10 ago 1988

4-88. PEQUEÑA COLECCIÓN DE TRESMILES EN EL VERANO 88. PETIT VIGNEMALE CON PROPINA. 10-8-1988.


Petit Vignemale desde Baysellance. 1-7-05.

Telesilla de Pont de Espagne, Hourquette de Ossoue, Refugio de Baysellance, Petir Vinemale, Col des Glaciers, Pointe Chausenque, Pitón Carré y Vuelta a Petit Vignemale y Al Refugio de Baysellance.
10-08-1988.
Salida 10:45 h. Llegada 17:15 h.
Sol.
Bastante fácil.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Vignemale procedente de ING: francés. Vía en amarillo.

            La primera vez que oyes lo de Vignemale te suena a remotísimo, no sabes si te lo han dicho o lo has soñado;  después te suena a Pirineo Francés que empalmas con lo de “Culuar de Gob” terrorífico y te empieza a funcionar la maquinita. No te queda finalmente otro remedio que consultar un mapa y comienzan las sorpresas: está aquí al lado, entre Panticosa y Ordesa, es tan español como francés y no existe el Pico Vignemale entre la maraña de cimas señaladas pues es un macizo. Te pierdes en una selva de glaciares y tresmiles hasta que  finalmente seleccionas la Pique Longue que es su cima más alta con 3299 metros y comienza a fraguarse la leyenda en tu cabeza eres un principiante que casi no se atreve con cimas.
            Después te enterarás que fulano ha ido por Bujaruelo con una soba olímpica pero luego allí una gozada y tú sigues teniendo en tu cabeza el Couloir de Gaube y sin querer vas posponiendo el tema como si se tratase de una reválida que hay que preparar a conciencia y con absoluto detenimiento.
            Un día oyes eso de que  “… con lo que vosotros andáis lo de Vignemale lo tenéis tirao” y no te lo puedes creer pero es la chispa que convierte el rescoldo en llama, conoces un poco la montaña que respetas pero sabes que hay que ir a Vignemal, la llamada es tan fuerte que no te atreves a desoírla.

Lac de Gaube. 1-7-05.

            Esperamos y terminamos planteando el tema en plan “abarcudo” pues en mi pueblo el que quiere abarcar mucho así lo llamamos. Sabemos que una cosa es planear otra realizar aunque mi esposa nunca  olvida que tenemos la mala costumbre, según ella, de hacer a ser posible un poco más de lo previsto y protesta.
            Terminamos cortando por lo sano, haciendo una esquema  desde Petit Vgnemale hasta el Petit Tapou y allí se verá y fijamos fecha para la vuelta de la playa  pues Agosto suele ser por lo general muy bueno para la montaña.
            La marcha a la playa resultará épica por problemas de diversa índole y la vuelta no será menos pero a pesar de todo el 10 de Agosto de 1988 por la tarde quedan preparadas las mochilas. Nuestra hija dormirá en casa de la abuela Carmen.

Refugio de Oulettes de Gaube. 1-7-05.

            Señala el despertador las seis de la mañana cuando nos despierta, saltamos de la cama  pues a pesar de que es largo el día  hay que aprovecharlo.
            En el coche dejamos atrás la Morrena de Senegué, el Barranco de Arás con el nuevo Camping de las Nieves a medio hacer pero con gente acampada y alrededor de las siete y cuarto estamos en el Portalet.
            Hay coches al otro lado de la barrera y nos extraña ya que la frontera está cerrada de once a siete y lo va a propiciar  nuestra impaciencia primero, luego desespero y por último cabreo, hasta que se hacen las ocho.
            No nos despedimos ni del Midi de Ossau y nos sumergimos como un rayo en el mar de nieblas que nos esperaba agazapado en la vertiente norte del puerto, ¡lo que nos faltaba!

Cara Norte de Vignemale. 1-7-05.

            Bajamos al ritmo que nos permiten las nieblas ajironadas entre Fabregues y Gabas y junto a Laruns nos vamos a nuestra derecha en busca del interminable Puerto de Aubisque con sus 1200 metros de desnivel. Gourette y su circo duermen su sueño montañero acunado por las nieblas. Nieblas y más nieblas bajando el Soulor que ni siquiera nos dejan ver al Balaitus.
            Luego Arras y Argeles, ha levantado la niebla mientras buscamos el indicador de Cauterets un poco cansados y con retraso.
            El Balneario de Cauterets está concurridísimo ya estas horas, lo que se traduce en otra pérdida de tiempo para cruzarlo en dirección a Pont de Espagne. Quedan menos de 10 kilómetros que nos depositarán en el final de la carretera  a 1500 metros de altitud  cuando son las diez y media.

Pionte Chausenque, Pitón Carré y Gran Vignemale. 1-7-05.

            Nos han aconsejado no tomar la telesilla pues el camino es muy bonito, sombreado por un bosque de coníferas y solamente asciende 200 metros de desnivel pero también nos han dicho lo contrario por lo que tomamos nuestra propia decisión acuciados mentalmente por una jornada de coche por una montaña como ésta, aparcamos a la sombra de un pino silvestre y tras ponernos las botas nos vamos con francos en la mano a por el telesilla: billetes de ida y vuelta y para arriba contemplando el serpenteante camino que discurre a nuestros pies entre los claros del bosque. Entre tanto damos buena cuenta del bocadillo del almuerzo.
             El camino se separa de la ruta del telesilla como si quisiera dejar claro quién es quién pero no hay tiempo para nada puesto que en un breve suspiro nos deposita  a 1725 metros de altitud cuando son las once menos cuarto.
            No sabemos cómo ha sido sin intentar remedar a Machado, pero desembarcamos a la clara luz del sol y contemplamos la maravillosa blancura de la niebla en el fondo del valle desde el brillante multicolor de la luz: nos parece estar en otro planeta y nos pone contentos.

Cara Norte del Petit Vignemale y Glaciar de las Neous. 22-7-03.

            Echamos a andar en dirección al Lac de Gaube por pista ancha, lisa y llana siempre al encuentro del sol pues nuestra cita está en el sur.
            -¡¿Qué es eso?!
            -… Parecen sombrillas… sí, sí, son sombrillas.
            -¿Seguro que sabemos dónde estamos?
            -Sí, esto no es la Costa Azul pero hay que ver cómo se lo montan estos galos: una poblada selva de multicolores parasoles  sobre la terraza de la Hotellerie bañada por el sol como sacada  de Benidorm, Cannes o Dubrobnik a la orilla del sereno, plácido y marino Lac de Gaube.   
            Seguimos nuestro camino por la norte del lago. Apenas hay movimiento y nos recuerda al Ibonet de Batisielles: los mismos cantos erráticos de granito tan familiar, la misma pradera alpina, los mimos pinos negros descuidadamente salpicados en ella y nosotros también los mismos pero unos años después.
            El camino se ha de hacer andando y nada mejor que hacerlo levantando la cabeza y cargando en nuestra mente los recuerdos. Para cuando te despiertas, el camino es agradable y las mentes siguen su propio camino.

Refugio de Baysellance desde la Hourquette de Ossoue. 22-7-03.

            Eso parece el Petit Vignemale y el Col des Glaciers que hemos visto en alguna foto, el Macizo juega al escondite con nosotros entre las estribaciones del Pic Arraille y las Agujas de Chabarrou pero en un descuido descubrimos el Pitón Carré y el Paredón Este, iluminado por el sol, de la Pique Longue.
            Seguimos junto al barranco, dejamos atrás la cascada de Esplumouse y mientras nuestros ojos esperan ávidos el striptease del Couloir, nuestras mentes están ocupadas en imaginarlo.
            Estamos en el Refugio de las Oulettes de Gaube y el velo está caído a sus pies. Se acabó la imaginación: aquí está presente, enorme, espléndido, rotundo e inquietante Couloir de Gaube con su famosísima pared de 800 metros de desnivel. La imagen es fantástica pero nos esperan otros platos pues éste no es para nosotros.

Hourquette de Ossoue desde Baysellance. 30-6-05.

            Es la una menos cuarto, estamos a 2155 metros de altitud y nos queda un repecho de alrededor de 600 metros; así que, echamos una ojeada al refugio y nos dirigimos siempre al sur por la parte izquierda del colosal plateau, que es el cono de deyección del corredor, en busca del serpenteante camino  que remonta la ladera este del Pic Arraille y que tras un pequeño esfuerzo nos deposite e la  Hourquette de Ossoue a 2734 metros de altitud en medio del clásico e incontrolado viento racheado que puntual y familiarmente nos saluda.
            Es la una y media y allí aparece el Refugio de Baysellance casi 100 metros más abajo. Movidos por las ganas de llegar y por el objetivo de encontrar plaza en el refugio además de por el ventarrón, nos descolgamos rápidamente para abajo y en un cuarto de hora nos llegamos  a las puertas del refugio.
            Se trata de un viejo refugio angosto y bien conservado. El guarda nos atiende en un correcto castellano y nos pone al corriente de las normas que entiende como imprescindibles.

Refugio de Baysellance. 30-6-05.

            En un rincón del poco poblado comedor, disponemos la comida y demás enseres en un cesto y preparamos las mochilas con lo necesario para la marcha.
            Intercambiamos algún comentario con un par de catalanes que han estado por la mañana en el Petit Vignemale y que quieren volver al día siguiente con cuerda para hacer el Col des Glaciers y nos confirman la mejoría del tiempo al igual que lo han hecho los empleados de la telesilla.
            Son las dos y media de la tarde cuando salimos del Refugio de Baysellance para desandar camino hasta la Hourquette de Ossoue a la que llegamos en veinte minutos encontrándonos con cierta actividad en los alrededores y con el viento.

En la Cima del Petit Vignemale. 

            Tomamos dirección sudoeste y por camino bien hollado sobre la cresta que nos conduce por fuerte pendiente durante media hora, nos deposita directamente en la Cima del Petit Vignemale situado a 3032 metros de altitud.
            Hemos subido ligeramente al sur de la arista para resguardarnos del viento y han colaborado un poco algunos estratos que han velado intermitentemente el sol pero a pesar de todo he subido de pena. No he llevado el ritmo y Rosa me ha tenido que esperar de cuando en cuando a pesar de que solamente han sido 300 metros de desnivel: la pájara ha sido descomunal.
            En la cima, cómo no, hay un grupo de franceses que nos hacen una fotografía cogiendo la parte Oriental del Circo de Ossoue y ya recuperado prosigo adelante por la cresta para ver.

Col des Glaciers y Petit Vignemale desde el Glaciar de Ossoue. 30-6-05.

            La tarde ha mejorado, yo no veo muy liada la arista y le aviso a Rosa de que voy a continuar un poco más, para que espere tranquila y abrigada del viento.
            Salvo un par de pasos que con un breve rodeo son fáciles  y me doy de narices con la brecha abierta en la cresta: por el sur está vertical y fea, por el norte aérea, muy aérea y al frente es una laja vertical sin fisuras de cinco o seis metros.
            Otra vez será, pienso mientras la vista se me va por una fisura prácticamente horizontal de entre 10 y 30 centímetros de anchura, que una docena de metros debajo de mis pies va a incorporarse al otro lado de la brecha pero por debajo tiene la abrupta caída al Glaciar de las Nieves.


Petit Vignemale desde debajo del resalte del Glaciar de Ossoue. 30-6-05.

            Es un paso aéreo de adherencia en descenso con buenas presas al principio ya que tiene forma de techo y se puede descender en expansión; luego el diedro se verticaliza, la laja sigue lisa y la fisura queda todavía algo abajo pero tras una evaluación sería concluyo en que las suelas vibran nuevas y un par de buenas manos tienen  que ser suficiente.
            Lo son. Con sumo cuidado pongo los pies en la fisura y respiro. Otro paso aéreo en la cresta pero con excelentes agarres me deposita en medio del Col des Glaciers que ahora es una autopista aérea.
            En cuatro pasos me pongo al otro lado del collado y grito. Rosa me ve.

Cara Sur del Petit Vignemale. 30-6-05.

            Luego inicio la cresta en ascenso por probar la subida hacia la Pointe Chausenque. Hay dos fisuras practicables que destacan sobre el fondo gris calizo, ligeramente al oeste del filo. Tomo una de ellas y a fuerte ritmo tras salvar alguna delicadeza hasta la incorporación a la misma y utilizando las manos continuamente, me planto en el Cima de la Pointe Chausenque sudoroso pero contento, han sido 250 metros de desnivel subidos en directa, estoy a 3204 metros de altitud. De nuevo grito pero Rosa no me ve a pesar de oírme.
            Mientras recupero la respiración me alargo unos pasos hasta el Pitón Carré pues no es más que un paseo y me doy la vuelta sin pérdida de tiempo, mañana repetiré las cimas con Rosa y con más tranquilidad.
            Voy corriendo a ratos pues después de lo mal que he subido me encuentro pletórico. No invertiré más que un cuarto de hora en volver desde el Pitón Carré al Col des Glaciers, Rosa debe estar cansada de esperar.

Petit Vignemale desde Oulettes de Gaube. 1-7-05.

            De la fisura a la cresta, con confianza es más fácil. Rosa me espera helada e inmediatamente nos vamos para abajo con un dialogo-discusión sobre di debería haberlo hecho o no, de si tengo o no sentido  y demás etcéteras. Las cuatro y media se convierten en las cinco y cuarto cuando llegamos de nuevo al Refugio de Baysellance, el sol se esconde aquí, el viento prosigue y nosotros tenemos toda la tarde para descansar. 

Para ver la Continuación.

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