Agarot, Tchihatcheff y Franqueville desde la Arista de Llosas.
Puente de Coronas, Barranco de Coronas,
Ibones de Coronas, Corredor a la Brecha Inferior de Llosas, Punta Agarot Sur,
Aguja Agarot, Aguja Tchihatcheff, Aguja Franqueville
Brecha Superior de Llosas.
19-08-2003.
Salida 17
h. Llegada 10
h.
Sol.
Algo
difícil.
3
d.
Ascensión.
Mapa del Circo de Coronas procedente de Prames. Vía en amarillo.
-¡No pueden pasar! Está cerrada la
carretera por voladuras de la una a las tres y cuarto de la tarde. Si quieren
hay una carretera que...
La Fueba, Troncedo, Panillo, al fin Graus; son las dos y diez de la tarde y a las tres
sale de Senarta el último autobús a Vallibierna.
Habíamos salido de Sabi a las doce. Calculábamos dos horas y cuarto
para llegar a Benasque, teniendo en cuenta que ya estaba abierto el tramo de
Eje Pirenaico entre Ainsa y el Alto de Foradada; comer lo podíamos hacer o en
Senarta o si no teníamos tiempo en el Puente de Coronas.
Salió rana el tema del Portillón para el 19 de Julio y hoy, un mes
después nos “echábamos al charco” pero sin Rosa. Ella trabajaba y se trataba
del último periodo de dos días y medio que tenía Miguel. Así que...
Este verano de 2003 había salido complicado por todas partes y no
podía darse ahora la excepción. Apareció
el Tour el día de Vignemale y aparecen las voladuras hoy. Pero como no hay dos
sin tres, en la zona del congosto nos encontramos hasta un circo que baja de
Benasque y, por si fuera poco, paramos en Barrabés porque Miguel quiere
comprarse unas gafas de sol. ¡Cómo ya no llegamos!
En la oficina de turismo leo que el autobús sale a las tres y cuarto.
Así que hubiéramos llegado.
Lo que son las cosas. A las tres y veinticinco, en Senarta nos dicen
que a las cuatro y media vuelve el autobús, que hablemos con el chofer. Y digo
yo: si la última bajada es a las seis y a las cuatro y media baja el autobús,
el autobús tiene que subir para hacer la última bajada del día y allí estamos
nosotros subiendo al autobús y con el Pista de Vallibierna para arriba. Antes hemos
tenido tiempo de sobra para comer detrás del edificio de la entrada de la
Acampada del Plan de Senarta.
A las cinco menos cuarto, el autobús es todo nuestro por 36 euros y
nos enteramos de que hay poca gente por arriba, de que ayer no pudieron hacer la
última bajada debido a una fuerte tormenta y de que la tarde, que está
medianamente tormentosa, mejorará.
Refugio del Puente de Coronas. 2-7-05.
A las cinco y cuarto dejamos a nuestra derecha el refugio de
pescadores del Puente de Coronas a 1950 metros de altitud y caminamos en
dirección este por la abandonada y llana pista hasta que el cartelillo de
Coronas nos orienta al norte por la izquierda del barranco.
No conocemos el Valle de Coronas pero será por poco tiempo. Enseguida
se termina el plano praderío vestido de majestuosos pinos negros, dulcísimas
frambuesas y arándanos y aguerridos
cantos erráticos del más puro granito del Pirineo Axil.
Barranco de Coronas. 18-8-03.
El praderío sucumbe a la pedrera y se estructura en tres partes: la
primera es un potente resalte que culmina en la Pleta de Coronas con preciosa
cascada incorporada a 2230 metros de altitud, que nos mete en calores
digestivos del garbanzo en la olla a presión. Luego le sigue otro potente
resalte a modo de circo colgante que abordamos en dirección este y que nos
quita inclementemente el resuello. Y por último una potente y continuada rampa
que hace de cierre del Ibón Inferior de Coronas situado a 2625 metros de
altitud y que nosotros subimos en dirección norte.
Atardecer en el Circo de Coronas. 18-8-03.
Como 700 metros de desnivel son pocos para Juan, tendré que llamarle a
capítulo cuando con paso marcial atacaba ya las primeras rampas de la Brecha
Inferior de Llosás.
-¡Eso es para mañana, tío! Vamos un poco a la izquierda que las campas
para vivaquear están un poco más abajo junto al ibón.
Ibón Alto de Coronas. 19-8-03.
Son las siete menos cuarto cuando elegimos, pues estamos solos, un
abrigo de piedras situado en un pequeño dorso al sudoeste del ibón a 2675
metros de altitud. Plantamos la tienda y salimos de los calores de la subida
con carga. Ya se sabe que cuando llegas sudoroso luego se hace fresco seguro.
Preparamos una salvajada de pasta que ventilaremos sobre las ocho y
cena que te cena se nos hacen las nueve y media, cuando cae la noche y nos
empiltramos.
El cielo velado de cierta nubosidad nos ha aconsejado colocar el
plástico sobre la tienda por si cae algún chaparrón, pero el viento y la música
que nos proporciona, nos aconseja recogerlo por si alguno de nosotros pretende
dormir un poco.
A pesar de ello, Miguel, como canario en jaula, maniobra en la
oscuridad junto a la puerta, hasta que decide marcarse un tanto y arrea con su
saco y su esterilla a disfrutar de la noche estrellada. Juan y yo quietos en la
mata, que no se nos escape la noche.
A las seis y media de la mañana, nos
sorprenderá Miguel precipitándonos al día 19 de Agosto de 2003. ¡No hay tiempo
que perder! El Universo Pirenaico espera.
Brecha Inferior de Llosas desde Coronas. 21-8-93.
A las siete y cuarto, desayunados y
con las mínimas mochilas posibles, iniciamos la marcha en dirección sudeste por
la pedrera granítica de grandes proporciones que nos permite incorporarnos al corredor
que baja desde la Brecha Inferior de Llosás.
Recordando que ya la habíamos
recorrido con anterioridad Biola Rosa y yo vamos ascendiendo a la vez que va
disminuyendo el tamaño de los materiales de la misma hasta que próximos a los
2800 metros de altitud, abandonamos el corredor para introducirnos en una
especie de canal orientada al nordeste, y algo más arriba de la que habíamos
localizado la tarde anterior, que esperamos nos conduzca hacia la arista sin
necesidad de tener que llegar a la Brecha Inferior de Llosás.
La canal es amplia, el granito es
bueno y se encuentra bastante limpia por lo que la progresión resulta fácil y
también rápida, ya que, la pendiente es fuerte y sostenida.
Subimos a la sombra pero entramos en
calores a buen ritmo. Pasamos una zona de grandes placas inclinadas que nos
conducen a la clásica pedrera de la
arista. Unos metros más adelante alcanzamos la Punta Agarot Sur, nuestro primer
tresmil del día.
Agujas Agarot y Tchihatcheff desde Agrot Sur.
Estamos a 3030 metros de altitud
cuando son las ocho menos diez. Tomamos aire pues hemos subido a tren,
contemplamos el Circo de Llosás y el Macizo de los Vallibierna y sobre todo
contemplamos el tajo que nos espera al nor-nordeste.
Fotografiamos la arista con las tres
agujas que tenemos más inmediatas y tras un descansillo excesivo, en el que nos
colocamos los arneses, continuamos adelante.
Llegando a la Aguja Agarot.
De esta poco relevante cima bajamos a una
primera brecha sorteando bloques fácilmente, no perdiendo más allá de 15
metros. Las manos que hemos empezado a utilizar en la canal van a tener tarea
en el día de hoy.
Franqueada la brecha nos encontramos
con una pared, medianamente inclinada y
fácil puesto que cuenta con terreno amplio, con grandes bloques, en el
que podemos elegir pasos. Prácticamente al paso alcanzamos la cima de la Aguja
Agarot de 3035 metros. Son las ocho y cinco de la mañana.
Aguja Tchihatcheff desde Agarot.
Delante de nosotros se encuentra la
siguiente aguja que parece un poco más tumbada pero para llegar a ella hemos de
destrepar por terreno muy inclinado aunque no difícil unos cuantos metros que
nos depositan en una estrecha aunque accesible brecha, situada por debajo de
los 3000 metros.
Detalle de la Aguja Tchihatcheff.
El calentamiento ha terminado puesto
que nos encontramos ante la primera dificultad seria de la jornada: la entrada
a la pared es un paso durísimo de alrededor de 5 metros, extraplomado y carente
de presas aceptables que prueba Miguel, pero por demás. No hay rastro de los
pitones que se supone que deben estar colocados y se impone la lógica de la
óptica: nos vamos un poco para abajo por la canal de la vertiente de Coronas,
un tanto descompuesta e inclinada y nos incorporamos a un corredor de granito
claro, bastante descompuesto y algo tieso por el que esperamos progresar para
arriba.
Subimos con máxima atención y
cuidado para no emprendernos a bolazo limpio, de tal forma que sorteamos la
dificultad ganando la arista unos metros más arriba cuando la misma se allana
un poco.
La arista se ensancha y nos presenta
un segundo tercio de placas lisas y bastante inclinadas que escalamos
aprovechando algunas fisuras. El tramo resulta más sencillo de lo esperado y
nos deposita en el tercio superior de la aguja, muy erguido en el que hay que
superar un par de cortos corredores bastante verticales, sobre todo uno de
ellos que es algo estrecho. Luego, unos bloques nos depositan en la dentellada
cima de la Aguja Tchihatcheff a 3052
metros de altitud. Son las nueve menos veinte.
Agujas Tchihatcheff y Franqueville.
Inmediatamente recorremos la
alargada y dentellada cima y nos asomamos a la cara norte de la aguja sabiendo
que se trata quizás del tramo más impresionante de la arista: es un paredón de
alrededor de 50 metros de altura que hay que rapelar obligatoriamente.
A la derecha hay un paretazo enorme
y vertical con un rápel montado y un poco más a la izquierda hay otro rápel
doble. No podemos atacar el largo con nuestra cuerda de 60 metros por lo que
destrepamos con cuidado hasta el emplazamiento del de la izquierda.
La cuerda da lo justo para alcanzar
una repisa elevada sobre la parte alta de una rampa que nace en el collado.
Montamos el rápel y para abajo por la zona izquierda de la placa. Bajo en medio
con poca confianza, lo mío no es la escalada y menos el rápel.
Hacemos alguna foto, estamos en la
brecha, hemos superado la aguja más difícil y Juan tiene alguna dificultad para
recuperar la cuerda.
Para atacar la tercera de las agujas
nos encontramos con más de lo anterior: unas placas lisas y difíciles que hay
que supera o flanquear por nuestra izquierda. Para ello, de nuevo hay que
descender por la canal hacia Coronas unos cuantos metros y tomar la pared por la
izquierda de las lajas.
En la Aguja Franqueville.
La escalada de la pared no es
difícil pero hay que prestar bastante atención debido a lo descompuesto del
terreno. Ascendemos con cuidado y sin excesivas complicaciones, y puesto que el
terreno es aceptable, ni siquiera volvemos a la arista. Tiramos por ella muy
arriba alcanzando fácilmente la arista en la parte superior de la aguja. Luego
también fácilmente alcanzamos la cima de la Aguja Franqueville de 3065 metros
de altitud.
Desde la Aguja Franqueville las Agujas Tchihatcheff y Agarot.
Son las nueve y veinte, echamos un
trago, intento montar en automático mi cámara para hacernos una foto los tres
juntos, cosa que no conseguiré y proseguimos adelante por una dentellada arista
que en principio parece enorme hasta la Brecha Superior de Llosás.
Descendemos ligeramente por medio de
unos bloques afilados y enfilados para continuar por una arista
fundamentalmente llana, muy aérea, completamente erizada y llena de bloques
afilados, dientes y gendarmes que hay que pasar, escalar o faldear tanto por
una vertiente como por la otra.
El pasaje, no siendo difícil,
resulta bastante entretenido, nos calienta las manos y se lleva su tiempo.
Cresta de Llosas desde Ballibierna. 30-8-04.
Al final nos asomamos a la brecha,
tropezándonos con los cintajos de un rápel que salva de un destrepe algo más
que comprometido.
Montamos el rápel que no tendrá más
allá de 20 metros y accedemos rápidamente a la Brecha Superior de Llosás.
Estamos a 3059 metros de altitud y son las diez y cinco cuando les sugiero a
mis socios hacer unas circunvoluciones de orejas que es lo único que nos falta
por hacer. El que quiera hacer deporte integral que se marque una arista de
éstas que ya irá bueno.
Puedes ver la Continuación.
Puedes ver la Continuación.
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