Eggishorn. El italiano
se baja directamente al glaciar tentándonos indudablemente.
Nosotros
alcanzamos la Cota 2348 metros alrededor de las nueve y media y proseguimos un
transitado camino paralelo al glaciar que todavía ganará paulatinamente algunos
metros separándose altitudinalmente del glaciar que desciende suavemente.
Vamos
en busca de Roti Chuma, lugar en el que teóricamente hay que descender en busca
del glaciar tanto los que acceden desde
Marjelensee como los de Bettermeralp.
Pero
visto lo visto nos vamos a marcar nuestra primera variante y que va a consistir
en abandonar enseguida el camino y tirarnos ladera abajo en busca del Aletsch.
Se
puede trazar una diagonal descendente aprovechando unas amplias viras de
granito pulido por el glaciar y alcanzar el mismo por el nevero de la base del
amplio corredor que divide a las laderas del Eggishorn y Bettenhorn.
Son
las diez menos diez cuando en la nieve adjunta al glaciar nos ponemos los
crampones. Estaremos sobre los 2200 metros de altitud pues me he dejado el
altímetro en casa y esto supondrá un pequeño fastidio pero…
Desde
arriba hemos visto que el mejor cruce del glaciar parece ser frente al
Marjelensee y para ello ascendemos longitudinalmente un tramo de glaciar a
través de un dorso vestido de hielo viejo que nos dará perspectiva enseguida
para iniciar el cruce del mismo.
Así sucederá pues tras unos metros en
dirección norte iniciamos el cruce del glaciar ascendiendo suavemente entre
algunas grietas, lo que nos conduce a la primera de las morrenas centrales ya
en la parte alta de la masa de hielo.
Prácticamente
de llano y sin ninguna dificultad alcanzamos el segundo cordón morrénico y
desde allí tenemos que decidir entre terminar de atravesar el glaciar en
dirección oeste o descender un poco en dirección sudoeste para no tener que transitar tanto por la morrena
lateral derecha que tiene un aspecto delicado.
Descendemos
un poco pero en las inmediaciones de un tremendo caos de grietas que se origina
por el encuentro del Groseraletsch y el Mittelaletsch terminamos de cruzarlo y
tras quitarnos los crampones nos incorporamos a la morrena lateral derecha del Groseraletsch
tras trepar con cierto cuidado unas pulidas lajas de granito llenas de arenas.
Vamos
a buscar la entrada del Mittelaletsch a través de la morrena siempre con la
duda de mantenernos en los escarpes y no perder altura o acercarnos a la parte
baja de la morrena por donde aparece un tránsito más cómodo y estable a costa
de perder algo más de 100 metros de altura.
Vemos
un par de citas de piedras pero nada más y cometemos el error de tratar de
mantener la altura durante un rato lo que nos permitiría entrar al valle con un
interesante ahorro de desnivel.
La
morrena a esta altura está absolutamente inestable y poco después se yergue
todavía más y nos empuja a perder altura y pasar por abajo. Son las once menos
cuarto y nos detenemos a echar un trago y un bocado.
Un
cuarto de hora después bajamos todo lo que deberíamos haber bajado en un
principio y ya en las inmediaciones del hielo tomamos una zona de pedregal más
estable que nos permite un tránsito aceptablemente cómodo con el que nos
introducimos en suave ascenso en el valle en el que se aloja el Mittelaletsch.
El
glaciar ha desaparecido de la parte baja del valle y en su ladera izquierda ya
se ha asentado un débil praderío en el que, poco después, localizaremos un poco
transitado camino que avanza por la
orilla izquierda del barranco por el que desagua el glaciar, tumultuosa y
espumosamente. La orilla derecha del mismo está ocupada por una morrena inclinadísima
y barrida por los aludes que se descuelgan de la Arista Sudeste del Aletschhorn
que ya se muestra a nuestros ojos. Nos guiará en toda la ascensión por si fuera
necesario.
Muy
llano, enseguida alcanzamos un resalte granítico de pulidas lajas que pasamos
por medio empleando las manos. Hay un camino más cómodo en el lateral izquierdo
del valle.
Por
encima del resalte aparece el negruzco hielo glaciar cubierto de piedras. Llano y muy amplio nos
engaña ópticamente resultando bastante más grande y por tanto largo de lo que
nos parecía.
Pacientemente
proseguimos con un suave ascenso, en dirección prácticamente norte y siempre
por la parte izquierda del valle hasta que localizamos colgado y también en las
paredes de la izquierda del valle el Mittelaletschvivac que es nuestro destino.
Y no está lejos ni nada todavía.
El Aletschhorn a la vista con la arista de ascenso.
Sabemos
que hay que subir por encima de 800
metros de desnivel en el valle pero a pesar de ello y con unas cumplidas
mochilas en las que llevamos todo lo necesario para cinco días con excepción de
la tienda y la cena de dos días de refugio, se nos hace casi penoso en terreno
tan inestable.
Poco
después alcanzamos el centro del valle ya por encima del origen del barranco y
las primeras manchas de nieve de la temporada sobre los 2650 metros de altitud
y pasamos con cuidado las primeras grietas cubiertas de nieve blanda pues no
vamos encordados.
El
glaciar presenta un resalte importante que tiene una rampa aparentemente fácil
a la izquierda de la cascada central. Más a la derecha hay una potente cascada
por la que se desangra la parte superior del glaciar y todavía a la derecha hay
un corredor mixto aunque muy descompuesto que podría servir. La ladera
izquierda del valle, camino directo hacia el vivac ha sido profusamente
saeteada por nuestros ojos en busca de un camino poco posible en el inestable
territorio de la morrena lateral izquierda del glaciar.
Ponemos
los crampones bajo la cascada central, estaremos sobre los 2700 metros de
altitud, e iniciamos el remonte de la
parte inferior de la pared. Ganados alrededor de 100 metros atravesamos en
diagonal la pared para aproximarnos a la cascada.
En
dirección nor-nordeste, unos tramos horizontales sobre hielo viejo dan paso a
un par de corredores de nieve que subimos en diagonal y que nos depositan en un
descompuesto hombro limítrofe con la
cascada aquí soterrada bajo el hielo glaciar.
Allá arriba está el Mittelaletschvicac.
La
ladera metamórfica, inclinada, inestable
y descompuesta nos invita a quitar los crampones. Unos metros más arriba
entramos en el barranco central y la nieve aparece de nuevo, se trata de un corredor
medianamente erguido de alrededor de 50 metros de desnivel que vestido de nieve
blanda se sube bien. A partir de aquí el corredor se acuesta y se amplía
permitiéndonos pasar con facilidad bajo la vertical de vivac defendido por unas
paredes metamórficas.
Juan
se ha vuelto a poner los crampones con la intención de remontar el corredor y
otro lateral directo al vivac. Nosotros subimos sin crampones el corredor y
luego en suave ascenso proseguimos al nor-nordeste para ganar altura.
Estamos
casi a la altura del vivac y una pasillo amplio de nieve en suave ascenso nos
permite tras girar casi 180 º alcanzar prácticamente de llano el
Mittelaletschvivac situado a 3013 metros de altitud.
Son
las tres de la tarde y hemos finalizado la dura tarea de la jornada de hoy en
la que al final se nos ha ido un poco el tiempo. Han sido 1100 metros subidos y
300 bajados pero con carga y terreno delicado nos han sabido a bastantes más.
La aproximación al Mittelaletschvivac ha tenido el sabor de toda una ascensión
en sí misma.
El
vivac es un pequeño edificio de madera con tejado piramidal, bancos y una
pequeña encimera para cocinar. Cuenta con mantas, trece literas y algunas
colchonetas más. Podemos dormir incluso veinte personas pero estamos solos
aunque sea por poco tiempo pues sube gente detrás. Al final seremos ocho.
Cogemos
agua en las inmediaciones del vivac y sentados en el banco orientado al sureste
comemos, bebemos y descansamos tras poner a secar nuestras pertenencias
húmedas. Es un delicioso mediodía de sol y de luz a raudales.
Charlamos
con el personal, descansamos, contemplamos la sur del Aletschhorn y el perfil
de la arista que subiremos mañana y alrededor de las seis de la tarde nos
hacemos la cena que liquidaremos con delicioso apetito y con algunas variantes
sobre el programa inicial ya que hemos confundido un paquete de comida. Luego
picoteamos unos dulces y nos regalamos con un vaso de leche.
Hay
un guía que acompaña a un cliente joven con el que hemos mantenido una
multilingüe conversación nos interroga quizás un tanto preocupado: queremos
levantarnos a las cinco y ellos a las tres. Le ha faltado perspectiva para
interpretar el curro que lleva nuestro material en el que sí se ha fijado. Le
dejaré claro y así lo entiende que controlamos perfectamente nuestro objetivo.
Modestamente le advierto que esperamos hacer cima en cuatro horas y volver en
tres.
Uno
de los montañeros, sabedor de que no llevábamos reserva para el Refugio
Konkordia nos invita a telefonear al refugio y así hacer la reserva. Dice que son
muy estrictos. Bueno, dice algo más.
Sobre
las ocho de la tarde nos empiltramos. El ambiente se ha enfriado un poco y se
está de cine dentro del saco. Enseguida se disipara el fresqui y nos
precipitaremos en una deliciosa noche reparadora que esperamos medianamente
dilatada.
El Aletsch que hemos cruzado y el Mittelaletsch que hemos subido desde el vivac.
Si quieres seguir pincha la Continuación.
Hola Mariano,
ResponderEliminar¡Qué chulo!, Ya estoy esperando la continuación del relato. Yo todavía no he podido hacer montaña en los Alpes, y no es por falta de ganas. Eso que os pasó con las llaves en la furgoneta me pasó a mi también en la República Checa hace muchos años. Y también me ayudó un bombero que logró abrir la puerta pero pensé que me iba a descuajaringar media furgoneta de la forma que metía los alambres. Uf, que mal rato pasé.
Saludos.
¡Hola David!
EliminarMe alegra que te guste. Son nuestras cosas y así las reflejo. Si le sirve a alguno de algo pues estupendo.
Alpes... Hemos ido en repetidas ocasiones y a nuestra manera que no suele ser demasiado convencional. Nos gustan y te gustarán.
Se puede hacer infinidad de cosas adecuadas para cada uno, no hay problema. Nosotros vamos a conocer y a hacer cuatromiles que no tenemos en el Piri sin demasiado compromiso pues queremos disfrutar de lo que hacemos. Hay que tener suerte con el tiempo es más determinante que en Pirineos.
Estoy empezando con el blog y nada más tengo que problemillas. Voy colgando actividades y estoy desbordado pero tengo muchísimas cosas, muchísimas, que iré colgando de seguido.
¡Que sería de la vida sin chanadas y chascarrillos?
¡Que vaya bueno!