Mirador de Calcillaruego desde la pRadera de Ordesa. 17-9-11.
Aparcamiento de la Pradera
de Ordesa, Senda de los Cazadores, Mirador de Calcilarruego, Faja de Pelay,
Cola de Caballo y Gradas de Soaso.
30-10-1999.
Desnivel acumulado 650 m.
Distancia recorrida 19000 m.
Tiempo efectivo 06:00 h
Nublado.
Fácil.
Se trata de un recorrido
circular bastante conocido y emblemático de Ordesa. Se puede hacer en
cualquiera de los dos sentidos con ventajas e inconvenientes en ambos. Con
nieve se desaconseja su realización a no ser que se acompañe del material
adecuado y de cierta experiencia invernal.
Agua en el Arazás, en
escorrentías ocasionales según temporada y en las fuentes del camino del fondo
del cañón.
Miguel Bandrés, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Ordesa procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Llega el medio puente de Todos los Santos del 99. El
tiempo previsto es regular dentro de un Otoño bastante lluvioso, tendiendo a
estropease. Así que decidimos marchar el
sábado 30 de Octubre.
El día está medio medio, lo previsto y esperamos que no
vaya a más antes del mediodía, además de que la actividad no discurrirá ni en altitud ni va a ser
excesivamente larga.
Sobre
las nueve, tras comprobar que la gente ha vuelto de nuevo al Pirineo, pues
hemos llegado al aparcamiento de Ordesa a 1320 metros de altitud en el que hay
bastantes vehículos, nos echamos las mochilas a la espalda.
Virgen del Pilar de Ordesa. 13-4-08.
Una vez que hemos contemplado a la
nutrida brigada de guardas del parque,
con poca faena parece ser por lo visto, iniciamos la marcha al encuentro del
próximo puente que nos permita pasar a la orilla izquierda del Río Arazas. Mi
chica se ha empeñado en subir la Senda de los Cazadores y así volver por el
fondo del Cañón, y parece ser que se va a salir con la suya.
Cojo agua en el Arazas y siguiendo un camino
perfectamente marcado, atravesamos el bosque mixto instalado en la parte llana
del cañón en el que destacan las hayas, abetos, servales y abedules entre una
variada y amplia representación de especies vegetales al encuentro de la senda
que nosotros conocemos de bajada, pues en su día, un día por cierto bastante
lejano, allá por Mayo del 82 la recorríamos con algo de nieve.
En la parte escalonada de la Senda de los Cazadores. 25-11-12.
Alcanzada la base
de los paredones quince minutos después y en dirección sur, lazada tras lazada
empezamos la pared que, parece más suave y menos terrorífica de lo que
recordábamos, nos saca pronto por los aires.
El Tozal del Mallo desde la Senda de los Cazadores. 17-9-11.
El inimaginable camino se retuerce por la pared ganando
altura a excelente ritmo. Nosotros comenzamos a pasar a gentes que han debido
salir delante de nosotros. Contemplamos también cómo se va bajando hasta
nuestra altura la Cascada de Cotutores.
Ya muy arriba, cuando llevamos alrededor de una hora de
marcha, nos metemos en el empinado y pelado barranco situado al oeste del
Mirador de Calcillaruego como procedimiento de apartarse del vertical paredón de la proa en la que se asienta el
mirador, cuando ya afloja la vegetación.
El Espolón de Calcillaruego desde la Senda de los Cazadores. 25-11-12.
Localizamos la salida indicada hacia Punta Acuta de la
que únicamente sospechaba su existencia, y a las once menos cinco alcanzamos el
refugio del mirador que está bastante bien conservado y el Mirador del
Calcillaruego situado a 1950 metros de altitud en el que hay una pareja de
franceses.
El nuevo Refugio de Calcillaruego. 17-9-11.
Contemplamos el amplio y dilatado panorama del lado norte
del cañón, recordando la primera parte y la parte final del camino que hicimos
con Miguel para el Pilar 95 cuando subimos al Taillón por Cotatuero y bajamos
por Salarons, la parte central, correspondiente a altitudes superiores a los
2500 metros está copada por las nubes que van y vienen a su albedrío.
Hemos subido 650 metros en una hora y diez minutos lo que
ha estado bastante bien.
El día será solamente regular pues parece ser cuando
menos que la nubosidad nos va a estar
amenazando. Por lo tanto, cinco minutos después continuamos con nuestro camino.
Circo de Cotatuero desde la Faja de Pelay. 17-9-11.
El camino, en perfecto estado de conservación y
perfectamente limpio de nieve, recorre prácticamente en horizontal toda la
Faja de Pelay en sentido longitudinal y en dirección este
todas y cada una de las verticales proas calizas que se elevan majestuosa y
arrogantemente nacidas de la masa vegetal del fondo del cañón y sus
correspondientes entrantes en los que tienen su origen algunos de los
peligrosísimos corredores verticales por los que la pared desaloja todos los
materiales sobrantes de la parte superior de la faja y de los paredones
superiores.
Corredor clásico de la Faja de Pelay. 25-11-12.
Caminamos tranquilamente
llenándonos los ojos de los colores del Otoño ya un tanto adelantado y a las
doce menos cuarto, en una de las proas sobre la que se asienta un pequeño
refugio de madera, paramos a almorzar.
En la Faja de Pelay 30-10-99.
Quince minutos después reanudamos la marcha. Hemos
contemplado las Cascadas del Estrecho y ahora nos aproximamos a la vertical de
las Gradas de Soaso una vez que hemos dejado un tanto atrás las paredes de la
Fraucata.
Al camino le salen hasta rododendros que se mezclan con
el altivo pino negro dueño y señor de la altitud y de la verticalidad fría y
severa de los paredones calizos superiores, a la vez que se va aproximando,
poco a poco, al cauce del Arazas cuando sesea sobre el plano fondo del Circo de
Soaso en el que se acompasan las espumeantes y crecidas aguas aparecidas en la
Cola de Caballo.
Pradera de Ordesa desde la Faja de Pelay. 27-8-03.
Es la una y cuarto y estamos a 1760 metros de altitud
entremezclados con el variopinto personal que casi siempre acompaña a la
cascada más famosa de Ordesa y sobre la que siempre hay división de opiniones
sin ir muy lejos.
No subiremos al Refugio de Góriz, el día no está para
muchas alegrías y tan solo un instante se ha querido destapar el Perdido,
además por el oeste está el tema muy negro.
Circo de Soaso 30-10-99.
Así que nos vamos para abajo especulando sobre el lugar
en el que nos bañamos cuando rematábamos la Travesía del 87.
Es la una y media y tranquilamente, a pesar del
tiempo, abandonamos el fondo del circo
al encuentro del hayedo una vez que pasemos las Gradas de Soaso.
Circo de Soaso desde la Faja de Pelay.17-9-11.
Poco después paramos a comer. Lo haremos junto al camino
cuando el reloj marca las dos y media.
El día va aguantando y la gente sigue subiendo, va para
arriba y para más arriba, son bastantes los grupos, con los que nos cruzamos,
que llevan material de acampada. Son los conquistadores del Perdido de mañana,
enorme día de puente enorme.
Cola de Caballo. 17-9-11.
El hayedo está un tanto pasado, es una pena que haya
perdido parte de su indescriptible encanto. El tiempo real y el tiempo
atmosférico se han encargado de apurar la faena. A pesar de ello, el disfrute
es importante e incluso invita a asomarse a las cascadas que bajan un tanto
frías: como el día.
A las cuatro y cuarto, llegados al aparcamiento de la
Pradera, nos vamos a echar un café con leche con el que comenzar a mitigar los esfuerzos de los 650 metros subidos.
Detalle de una de las Gradas de Soaso. 17-9-11.
Quince minutos después, montados en el coche, nos vamos
para abajo.
Salidos del cañón el día
mejora ostensiblemente; tanto que nos vamos al encuentro de las ruinas de San
Pelay de Gavín.
Tenemos suerte y las encontramos a la primera gracias a
las informaciones que habíamos recogido en la Feria de Biescas y que recordamos
medianamente. Están cercadas y cerradas, pero se pueden contemplar bastante
bien caminando alrededor de la valla. Luego, sobre las seis en casa.
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