Aneto desde el Portillón Superior.
La Besurta, Refugio de la Renclusa,
Portillón Superior y Collado de Coronas. Descenso por el Valle de Barrancs,
Ibón del Salterillo y Aiguallut.
11-8-15.
Salida 06:15 h. Llegada 18:15 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Oscar Layos, Rosa Mª.
Martínez, Biola y Mariano Javierre.
Mapa de Aneto procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Hace
tres meses que subimos al Aneto y volvemos. Fue una jornada de esquí
extraordinaria en la que bajamos esquiando hasta Aiguallut. Hoy 11 de Agosto de
2015 vamos a volver para hacer una circular con descenso por el Salterillo, camino
que no conocemos.
Previamente
el 10 por la tarde nos llegamos al Vado del Hospital tras dar una vuelta por
Benasque. Son las siete pasadas. Cenamos, plantamos las tiendas y alrededor de
las diez nos empiltramos para disponer
de una espléndida noche de luna menguante aunque no demasiado larga.
A
las cinco menos diez de la mañana nos ponemos en pie, recogemos las tiendas,
desayunamos y a las cinco y media tomamos el segundo autobús que sube a la
Besurta.
Es
de noche cuando bajamos del autobús y esperamos a que comience a clarear para
meternos en camino. Mi chica grande, hoy vienen las dos, se ha tomado un
antiinflamatorio para su rodilla y un relajante muscular para dormir y se
levanta bastante grogui. De hecho la llevaré un rato de la mano mientras se le
pasa el colocón, no vaya a ser que se tropiece y se “estalapice.”
Camino de la Renclusa.
Entre
unas cosas y otras son las seis y cuarto de la mañana cuando comenzamos a
caminar a 1900 metros de altitud por el
transitado camino que tras cruzar el Barranco de Aiguallut asciende hacia la
Renclusa en dirección sur.
Entre
recuerdos de la subida anterior y de la primera allá por el 81, ayer mismo, también
realizada por aquí, vamos haciendo camino tranquilamente al paso de que el
asunto de mi chica se pasa.
Comentando
múltiples detalles a Oscar que sube por primera vez vamos ganando altura por un bolerío granítico
conocido, esperado y balizado en rojo.
Poco
a poco vamos dejando atrás los asentamientos de pratenses más o menos continuas
y también, por debajo de nosotros el rellano en el que se asientan los Ibones
de Paderna.
Raro nevero residual cerca del Portillón Superior.
Echamos
en falta los neveros residuales característicos que al oeste de la Arista de
los Portillones solían rellenar las
depresiones y por los que se ascendía cómodamente a salvo del granito.
Algo
más arriba cuando ya se asoma la menguadísima parte alta del Glaciar de la Maladeta,
sospechamos que las balizas se acercan hacia el Portillón Inferior y consecuentemente las abandonamos
prosiguiendo para arriba en busca de algunos hitos desperdigados por una enorme
pedriza granítica de considerables proporciones en las que avanzamos con cierta
lentitud.
Hemos
subido a la sombra con relativa comodidad térmica y ya en las inmediaciones
del corredor más erguido y próximo al portillón
salimos al sol. Luego, casi de llano y
orientados al este, alcanzamos el Portillón Superior situado a 2900
metros de altitud. Los socios han subido un poco más y llegan en abrupto descenso por medio de unas lajas enormes y
características de la zona.
Desde
este emblemático lugar contemplamos la desoladora y ya esperada imagen del
Glaciar de Aneto que supone una nueva experiencia y no porque no hayamos subido
repetidamente al pico. No tenemos una opción clara para atravesar lo que en
otro tiempo era una suave rampa de nieve prácticamente continua.
Vertiente Este del Portillón Superior.
Descendemos
los escalones de la vertiente este del portillón y cuando el camino se
arrellana antes de introducirse en el pedregal nos detenemos a echar un bocado
ligero y un trago.
Hay
dos opciones y cualquiera de las dos incluye una larga travesía por un
descarnado y enorme pedregal: una consiste en ascender hacia el Collado Maldito
para alcanzar los campos de nieve altos del glaciar y ya en larga travesía
siempre por nieve alcanzar el Collado de Coronas tras un aparente descenso y la
otra consiste en atravesar el pedregal más en horizontal para colocarnos debajo
de los Picos de Coronas ya cerca del collado al que se accederá tras un corto
tramo de glaciar.
Tomamos
la segunda opción e iniciamos una larguísima travesía fundamentalmente horizontal,
más larga de lo apreciado, que nos ha de llevar a la zona central de la morrena glaciar,
conformada fundamentalmente por granito madre pulimentado por el que
progresaremos con más comodidad.
Las
pedrizas nos ralentizan bastante pero luego los escalones pulidos permiten un
tránsito más cómodo y uniforme hacia la parte inferior del glaciar.
Al final nos ponemos los crampones.
Alrededor
de los 3100 metros nos ponemos los crampones e iniciamos una suave travesía
ligeramente ascendente para faldear bajo el Coronas Sudeste con destino al collado
del mismo nombre.
Llegando al Collado de Coronas.
Hacemos
la diagonal con incomodidad manifiesta del personal que no tiene trabajados los
tobillos ni costumbre de cramponear pero finalmente ya un poco más enfrentados
a la pendiente la progresión se les hace más cómoda y alcanzamos el Collado de
Coronas situado a 3200 metros de altitud.
Terminando el Glaciar de Aneto.
Bueno,
el collado propiamente no. Yo me sé la inexistencia del Ibón Coronado y sin
acercarme al mismo me voy para arriba con Biola aprovechando la huella por la
que cramponea con absoluta comodidad. Oscar y Rosa vendrán luego tras nosotros
y Juan marchará directamente a faldear Punta Oliveras que tiene un enorme
limpio de nieve bajo la pared.
Nos
reunimos bajo el resalte superior en el que hay que quitar crampones y tras
hacer lo propio proseguimos para arriba. Todo el casquete somital está limpio
de nieve con la excepción de un reducidísimo neverillo al este de Punta
Oliveras.
Cerca de la Cima de Aneto.
Una
larga y quebrada pedriza de materiales medianos y pequeños en los que hay
establecido un caminillo nos permiten ascender los últimos 100 metros que nos
depositan en el rellano junto al Paso de Mahoma.
Biola
no quiere ni mirarlo a pesar de que ella ya lo ha hecho. Desde aquel infausto
día bajando del Midi de Ossau en que le apareció el vértigo, el asunto ha ido
de mal en peor y hoy se empeñará en que posemos a Oscar encordado. Oscar no lo
necesita pero bueno pasará con Juan tratando de evitar un conflicto
innecesario.
Cima del Aneto.
Hacemos
algo de cola y pasamos sin ninguna dificultad alcanzando la Cima de Aneto a
3404 metros de altitud. Son casi las doce de la mañana y hemos invertido
demasiado tiempo en el ascenso pero…
En el Paso de Mahoma.
Hacemos
fotos, charlamos con una pareja del pueblo con los que no nos conocemos y un
cuarto de hora después, tras hacer otro turno de cola desandamos el Paso de
Mahoma y nos sentamos a comer en el
rellano inmediato al mismo. Hace un día absolutamente espléndido. Comemos con
ganas.
Foto de recuerdo del Aneto.
Contemplamos
un conocido y dilatado paisaje con excesiva calima que estropea la
profundidad en la distancia pero que nos permite disfrutar de un
extraordinario día y comprobar que no falta ninguna cima conocida en los
alrededores, enclavadas en un medio absolutamente calcinado y que convierte en
irreal e inimaginable aquello que
conociéramos y disfrutáramos los que hemos destrozado algunos pares de botas en
el monte. Los Glaciares del Pirineo tienen ya sentencia de muerte inmediata. No
me atrevo a pensar su estado a finales de Octubre con un otoño cálido como el
pasado.
Bajo el Coronas Sudeste.
Alrededor
de la una menos cuarto hacemos alguna foto más y nos vamos para abajo hasta el
resalte. Nos volvemos a poner los crampones e iniciamos el descenso del Glaciar
de Aneto.
Quién te ha visto, quién te ve y quién no te verá.
Vamos
a bajar en dirección norte alargando el descenso y terminando por bajar a una
lengua glaciar de hielo negro de la que arrancan un a hilada de neveros de los que descenderemos el superior para
terminar quitándonos los crampones sobre los 1850 metros de altitud y echando
unos cumplidos tragos de agua.
Se acabó el glaciar y vuelta al granito.
A
continuación y tras pasar un corte importante descenderemos un par de neveros
más y tras un corte más extenso un último tras el que aparece un barranco de
agua de fusión.
Neveros residuales bajo el Glaciar de Aneto.
No
entraremos al barranco sino que permaneceremos en su lomo derecho de granito
pulido por el glaciar mientras nos adentramos en una ladera de granito
pulimentado completamente libre de materiales sueltos.
Desaparece el glaciar y aparecen las colonizadoras.
El
barranco recoge aguas de fusión de la parte occidental del Glaciar de Aneto y
antes de que se engrose demasiado me pasaré a su orilla izquierda para bajar
cómodamente el resto de la pared un tramo por camino y otro por un paretazo en
el que aparecen asentamientos de pratenses.
Ibón del Salterillo.
Con
ello alcanzaré el rellano en el que se asienta el casi colmatado Ibón del
Salterillo situado a 2460 metros de altitud y esperaré.
Mis
socios que no han atravesado el barranco perderán un buen rato tratando de
atravesarlo más abajo y darán alguna vuelta en la cabecera de la pared que yo
he bajado directamente al este de las barreras rocosas de la vertical del Portillón Inferior.
Reunidos,
echaremos un bocado, algunos se remojarán los pies y posteriormente, tras
rodear el ibón, tomaremos el camino que baja hacia Aiguallut.
Forcanadas desde Aiguallut.
El camino que no habíamos recorrido nunca,
permanece siempre en la ladera izquierda del Barranco de Barrancs y desciende
la misma de escalón en escalón faldeando el Pico de la Renclusa.
Ya
muy abajo el camino se abre en dos, la rama ascendente se marcha hacia el
Refugio y la descendente se introduce en el barranco para confluir en el
Rellano de Aiguallut en las inmediaciones de la cascada.
Remojando los pinrreles en Aiguallut.
No
hay puente para atravesar el río, lo sabemos, y lo más práctico es descalzarse, remangarse y pasarlo por un tramo
ancho y poco profundo.
Cascada de Aiguallut y Aneto.
Luego
tras contemplar la Cascada de Aiguallut y fotografiar las Furcanadas el Pico de
Aiguallut y el Aneto nos llegamos hasta el Forau de Aiguallut para continuar
por el camino alto y coincidir con el Camino de la Renclusa tras pasar junto a
la Cabaña de Aiguallut.
Hacia la Renclusa cerrando la circular.
Cerramos
así la circular que hemos abierto cuando todavía no era de día claro y diez
minutos después nos llegamos a la cola del Autobús en la Besurta, 12 horas
después pues son las seis y cuarto. Han sido 1500 metros de desnivel y, dadas
las circunstancias, bastante incómodos por lo que desaconsejaríamos el Aneto
para el verano avanzado.
Buenos días. Felicidades por la objetividad de las narraciones. Queremos acercarnos al Aneto a mediados de septiembre fecha para la que ya habrá caído un poco de nieve en zonas altas. La intención es llegar desde el puente de Coronas y la duda es que tramo de hielo glaciar nos puede tocar cruzar y si efectivamente se puede remontar el tramo final hasta la cumbre pegados a la punta Oliveras sin pisar hielo. Muchas gracias.
ResponderEliminar¡Hola Atila!
ResponderEliminarTrato de ser objetivo y espero lograrlo aunque sea medianamente y desde la subjetividad con que contemplo el lugar en el momento.
Ya ha nevado por encima de los 2800 al menos en Ordesa. No sé cómo irá por Benasque.
Subiendo por Coronas estaba completamente limpio hasta el Ibón Coronado. de allí para arriba había una importante franja limpia de hielo y nieve en la base de Oliveras-Arenas que creo permitía de manera más o menos cómoda, según costumbre, alcanzar las pedreras por encima del estrangulamiento clásico que ya estaba limpio. De hecho debajo del estrangulamiento todo el mundo ponía y quitaba crampones. De allí para arriba completamente limpio
También he de decirte que suele ser más cómodo poner y quitar crampones. Yo lo he hecho de las dos maneras.
¡Que tangáis un buen día!