30 jun 2019

51-19. DIAZAS BUSCANDO LA SOMBRA ENTRE CALORES EXTREMOS. 30-6-2019.


Duáscaro y Diazas o Acuta desde el Mirador del Molar. 

Puente de la Glera, Rellano de Santa Ana, Miradores del Molar del Rey y de Diazas, Punta Diazas y Camino de Santa Ana.
30-06-2019.
Salida 08 h. Llegada 15:30 h.
Sol.
Fácil.
Clara Abadía, Raúl López, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.

Mapa de Diazas procedente de Iberpix. Vía en amarillo.

            El pasado día en Les Serous, a pesar de que la calima estaba instalada por todo lo alto, nos libramos bastante bien del calor salvo al final de la actividad como consecuencia de la pérdida de altitud.
            Los días siguientes serían de la misma calaña y para el domingo 30 de Junio de 2019 hemos de programar algo que tenga pista y a salvo, si es posible del calor. Iremos a Diazas que tiene pista, un camino muy sombrío y luego por arriba será otra cosa.

Camino a la Ermita de Santa Ana. 

            Raúl y Clara suben de Huesca, nos encontramos en Senegué y nos vamos ligeros hasta Torla; cruzamos el Ara por el Puente de la Glera y aparcamos los coches a la entrada del Campimg.

El camino ataja a la Pista de Santa Ana. 

            Raúl subirá con su bicicleta eléctrica  por la pista pues no está para caminar demasiado a la espera de su prótesis de cadera y nosotros tomaremos el Camino de Santa Ana  que comienza allí mismo a 980 metros de altitud cuando son las ocho de la mañana.

Llegando al Rellano de Santa Ana. 

            El camino asciende fundamentalmente al nordeste  conformando un auténtico túnel en la vegetación del bosque mixto que se transformará paulatinamente en pinar ganando altura en busca del Rellano de Santa Ana, un escalonado praderío  en la trayectoria del Barranco Estatón y en el que además de las Bordas de Diazas se encuentra la Ermita de Santa Aña a 1480 metros de altitud. Hemos cruzado repetidamente la pista que en excelente estado da vueltas y más vueltas.

La Ermita de Santa Ana. 

            Allí coincidimos con Raúl que sube regulando su consumo de batería, el seguirá por la pista y nosotros continuamos por el camino que toma la Arista Sur nacida de la Cresta de Diazas. Se trata de un segundo tramo con menos vegetación pero en el que los pinos aislados nos proporcionan sombra suficiente para alcanzar con comodidad el Mirador de la Cruceta a 1700 metros de altitud en el que de nuevo coincidimos con la pista.

Rellano de Santa Ana desde el Mirador de la Cruceta. 

            Un tramo breve  más de loma y la abandonamos para transitar la oeste de la misma al amparo de los viejos pinos negros que cubren la ladera envuelta con su sombra que ya se agradece.

El camino se adentra de nuevo en el pinar bajo la Arista de Diazas.

            Poco más arriba, coincidimos de nuevo con la pista, que seguiremos durante diez minutos y que abandonaremos en un desvío a nuestra izquierda, poco marcado y con pocas huellas de tránsito sobre el praderío salpicado de cadáveres de pinos carbonizados, para alcanzar de nuevo la pista ya en la Cresta de Diazas.

Muy arriba avanzamos por la pista. 

            Un caminillo que parte al oeste nos conduce al Mirador del Molar situado sobre los 2000 metros de altitud. Son las diez y media.

Ultimo atajo del camino a la Pista de Diazas. 

            Desde los varios miradores de la Cresta de Diazas que es el límite meridional de parque en la zona del Cañón  se ve Ordesa desde una balconada indescriptible, aquí frente al desconocido, Tozal del Mallo.

Barranco de la Canal desde el Mirador del Rey,

            Mientras el personal descansa  a la sombra de un viejo pino negro y contempla el paisaje de primera magnitud yo me alargo al oeste hacia otro mirador junto a la caseta del pequeño  repetidor para contemplar más frontalmente tanto la Faja del Mallo como el Barranco de la Canal, ambos de gratos recuerdos.

Volviendo al Mirador del Molar. 

            Un cuarto de hora después y bajo la sombra del pino echamos un bocado breve mientras disfrutamos de un paisaje  en el que se salpican los recuerdos de nuestras repetidas andanzas. La pradera de Ordesa está vacía de coches y los helicópteros parece que tiene algo de trabajo por aquí.

Hace una mañana especialmente tórrida en la Pista de Diazas.

            Alrededor de las once continuamos pista adelante en suave ascenso. Faldeamos Peña Duáscaro por el sur y rodeamos Punta Diazas por el Cuello Estatón para recuperar la Cresta de Diazas en las inmediaciones de Punta Acuta.

Las Paredes de Punta Acuta.

            Allí se encuentra el Mirador de Diazas sobre la vertical del de Calzillaruego en el que repetimos las mismas vistas pero aquí especialmente sobre el Barranco de Cotatuero.

Jóvenes flores de nieve en Diazas. 

            Raúl inicia el descenso, se irá a pescar un ratillo al Ara y nosotros tomamos la loma este y nos subimos hasta la Cima de Punta Diazas, en algunos mapas Acuta o Cuta,  situada a 2242 metros de altitud. Es la una del mediodía cuando nos fotografiamos con la Brecha de Rolando, desde aquí totalmente visible e iniciamos el descenso en busca de una sombra para comer pues el sol aprieta lo suyo a pesar del frescor que proporciona la altitud.

Foto de Cima en Diazas.

            Pasamos por la cabecera del Camino a Calzillaruego, faldeamos Duáscaro y en su arista oeste comemos a la sombra de viejos pìnos negros mientras pasan los todo terrenos cargados de turistas que han subido de excursión desde Torla a los Miradores.

El camino que baja al Mirador de Calcillaruego.

            Luego cogemos el camino y nos vamos para abajo más a la sombra que al sol a pesar de que entra muy vertical y se nos hace calor en una tarde ecuatorial como no recordamos.

Sol y sombra bajando a Torla. 

            A las tres y media, agotada casi toda nuestra agua nos llegamos al Puente de la Glera donde está Raúl. Cogemos agua del Ara, echamos una cerveza a la sombra caliente de un bar de Torla y nos cobijamos en el garaje de mi casa que es uno de los lugares más frescos que conozco: no se puede estar a la sombra de los árboles del jardín pues nos cocemos.

El Pliegue Tumbado de Torla. 

            Luego vendrán unas cervezas frescas, una cena de picoteo para recuperarnos de los 1300 metro de desnivel cuando pretendíamos un paseo y otro día más. ¡A ver si el calor nos deja dormir esta noche!

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