Los dos Resaltes Inferiores en la Sur de Peña la Una.
Refugio de Labasar, Valle de Labasar,
inmediaciones del Collado de la
Ribereta y arista norte. Descenso por el Valle de la Ribereta e Ibón de Basa
de la Mora.
16-09-2007.
Salida 07 h. Llegada 14 h.
Nublado.
Bastante fácil.
Ascensión.
A posteriori "Peña de la Otra" aparece nominada en el IGN. como Puntons Royos. Personalmente creo que los Puntons Royos son dos prominencias gemelas en la Arista Sur de Punta Litas.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Peña la Una procedente de Prames. Vía en amarillo.
A
pesar de ser larga la noche y de dar infinitas vueltas aún con el forro polar
en las caderas, las siete de la mañana del domingo 16 de Septiembre de 2007 me
sorprenden en un momento de sueño.
Está
muy nublado y amaneciendo pero nos levantamos pues entre recoger, desayunar y
meter las cosas en el coche se nos irá un rato en el que daremos tiempo a que
se despierte el día si es que va a despertar.
A
las ocho menos veinte, la mañana está medio nublada pero no tiene malicia de
momento, iniciamos la marcha pista abajo para hacer en sentido contrario una
buena parte del camino de vuelta del día anterior.
En
la curva tomamos la vieja pista que en dirección oeste nos conduce por debajo
de las paredes de Punta Litas y nos introduce casi en horizontal en el Plan de
Cometaslibro.
Por debajo de las Agujas de Labasar.
Dejamos
la vieja pista y girando al sur iniciamos el ascenso del Valle de Labasar por
un camino que, tan pronto como se introduce en la pedrera resulta tan incómodo
de subir como ayer de bajar: una auténtica delicia que nos va a acompañar
durante todo el día.
Desde el sudeste las Agujas de Labasar.
Fotografiamos
un montón de veces las preciosas Agujas de Labasar tanto desde el norte como
luego desde el sur, hemos pasado el lugar por el que ayer en el descenso nos
incorporábamos al camino del fondo del valle y hacemos camino hasta alcanzar el
Collado Sur de la Aguja Pequeña
justamente por encima del Ibonciecho que está completamente seco. El día está
claro por abajo pero las nieblas van y vienen por entre las puntas y collados
altos.
Agujas de Labasar desde el Sur.
Hemos
dejado atrás las agujas y ahora transitamos en suave ascenso la uniforme e
inestable pedrera de la cara oeste de la Peña La Una, los mojones van un poco más abajo en
dirección al Collado de la
Ribereta.
Corredor al collado entre Peña la Una y la Otra.
Rebasada
la cima al norte de Peña La Una ,
aparece al este un amplísimo corredor que es una de las clásicas pedreras de
Cotiella. Nuestro objetivo es ascender la pedrera en dirección este, resultará
infernal por cualquier parte, por el camino más corto que nos conduzca a los
paredones del norte del corredor. Es un pequeño martirio que soportaremos
estoicamente.
En
la base de los paredones encontramos terreno bastante estable, incluso herboso
y por el mismo nos introducimos en un estrecho corredor existente entre las
paredes del norte y un gran gendarme que divide la pedrera, ascendiendo por la
base de la pared todo lo que podemos y fuera del inestable y ahora inclinado
pedregal.
Finalmente
no nos queda otro remedio que tomar unas rampas terrosas y muy inclinadas en
las que encontramos huellas recientes y ascender los últimos metros que nos
conducen al amplio y plano collado que separa la punta situada al norte de la Peña la Una por encima de los 2550 metros de altitud.
Son las nueve y media de la mañana.
Basa de la Mora desde el Collado Norte de Peña la Una.
En
el collado encontramos una enorme cita y origen del camino que se descuelga
hacia la Cubeta
del Ibón de Basa de la Mora. Los
paredones que naciendo del collado conducen a la cima de la que llamaré la Punta la Otra tienen unos primeros 50 metros de los de no
mirar por lo que le decimos adiós y volvemos la vista hacia la parte sur del
collado.
Sabemos
que a la Peña la Una no se sube por este lado
y, efectivamente, del collado arrancan unos paredones verticales equivalentes a
los que hemos dado la espalda y, consecuentemente, tenemos un par de
alternativas para hacer la Peña
la Una. La
primera es la directa faldeando por arriba la cara oeste del casquete somital
por una amplia faja bastante inclinada
que tiene un pasaje no muy claro desde aquí, que no creo que suponga
excesivos problemas pero que nos puede obligar a dar la vuelta y la otra, que
es la segura, consiste en bajar la pedrera que hemos subido y llegando al
Collado de la Ribereta
subir la arista sur.
Rosa
no se decide y decido yo la opción más segura que aunque resulte más larga, no
será problema puesto que tenemos día y
día.
Peña la Otra bajando hacia el Collado de la Ribereta.
Descendemos
la pedrera de la mano como procedimiento de hacerlo al trote siempre que se
pueda y en unos minutos nos bajamos todo lo que, con tanto esfuerzo, acabamos
de subir.
Faldeando Peña La Una por el oeste, las dos maldiciones de Cotiella: piedras y nieblas.
Ya
en el camino del fondo del valle ascendemos un poco para alcanzar el rellano kárstico
inmediatamente al norte del Collado de la Ribereta y allí la naciente arista sur del pico.
Sin
llegar al collado puesto que el camino da una extraña lazada para salirse de
los paredones iniciales de la arista y alcanzar el inicio del valle por la
amplia pedrera, giramos al norte e iniciamos el ascenso de la arista
suavemente. Hay unas trazas de camino
que nos indican estar en la vía correcta, aunque yo he advertido que podríamos
haber atajado tomando una incómoda pedrera antes del collado.
Faldeamos
un primer y pequeño resalte, de camino, por el oeste y enseguida otro más
potente también por el oeste pero ya con apoyos de manos frecuentes.
El
resalte es un gendarme tras el que aparece un corredor hacia la vertiente este
que tiene buena pinta pero ya lo veremos a la vuelta.
Atravesamos
el inicio de un corredor en la vertiente oeste a través de unas rocas
escalonadas y proseguimos en ascenso por la ladera oeste subiendo un tercer
resalte más potente. Se trata de pasar en travesía ascendente una ladera muy
inclinada, algo escalonada pero llena de basura. No es difícil pero además de
ser pestosa, lo será más para bajar, no sabemos muy bien si nos conducirá por
buen camino. No hay citas, hay trazas de camino de cuando en cuando y, para
evitar sorpresas me hago un par de citas estratégicas. Cuando hago citas es que
no quiero “guerra” pues esa clase de guerra no me gusta.
Al
final nos aproximamos a la barrera rocosa que jalona la arista pues tenemos que
estar muy arriba. En la pared localizo una cita inconfundible que por el lugar
y la forma debe ser la clave de la vía y a la que nosotros hemos ido a parar
directamente.
Se
trata de un corredor vertical, muy descompuesto pero perfectamente escalonado y
encajonado que permite ascender fácilmente pero con mucho cuidado unos 5 metros simplemente
verticales. Arriba del corredor hay una repisa llena de basura y otro corredor
no tan vertical. Permite ganar unos metros
más pero ya hay otras opciones dentro de un paretazo calizo ocre muy
descompuesto.
Llegando a la Cima de Peña la Una, la Otra al frente.
Unos
metros más inclinados y descompuestos, con opciones, nos conducen a la cima de la Peña la Una a 2681 metros de altitud
cuando son las once menos cuarto.
La Otra, los Puntones y Litas desde la Una.
Vertiente Este de la Sur de la Una.
Nieblas cubriendo las Agujas de Labasar.
La
mañana está divina para caminar y en la cima almorzamos tranquilamente pues la
temperatura es deliciosa. La vista tiene que ser similar a la de la Punta Litas pero padecemos la
“Maldición de Cotiella”: tenemos nieblas a nuestro alrededor que si no molestan
demasiado, quitan vista y perspectiva y malogran la fotografía. Nieblas por
todas partes y de lo distante ni hablemos.
La Arista Sur desde la Cima de la Una.
Media
hora después, el tema es el mismo por lo que nos vamos para abajo tratando de
llevar el mismo camino cosa que conseguimos con la ayuda de las citas.
Llegando en descenso al Tercer Gendarme en la Sur de la Una.
Llegamos
al corredor del segundo gendarme y tras
comprobar que no tiene resaltes, nos vamos para abajo en dirección
este-sudeste, atajando.
No es un gran día pero quén se resiste...
Se
trata de un pedregoso corredor que tras bajar encajonado un centenar de metros
largos desemboca en el pedregal de la cara este de la Peña la
Una. Nos cuesta más bajar la pedrera amplia
que el corredor.
Corredor de descenso hacia el Valle de la Ribereta.
En
el fondo encontramos el camino que baja del Collado de la Ribereta y girando casi
al norte nos vamos para abajo con el mismo.
El Corredor que hemos bajado y que se corta en la Sur de Peña la Una.
Atravesamos
otra zona arrellanada y kárstica llena de simas, alguna de las cuales
ya tiene nieve de la temporada y siguiendo valle abajo por otra desconsoladora
pedrera alcanzamos el rellanito en el que se remansa el agua antes de saltar el
paredón inferior del circo en el que se asienta el Ibón de Basa de la Mora.
Sinfonía pétrea en la Ribereta.
Ibón de Basa de la Mora por encima del Resalte del Valle de la Ribereta.
El
camino toma un corredor situado al oeste de la escorrentía en contra de la idea
que yo tenía al respecto. Se abre en dos ramas, ambas bajables, que desembocan
en un amplísimo cono de deyección que es una parte de la enorme pedrera que
rodea la cola del ibón.
El Resalte del Valle de la Ribereta.
Rodeamos
el ibón por su orilla izquierda, no lo habíamos hecho nunca por este lado y nos
sirve para comprobar que, menos visitado, está muy limpio ya que el bajo nivel
de las aguas permite pisar zonas cubiertas por el mismo.
Peña la Una desde Basa de la Mora.
Después
solamente queda transitar el rellano del desagüe del ibón y ascender suavemente
los metros finales que nos llevan hasta el Refugio de Labasar. Son las dos de
la tarde y hemos dado una segunda vuelta por el Valle de Labasar que esta vez
nos ha supuesto 1050
metros de desnivel pero no han sido unos metros
cualesquiera. Además, por fin he realizado un viejísimo sueño que acariciaba
desde la primera vez que estuve en el ibón: subir el Valle de la Ribereta aunque no por la
faja inclinada del este de la escorrentía.
Comemos
dentro del refugio y a las tres nos metemos en el coche para llegar a casa a
las cinco y media. Queda tarde para algo más que la ducha.
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