8 sept 2015

61-15. CIRCULAR POR LOS PASOS DE AISA Y BORAU. 7-9-2015.

Sombrero, Lecherines y Pico de la Garganta de Aisa desde Tortiellas Alto.

Aparcamiento de Candanchú, Paso de Tortiellas, Paso de la Garganta de Aisa, Punta de la Garganta de Aisa, El Sombrero, Pico y Collado de Lecherines, Paso de la Garganta de Borau, Tortiellas Bajo y Alto y Paso de Tortiellas.
07-09-2015.
Salida 08:45 h. Llegada 17 h.
Sol.
Bastante fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de los Murallones de Tortiellas procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            Habíamos vuelto de Dolomitas y como si no hubiéramos tenido suficiente ración de calizas nos vamos a los Murallones de Tortiellas. Es el 7 de Septiembre de 2015.

Murallones de Tortiellas desde Rioseta.

            La mañana está fresquilla y con la Raca entrando del norte cuando nos metemos en camino en Candanchú. Hemos dejado el coche en el aparcamiento a 1570 metros de altitud y, por medio de las pistas, nos vamos hacia la Rinconada.

Remontando directamente entre nieblas hacia el Paso de Tortiellas.

            Enseguida estamos llaneando en dirección sur y orientados hacia el Paso de Tortiellas incluso atajamos ascendiendo por debajo del tendido de la silla para alcanzar, no sin esfuerzos pues hay una gravera muy empinada e inestable, la rampa final que nos lleva al paso situado a 1976 metros de altitud, mientras contemplamos como se ha quedado bajo nosotros un espeso mar de nubes que entrando desde Francia penetra bastante hacia el sur.

Llegando al Paso de Tortiellas.

            Rodeamos la cabecera  del Circo de Tortiellas Alto siguiendo la pista que asciende hasta la Tuca Blanca  mientras contemplamos la cara nordeste de los murallones que defienden los picos que vamos a recorrer. Trataremos de encadenar las tres cimas situadas entre los Pasos de Aisa al oeste y de Borau al este.

            Tras fotografiar las paredes y las cimas por las que vamos a transitar abandonamos las pistas de esquí y continuamos por el camino que se utiliza para afrontar los Corredores de la Norte del Aspe. Hay que seguir remontando suavemente para acercarnos a la parte alta del Rellano de Tortiellas Bajo.

Dos Aspes y la Punta de la Garganta de Aisa.

            Contemplamos el siempre espléndido y arrogante Aspe con su Arista de los Murciélagos con nuestro recuerdo a Rabada y Navarro, hasta que tenemos que iniciar un suave descenso por viras de calizas claras que nos aproximan al Barranco de Tortiellas.

            Cruzamos el barranco y una serie de promontorios que configuran la parte alta del rellano siempre con la vista puesta en el Corredor que conduce al Paso de la Garganta de Aisa.

Vertiente Norte del Corredor del Paso de la Garganta de Aisa.

            Conozco el corredor ya que lo hice tanto el día de la Arista de los Murciélagos como el que subí hasta el Sombrero. Se trata de mantenerse sobre un dorso central que divide un poco al amplio corredor y que presenta los materiales más estables  y cómodos para transitar sabiendo que finalmente habremos de entrar a la pedriza alta del corredor.

            Se puede subir un poco por cualquier parte pero nadie te salvará de ascender casi 300 metros  ni de las pedrizas a las que se llega ya muy arriba  y que se suelen afrontar  un poco en diagonal de noroeste a sudeste.

Volúmenes del Pico de la garganta de Aisa.

            Desde bastante debajo del paso se contempla tanto la espectacular estructura de la Punta de la Garganta de Aisa, la faja que bordea por el nordeste al casquete somital del pico y por donde discurre la vía normal al pico por su vertiente norte, así como el corredor nordeste que pretendemos utilizar para  alcanzar la arista cimera.

            Los rebecos campan por encima de nosotros  y cuando nos encontramos ya entrando en la faja superior y a la altura del Paso de la Garganta de Aisa, un pequeño grupo que se ve un poco acorralado se tira para abajo entre nosotros propiciando un buen susto a Rosa que está debajo en medio de las pedradas que sueltan dos parejas de cabras con sus correspondientes retoños.

La terraza en la norte del Casquete Somital del Pico de la Garganta de Aisa.

            Ya en la faja ascendemos hasta la base de las paredes y junto a las mismas y con algún paso penoso debido a que se encuentra muy descompuesta buscamos la entrada del corredor que ya hiciera hace algunos años en descenso.

            Desechamos uno por no verlo demasiado claro y entramos en el más próximo a la cima de la Punta de la Garganta de Aisa, pues desde la entrada se ve que progresa hasta la parte superior de las paredes.

Avanzando por el Corredor Noroeste del Pico del paso de la
Garganta de Aisa.

            El corredor resulta fácil con algún apoyo de manos. Tiene huellas de tránsito de rebecos y un solo problema: tiene muchísima basura y hay que andar con todos los cuidados del mundo para tirar poca.

            Pasado el primer tercio se estabilizan algo los materiales y se progresa con más comodidad  tras enderezarse un poco el corredor entre grandes bloques. Una rampa larga y medianamente inclinada que subimos aprovechando los materiales sólidos de su orilla derecha nos llevan a las paredes de cierre.

El Corredor Noroeste desde la salida.

            Ya en las paredes un quiebro al este nos conduce a un último tramo de corredor con muy buena caliza que se sube muy bien ofreciéndonos dos alternativas: trepar directamente a la arista por muy buena roca y sobradamente fisurada o tomar una vira herbosa que al este también conduce a la arista.

Vertiente Noroeste del Pico de la Garganta de Aisa.

            En la arista todavía descenderé unos metros para comprobar que hemos utilizado el corredor correcto y desde allí ascendiendo una treintena de metros alcanzar la Cima de la Punta de la Garganta de Aisa situada a 2502 metros de altitud. Son las once y cuarto de la mañana y hemos liquidado uno de los compromisos de la jornada, que no el único.

Cima del Pico de la Garganta de Aisa con lo que nos aguarda detrás.

            En la cima contemplamos una muy desfigurada Arista de los Murciélagos al noroeste y que poco o nada tiene que ver con la realidad, hacemos algunas fotos, contemplando las Puntas de Esper como continuación de la Tuca Blanca e iniciamos un suave descenso continuando nuestro tránsito por la arista que se gira un tanto al este.

            No tendremos que perder ni siquiera 50 metros que hacemos hacia el sol con un horizonte de arista amable hacia el Sombrero.

Hacia el Sombrero.

            Se trata de una arista amable y suavemente inclinada que se puede hacer a toda cresta o ligeramente al sur de la misma y que alterna calizas claras y ocres con reducidos asentamientos de pratenses que son las delicias de los rebecos.

            Es un relajado ascenso en el que nos entretenemos asomándonos de cuando en cuando a los paredones del norte y que enseguida nos depositan en la Cima del Sombrero situada a 2562 metros de altitud. Son las doce menos cuarto y nos sentamos al amor del sol a echar un bocado.

Desde la Cima del Sombrero el Aspe y delante el Pico de la Garganta de Aisa.

            Picoteamos un poco lo de siempre aderezado con cierta inquietud que nos proporciona la contemplación de la Arista Norte del Pico de Lecherines o también llamado Pico de la Garganta de Borau aunque para nosotros el Pico de la Garganta de Borau sea el situado al sudeste del Paso de la Garganta de Borau.

A por la Norte de Lecherines.

            Media hora después continuamos por la arista  que en suave descenso se va girando al sur y que enseguida nos coloca en el arranque de la arista que pretendemos recorrer ya que la vía normal al Pico Lecherines es por el sur a partir del Collado de Lecherines.

            Hay dos potentes franjas de calizas claras y otra de calizas ocres que hemos de superar para tomar la arista somital. Se puede ascender la inferior por un corredorcillo fácil un tanto descolgado al oeste, se puede hacer lo propio con la segunda faja utilizando un amplio corredor de verduras un tanto erguido  y tratar de progresar ascendiendo la franja de calizas ocres para alcanzar la arista, pero antes de hacerlo hay que probar la propia arista desde el collado de arranque.

            Una vira  llana parece que abraza a la arista. Alcanza la vertical de la misma bajo un extraplomo de la franja inferior  y nos invita a echarle una ojeada. Desde allí podremos ver un buen tramo de la pared oculta desde aquí y quién sabe.

Por la vira inferior alcanzaremos la arista pasando sobre el túnel.

            La vira horizontal rodea el extraplomo y se prolonga hacia el centro de la pared pero enseguida aparece un covacho que o mucho me equivoco o permitirá el faldeo de la franja caliza inferior.

            Así será. El covacho tiene salida hacia la arista primero en descenso para pasar sobre el inicio de una galería que conduce hacia abajo en busca de un corredor de la cara nordeste y desde el que entra luz. Luego una rampa terrosa y algo inclinada nos permite alcanzar la arista que buscamos. Hay un vago hito que reafirmo mientras llegan los socios.

            Solventada la primera franja un fácil tramo de arista  ligeramente al oeste del filo nos permite ascender la segunda franja de calizas claras y la franja de calizas ocres depositándonos en el filo de la arista. Tenemos muy claro que la subida va por aquí.

Remontando la Arista Norte del Pico Lecherines.

            No tocaremos el filo de la arista para nada aunque sea transitable, ascenderemos por una inclinada rampa ligeramente al este del filo y que muy escalonada nos permite un ascenso agradable. Nos depositará en  la Punta Este del Pico de los Lecherines situada a la misma altura que su gemela del oeste a 2566 metros de altitud cuando no es todavía la una del mediodía.

Cima del Pico Lecherines.

            Hemos liquidado la segunda incógnita del día y hacemos algunas fotos contemplando un dilatado paisaje con nubes de evolución distantes  y del que destacan al sudoeste la estampa impecable de los Mallos de Lecherines y el Cordal de la Magdalena. Aspe sigue allí ocultando a las Llenas y abrazando amablemente a la Punta de la Garganta de Aisa, el Sombrero se individualiza un poco más al norte aunque no presente la altiva figura que ofrece desde el oeste.

Mallo de Lecherines y Cordal de la Magdalena desde Lecherines.

            Recordamos muy vagamente el descenso al Collado de Lecherines pero no supondrá ningún problema. Hay que continuar un poco la arista hacia el sur para posteriormente abandonarla e irse introduciendo en los corredores que bajan hacia el Collado de Lecherines.

            Siempre fácilmente y entre diversas posibilidades bajamos sin recordar nada de nuestro pasado tránsito. Tan apenas apoyaremos las manos para alcanzar el caminillo que lleno de gravilla conduce enseguida al Collado de Lecherines situado a 2386 metros de altitud.

En el Lapiaz de Lecherines Alta

            Juan se quiere quedar por allá arriba con la idea de alcanzar directamente  el Paso de la Garganta de Borau pero yo recuerdo que la ladera oeste del corredor tiene una franja de paredes verticales y no me consta que tengan rotura nada más que muy abajo en el corredor.  Por lo que veremos luego quizás tenga razón pero es algo que hemos de comprobar en otra ocasión ya que bajaremos atravesando el Lapiaz de Lecherines en descenso bastante por debajo del Collado de Lecherines.

La Punta de la Garganta del Paso de Borau al este del paso del miosmo nombre.

            Pero cometemos el error de atravesarlo un poco a media ladera en lugar de bajar hasta la hierba que lo limita por el sur en su parte baja pues siempre se va con la idea de no perder demasiada altura suponiendo que al acceso posterior al corredor no estará tan abajo.

El fácil descenso del Lapiaz al Corredor del Paso de la Garganta de Borau.

            La realidad nos indica que tras los líos del lapiaz que no agradan en absoluto a mi chica, perderemos más tiempo del debido, probaremos una incorporación complicada al corredor y terminaremos bajando hasta cerca de los 2000 metros de altitud para tomar la herbosa y fácil entrada al Corredor Sur del Paso de la Garganta de Borau.

            A partir de allí y por la base de las paredes remontamos al norte sin alcanzar el fondo del corredor, pasamos por la entrada de la Cueva de la Garganta de Borau y proseguimos en suave ascenso para alcanzar el paso en travesía horizontal por debajo de la rampa inclinada que pretendía tomar Juan desde arriba.

            En el collado, son las tres menos cuarto, nos sentamos a comer; el día sigue espléndido.

            Media hora después iniciamos el descenso del Corredor Norte del Paso de la Garganta de Borau.

Descendiendo el Corredor Norte del Paso de la Garganta de Borau.

            No es un corredor muy transitado y sólo de cuando en cuando aparecen leves trazas de camino en la orilla izquierda del mismo. Así que nos lo bajaremos bolo a bolo por donde mejor nos parezca.

            El corredor es amplísimo, está relleno de pedrizas no patinables y medianamente inclinado en sus dos tercios superiores. Luego, tras un breve descansillo en el que aparecen las pratenses vendrá el tercio inferior del corredor esta divido por un dorso rocoso en el que no localizamos camino y que bajamos por su rama derecha aprovechando inclinadas rampas de verdura.

            Ya muy abajo abandonamos la vertical del corredor e iniciamos a media ladera un suave faldeo hacia el noroeste con el propósito de no tocar el fondo de Tortiellas Bajo y ganar altura suavemente  para incorporarnos a la pared que defiende Tortiellas Alto donde cerraremos el bucle abierto a la mañana.

Remontando hacia Tortiellas Alto con el corredor descendido detrás.

            Ganamos altura poco a poco siguiendo caminillos de animales, cogemos agua en una surgencia y tras atravesar el Barranco de Tortiellas algo más abajo que a la mañana, nos incorporamos a la ladera herbosa de la orilla izquierda del barranco.

            Nuestro ascenso nos lleva a un estrecho y erguido corredor muy bien escalonado y con pratenses entre bloques calizos ocres que nos permite ganar alrededor de 50 metros y nos deposita en la la Zona de Ibonciechos de Tortiellas Alto, junto al lugar donde hemos abandonados las pistas de esquí a la mañana con lo que cerramos el bucle.

            Luego no queda más que seguir por la pista en suave descenso hacia el Paso de Tortiellas y echarnos pista abajo hacia la Rinconada de Candanchú mientras contemplamos como vuelve la raca a sus andadas y nos refresca la tarde.

Macrolepiotas en la Rinconada de Candanchú.

            Alrededor de las cinco, en lugar de llegarnos al coche nos entretendremos en recoger unas macrolepiotas, no hay muchas, que poco después nos haremos en casa y tomaremos acompañadas de unas cervezas mientras nos relajamos un poco de los alrededor de 1600 metros de desnivel movidos, mientras rumiamos el tema del desnivel para hacer cualquier novedad interesante. Moverse con cierta libertad nos resulta carillo. ¿Será ese el precio?

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