Garmo Negro desde Argualas.
Balneario de Panticosa, Majadas Baja y
Alta, Falso Collado de Argualas y Cara Sur del Garmo Negro. Ascenso por Collado
de Argualas, Algas Norte, Algas, Argualas, Collado de Argualas y Camino de
Invierno a la Majada Alta.
15 y 16-08-2019.
Salida 14:30 h. Llegada 13:15 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Garmo Negro procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Tenemos
como costumbre no escrita pero
completamente asumida el realizar todos los años algún vivac preferentemente en
un tresmil. Bueno, yo aprovecho para programar una actividad generalmente
exigente y poco común con carga para aprovechar los dos días.
Este
año quería el Posets con algún “abalorio” o tal vez Marboré pero convenimos con
mis chicos en que debería ser algo rápido, breve… pues eso, el Garmo Negro que
cumple de sobra con todos los condicionantes y no quieren oír hablar de subir
por la Aguja de Pondiellos con carga.
Se estaría mejor en la Orilla del Ibón de los Baños.
El
15 de Agosto de 2019 estamos aparcando a las dos y media en un atestado
Balneario de Panticosa 1630 metros de altitud. No nos preocupa la hora, que
dicen poco recomendable para meterse entre pecho y espalda un repecho de 1400
metros largos de desnivel y al sol, ni el peso de la mochila que es llevadero
sin agua, lo que nos preocupa es el lugar donde tendremos que abastecernos de
agua.
Tomamos
el algo sombreado a estas horas Camino de las Argualas dándole la espalda al
atractivo azul de las aguas del Ibón de los Baños de Panticosa y pacientemente
iniciamos el ascenso al noroeste.
En busca de la sombra de la Majada Baja.
Enseguida
nos cruzamos con una pareja que nos dice que hay agua en la cascada de cerca
del collado cosa que nos confirma otro grupo y y nos alegran la tarde.
Alcanzada
la Majada Baja nos elevamos en busca del pinar y a la salida echamos un trago
en un arroyuelo que todavía baja con agua y fresca.
Entrando en la Majada Alta de Argualas.
Zeteamos
con el camino un resalte que nos pasará a la Majada Alta y nos vamos cruzando
con gente que baja con Dios y ayuda. ¡Qué meterá el Garmo Negro en las cabezas
de la gente que aterriza en el Balneario sin demasiado de nada más que atrevimiento!
Rampas de hierba bajo el Collado de Pondiellos en la Majada Alta.
Subimos
sin prisa pero sin pausa como acostumbramos a 500 metros por hora, dejamos a nuestra izquierda el desvío de la
Ruta de Invierno por la que bajaremos a la vuelta y seguimos ascendiendo
fundamentalmente retazos de praderío acercándonos al Collado de Pondiellos y
posteriormente a la Pared Este del Garmo Negro localizando algún terrentillo
con agua que hoy no nos es útil.
Collado de Argualas.
Las
rampas herbosas de la Majada Alta nos depositan en la pedriza de la Este del
Garmo Negro en las que seguimos uno de los carios caminillos que la surcan y
cruzándonos con gentes que todavía bajan.
Ya
muy arriba, vemos brillar el agua sobre la roca metamórfica madre en las
inmediaciones del Falso Collado de Argualas. Juan creía recordar roca madre a
la salida de la cubeta entre Argualas y Garmo. El nevero que otras temporadas
persiste ha desaparecido ya pero en cambio permanece todavía el de la cubeta
como comprobaremos después junto a la
presencia de un par de pequeños ibonciechos de los que poder coger agua.
La Sur de Garmo Negro tras coger agua.
Localizamos
la cascada de la que nos han hablado pero todavía subimos un tramo más
hasta prácticamente el borde de la cubeta donde nos detenemos a coger nuestros
casi 8 litros de agua, tendríamos suficiente con menos pero estamos
prácticamente a 2900 metros y no nos queda nada.
No
llegaremos al Collado de Argualas sino que entraremos por medio de la pared
siguiendo uno de los varios caminillos que más incómodos que otra cosa marchan
para arriba y enseguida contemplaremos los ibonciechos del fondo de la cubeta
en los que flota hielo azul.
Ibones de Pondiellos desde Garmo Negro.
La
Cara Sur del pico es un pedregal metamórfico absolutamente descompuesto que
permite remontar los algo menos de 200 metros de desnivel que nos depositan en
la Cima del Garmo Negro a 3064 metros de altitud cuando son las cinco y media
pasadas.
No
hay más que un par de pequeños vivacs y malos. Somos tres y nos metemos manos a
la obra para alargar y ensanchar un poco el más grande en el que nos
empiltraremos dos y machacar y arrancar algunas rocas emergentes para dejar
lecho plano y cómodo para el tercero. Quedarán dos llanos y buenos vivacs que
nos servirán a nosotros esta noche y a cualquiera que vivaquee posteriormente
pero hemos echado una hora larga de trabajo.
Cenando en Garmo Negro.
La
tarde está espléndida. Durante el ascenso nos han acompañado algunas ligeras
rachas de viento fresquito y muy delicado y la presencia de algunos cúmulos de
desarrollo nos han reglado con su sombra intermitente. Ahora aquí arriba la
nubosidad y la brisilla se han disipado. Hacemos fotos, bebemos, contemplamos
el paisaje, picoteamos unas aceitunas y alrededor de las ocho nos hacemos un
puré de patatas algo aliñado y nos arreamos unos filetes de carne empanada que
no precisan fuego, rematando con alguna laminería mientras vemos pasar la tarde
y a un grupo que se ha dado la vuelta pues quería bajar por el Corredor de la
Aguja de Pondiellos.
Ocaso en Petrechema desde Garmo Negro.
Alrededor
de las nueve y cuarto marchamos al extremo oeste de la cima para contemplar la
puesta de sol que se producirá en Petrechema, llenando todo el ámbito con
cálidos tonos que navegan sobre el oscuro de los valles, algunos de los cuales
blanquea por las nieblas acumuladas y provenientes de la Llanura Gala.
Luna Llena en Garmo Negro.
Un
cuarto de hora después desaparecen los tonos cálidos del ocaso y aparece la
Luna Llena en el extremo opuesto reinando sobre la oscuridad de una noche sin
estrellas: solamente veremos una fugaz Lágrima de San Lorenzo y será de
madrugada; también el triángulo de Verano, Casiopea y Polaris pero poco
más salvo algún satélite o avión que
cruza rápido el cielo del Garmo Negro. También contemplamos las luces de
Formigal, Sabi y creemos que las de Huesca y Almudévar.
Nos
dormimos casi de inmediato aunque luego algunos pasemos de duermevela más de la
mitad de la noche desvelados por una luna que lo llena todo de luz y con una
temperatura de las mejores que recordamos en nuestros vivacs.
Un nuevo día desde Garmo Negro.
La
noche resultará larga pues tenemos poca carne y muchos huesos pero amanece el
16 antes de que salga el sol que se hace de rogar y más en nuestra posición un
poco a cubierto de los primeros rayos del día. Son las siete pasadas.
Hacemos
algunas fotos, remoloneamos un poco en los sacos pero preferimos levantarnos
y contemplar como el sol va pintando de
luz las cimas situadas al oeste de donde nos encontramos.
Iniciando el descenso hacia Algas Norte y Algas.
Un
madrugador que ha salido a caminar con la frontal llega poco después y
charlamos mientras vamos recogiendo nuestro vivac, preparamos el desayuno y lo
liquidamos.
Alrededor
de las ocho y media iniciamos el descenso con destino al Collado de Argualas
situado a 2940 metros de altitud. Bajamos inicialmente por medio de la cara sur
y a media ladera vamos buscando la arista oeste del pico.
En la Cima de Algas Norte con Garmo Negro detrás.
En
el collado que se despeña al oeste por la pared para mostrarnos el recóndito,
encantador y oscuro a estas horas Ibón de la Sartén, dejamos las mochilas y nos
vamos a recorrer la Arista de Argualas.
Hay
un caminillo bastante transitado que se desarrolla en ascenso por las
inmediaciones de la arista nordeste para terminar empinándose rocoso. Algún
apoyo de manos por no buscar camino nos sitúan en la pequeña plataforma que
constituye la Cima del Pico Algas Norte situado a 3031 metros de altitud cuando
son las nueve un poco pasadas.
Argualas y Algas desde Algas Norte.
Mientras
hemos realizado este breve ascenso los
ojos se va inevitablemente al este
contemplando la arista que conduce hasta Argualas que ahora desde esta cima
tiene una estampa espectacular, una de las más montañeras que recuerdo siempre
para mi gusto. También atrás para contemplar la oscura mole mineral del Garmo
Negro.
Algas Norte desde Algas.
La
continuación es al este y a toda cresta
en suave descenso hasta alcanzar la Salida del
Corredor Oeste de Algas marcado por un monolito metamórfico
inconfundible que nos recuerda nuestro reconocimiento en su día, entre otras
razones porque no es un tránsito para nada habitual.
Hacia Argualas.
A
partir de allí la arista se yergue breve y fácilmente con posibilidades varias
para alcanzar la Cima del Pico de las Algas situado a 3036 metros de altitud.
Nos ha costado de pico a pico poco más de diez minutos. Hacemos alguna foto y
continuamos.
A toda cresta hacia Argualas.
A
partir de aquí, la arista que sigue bastante llana con la inclusión de dos
pequeñas brechas fáciles se afila un poco, por lo que el avance se ralentiza
obligando a emplear un poco más las manos. Juan marcha por la cresta y nosotros
iniciamos un descenso breve en busca de las pedrizas de la vertiente nordeste
para alcanzar un difuso caminillo en la base de la pared y faldear un tramo de
la arista.
Llegando a Argualas.
El
caminillo se introduce en la pared y utiliza un par de viras estrechas y
ascendentes para retornar a la arista en la que volvemos a coincidir para
continuar a toda cresta atravesando o
faldeando un par de gendarmes hasta alcanzar la base del casquete somital del
pico.
En
este punto, la vía normal faldea por la vertiente sudoeste pero nosotros la
tomamos por una serie de corredores erguidos pero con buena roca y abundantes
apoyos que nos lleva directamente al puntón occidental, separado por un pequeño
collado y seguidamente a la Cima del Pico Argualas o Pico de la Bandera situado
a 3044 metros de altitud. Son las diez menos cuarto.
En la Cima de Argualas.
Junto
a la bandera blanca que ondea en la cima, esa bandera que sí se puede abrazar sin ningún rubor, nos
hacemos una foto orgullosos o bien porque pueda indicar que no hay peste,
enfermedad contagiosa, en la ciudad o porque significa la Paz más allá de
cualquier otra intención. Cada día estamos más hartos de banderas y banderitas
que no significan un patriotismo sano y envidiable sino que son, cada vez más,
enseñas de un odio multirracial e injustificado.
Bajaremos por la Ruta de Invierno,
Descendemos
de la cima faldeando la arista, nos descolgamos hasta la pedrera de la nordeste
y siguiendo el caminillo que hemos traído nosotros, que continuamos con un
faldeo horizontal sin camino, alcanzamos el Collado de Argualas donde
recuperamos las mochilas e iniciamos el descenso final de la jornada.
El corredor es más largo de lo que parece.
El
descenso lo haremos siguiendo la Ruta de Invierno que nunca hemos recorrido en
verano. Para ello hay que atravesar la cubeta por su ladera norte, también se
puede hacer por el fondo o por la sur y alcanzado el umbral de la cubeta
descender siguiendo camino el resalte de roca madre y proseguir para abajo
entre gentes que suben.
Los
caminillos que trajimos ayer marchan al nordeste y nosotros lo hacemos al este
por un pedregal en el que enseguida encontramos hitos y poco después trazas de
camino en una ladera amplia y transitable en la que comienza a aparecer la
hierba.
Bajamos el Corredor de la Ruta de Invierno por las campas herbosas.
Hay
que seguir en descenso al este bordeando por arriba el barranco y atravesando
los corredores que se ahondan hacia el mismo para alcanzar la cabecera del
amplio corredor que en dirección sur desciende hasta la Majada Alta de
Argualas.
Camino de Invierno de Argualas tomado a la ida.
Aquí,
el camino que ya se ha definido completamente zetea corredor abajo en el tramo
superior. Se puede continuar por el fondo del mismo pero al ser muy rocoso y
algo descompuesto se desarrolla por la herbosa ladera izquierda sin tocar el fondo en ningún momento, que se
ha estrechado bastante es su tramo intermedio por el que ya corre el agua. A
medio corredor nos sentamos a echar un bocado al todavía agradable sol de la
mañana.
Garmo Negro y Aguja de Pondiellos desde la Majada Baja.
Tras
el largo descenso ya que el corredor también lo es, alcanzamos el pedregoso y
amplio rellano situado a 2250 metros de altitud donde coincidimos con el Camino
de Verano para desde allí iniciar el descenso del resalte que nos deposita en
la Majada Baja.
Solamente
nos queda faldear en busca del pinar para atravesarlo y alcanzar la parte baja
de la majada en la que coincidimos con el camino que baja de los Ibones de
Ordicuso que son, quizás, la actividad más “light” del Balneario de Panticosa y no
por ello menos gratificante.
Veinte
minutos después nos llegamos al coche situado a la inestimable sombra del
arbolado del Balneario de Panticosa. Es la una y cuarto y con ello liquidamos
nuestro proyectado vivac con sus 1600
metros de desnivel acumulado para el mismo.
Balneario de Panticosa desde la Majada Baja.
El
Balneario está que revienta de coches y gentes y hasta tenemos retenciones para
abandonarlo. A las dos en la ducha.
Hola Mariano.
ResponderEliminarClásica trilogía en la zona de los baños de Panticosa. Con eso de que dicen que el Garmo Negro, es de los tres miles "fáciles", la gente se piensa que es coser y contar, pero van muy engañados, 1.500 metros en unos 5 kilómetros, atravesando pedreras, es mucho para el que no está habituado y llegar a la cima "se puede llegar", pero es que nadie cuenta con que la bajada hasta la Mallata Alta, es de las que desgastan.
Un saludo
¡Hola Eduardo!
EliminarHace ya algún tiempo, cuando hablábamos del Balaitus, lo hacíamos como si fuera una machada por su desnivel. Ahora, haces casi cualquier actividad y sin darte cuenta te metes una burrada de metros entre pecho y espalda. Bueno, el Garmo Negro, Infiernos, Argualas... te exigen ese plus que da el desnivel a superar que no es gratis precisamente. Veíamos subiendo algunas caras, creo que más de senderistas ocasionales que de montañeros, que daban auténtica pena y sus posturas en descenso, ni te cuento. Bueno, cada uno paga su peaje y para nosotros fue algo agradable ya que el agua la pillamos muy arriba y la noche fue de sebo.
¡Que vaya bueno!
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