El Tozal del Mallo desde el Bosque de Salarons. 31-5-15.
Casas de Oliván, Camino de
salarons, Clavijas de Salarons, Umbral de Salarons y Collado Norte. Descenso
por las Clavijas de Salarons, Faja Racón y Camino de Cotatuero.
06-12-98.
Salida 09 h. Llegada 16:15 h.
Sol.
Fácil.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Mariano
Javierre.
Mapa del Tozal del Mallo procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Este otoño 98 se está caracterizando por ofrecernos una
climatología típicamente anticiclónica, es decir, frío y seco continuados.
Tanto frío, que hasta las nevadas otoñales que han afectado a la mayoría del
país, aquí, ni se han visto siquiera. Así que nos llegamos al “acueducto de la
Inmaculada Constitución” sin perspectivas de ir a esquiar pues con la excepción
de Astún que tiene nieve, Formigal está abierta de manera testimonial y
Panticosa está cerrada.
Por lo tanto, con buen tiempo asegurado y cuatro días de
fiesta decidimos ir al monte.
El domingo 6 nos levantamos a una hora prudencial, las
siete y media y cuando los vecinos
llegan a la obra, nosotros salimos de casa.
Se nos
hace corto, que ya es decir, el camino hasta Ordesa. No hay circulación y sin
prisas nos plantamos en una hora escasa en las Casas de Oliván.
Tozal del Mallo.
Aparcamos
en la carretera y sobre la nieve que viste ya este medio kilómetro último, nos
cogemos las mochilas y nos vamos en dirección norte por el camino del Circo de
Carriata o de Salarons, camino que conocemos sobradamente pero que ya hace
algún tiempo que no recorremos.
Al
abrigo del bosque mixto vamos ganando altura con cierta facilidad sobre un
camino tachonado intermitentemente de nieve.
Pasamos
la caseta y abandonamos inmediatamente
el dominio arbóreo.
Pasamos el Barranco de Salarons al oeste de la Faja Racón. 31-5-15.
Una
hora después cuando son las diez ya hemos atravesado el Barranco de Salarons para aproximarnos a la
base del Tozal, pasar junto al abrigo y tras dar un fuerte lazo sobre la
inclinada pradera alpina medio cubierta de nieve, irnos acercando a los
murallones del circo.
El Gallinero desde Carriata.30-10-06.
A Rosa
le ronda por la cabeza el accidente de nuestro primo Toño Lardiés que acaeció
hace ya unos años, tal día como hoy y en estos parajes.
Segundo tramo de las Clavijas de Carriata. 31-515.
Atacamos
las clavijas en previsión de que pueda haber hielo en las gradas junto al
barranco, hielo que mi señora ha soñado cumplidamente. Bueno, las clavijas que
ya las bajamos con Biola hace un paquete de años, casi se le hacen imposible
subirlas y ya, como cierre del festival, tiene que bajarlas, ¡Qué aventura al
filo de lo imposible!
La este del Tozal del Mallo desde el Umbral de Salarons. 31-5-15.
Una
pareja que va delante de nosotros se deja alcanzar en el antepecho de los
Llanos de Salarons cuando ellos atacan por el corredor próximo al Gallinero y
nosotros nos vamos horizontalmente en dirección oeste bajo los paredones de la
cara sur del Mondarruego para atravesar por la parte superior dos vertiginosos
corredores que se precipitan casi hasta
el bosque y alcanzar el puente estrecho que une al Tozal con el Mondarruego.
La Norte del Tozal del Mallo. 30-10-06.
En
suave ascenso alcanzamos la cima del Tozal
del Mallo situada a 2220 metros de altitud. Son las once y media.
Mientras
llega Rosa que se ha quedado enriscada atravesando un minúsculo nevero yo me
acerco hasta el extremo en el que se
inicia el paredón. La verdad es
que el salto y el vacío son respetabilísimos, y la roca que yo veo es una
auténtica caca que no sé si será peor para primeros o para segundos de cordada.
Pico Gallinero o Salarons desde el Tozal del Mallo.
Hace
una mañana espléndida con un sol de auténtico ensueño. Tan solo se mueve una
imperceptible brisa en este tan
desamparado lugar. Almorzamos un poco y veinte minutos después, no teniendo
nada más que hacer pues ya hemos contemplado el conocido paisaje que va desde
el Mirador del Rey hasta Punta Custodia,
hemos contemplado Otal fantástica, hemos
observado los próximos paredones del Barranco de La Canal, hemos visto
aparecer las nieblas galas que se asoman tras el Taillón y el Pico Blanco y
hemos fotografiado el Gallinero por su cara oeste, nos vamos de regreso.
Otal desde el Tozal del Mallo. 30-10-06.
¡Qué
poca nieve que hay este año!, de momento.
Fondo del Arazas desde el Tozal del Mallo.30-10-06.
Seguimos
el rastro sanguinolento de algún sarrio herido y decidimos, por fin, bajar las
clavijas de nuevo.
Ningún
problema. No hay problemas dónde no hay problemas.
Sobre
la marcha nos cruzamos con media docena de montañeros que suben para arriba y
decidimos hacer la Faja de Racón, según indican los carteles. Es muy pronto
para bajar ya.
Ascendemos
ligeramente para alcanzar la base de los paredones inferiores del Gallinero y
ya en dirección este, por senda que conocemos, nos vamos hacia el Barranco de
Cotatuero.
Cara Oeste del Tozal del Mallo desde la Faja del Mallo. 30-10-06.
Para
ello hemos de contornear con el camino
una serie de proas y barrancos en el límite verde superior del parque. Unicamente
se aventuran hasta aquí algunos aguerridos y aventureros pinos negros que nos
regalan con las delicias del aroma de resina. Solamente por esto ya merece la
pena el paseo. El calorcillo en estas fechas de las paredes sur del Gallinero,
el cielo impecablemente azul a nuestra altura, el sol escandalosamente
refulgente dominando el frente oeste y este delicioso aroma: así debe ser la
gloria.
Adelantamos
a los cuatro que había localizado desde arriba y que identifique como el grupo
con el que nos cruzamos y ya próximos al Barranco de Cotatuero, junto a la
pared, paramos a comer.
Pilar Primavera desde la Faja Racón.
Media
hora después, antes de sumergirnos en la sombra fresca del fondo del valle
continuamos nuestro camino. Todavía hemos de caminar alrededor de diez minutos
antes de encontrar el desvío a las clavijas. De allí en adelante es un descenso
directo por la orilla derecha del Barranco de Cotatuero al encuentro del hayedo
claro, del negro abetar y del fondo del cañón dominado por la sombra.
A las
cuatro estamos en la Capilla de la Virgen del Pilar entre el personal que
deambula por el parque. Quince minutos más tarde estamos en el restaurante
tomando un café con leche. El aparcamiento de la pradera está bastante más de
medio de coches y parece ser que en este
Pirineo nos hemos enterado de que si queremos subsistir hemos de ofrecer
servicios al turista como fórmula para aflojarle el bolsillo.
Nos
vamos andando en busca de nuestro coche, tras un paseo de 950 metros de
desnivel. Luego nos marchamos tranquilamente carretera abajo.
Fuera
del cañón todavía hay sol. Y una hora después, cuando son las cinco y media,
nosotros estamos en casa. Esta noche tenemos cena con los vecinos y nos queda
puente, mucho puente todavía.
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