La Este de Peña Rueba.
Kilómetro 40 de la A132, Pista al Pilar
Este, Cara Sur, Arista Este, Cimas Norte y Sur de Peña Rueba, Ferrata de la
Mora y Faldeo por la Sur de Peña Rueba.
25-10-2019.
Salida 09:15 h. Llegada 15:30 h.
Sol.
Bastante fácil.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Mapa de Peña Rueba procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
Me
había enterado de la existencia de la “vía normal” a Peña Rueba y consecuentemente, no la conocíamos y
queríamos. Así que el primer día que sale entre mediano y malo nos olvidamos de
las alturas con nieve recién caída y nos vamos por ella. Es 25 de Octubre de
2019.
Marchamos
desde Sabi por malas carreteras hasta Latre, Javierrelatre y Anzánigo y pasado
el Embalse de la Peña, en el Kilómetro 40, tres antes de llegar a Murillo,
tomamos una pista que sale en la última revuelta de la carretera e
inmediatamente aparece un pequeño aparcamiento donde dejamos el coche a 530
metros de altitud.
Una pista nos lleva hacia las Paredes de Peña Rueba.
Tenemos
algunas dudas pues hay una pista que marcha monte arriba en dirección oeste
pero enseguida tomamos las balizas de un camino que marcha a Murillo y dándonos
cuenta de nuestro error bajamos a la carretera y retornamos al coche tras
perder media hora en el embarque.
Buscando la Sirga Inferior de Peña Rueba.
Tomamos
de nuevo la pista y ascendemos con ella hasta pasar bajo una línea de baja
tensión y poco después bajo otra de alta tensión mientras contemplamos las
Paredes de la Nordeste de Peña Rueba pero suponemos que ascenderemos por la
sur.
Visualizando el Pilar Este y el Collado Sudeste de Peña Rueba.
La
pista pasa ya en fuerte ascenso junto a un farallón descolgado de las paredes y
muere inmediatamente pero justamente unos metros antes un caminillo poco transitado
y señalizado con unos hitos de piedra poco prominentes nos invitan a acercarnos
en ascenso a las paredes.
En
las inmediaciones de las mismas localizamos unas balizas verdes muy viejas pero
nos sirven para confirmar que puede tratarse de la vía que vamos buscando.
Las sirgas siguientes atraviesas una faja estrecha con un punto delicado.
Alcanzado
un discreto collado el camino se abre en dos y nosotros queriendo tomar el que
marcha a rodear las paredes por el este lo perdemos. Menos mal que Rosa
advierte la presencia en la pared de una fina sirga y volvemos inmediatamente
en su busca. Si ésta es la “Vía Normal” por aquí no pasa ni el gato.
Aparecen las primeras cuerdas en la Sur de Peña Rueba.
La
sirga es la primera de una serie de tres y sirve como pasamanos en una grada
caliza algo inclinada que ascendemos en diagonal y que nos aproxima a los
Pilares de la Este de Peña Rueba.
Las Cuerdas de la Sur de Peña Rueba nos sirven para saber por dónde va la vía.
Enseguida
transitamos bajo un gendarme desgajado de las paredes cuando el camino se
confirma bajo las mismas llevándonos a la segunda sirga pasamanos introducida
en las paredes mediante una estrecha vira horizontal.
Hay que ir por la arista hacia ese puntón aunque no será la Cima de Peña Rueba.
Unos
metros más adelante tomamos la última sirga que sirve de pasamanos cuando la
vira muere en la pared y te deja en un patio interesante. Se pasa bien con
experiencia y con cuidado pues la sirga está alojada en una grieta horizontal y
hay que extraerla de la misma para asirla con los dedos. Mi chica que se ha
asegurado con un mosquetón a la misma tiene sus problemillas puesto que el
mosquetón se aprisiona en la grieta tanto cuanto más fuerza haces sobre la
sirga. Es del todo aconsejable el uso de algún tipo de aseguramiento pues el
paso tiene su miga.
Vista atrás a la Arista Este de Peña Rueba por la que subimos.
La
vira reaparece al final de la sirga, se amplia en forma de cueva en la que ha
amallatado el ganado y sale de la vertical del pilar para iniciar el remonte de
una ladera que enseguida se va a poner tiesa tras alcanzar una pequeña brecha
collado junto a la pared. Nos guían balizas verdes poco notorias pero enseguida
aparecerán repintadas.
Cima de Peña Rueba desde el Hombro Este.
En
la brecha aparece la primera cuerda fija de una serie de alrededor de diez, de
variados orígenes y en diversos estados con alguna de ellas anudada tras su
rotura, que se pueden utilizar o no según gusto y competencia. Se trata de una
vía cordata.
Tienen
la virtud de señalar la vía sin duda y se puede ascender la pared sin necesidad
de utilizarlas ya que el conglomerado de pudingas ofrece suficientes buenas
presas. Ascenderemos alrededor de ciento cincuenta metros utilizando a tramos
la fisura de una canal o las inmediaciones de la misma cuando se poner
completamente vertical.
La Este de Punta Común desde Peña Rueba.
A
continuación la pared orientada al sur se acuesta y unos metros más arriba nos
deposita en la Arista Este de Peña Rueba. Las balizas verdes nos seguirán
guiando por la misma.
Faldeamos
un par de gendarmes por el sur y
proseguimos por las inmediaciones de la arista siguiendo un caminillo algo
transitado y medianamente ascendente que sortea los asentamientos arbustivos
clásicos de la zona, compuestos de aliagas, coscojas, algunos bojes y espinos
es una capa vegetal de dudosa compañía en la que hay un pequeño rebaño de
cabras domésticas que quisiera saber por dónde han subido hasta allí.
Vista atrás a la arista que hemos subido.
Pasamos
un hombro y tras un primer resalte que suponemos como cima aparece un segundo
que se corona en una doble cima: en la situada al norte hay un grupo de buitres
que volarán juntos ante mi presencia próxima.
Foto en la Cima Norte de Peña Rueba
Son
las doce menos cuarto cuando alcanzamos la Cima Norte de Peña Rueba situada a
1176 metros de altitud. Desde la cima contemplamos la arista final que
recorrimos al subir la Ferrata Varela Portillo con Punta Común detrás y un
skyline algo distante y pintado parcialmente de blanco que abarca desde Agüerri hasta Benasque y en el que ni siquiera
falta el Midi de Ossau. Además los Mallos de Riglos nos acompañan majestuosos.
La Punta Sur de Peña Rueba.
Hacemos
algunas fotos y nos vamos hasta la Punta Sur de Peña Rueba en la que hay una
caja metálica con un cuaderno de notas. Es de una altura similar al anterior y
al abrigo de la brisa, que en los lugares expuestos nos ha acompañado toda la
mañana, nos sentamos a echar un bocado.
La Ferrata de la Mora baja por el sudeste de Peña Rueba.
El
descenso lo vamos a hacer utilizando la Ferrata de la Mora y para ello
iniciamos el tránsito de una arista que arranca de aquí y marcha al este en
suave descenso señalado con hitos. Dudamos hasta que se asoma a nuestra vista
la cabeza del Gendarme de la Ferrata de la Mora y ya, guiados, iniciamos el
descenso de la pared que se irá ahondando e inclinando paulatinamente.
Vista atrás a la arista que bajamos al encuentro de la Ferrata de la Mora.
Enseguida
aparecen las primeras sirgas de la Placa Sur que no son muy necesarias pero
allí están para quien se quiera asegurar con ellas. Poco más abajo la pared se
inclina hasta ponerse prácticamente vertical aunque con oquedades suficientes
para bajar cómodamente utilizando las sirgas como pasamanos.
La ladera de la Ferrata de la Mora y la salida a la arista de la Vía Normal.
Un
descenso de alrededor de 100 metros nos deposita en una rampa terrosa con
vegetación desde lo que se puede ascender y así lo hacemos, al Gendarme de la
Ferrata de la Mora. Hay una sirga como quitamiedos que facilita el acceso al
Gendarme de la Mora situado sobre los
1000 metros de altitud.
Las Sirgas Superiores de la Ferrata de la Mora están muy acostadas.
Mientras
llega mi chica me acerco a su extremo sudeste al objeto de localizar algún
camino que nos permita cerrar nuestra circular pero no veo gran cosa en
concreto.
La Ferrata de la Mora tiene una placa muy tiesa pero algo escalonada.
De
vuelta a la rampa terrosa tomamos los hitos y el caminillo que marcha por un
espolón orientado al oeste y que
delimita el Corredor de la Pared de la Mora.
Unos
tramos tendidos y otros más erguidos y equipados con sirgas nos permiten
descender con comodidad todo el espolón que muere en la pared, serán media
docena de tramos de sirgas.
Colgada en medio de la Placa de la Ferrata de la Mora.
Cuando ya imaginábamos que entraríamos al
camino en el sotobosque que rodea a Peña Rueba aparecen más tramos equipados con sirgas y algunas
grapas ya en una pared que está algo escalonada pero bastante erguida.
El Gendarme de la Ferrata de la Mora.
Finalmente acabamos la pared e
inmediatamente el camino marcha horizontal hacia el oeste a la vez que una rama
menos transitada inicia su desarrollo al este que es lo que nos interesa para
cerrar la circular.
Se suceden tramos equipados en el Crestón de la Ferrata de la Mora.
Unos metros más adelante el camino se
difumina y desaparece dejándonos colgados con la idea de que hay un caminillo
en la base de las paredes pero…
Tramo Inicial y Final de la Ferrata de la Mora con alguna grapa.
Desde arriba he querido ver algunos tramos
discontinuos de camino en torno a pequeños collados situados en contrafuertes
sucesivos que bajan de Peña Rueba separados por nacientes barrancos originados
en las paredes y ya estamos jabalineando en busca del primer collado en el que
no localizaremos camino alguno.
Tratando de perder la mínima altitud y
persiguiendo los tramos de mejor tránsito bajaremos para cruzar el inmediato
barranco teniendo en cuenta que la vegetación se espesa en las inmediaciones
del mismo y el tránsito es más complicado; pero estamos aquí.
Conejetes o dragoncillos en flor en la Peña Rueba.
Repetimos la operación en el siguiente
collado hasta que alcanzamos llenos de pinchazos el collado último que arranca
de la Este de Peña Rueba.
Aquí tenemos la posibilidad de bajar al
encuentro de la limpia bajo el tendido de alta tensión y por allí cerrar el
lazo abierto a la mañana pero prefiero avanzar al encuentro de las paredes y cerrar el bucle en la zona de las sirgas.
Recuperado el camino de la mañana la vista se marcha a los Mallos de Riglos.
Descendemos la ladera menos vestida que
las anteriores y remontando luego brevemente alcanzamos las balizas verdes y el
camino entre la segunda y la primera de las sirgas. Ha sido un rato infumable
pero… Enseguida alcanzaremos la pista y nos sentaremos en el camino a comer.
Son las tres menos cuarto.
Luego descendemos brevemente la pista y a
las tres y media llegamos al coche. Hoy el desnivel acumulado no habrá ido más
allá de los 800 metros pero la vuelta no
se la podemos recomendar a nadie.
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