La Norte de las Tres Cimas de Lavaredo.
Refugio Auronzo, Collados de Medo y
Forcellina, Refugio Locatelli, Galerias de Paterno y Ferrata Innerkofer, Cima
Paterno, Forcella Pasaporto y Collado y Refugio de Lavaredo.
28-08-2015.
Salida 07:15 h. Llegada 12:30 h.
Sol.
Fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y
Mariano Javierre.
Mapa de Lavaredo y Paterno procedente de Tabacco. Vía en amarillo.
“Tenía
unas ganas de ver estas paredes…”, repetía Juan a cada momento mientras íbamos
rodeando las Tres Cimas de Lavaredo.
Ni
sé ya el tiempo que llevaba posponiendo nuestra cita con las Dolomitas, ese
macizo calcáreo que tenía que ser algo semejante a Ordesa y que era, según
decían, único en Alpes.
Yo
me sabía la película de antemano. Había, además de las razones que atraían para
conocerlo y que todo el mundo sabe, un
par de razones de auténtico peso que posponían el proyecto: el tiempo de verano
en Dolomitas suele ser de lo peor de los
Alpes y hacer 3000 kilómetros no nos seducía gran cosa y menos para no poder
disfrutar del espléndido paisaje que esas montañas podían ofrecer. Ya habíamos
estado en La Bernina y conocíamos el patatar de carretera. Pero a pesar de ello
el 2015 sería el año de las Dolomitas.
Maldito
internet que nos tuvo todo el verano consultando la meteorología de Cortina de Ampezzo. Desde
primeros de Julio las previsiones no
traían otra cosa que nubes y tormentas y, consecuentemente, decidimos
posponer el viaje a finales de Julio
para aguardar alguna ventana de buen tiempo más adelante.
Algunos
amiguetes de GMS. marcharon a primeros de Agosto y disfrutaron de buen tiempo.
Nosotros lo haríamos a finales pero el tema meteorológico seguía igual mientras
por aquí disfrutábamos de un espléndido verano. Incluso llegué a programar una
alternativa en el Pirineo de Lérida.
Cimas de Lavaredo desde el Lago Antorno.
Sería
casi el 20 de Agosto cuando me dice Rosa, que también participaba en las tareas
de control meteorológico, que había aparecido el sol en las previsiones que
teníamos a nueve días. No nos lo podíamos creer al día siguiente cuando se
confirmaba la ventana de buen tiempo y se prolongaba en los días próximos.
Terminamos
de preparar los bártulos que ya estaban medio medio y tan pronto como marche
Carlos, el hijo de Juan, a Londres nos pondremos en viaje. Será el 25 de
Agosto.
Eran
un par de días de carretera para llegarnos al macizo, cuatro días de actividad
programada y otros dos de vuelta a casa. Finalmente decidimos empezar por
Cortina, al oeste, entrando al norte desde Dobiacco, para salir por el este y
la estrategia nos invitaba a adelantar
en lo posible el viaje para descargar un poco esos dos días y darnos tiempo
para situarnos allí y disponer el comienzo.
Son
las siete y media de la tarde cuando nos metemos en viaje y por primera vez no
marchamos por el Portalet sino que lo hacemos por Bielsa que nos pone en
Lannemezan con cierta rapidez. A las once y media estamos en nuestra particular
área de descanso de Auterive tragándonos un
bocadillo para dormir con los puños prietos y con la ventaja mental de
haber ganado tiempo necesario para nuestros propósitos.
El
día 26 va a ser una jornada de viaje completa desde las seis y media de la mañana. Carcasonne, Becieres y
Mompellier por fuera para atajar luego hacia Orange y llegar a muy buena hora a
Gap que era donde suponíamos pasaríamos noche. Luego Briancon tras pasar por Argentiere
la Beesse con nuestros recuerdos de Ecrins y bajarnos hasta Susa para quedarnos
allí.
El
día 28 nos echamos a la carretera a las siete menos cuarto para pasar
Turin con algo de tráfico y luego Milan
con un par de tangenciales que nos pasaportan hasta el Lago de Garda donde nos
metemos un baño.
A
partir de allí la circulación se complica un poco, las carreteras se estropean
algo, pasamos Trento, Bolzano y por Bruneck hasta Dobiacco. Son carreteras de
montaña con tráfico veraniego vespertino abundante en las que avanzamos
despacio en medio de una tarde espléndidamente soleada.
Hacia el Col de Medo desde el Refugio Auronzo.
Por
el Valle de Landro pasamos junto al lago del mismo nombre y nos situamos en
pleno corazón de las Dolomitas de Ampezzo: estamos rodeados de torres calizas
claras, Dolomías, por todas partes. En
Carbonin tomamos la carretera al Lago Misurina y entramos en territorio del
Parque Natural de las Dolomitas de Ampezzo.
Paramos
para hacer una foto hacia lo que suponemos el Cristallo y tropezamos con unos
robellones que a la noche liquidaremos
placenteramente.
Unos
kilómetros más arriba y antes de alcanzar el Lago Misurina un desvío a nuestra
izquierda nos pone en la Carretera al
Refugio de Auronzo que es de uso restringido.
El
primer repecho es de órdago, tendrá alrededor del 18 % y hay que ponerle las
pilas a la furgo para subir los primeros 100 metros de desnivel.
Enseguida
alcanzamos el Pequeño Lago de Antorno situado a 1866 metros de altitud, son las
seis y media de la tarde y estamos donde queríamos estar más o menos. Es un pequeño lago rodeado de praderío
salpicado con abetos y alerces que tiene una pequeña fuente, lugar para aparcar
y la virtud de regalarnos la Sur de las
Tres Cimas de Lavaredo en un preciso espejo.
Nos
quedamos para pasar la noche y así mañana nos subiremos el resto de repecho que
se anuncia de órdago.
Cenamos
y nos acostamos pronto para dormir una cálida noche de luna llena.
En busca de la Noroeste de las Tres Cimas de Lavaredo.
El
28 de Agosto de 2015 llega para nosotros a las seis de la mañana. Las mochilas
están preparadas y tras el desayuno nos vamos
carretera adelante en busca de la barrera.
Un
par de kilómetros de carretera que asciende muy poco nos llevan a la barrera en
la que nos aflojan 24 euros tras lo que comienza es ascenso de verdad. Se trata
de una serie de revueltas orientadas al nordeste que obligan a un ascenso sin
descanso en una pendiente de alrededor del 20 %. No serán más allá de 4
kilómetros pero nos meten en el “rellano” vestido de praderío en el que se
asientan una serie de aparcamientos escalonados en torno al Refugio Auronzo
situado 2320 metros de altitud al sur de los Paredones de las Tres Cimas de
Lavaredo.
Dejamos
la furgo en la parte baja de la zona de aparcamientos y nos subimos andando hasta el refugio en
busca de orientación pues queremos hacer la circular en el sentido de las
agujas del reloj.
Son
las siete y cuarto de la mañana cuando del aparcamiento más alto situado a 2350
metros de altitud tomamos un caminillo que se orienta al oeste en busca de las
paredes pero nosotros queremos tener perspectiva sobre las mismas y preferimos perder
unos metros para tomar otro camino más transitado y separado de ellas que
ofrezca más perspectiva sobre las mismas.
Tres Cimas de Lavaredo desde el Noroeste.
El
camino, transitadísimo y vacío a estas horas llanea ondulado para alcanzar
enseguida el Collado de Medo a 2320 metros de altitud, en una arista alomada
que desciende al sudoeste desde la Cima Oeste de Lavaredo. Charlamos con un
montañero que va en busca de materiales de escalada que dejaron en la base de
la pared.
En
el Collado de Medo el camino se orienta al norte y suavemente ondulado y en
descenso sigue rodeando al Grupo de Cimas de Lavaredo hasta alcanzar enseguida
un nuevo collado desde el que nos asomamos a
una de las paredes norte más famosas de los Alpes. Hasta ahora hemos
contemplado las paredes del sur y la Arista Oeste de la Cima Oeste de Lavaredo.
Desde
aquí contemplamos el ondulado Rellano Lavaredo vestido de praderío y situado al
norte de las paredes bajo las pedrizas que han bajado de las mismas y al
contraluz de la mañana la incógnita de las paredes del Monte Paterno que son
nuestro inquietante objetivo.
Vista atrás desde el Collado Forcellina con la Cabaña Lagalm.
Unos
metros más abajo y en dirección nordeste pues seguimos las balizas de la SS105. alcanzamos la Cabaña Langalm y proseguimos hacia el Collado de la Forcellina
con la vista puesta en la imagen, cada vez más frontal, de las Tres Cimas de
Lavaredo.
Fotografiamos
el prestigioso conjunto desde los Lagos de la Forcellina a 2245 metros de
altitud y proseguimos al nordeste con la vista puesta en el Refugio Locatelli.
Contraluz del Monte Paterno.
De
por medio tenemos la depresión de la Cabecera del Valle Rinbon que se ahonda al
noroeste y que hemos de atravesar. Para ello el camino se ahonda casi un
centenar de metros, alcanza el herboso y plano fondo del valle en este punto y
nos muestra una sombría imagen del Paterno cuyas pedrizas de su cara oeste
terminan aquí mismo. Estamos por debajo de los 2200 metros.
Remontando hacia el Refugio Locatelli.
Del
rellano parte el camino que vuelta a vuelta se va a tirar un repechón de
alrededor de 250 metros. La mañana está deliciosa a la sombra del Paterno pero
nos va a meter en calores.
Las Tres Cimas de Lavaredo desde el Refugio Locatelli.
Son
las nueve de la mañana cuando alcanzamos el Refugio Locatelli a 2405 metros de
altitud situado en un amplísimo collado entre las Torres de Toblin al norte y
el Paterno al sur.
La espectacular Cara Noroeste de Monte Paterno.
Visitamos
la ermita que hay en las inmediaciones del refugio, contemplamos los dos Lagos
de Piani situados al este del collado y un refugio con aspecto de ser libre
donde se encuentra el inicio de la Arista Norte del Monte Paterno.
Los Lagos de Piani desde la Forcla de Toblin.
Deambulamos
un cuarto de hora por el collado hasta que tomamos la arista en dirección sur
por un transitado camino y con ciertas dudas pues hay un par de caminos muy
transitados en las pedrizas del oeste del pico y no podemos creer lo que vemos.
Fantástica la Noroeste de Monte Paterno.
Tras
un primer gendarme en plena arista que faldeamos siguiendo el camino nos
llegamos a la base de la pared: lo que vemos ni es fácil ni difícil, nos parece
sencillamente imposible.
Iniciando la Norte de Monte Paterno.
El
rodeo de otro gendarme por su base nos sitúa en la entrada de las Galerías del
Paterno. Se trata de unos túneles pertenecientes a la Segunda Guerra Mundial
excavados parece ser por el ejército italiano. Consta de dos tramos que
recorremos con las frontales, el primero corto y escalonado nos permite
asomarnos a alguna aspillera para contemplar paisaje y ganar unos metros.
Llegando a las Galerías del Paterno.
A
continuación un segundo tramo largo, erguido y con escalones de 40 centímetros
nos hace ganar altura de manera considerable y rápida. Cuenta con una sirga
pasamanos.
Desde una aspillera de las Galerías de Paterno.
Terminamos las gallerías sobre los 2620 metros de
altitud en un ventanal orientado al este y aparece ante nosotros la Ferrata
Innerkofer: es bastante tiesa, tiene línea de vida, buena roca por lo que vemos
y de momento se ha desvanecido la imagen terrorífica que la arista nos regalaba
desde abajo.
Nos
colocamos casco, arnés y disipador que para eso lo hemos traído y nos metemos
en la pared: mi chica empieza delante pues le gusta lo que ha visto.
Primer tramo de la Ferrata Innerkofer.
No
hay grapas ni clavijas fuera de las que soportan la línea de vida pero no son
necesarias ya que la roca es firme y llena de excelentes presas incluso en las
zonas de roca más desgastada. Se inicia con un muro vertical fácil y tras un
par de quiebros en zeta se introduce en un corredor que enseguida se acuesta
algo.
Asciende
la pared en dirección sudeste y tras el corredor hay una amplia vira que flanquea horizontalmente un corredor, también amplio, para introducirse en otro estrecho,
largo y rectilíneo que desemboca en la base de una afilada aguja apuntada por
el sol.
Bajo la torre que domina el Collado Este de Paterno.
Se
puede ascender por el fondo del corredor que es estrecho y uniforme pero la
sirga sube por el dorso exterior del mismo. A estas alturas ya nos hemos
percatado de que la vía es fácil incluso sin sirgas y dejamos de utilizar los
disipadores y hasta las sirgas en la mayor parte del recorrido.
Adelantamos
a gente que sube asegurando cada paso y alcanzamos el Collado Este de Paterno donde termina el segundo tramo de sirgas.
Las dos opciones de la Zona terminal de la Ferrata Innerkofer.
Desde
el descansillo contemplamos la continuación que tiene dos alternativas. Una
marcha a rodear un pilar en diagonal
ascendente y la otra, la que tomamos nosotros, toma un corredor vertical y
fácil con muy buenas presas que enseguida se encajona y permite un ascenso
agradable además de que se acuesta ligeramente.
El
próximo término de las dos sirgas marca el final de la ferrata. De allí para
arriba, una rampa escalonada y llena de caminillos practicados sobre pedriza
que aflora de la roca madre nos deposita rápidamente en la cima tras pasar un
corredor corto y fácil sin equipamiento.
Foto de Cima en Monte Paterno.
Son
las diez y cuarto de la mañana cuando alcanzamos la Cima de Paterno situada a
2744 metros de altitud. Se trata de una cima amplia que culmina una ladera
somital en la que hay una gran cruz de hierro. Hacemos fotos y contemplamos un
paisaje muy desconocido para nosotros lleno de torres y agujas: son las
Dolomitas.
Hay
gente pues se trata de una cima muy visitada. Se van y llegarán más mientras
nosotros echamos un bocado y descansamos del casco que no de la ferrata.
En
un momento me asomo a la parte sur de la arista que se despeña brutalmente para
ver si por un casual nuestra continuación estuviera por allí pero por suerte
no.
Desde
el Collado este al que hemos llegado sale un camino que se marcha arista este
adelante pero no conocemos, luego sabríamos que era una alternativa fácil de
descenso a la vía convencional. Nosotros no conocemos como para improvisar y
menos en este medio tan hostil aparente y realmente.
No
son las once cuando nos vamos para abajo adelantando a un grupo antes de que
alcance la ferrata. Utilizando la sirga que rodea el dorso nos descolgamos
enseguida hasta el Collado Este del Paterno, de paso conocemos las dos
alternativas y en lugar de tomar el corredor que hemos ascendido continuamos
descenso por la vertiente sur, hay un grupo grande por debajo.
Hacia la Forcella de Pasaporto.
Se
trata del Corredor de Cadin de Pasaporto un amplio corredor lleno de basura y
de caminillos en el que hay que poner cuidado con dos cosas: no tirar nada y no
arrastrar el culo.
Bajamos
por cualquier parte, nos cruzamos con el numeroso grupo que sube desperdigado y
resoplante y tomamos finalmente un
caminillo que arranca de la parte central del corredor y se introduce en la
pared de la Arista Sur de Paterno.
Una
serie de viras más o menos ascendentes, transitadas y fáciles nos permiten ir
atravesando la pared, también asomarnos al Rellano de Lavaredo y poco después
alcanzar la Forcella de Pasaporto a 2520 metros de altitud. Son las once y
media.
Se
trata de una amplia brecha que permite el paso a la ladera oeste de la arista
por la que continuamos para abajo ya con la vista puesta en la amplia Forcla de
Lavaredo.
La Cara Sur del Monte Paterno.
Las
paredes son espectaculares a ambos lados de la arista pero un par de túneles
cortos solucionan el paso. Poco más adelante y ya por la pared oeste otro par
de tramos equipados con sirga permiten atravesar un par de corredores nacidos
de las agujas de la arista mientras nos cruzamos con gente que empieza la
ferrata en dirección contraria a la nuestra.
Poco
después acaba la segunda sirga y tomamos el camino que arrancando de la base de
las paredes desciende suavemente hasta la amplia Forcla de Lavaredo situada a
2454 metros de altitud situada entre Monte Paterno y La Cima Pícola de Lavaredo.
En
el final de la ferrata nos hemos topado con el personal que es multitud en el collado y lo será a
partir de este momento. Los autobuses llegan alrededor de las once.
Juan
quiere ver a los escaladores de la Norte de Lavaredo y volverá por la base de
las paredes mientras que nosotros remataremos la circular.
Las Torres de La Cima Pícola de Lavaredo.
Casi
sorteando a la gente que sube o está aparcada en cualquier parte nos bajamos
hasta el Refugio de Lavaredo situado a
2347 metros de altitud, asediado por el personal y situado en el plano del
mismo nombre.
Hemos
bajado hasta aquí para tener perspectiva de las impresionantes Agujas de la
Cima Pícola y tras echar unas visuales y unas fotos proseguimos por un
amplísimo camino que es pista y que prácticamente de llano y en dirección
primero sur y luego oeste nos ha de devolver al Refugio Auronzo tras pasar
junto a una capilla en mitad del camino.
Epilobium de vuelta al refugio Auronzo.
Nos
hartamos de contemplar las paredes de la vertiente sureste con el ansia de
guardarlas para siempre hasta que a las
doce y media cerramos el bucle abierto a la mañana en el Refugio Auronzo con
alrededor de 700 metros de desnivel acumulado.
Hacemos
alguna foto a un mapa mural pues no disponíamos de mapa para la actividad y nos
bajamos a la furgo. Juan llegará un buen
rato después con tortículis de tanto mirar para arriba.
Como
no tenemos mucho más que hacer por aquí nos montamos en la furgo y nos vamos
para abajo en busca de sombra. Enseguida encontraremos sombra para comer, un
barranco para remojarnos y de nuevo robellones. ¡A quién le amarga un buen
plato de robellones fritos!
Lago Misurina con el Grupo Sorapis al fondo.
Luego
tranquilamente continuaremos el descenso, pasaremos la barrera, también junto
al Lago Antorno para llegar finalmente al Lago Misurina, al fin.
Se
trata de un amplio lago utilizado para fines turísticos que fotografiamos y
contemplamos brevemente pues no merece demasiado la pena.
Nos
espera un corto descenso para alcanzar
el Paso Tres Cruces, llanear un poco y
despeñarnos hasta Cortina de Ampezzo en una carretera que, típicamente a la
italiana, baja brutalmente. Son las cinco de la tarde de un día de iniciación
en Dolomitas.
Precioso Mariano,
ResponderEliminarVuestra ruta es bastante más "entretenida" que la que hicimos nosotros, que nos limitamos a la vuelta clásica senderista.
Seguiré vuestra andanzas por los Dolomitas.
Saludos.
¡Hola David!
ResponderEliminarNo habíamos estado nunca y nos ha gustado pues nos han parecido unas montañas poco corrientes además de muy transitadas al estar preparadas para que las visite mucha gente al menos en sus caminos más normales.
Hemos tratado de conocer un poco sin más pretensiones. Se puede disfrutar con cualquier tipo de recorrido y como sabes los hay muy variados. De cualquier forma la contemplación de las Cimas de Lavaredo es algo especial sea cual sea el tipo de recorrido que se haga.
¡Que vaya bueno!