Un café calentito en la Cima de la Raca.
Aparcamiento de Astún, Pista del
Barranco, Pista Stadium, Prado Blanco y Pista de la Raca.
18-03-2011.
Salida 22:45 h. Llegada 02:00.
Mixto.
Bastante fácil.
Esquis de montaña.
Mapa de Astún procedente de Prames. Vía en amarillo.
La
noche del viernes 18 de Marzo de 2011 llega con un cielo absolutamente
estrellado y con una espléndida luna llena que ha comenzado temprano su
jornada.
Son
las diez de la noche cuando recogemos a Rosa que sale del trabajo y nos vamos
hasta Astún.
Bajo
la luz del edificio de la enfermería aparcamos y coincidimos con Jesús Sánchez
y dos amigos que están a lo mismo. Charlamos un momento, comentamos el tema de
las nieblas que parecen bajas ya que la luna se quiere traslucir y sobre las
once iniciamos la marcha, más o menos justos, para arriba. Todos conocemos la
estación.
La
noche tiene una temperatura espléndida y más con el amparo de las nieblas.
Hemos partido de los 1700 metros de altitud
y por la pista de la orilla izquierda del barranco que enseguida abandonamos en
el “valle de los caídos” para tomar la Pista
Stadium girando al sudeste.
Las
pistas están perfectamente pisadas, la nieve está sensacional y os chicos tiene
ganas de marcha puesto que pasan de la amabilidad de la pista amplia y suavemente
ascendente y se van directos por las pistas rojas que en dirección sur nos han
de conducir a la zona de Cota 2000.
La
nieve está buena pero hemos de zetear un poco en las zonas de muro par ascender
las mismas.
En
el final del resalte superior dejamos abajo las nieblas, salimos a una noche de
luna llena esplendorosa y llaneando suavemente por debajo del Arrastre del
Baby alcanzamos el rellano intermedio de
la estación. Son las doce menos cuarto
Seguidamente
hacemos el quiebro que nos conduce a la base de la arista y por la pista nos
vamos en busca del rellano superior ya en dirección sudoeste.
Nos
cruzamos con un grupo que ya baja, charlamos un poco, hacemos algunas fotos y
proseguimos a ritmo para arriba.
El
Circo de Astún se recorta iluminado como pocas veces, nos cruzamos con otro
grupo de tabloneros que baja, hay noches de fiesta en los que subirán más de
cien personas, y afrontamos la pala somital sin tomar el escape de la pista
azul que rodea la cabecera por el norte.
Son
las doce y diez cuando alcanzamos la
Cima de la Raca
a 2284 metros
de altitud. Hemos subido a buen ritmo y nos abrigamos un poco, no merece la
pena enfriarse a pesar de que la noche sea deliciosa.
En
la cima hacemos fotos, echamos unos cafés con unos dulces, nos asomamos hacia
el valle del Aragón para contemplar, en una noche clara, luminosidades próximas
en el valle y algunas mucho más distantes ya que las nieblas son de retención y
solamente ocupan las cabeceras de los valles fronterizos.
Luces en el Valle del Aragón.
Charlamos
con los dos grupos que han llegado tras nosotros, quitamos pieles de focas y
media hora después nos vamos para abajo a tratar de disfrutar mientras se
pueda.
El
descenso hasta la Cota
2000 es maravilloso y disfrutamos de una nieve única pero enseguida, tras bajar
la amplia y plana pista del Baby, en la caseta del arrastre nos esperan las
nieblas.
Unas
nieblas que enseguida se espesan y que a duras penas nos permiten colocarnos en
la Pista Stadium.
Llegados a este punto el asunto será elemental pues se trata de una pista
larga, rectilínea y suavemente inclinada que nos ha de llevar hasta el
barranco.
El
descenso se hace infernal. Hemos de utilizar a Juan y Jesús como referencias
que bajarán por la orilla izquierda de la pista para poder hacer giros
agrupados hacia ellos. Las detenciones son un poema puesto que pierdes la
noción del equilibrio y Rosa que baja completamente mareada en algunas de ellas
termina en el suelo.
Sabíamos
que una situación así podría suceder y hemos de negociarla como mejor podamos.
Hay mucha gente que con nieblas no inicia el ascenso.
Cuando
pasamos el “valle de los caídos y tomamos la pista de salida junto al barranco
las nieblas se aclaran un poco para desaparecer enseguida cuando ya estamos
llegando al aparcamiento. Ha sido una pena la mitad inferior del descenso.
Es
la una y veinte de la madrugada cuando llegamos al coche, recogemos los
bártulos y nos bajamos para Sabi. Los grupos con los que hemos coincidido
arriba han perdido poco tiempo en la cima y ya han marchado del aparcamiento.
Creemos
que mañana noche puede estar mejor para esta actividad pero ¡qué sería el monte
sin pequeñas sorpresas!
A
las dos de la madrugada acabamos nuestra jornada que a pesar de ser corta ha
terminado muy tarde, o muy pronto según se mire. Si el año pasado no pudimos
subir ninguna vez, este año han sido dos aunque ninguna de ellas haya resultado
de dicha completa. ¡Así es la vida!
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