Llena de la Garganta y los dos corredores empleados.
Candanchú, Lomeros de Aspe,
Corredor Wallon, Oeste-noroeste de la
Llena del Bozo, Este-sudeste de la Llena de la Garganta , descenso
Corredor Este de la Llena
de la Garganta ,
Lomeros de Aspe y Candanchú.
13-6-2009.
Salida 08 h. Llegada 17 h.
Sol.
Bastante fácil.
Ascensión.
Mapa de las Llenas procedente de Prames. Vía en amarillo.
Las
Llenas son picos que siempre los hemos hecho a pares, como si se tratará de una
pareja inseparable y van tres de tres.
Nos
olemos que este sábado 13 de Junio de 2009 va a ser un buen día para el monte y
alargando al máximo la temporada de corredores nos vamos a por el Wallon. Lo
tenemos en cartera desde la primavera pasada cuando hicimos los Corredores de la Norte
del Aspe y hoy, o para otra temporada.
Son
las ocho de una espléndida mañana, aparcamos en Candanchú a 1560 metros de altitud
y nos recibe suntuosa y en traje de calle la Zapatilla.
Acceso al Calcinar en la Norte de la Tabla desde Candanchú..
Suavemente
y en dirección oeste nos acercamos hacia el Collado Causiat pero superado el
estadio de biatlón nos vamos al noroeste orientados por el camino alto el la
cara nordeste de la Tabla. El
camino transita retazos de pradera alpina, con afloraciones de calizas claras,
muy verde pero seca. Mal año para el champiñón.
De camino al Calcinar.
La Zapatilla y la Tuca Blanca.
Enseguida
se acerca a la pared, pasamos un torrente que crecido baja de la oeste de la
Tuca Blanca y tras coger agua filtrada en la
cueva, abandonamos enseguida la pradera y nos introducimos en el Calcinar, la
ladera norte de la Tabla
cubierta de calizas desnudas.
Corredor del Cantal de Escuarez camino alternativo al Valle de los Sarrios.
Acherito, Petrechema y Mesa desde la Norte de la Tabla.
El
camino da alguna vuelta que otra al sur de Esper y tras superar el resalte,
atraviesa pequeños neveros residuales y alcanza el praderío de los Lomeros de
Aspe sobre los 2050
metros de altitud. Siempre se nos hace largo este tramo
de camino pero es que son 500
metros de desnivel.
La Norte de la Llena del Bozo desde los Lomeros de Aspe.
Atravesamos
un par de barrancos con nevero incorporado vestido de nieve muy buena en dirección sur y desde lo alto contemplamos
el majestuoso circo, todavía bastante bien nevado. Al este el Aspe y el Paso de
Aspe pelado a la salida; a la derecha La
oscura pared norte de la Llena
de la Garganta ,
a su derecha los tres corredores de nieve del Collado Wallon y al oeste la Llena del Bozo el Puerto de
Aisa y el Ruabe del Bozo.
Los Tres Corredores del Collado Wallón. Ascenso en amarillo, descenso en verde.
El
corredor oeste está cortado muy arriba y lo desecho de inmediato. El corredor
este tiene origen común con el central pero hay que hacer un flanqueo medianamente
delicado sobre las verticales paredes del zócalo inferior de la Llena de la Garganta aunque tiene una
opción fácil consistente en superar el zócalo por el este y cuando se está
debajo del Paso de Aspe flaquear la norte de la Llena de la Garganta para alcanzar la
entrada del corredor este.
Queda
el central: erguido, estrecho y directo a la Brecha Wallon y ese es el
nuestro. A esto hemos venido.
Iniciamos
el descenso hacia el Barranco de Aspe destrepando, en las proximidades de un nevero de viento muy erguido, una serie
de escalones calizos ocres muy húmedos. Luego, unos retazos de pradera
abrasados por la nieve nos permiten alcanzar en dirección sur el fondo del
barranco completamente nevado y arrellanado por tanto.
Estamos
a 1990 metros
de altitud y sobre una plana piedra nos ponemos los crampones y sacamos los
piolets. Son las diez.
Comienzo del Corredor Central al Collado Wallon.
El
Corredor Wallon es una flecha de 350 metros de desnivel. Ancho en la entrada
puesto que abarca el inicio de los tres corredores, no se anda con
contemplaciones: se empina en el inicio pilla los 45º de pendiente y no tiene
ni un mínimo descanso. La única característica destacable es que al final se
convierte en un pantalón inverso y la brecha izquierda es la luz que ilumina y
orienta el ascenso.
Requiere
paciencia pues no es difícil. Sabemos que la próxima hora será de paso tras
paso con una nieve un pelín blanda para los crampones lo que obliga a cargar
trabajo extra sobre los gemelos. Cuando quieres descansar y relajas el apoyo,
el pié se va para abajo y te obliga a un esfuerzo extra para estabilizar el
paso.
Progresando en el Corredor Central al Collado Wallón.
No
hay huella y tampoco es necesaria lo que facilita el avance a nuestro gusto:
nada de zetas, que se pierde mucho tiempo, de frente y fuego a la barraca hasta
que se queme el mono.
Lo
que si me ha gustado es que a pesar de que hay afloraciones de roca madre y se
traslucen ya las pedreras en la entrada del corredor, no he localizado basura
de tamaño preocupante en el mismo, lo que significa que las paredes laterales
están limpias y mejor que mejor.
Dejamos
a nuestra izquierda el flanqueo para entrar al corredor situado al este y casi
a la vez la entrada del corredor oeste al otro lado mientras que proseguimos de
frente en busca de la sombra que alcanzamos, en algo más que un suspiro, en el
punto en el que el corredor se abre en dos y nos vamos por la rama derecha del
mismo.
Nos guía la Brecha de Salida del Corredor Central al Collado Wallon.
Se
trata de la vía más directa y está a la sombra lo que nos aporta un agradable
fresco, nieve en mejores condiciones y algún que otro tramo de hielo donde hay
que clavar el piolet con un poco más de energía. Mi chica hace huella y yo voy
detrás ejerciendo de “Maharajá de Kapurtala”, esta es la montaña que me
encanta.
A
las once salimos al sol a 2330
metros de altitud.
La Salida del Corredor Oeste al Collado Wallon.
Estamos
en el Collado Wallon o Paso de Napazal y a nuestros pies está el mundo del sur
con unos toques de blanco de nevero residual por encima del collado inferior.
Debajo el verde del Valle de Aisa.
Dejamos
el material a la salida del corredor y nos vamos hacia la Llena de la Garganta en dirección sudeste y con el camino que en
suave ascenso nos conduce a un potente nevero que habrá que atravesar.
Sudida en amarillo, descenso en verde a la Llena del Bozo.
Hago
huella con relativa facilidad pero casi al final del mismo aparece una placa de
hielo que nos invita a volver en busca de algo de material.
Volvemos
al Collado Wallon, hemos perdido casi media hora y decidimos hacer, como siempre primero la Llena del Bozo.
Cerca
de la arista y en dirección este-nordeste se suben unos cuantos metros y, si
optas por las vías de la cara sudeste hay que ir hacia el centro de la pared
vestida de pedreras calizas claras o si vas a las vías de la cara nordeste
mejor proseguir por las inmediaciones de la arista en la que encuentras la
llegada del Corredor Oeste, cortado como ya viera desde abajo y adornado con
materiales muy descompuestos, con aspecto de no transitarse.
Siempre
subimos por la cara sudeste, lugar por el que bajaremos, pero esta vez
alcanzamos la base de la pared y nos vamos en dirección casi norte por una
estrecha y horizontal vira que atraviesa la cara este del pico y nos conduce a
un nevero residual que se opone al paso.
Una
de las opciones consiste en trepar un corto corredor que desemboca directamente
en la cima, como luego veríamos y a la otra en faldear por debajo del nevero en
una ladera bastante inclinada y muy descompuesta.
En la Norte de la Llena del Bozo.
Tomamos
la segunda opción y descendemos para remontar una vez rebasado el nevero y
alcanzar la arista nordeste, lugar por
el que acceden los que suben desde la
Foya de Aragües.
Unos
metros por la fácil arista nos depositan en la cima de la Llena del Bozo a 2559 metros de altitud.
Son las doce y cuarto.
El Valle Colgado de Bernera desde la Llena del Bozo.
Llena de la Garganta. Ascenso en amarillo descenso en verde.
Nuestra
vista se va hacia la Foya
de Aragües con el Ruabe del Bozo, el Lie Labate y claro, termina en Olibón,
Bernera y la Punta
de la Garganta. Detrás
Bisaurín.
Otra
mirada al Collado del Bozo, Mesola y
Lizara, un poco de conversación con el personal que está en la cima y para
abajo contemplando la cara oeste de la
Llena de la
Garganta.
Hay
una opción nada más tomar la loma sur
del pico para descender unas gradas
escalonadas que conducen a un crestón descendente desde el que fácilmente se
alcanza la pedrera bajo la pared. Otra
requiere descender unos metros más por la loma y tomar un pequeño embudo
lleno de gradas escalonadas que te conducen fácilmente a la cabecera de unos
paredones que se faldean justa e inmediatamente al sur de los mismos, por
debajo del nevero residual bajo la pared. Todavía hay una tercera opción más al
sur, ahora cubierta de nieve pues es un corredor algo más profundo
Detalle de la Barrera Rocasa Sudeste.
Tomamos
la segunda opción, alcanzamos la pedrera y faldeamos la misma en diagonal en
busca de la arista y por encima del nevero residual que arrancando del barranco
ocupa la parte inferior de la pared.
Llena de la Garganta desde el Collado Wallón.
Va
a ser la una cuando estamos de nuevo en el Collado Wallon y con un piolet, por
si acaso, nos vamos para arriba, no para atravesar el nevero sino para
faldearlo por arriba ya que hemos visto que se trata de una opción interesante.
Por eso no había huellas en el nevero del que nos hemos dado la vuelta.
Una
ladera medio herbosa y vestida de abundante caliza ocre bastante estabilizada,
que se puede subir por cualquier parte, nos deposita en la arista. Avanzamos
unos metros en horizontal y en dirección este sudeste y alcanzamos la salida
del Corredor Este a 2430 metros de altitud.
La gente sube por aquí pues hay alguna huella.
Un
tramo de arista ascendente nos permite faldear el nevero por su parte superior
y ya en horizontal tomamos una inclinada
grada que nos conduce a la parte intermedia de un corredor bajo el que se aloja
un nevero residual.
Atravesando el corredor en la Oeste de la Llena del Bozo.
Estamos
por encima del resalte terminal del corredor y una vira horizontal lo atraviesa
para ascender unas gradas escalonadas en la izquierda del mismo y salir a las
rampas superiores del pico con algún apoyo de manos. Hay otro corredor más al
sur al que se acercan diversos caminillos trazados en la pedrera inferior.
Las
rampas superiores vestidas de calizas de medianas proporciones nos permiten
ascender los últimos 100
metros de desnivel caminando entre neveros residuales
que utilizaremos en descenso.
Hacia Bisaurín.
Accedemos
a la depresión intermedia de las dos puntas
y de allí a la cima de la
Llena de la
Garganta situada a 2599 metros de altitud.
Es la una y media.
Aspe desde la Llena de la Garganta.
Una
visual al Aspe y sus corredores, a los Mallos de Lecherines y a Collarada que
en unión al Diente de Anayet lo presiden todo. Al cuidado de la manada está el
Midí.
Diez
minutos más tarde y abreviando en los neveros superiores descendemos las rampas
superiores y tomando el mismo camino descendemos la pared hasta alcanzar la
salida del Corredor Este.
Dejo
la mochila y me bajo hasta la Brecha Wallon
para recoger el resto del material. Hemos decidido bajar el Corredor Este.
Recojo
el material, y vuelta al collado superior donde mi chica ha preparado la
comida: nuestra lata de sardinas. ¿Cuántas llevaremos…?
Son
las tres menos cuarto, nos levantamos con los crampones puestos y comprobamos
que nos encontramos ligeramente sobados.
Entrando al Corredor Este del Collado Wallon.
El
corredor es más amplio, menos pendiente que el de subida pues estará entre los
35º y los 40º y es algo más corto pues no tendrá más allá de 200 metros desnivel.
Bueno, tiene un resalte en la zona media alta que rondará los 45º pero lo
bajamos entero de cara al valle con tanto o más miedo a los posibles zuecos,
que no nos incomodarán demasiado, como paciencia y cuidado.
Poco
más debajo de la mitad se ensancha e iniciamos un faldeo diagonal en dirección
este en busca del rellano intermedio frente al Paso de Aspe, es un pequeño
rodeo que evitará el riesgo de bajar de frente
y no encontrar paso en el potente zócalo rocosote la cara norte de la Llena de la Garganta.
Cascada en la Arista Norte del Aspe.
Alcanzamos
la vía de descenso del paso de Aspe sobre los 2200 metros de altitud
y tras comprobar que no hay posibilidad de franquear el zócalo frente al
corredor que acabamos de descender nos vamos suavemente para abajo en dirección
norte.
Enseguida
comenzamos a flanquear por la ladera
derecha del valle tratando de negociar una vía descendente, no demasiado
incómoda y que nos permita descender la mínimo posible ya que luego habrá que
remontar hasta alcanzar los Lomeros de Aspe.
El
flanqueo es largo pero suavemente descendente no se hace pesado y nos deposita
bajo el nevero de viento que hemos evitado a la mañana y que tenemos que ahora
hemos de pasar en ascenso. Son una veintena de metros tan fáciles como
impresionantes puesto que están de pie. Van a ser las cuatro de la tarde.
Luego,
en el segundo barranco nevado nos quitamos los crampones y nos introducimos en
un camino de regreso algo cansino y con el sol en las espaldas en el que
utilizamos tos los neverillos residuales que hemos evitado en la subida.
Se
alarga la vuelta pero alrededor de las cinco liquidamos una espléndida jornada
en la que nos hemos metido entre pecho y espalda 1400 metros de
desnivel. Estamos un pelín zurrados.
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