La Marere desde Bergon.
Pista Barranco Lapassa, Col de Iseye, Col
Coig Arra, Cara Este, La Marere, Faldeo Este de la Marere, Osque de Ponce y
Arista Sudeste, Osque de Ponce, Faldeo por la Norte de Bergon, Pista y Col de
Bergout y Cruce de pistas.
16-07-2017.
Salida 07:45 h. Llegada 17:30 h.
Sol.
Bastante fácil.
Ascensión.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de la Marere y Bergon procedente de Geoportail. Vía en amarillo.
Bajábamos
del Montagnon de Iseye por la Table de Ponce y contemplábamos las abruptas
paredes soportadas por pedrizas de la cara este de un par de montes que de
alguna manera nos atraen quizás porque no parecen cuestas de vacas.
Cuando
tratamos de saber algo de ellas, enseguida nos queda claro que no son
susceptibles de encadenarse a pesar de su proximidad y que sus accesos más
usuales utilizan precisamente lo que veíamos desde la Table de Ponce, su cara
este.
El
16 de Julio de 2017 dan buen tiempo en los cuatro puntos cardinales. Juan se
queda de padre y nosotros nos vamos a conocer.
Conocemos
el acceso por el Barranco de Bitet y consecuentemente buscamos un acceso diferente a partir de Accous por el
Barranco Lapassa. Se puede también desde Aydius pero…
Desde más arriba de Accous Bergon y la Marere.
Pasamos
Accous un poco “a guevo” y tomamos la carretera correcta gracias a la
orientación del valle pues en el mapa aparecen a priori accesos a ambos lados
del barranco. Primero un buen tramo de carretera de montaña asfaltada que
termina en un cruce de pistas acartelado. Nosotros continuamos por la que se
prolonga barranco arriba mientras que la otra
marcha en ascenso y en dirección opuesta.
Poco
más de un kilómetro más adelante cruzamos un barranco seco y al otro lado
aparece el cartel de Col de Iseye. Estamos a 850 metros de altitud.
El Paretazo de Ronglet.
Son
las ocho menos cuarto cuando comenzamos a caminar
por la orilla izquierda del Barranco Arraille en dirección este.
Enseguida nos apartamos del mismo y
entramos en el hayedo girando un poco al
sur y acercándonos al Barranco Lapassa y
mientras que se nos muestran Anchet y las Paredes de Ronglet que tanto nos llamaron
la atención desde la Arista Norte de Permayou.
Laderas bajo el Col de Iseye.
Alcanzamos
el rellano en el que se asienta la Cabaña Lapassa y desde allí contemplamos el
circo que limita Ronglet, Permayou, el amplio Col de Iseye y La Marere que es
nuestro objetivo inicial.
Elegantísima clavelina de pastor en el Barranco Lapassa.
Se
trata de un circo completamente vestido
de praderío en el que el camino asciende por la derecha del poco significativo
barranco en dirección sudeste. Zetea muy arriba en una zona con algunas
afloraciones rocosas y bruscamente, cuando la ladera se empina un poco más la
atraviesa en dirección norte acercándose a la Marere para pasar enseguida por
la Cabaña Escurets y proseguir ascenso ya con el sol en la cara hasta alcanzar
enseguida el Col de Iseye situado a 1829 metros de altitud. Son los nueve y
cuarto.
La Marere desde cerca del Col de Iseye.
Desde
el collado pasamos una breve revista de los conocidos: de oeste a este con
Permayou, Isabe, Sesques, Montaut y Ponce, Mardas y el Montagnon de Iseye no
son visibles; debajo tenemos el praderío de Laiterine y tras una breve
conversación con un francés que no pone buena cara cuando le nombramos Bergon,
proseguimos.
Hacia el Col de Labignes, preside la Marere.
Hay
un camino que partiendo del collado faldea por el este un alomado promontorio y
se pierde bajo el Col de Lesbignes donde arranca la Arista Sur de la Marere. No
es problema porque al este de encuentra el Collado de Coig Arras que es nuestro
punto clave siguiente 100 metros por encima del Col de Iseye.
Hacia el Croig Arras.
A
media ladera ganamos altura entre
trochas de ganado y prado muy basto que alterna con caliza suelta hasta que
aparece la pedriza que rellena el enorme
corredor este del pico.
No
llegaremos al collado sino que comenzaremos directamente el ascenso del
corredor en diagonal y ganado altura paulatinamente por la parte sur del mismo. Aprovechamos el
límite con la verdura y las rocas para ganar altura con la máxima comodidad
posible.
Entrando al Corredor de la Este de la Marere.
Algo
arriba, el corredor se abre en dos, la rama sur a nuestra izquierda conduce a
unas paredes verticales de bastante mal aspecto y dudamos.
Las paredes ofrecen paso por la zona sur a la izquierda en la foto.
Tras
una poco cómoda diagonal a nuestra derecha me asomo a la rama derecha y
localizo una especie de cueva de la que recuerdo de haber leído algo y hacia
ella nos vamos.
La
cueva está en la base de unas paredes verticales por lo que habrá que tomar una
pared de verdura al sur de la misma y tratar de ascender por allí.
En
algún momento hemos querido imaginar más que ver, huella de tránsito en el
límite de la pedriza. Ahora en la pared y siguiendo el ascenso más favorable
creemos localizar una vaguísima senda
sin baliza ni hito alguno.
Pared herbosa que hay que subir.
Comenzamos
por nuestra derecha, a mitad pared la atravesamos a nuestra izquierda y
terminamos en un pequeño descansillo bajo unas paredes de placas acostadas.
Placas rocosas cuarteadas y escalonadas tras la rampa herbosa.
La
entrada a la pared es feucha pero no nos ocasiona ningún problema. Las calizas
están muy cuarteadas y se suben bien. Nos conducen a un pequeño corredor
abrigado de la verticalidad de la pared
que con un buen paso de roca, será de II, nos deposita en un crestón al
que accedemos con otro paso de II que nos permite alcanzar la alomada arista
sur del pico al que llegamos enseguida y andando.
Llegando a la Arista Cimera de la Marere.
Son
las once menos cuarto de la mañana cuando alcanzamos la Cima de la Marere o
Embarrere situada a 2221 metros de altitud. Se trata de un buen mirador con
unos alrededores amplios pero todo nuestro interés se centra en el norte inmediato: la arista se desploma enseguida y
nos ofrece completamente desnuda la imagen del Pic Bergon con su arista sudeste
toda para nosotros.
Nos
sentamos junto al hito cimero y almorzamos, más bien echamos un trago de agua
pues hace una mañana calurosa y desde el Col de Iseye al sol se nos ha hecho
sed. Entre tanto, tratamos de imaginar la vía de ascenso en la arista que nos
ofrece dificultades varias que se verán.
Faldeo de la Este de la Marere hacia la Osque de Ponce.
Un
cuarto de hora después iniciamos el descenso siguiendo escrupulosamente el
camino de subida a la vez que contemplamos áster y edelweis que decoran los
retozos de praderío.
Con
el debido cuidado destrepamos los tramos rocosos y seguidamente la pared de
verdura hasta que ponemos pie en la pedriza del Corredor Este de La Marere ya bajo la cueva.
La
decisión está tomada: nos vamos a Bergon y tenemos la opción de bajar hasta el
Col de Coig Arras y luego de perder altura cómodamente remontamos por pedrizas
o faldeamos en suave descenso atravesando las pedrizas en diagonal como
procedimiento más económico de esfuerzo en principio.
Pedazo de pedrera que nos hemos chupado faldeando la Marere.
Lo
sabíamos en el fondo. Descendemos un buen tramo de pedriza tratando de
patinarla y cuando se pone impracticable iniciamos el faldeo descendente que
nos tiene que llevar a la Osque de Ponce, un collado en el que iniciaremos el
ascenso de la arista sudeste.
El
faldeo es suavemente descendente alternando tramos más o menos horizontales que
hacemos siguiendo intermitentes trochas de animales muy indefinidas. Será un
faldeo largo pues la ladera tiene unas dimensiones algo amplias que pueden
engañar y el asunto resulta bastante incómodo y tedioso para mí chica, yo le
llevo bien de piedra en piedra mientras me dejo llevar cuando el terreno no
aguanta.
Bajo la Osque de Ponce.
Transitamos
bajo las amplias oquedades de la pared, y por debajo de las afloraciones
calizas más bajas y alcanzamos la base de las paredes junto a unos pequeños
covachos.
La
Osque de Ponce es una brecha situada prácticamente a la misma altura que el Coig Arras por lo
que en la travesía habremos perdido alrededor de 100 metros, Ahora nos encontramos
50 metros por debajo de la brecha y tras remontar un corto tramo de verdura
alcanzamos un pequeño hombro desde el que visualizamos ya el recorte de la
brecha.
Se
trata de un corredor amplio que sube de muy abajo y al que nos incorporamos por
su lado derecho pero habrá que atravesarlo siguiendo una especie de caminillo para tomar la parte izquierda del
mismo en la aparecen materiales más firmes.
El tajo que queda desde la Osque de Ponce.
En
la brecha a 1943 metros de altitud, son las doce, aparece el estrecho barranco
de la vertiente oeste con un gendarme espectacular y la arista que arranca al
noroeste, con la vertiente este vestida de paredes y la oeste con inclinadas
rampas de verdura también sobre paredes.
Un
débil caminillo por la misma arista permite un ascenso cómodo del primer
resalte que nos conduce, tras un tramo de arista horizontal, a un primer
resalte que nos obliga a faldearlo un poco por debajo. Recuperada la arista nos
damos cuenta que tenía un paso que haremos a la vuelta.
La Marere desde la Arista de Bergon.
Le
sigue un tramo más de arista en ascenso, nos conduce a un hombro que se alarga
hasta la base de un resalte intermedio más potente que no se puede superar
directamente y que hay que faldear.
Tiene
una larga vira herbosa muy pendiente y en quiebro, pero un tanto alejada de la
arista no termina de convencerme.
Faldeando el Gendarme Intermedio de la Sur de Bergon.
Iniciamos
un faldeo horizontal algo expuesto pues la pendiente de la ladera es
pronunciadísima para cercarnos a la pared. He querido ver una grieta con un
arbusto empotrado que nos puede servir.
No
he visto mal. Se trata de una estrecha fisura-corredor inclinado a izquierdas
que permite remontar cuatro metros por encima de unos escalones calizos. En la
cabecera de la grieta hay un enebro.
En la Cima de Bergon o Ilhec.
El
enebro tiene sus raíces en una repisa estrecha desde la que arranca un tramo de
pared vertical de otros cuatro metros con buenas presas aunque no muy grandes y
termina en un escalón un pelín largo. El paso será de III en descenso. Por
encima del mismo una rampa de verdura se eleva unos metros que nos llevan sin
complicación pero con cuidado a la arista por la que ascendemos un tercer
resalte cortado verticalmente y que tendremos que destrepar con algún cuidado,
alrededor de una docena de metros. Desde allí arranca el resalte cimero que se
sube prácticamente andando y que nos deposita en la Cima del Pic Bergon o Ilhec
situado a 2148 metros de altitud. Es la una del mediodía.
Acercándonos a la Osque de Ponce.
En
la cima echamos un buen trago de agua y contemplamos la espectacular Cara Norte
de la Marere con sus terrazas inclinadas de verdura y sus paredes verticales.
Subiendo quedaba a nuestra espalda
ganando notoriedad con nuestro ascenso. Hacemos
algunas fotos, nos relajamos un pelín conocido el chocolate y enseguida
iniciamos el descenso, armados con la paciencia y los cuidados necesarios con
lo que será suficiente.
Destrepamos
con seguridad los dos resaltes superiores pues la roca es muy buena y las
presas suficientes y trepamos directamente el inferior para evitarnos el faldeo
también con buena roca.
Alcanzada
la Osque de Ponce, bajamos unos metros y en un trozo de gravera a la sombra nos
sentamos a comer. Está tan buena el agua como la sombra.
Larguísimo corredor al encuentro del agua en les Coumes de Amou.
A
las dos, hemos decidido volver en circular por el norte, continuamos el
descenso del corredor este que aunque no
lo parece tiene un descenso de alrededor de 400 metros.
Alcanzamos
un estrechísimo corredor de pedriza y patinándolo con algunos cuidados pues no
es de lo mejor para el asunto nos bajaremos algo más de 150 metros hasta que
desaparece en una ladera mixta de pedriza y verdura que irá cambiando las
piedras calizas por verdura hasta convertirse en un praderío fino en el rellano
sobre los 1500 metros de altitud.
Previamente
y antes de alcanzar el rellano el barranco seco en la parte de arriba surge
para sumergirse 50 metros después, creo que la surgencia ha debido motivarla
nuestra sed. Guardábamos cierta cantidad de agua pero teníamos mucha sed.
Rellenadas
nuestras cantimploras y saciada en principio la sed, enseguida alcanzamos el
rellano que se sumerge en un estrecho del barranco y éste a su vez se introduce
en el hayedo. Nuestro objetivo pasa por alcanzar un camino que sobre los 1500
metros de altitud faldee hacia el oeste el Bergon, se convierta en pista y siga
el faldeo hasta un collado, luego una pista y etc, etc, es decir, lo que salga.
Se trata de una vuelta larga.
Me
asomo al barranco cosido de trochas del ganado que acude a beber por allí y me
digo que igual no hay que meterse por allí; hemos visto un triste hito de
piedras aquí muy cerca y por la altitud igual iniciaba el faldeo que buscamos.
La Pista hacia el Col de Bergout.
Remontamos
unos cortos metros y enseguida aparece una trocha de vacas que se introduce en
el hayedo de manera firme. ¡No me lo puedo creer!
Son
las tres menos cuarto, la trocha marcha fundamentalmente horizontal, no es
ocasional sino que es muy firme y cada vez más y para colmo de nuestra suerte,
avanza a la sombra de manera continuada. Recorreremos un par de combas entre
crestones que articulan la Norte de Bergon, pasamos una portera en ascenso
donde se insinúa una vieja pista que desaparece enseguida pero poco después
aparece una pista horizontal a la que nos lleva el camino. La pista muere en un
casetón de acometida de agua.
Proseguimos
con ella al oeste hasta alcanzar en una revuelta una fuente en la que volvemos
a beber. Es la Fuente de Bergauteilh. Poco más adelante la pista se pierde pero
aparece a un nivel ligeramente superior al que llevamos otra que rodea la Cresta de Bergout iniciando el descenso a partir de aquí pues
seguimos alrededor de los 1500 metros de altitud.
El crestón herboso que hemos bajado.
La
pista describe media docena de revueltas quebradas en decidido descenso, en la
primera hay un abrevadero solo para animales y en la última dejamos la dirección
oeste para marchar en una largada al sur para terminar remontando ligeramente y
alcanzar un collado que tiene que ser el de Bergout. En las inmediaciones hay
una cabaña con buen aspecto y en la loma próxima un despegue de parapentes.
Estamos
sobre los 1170 metros de altitud son las cuatro y media y tenemos que volver a
decidir: o damos una buena vuelta por detrás de la loma de despegue de los
parapentes para tomar una pista que baja
toda la ladera y que estamos viendo, o hacemos una diagonal inclinada para
alcanzar la pista después del rodeo o nos vamos directamente al sudoeste por el
inclinado praderío como procedimiento de acortar.
Tomamos
la última opción que será un error puesto que la ladera está inclinadísima, con
hierba crecida y a mi chica no le gusta.
Después
de un faldeo alto tomaremos un crestón igualmente inclinado pero en el que
aparecen algunas afloraciones dispersas de roca y con paciencia benedictina nos
iremos para abajo aprovechando el pisoteo de algunos animales que han utilizado
el crestón. Se nos van tres cuartos de hora para bajar la ladera.
Llegando a la intersección de pistas con el final de la Carretera de Accous.
Alcanzamos
la pista que 300 metros más adelante nos deposita en el cruce de pistas de la
mañana a la que llega la carreta.
Me
alargaré deprisa a buscar el coche kilómetro y media más arriba y a las cinco y
media meto en marcha el aire acondicionado del coche que me hace falta.
En
el cruce recojo a Rosa y vuelta para casa. Hoy ha sido una jornada
completamente “entretenida.” Hemos tenido tensión para alcanzar el inicio del
camino al final de la pista, tensión para subir y bajar de la Marere,
incomodidad para el faldeo hasta Osque de Ponce, más tensión para subir y
bajar de Bergon, tensión y suerte para
encontrar el camino y la pista de vuelta y tensión finalmente en el descenso de
la ladera, salvándose únicamente el ascenso del Barranco Lapassa hasta el
Collado Coig Arras. Si además le echamos 1700 metros de desnivel con calor…
pues eso, entretenida. Es la montaña francesa sin hitos y nos creemos que con
pocos visitantes pero también es la montaña que queremos.
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