5 jun 2006

7-06. PEÑA DUASCARO. 5-6-2006.

La Oeste de Peña Duáscaro desde el Molar.

Barrera de la Pista a, Rellano de  Santa Ana, pista de las Cutas, Mirador del Molar y Arista Este.

05-06-2006.

1Salida 11 h. llegada 17 h.

Sol.

Muy fácil.

Ascensión.

Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Peña Duáscaro procedente de Prames. Vía en amarillo.

            Ordesa nos gusta. Rosa dice con la boca pequeña que no, pero continuamente trata de recordarme que “esta primavera no hemos ido”.


            Yo, sin proponérmelo procuro que eso no suceda. Me pasa con Ordesa como a lo del toro, que hasta el rabo sigue siendo toro. He procurado recorrer el parque como supongo que lo han debido recorrer los guardas, y solamente lo supongo, porque la opinión que tengo al respecto del colectivo de los mismos es mejor que me la guarde, cualquier oído no está capacitado para escuchar calificativos tan gruesos. ¡Qué mala suerte he debido tener con la guardería!

            Pero si me dan a elegir, prefiero las alturas, el Ordesa de los dosmil para arriba que el Ordesa de los turistas. Desde las alturas la “basura” pasa más desapercibida además de que el aire es mucho más limpio y se respira tan bien...

            Es 5 de Junio de 2006. Hace 11 días que me hicieron la artroscopia de menisco y me encuentro sorprendentemente bien. Tengo que ir trabajando la rodilla poco a poco y para ello he hecho bicicleta estática, he subido y bajado más escaleras de las que el médico me recomendó, he caminado de llano suavemente, ayer hice un poco de bicicleta por carretera y hoy nos vamos a dar un pequeño homenaje por las alturas para distraer la vista.

            Tenemos todo el día puesto que Rosa va a trabajar por la noche y tras levantarnos a las nueve menos cuarto, hora de auténtico pecado, nos echamos a la carretera a las nueve y media pasadas para marchar hasta Torla en medio de una inenarrable mañana. ¡Qué relieves tiene la cara sur de la Sierra de Tendeñera!

Mondarruego desde Torla.

            Cruzamos el crecido Arazas por el puente del cámping y nos vamos por el camino viejo de Turieto para tomar la Pista de las Cutas que sube en dirección a Fanlo.

            Van a ser las once menos cuarto cuando alcanzamos la barrera de la pista situada a 1180 metros de altitud. Me corto un pequeño bastón de una rama de avellano pues me he dejado los bastones en casa y nos echamos pista adelante y de corto, para disfrutar de un espléndido día.

            Vamos a subir por la pista puesto que aunque sabemos que es mucho más larga que el viejo camino, es más lisa y uniforme además de más suave para mi rodilla.

            Nos cruzamos con una pareja de extranjeros que sube por el camino y que, por cierto, ya no volveremos a ver y suavemente nos vamos para arriba.

            La pista asciende a base de grandes lazadas para vencer el desnivel por el que baja el Barranco Estatón persiguiendo la dirección nor-nordeste y cruzándose repetidamente con el camino, hasta que alcanzamos las filtraciones del barranco en los inestables materiales de la morrena, lugar en el que se suele cortar con frecuencia a pesar de las repetidas labores de contención.

Duáscaro y Diazas desde Santa Ana.

            Una lazada más nos deposita en el Rellano de Santa Ana ocupado por un reducido número de cabezas de ganado vacuno que van a tener, a no tardar mucho, problemas de hierba y de agua en los resecos puertos de este Pirineo.

            Pasamos junto a la deliciosa a la vez que rústica Ermita de Santa Ana situada a 1500 metros de altitud y proseguimos el enorme giro que da la pista en el rellano al encuentro del barranco para coger agua y dejar a refrescar una cerveza para la vuelta.

Cascada en el Rellano de Santa Ana.

            Lo hacemos en el remanso de la cascada del barranco donde empieza la conducción e iniciamos la enorme lazada de la pista que nos ha de devolver a la loma derecha del barranco, lugar por el que sube el camino, tras atravesar el barranco por última vez.

            Nuestro objetivo que se ve desde el Rellano de Santa Ana se va aproximando poco a poco pero todavía nos quedan los tramos de pista trazados frente al Molar. Para ello hemos de transitar las soleadas lazadas de la loma hasta que la misma se arrellane y se vista de pino negro a la vez que nos enseñe los primeros paredones de la orilla derecha del Barranco de Arazas. “Ya estamos arriba”.

            Por detrás del Mirador del Rey se asoma el delicado casquete somital del Mondarruego y sin demora aparecen las fajas superiores de Mondarruego hasta los Murallones de la Gatera y las fajas superiores del Gallinero por delante del Taillón.

            Mueve una ligera y delicada brisa que hace todavía más agradable la mañana si cabe y con la vista entretenida hacemos los últimos tramos que nos depositan en la vuelta del Mirador del Molar.
Mondarruego desde el Molar.

            Dejamos la pista y por un cortísimo camino alcanzamos el primer mirador situado sobre los 1980 metros de altitud. Es la una y cuarto y ahora toca disfrutar como compensación al esfuerzo de la subida.

La Faja del Mallo desde el Molar.

Allí está la Foya de Narronal y pendiente nuestro paso hasta los Murallones de la Gatera por la Faja del Mallo. Vemos el saco desde el que nos dimos la vuelta, la filtración en la que cogimos el agua, el corredor por el que subimos a la Fajeta del Tardiador, el Valle de Bujaruelo y el de Otal con los picos de Fenez, Otal y Tendeñera. Hasta Sabocos se asoma a nuestra vista.


Tozal del Mallo.

            El Tozal del Mallo puede pasar desapercibido para cualquiera que no conozca bien el patatar, todo aplastado en las paredes inferiores del Mondarruego. El Gallinero nos enseña todo el esplendor de su cara sur surcada por las clásicas fajas entre la que se reconoce perfectamente la de las Flores y en medio el Circo de Salarons con el Llano de Millaris en el que todavía se asientan restos de nieve que se va encumbrando hasta coronar entre Gabietos y Taillón.

            El Circo de Cotatuero con sus desconocidas gradas que terminan con la incomparable cascada, ahora cumplida y espumosa, queda bajo el cuidado de la arista fronteriza de la que se aprecia desde el Col de la Cascada Hasta el Monteperdido todavía de blanco; aunque da la impresión de que el deshielo viene este año algo adelantado y solamente queda esperar que no sea poco blanco para tanto verano.

            El Tobacol con las Paredes de la Fraucata nos llevan la vista hacia el fondo remoto del cañón que se alarga y se retuerce hacia Soaso. De alllí regresamos por Custodia y más aquí los paredones de Punta Acuta, el cónico casquete somital de Punta Diazas y la cara oeste de Peña Duáscaro mostrándonos el impresionante paredón de su cara norte que se despeña hasta le fondo del cañón.

            Comemos junto al mirador al sol y sombra de un viejo y aguerrido pino negro atracándonos de paisaje. Luego Rosa tomará un poco el sol hasta que pasadas las dos, recogemos los bártulos y en dirección este proseguimos pista adelante en suave ascenso.

            Hemos parado a comer para descansar mi rodilla y ahora, en lugar de ir directamente a la arista oeste del pico, pasaremos por el sur del mismo con la pista y a la altura del collado de separación con Punta Diazas abandonamos la pista y a media ladera por el pastizal  alcanzamos de nuevo la arista este.

Acuta y Diazas desde Duáscaro.

            Casi en horizontal y una vez encontrado el camino nos vamos por el mismo hasta la alargada y casi plana cima de Peña Duáscaro situada a 2156 metros de altitud.

Gallinero y Taillón.

Barranco de Cotatuero.

Taillón.

La oeste de Acuta.

Tobacol y los Murallones de la Fraucata.

Marboré desde Cotatuero.

            Son las tres menos cuarto. Hacemos algunas fotos más, contemplamos el camino que desciende por los murallones hasta el Mirador de Calcillaruego, recorremos una vez más todo el universo que nos muestra el incomparable lugar y sin más iniciamos el descenso que prevemos un poco más corto que la subida.

            En suave diagonal a través de la reseca pradera alcanzamos la pista y con ella nos vamos para abajo recortando un par de lazadas. Luego vendrá el largo de la ahora soleada pista pero bajamos a ritmo. Lo peor será que la cerveza está calentorra ya que el agua baja muy  soleada. Para una vez que le apetece a mi señora...

Ermita de Santa Ana.

            Pasamos por el Rellano de Santa Ana, fotografío la ermita y persistiendo con nuestro ritmo de bajada pasamos las defensas de la morrena y nos llegamos al coche con ganas cuando son las cinco. Hemos liquidado 1000 metros de desnivel y mi rodilla está de cine. Bueno, mucho mejor así.

Pliegue Tumbado de Torla.

            Pista abajo en el coche fotografío el pliegue tumbado de Torla y sin más pero aligerando un poco nos volvemos para casa, no sin antes parar a coger agua fresca en la fuente de Linás de Broto para llegar a casa a las seis y media, liquidando así una jornada deliciosamente inesperada, sobre todo para mi chica que no se lo puede creer. 

Puedes ver alguna foto más.

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