Castillo de Acher desde Oza.
Oza, Barranco de la Espata, Refugio de
Acher, Cara y Corredor Oeste, Punta de las Piernas de Oza, Arista Oeste, Cima
del Castillo de Acher, Punta Sur del Castillo de Acher, Corredor del Bloque
Empotrado de la Arista Sudeste, Refugio de Acher y Barranco de la Espata.
04-10-2019.
Salida 09 h. Llegada 16 h.
Sol.
Bastante fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano
Javierre.
Mapa del Castillo de Acher procedente de Iberpix. Vía en amarillo.
En
el Castillo de Acher hemos estado en algunas ocasiones. Hace ya muchos años
ascendimos por su vía normal desde el Campamento Ramiro el Monje de Oza.
Bastantes años después lo haríamos por el Barranco del Barcal y el Corredor del
Bloque Empotrado de la Arista Sudeste y hoy 4 de Octubre de 2019 volvemos para
hacer una circular con una nueva vía de acceso: la Chimenea de los Sarrios de
las Piernas de Oza.
Cruzamos la pista que sube por detrás del Campamento Ramiro el Monje.
Siempre
me han llamado la atención las Piernas de Oza vistas desde abajo y digo siempre
porque tendría once o doce años cuando vi el Castillo de Acher por primera vez,
estaba de campamento y todas las mañanas cuando bajábamos al río para quitarnos
las legañas allí estaba rocoso y altivo pastoreando por encima de la frondosa Selva
de Oza.
La Pared de las Piernas de Oza desde el Refugio de Acher.
Hoy
6 de Octubre de 2019, rechazados por el mal tiempo anunciado para la vertiente
francesa y que al sur solamente deja alguna nubosidad de retención, volvemos
para conocer un poco más, siempre la misma motivación.
Oza
no queda cerca de Sabi y son las nueve de la mañana cuando aparcamos a 1120
metros de altitud. Cruzamos el puente sobre el Aragón Subordán e inmediatamente
tomamos el camino acartelado al Castillo de Acher que pasando junto a una zona
de multiactividad, al lado del recinto del campamento, se orienta al este y
tras atravesar la pista que viene por encima del campamento prosigue ascenso
por la ladera derecha del Barranco de la Espata.
Abandonando la vía normal al Castillo de Acher.
El
camino asciende bastante uniformemente, cruza algunas escorrentías por las que
baja muy poca agua y enseguida atraviesa sucesivamente un par de ramas del
barranco con agua y prosigue para arriba por la orilla izquierda del mismo.
Repecho interesante hacia las Piernas de Oza.
Poco
después dejamos el hayedo y avanzando hacia el sudeste, entramos en el praderío
en el que zeteamos próximos al Refugio de Acher. Son las diez y cuarto, estamos
a 1740 metros de altitud y en las inmediaciones der refugio abandonamos el
camino de la vía normal al pico e iniciamos una travesía ascendente en
dirección norte y en busca de las Paredes de las Piernas de Oza, la parte baja
del sinclinal colgado que es el Castillo de Acher.
Allí está nuestro objetivo: la Brecha de los Sarrios.
Tras
un tramo suavemente ascendente en el que salvamos un par de depresiones
próximas al camino que hemos abandonado, la ladera vestida de hierba se empina
y subimos de frente en fuerte ascenso y en busca de una amplia e inclinada
depresión conformada por pizarras características de la zona.
Buscando entre las Piernas de Oza.
Alcanzada
la parte más erguida de la depresión la abandonamos por su parte oeste, más
amable y escalonada con lo que nos situamos en las rampas inclinadas al pie de
las paredes en las que se alternarán pedrizas claras y pastizales ralos.
Juan
ha alcanzado la base de las paredes y nosotros un poco por debajo, iniciamos el
faldeo de las paredes en dirección noroeste. Vamos en busca de alguna baliza
blanca que sabemos nos indicará el inicio de la vía en las paredes.
Entrando al Corredor de la Vía de los Sarrios.
Encontramos
un camino con algún hito de piedras y lo seguimos hasta una especie de collado de grandes
bloques. El camino sigue suavemente en descenso e inmediatamente, en una roca
aparece una flecha blanca con márgenes negros que indica proseguir el rodeo de
las paredes. Al mismo tiempo Juan encuentra otra flecha de las mismas
características que se introduce en las paredes y decidimos continuar en busca
de las mismas.
En el Bloque Empotrado de la Vía de los Sarrios.
Los
paredones intimidan bastante pero un corredor pedregoso, muy estrecho y
descompuesto se introduce de lleno en las mismas. Al fondo del mismo, una
grieta estrecha y vertical de no menos de 20 metros cierra el paso, por lo que me temo que igual tenemos que dar
la vuelta y proseguir con la otra flecha.
En el punto delicado de la Segunda Sirga del paso de los Sarrios.
No
será así. En las inmediaciones del cierre se abre una estrecha rampa a nuestra
izquierda, norte, que nos permite ascender media docena de metros similares al
corredor, para girar al este junto a la pared y pasar por debajo de un puente
natural.
Aprovechando la roca en la rampa herbosa de salida.
Por
encima del puente aparece una primera sirga que sirve de pasamanos para
alcanzar con facilidad la cabecera del puente;
seguidamente, otra sirga pasamanos ayuda a atravesar un corredorcillo
que se sima por debajo del mismo y
todavía una tercera que tiene el anclaje intermedio suelto facilita el tránsito
para alcanzar una rampa herbosa. No son estrictamente necesarias con la roca
limpia pero… nadie está obligado a utilizarlas.
Remontando hacia la Punta de las Piernas de Oza.
La
rampa tiene salida por la parte izquierda que es el desagüe natural del
sinclinal y por ello entendemos la presencia de los pasamanos. Son las once y
media, cruzamos a la vertiente derecha del mismo y por praderío inclinado
alcanzamos la Punta de las Piernas de Oza situada a 2193 metros de altitud. Las
nieblas quieren juguetear con la Cima del castillo de Acher.
Castillo de Acher y Punta Sur desde la Oeste del Castillo de Acher.
Luego,
en dirección este, contemplando paisajes de Guarrinza en los puntos en los que
accedemos a la arista, proseguimos en suave ascenso por paraderío. Al otro lado
del sinclinal aparece el camino de la vía normal y de por medio la depresión
llena de simas kársticas que recogerán cumplidamente todas las aguas que
aparezcan en la misma.
Casquete Somital Oeste del Castillo de Acher.
Son
las doce cuando alcanzamos la Cima del Castillo de Acher situada a 2384 metros
de altitud. Las nieblas y las nubes velan o cubren Bisaurín, Aguerri, Peña
Forca, Acherito, Petrechema, Mesa y demás, de cuando en cuando visualizaremos
fugazmente Aguerri, Peña Forca y Mesa de los Tres Reyes además de Cristián y
Lariste y nos sentamos a echar un bocado.
Foto de Cima en Castillo de Acher.
Media
hora después descendemos por el camino normal hasta la entrada del Paso del
Corredor del Bloque Empotrado situado a 2320 metros de altitud pero antes de
atacarlo nos subiremos hasta la Punta Sur de Acher acotada a 2347 metros de
altitud. En la cima es la una menos cuarto.
Arista Oeste del Castillo de Acher.
Descendemos
brevemente por donde hemos subido y alcanzamos inmediatamente la entrada del
Paso del Bloque Empotrado. Juan que no lo conocía lo ha pasado y nos espera a
la salida. Nosotros lo hicimos en su día a pelo pero actualmente está equipado
con una sirga y unas bagas y no tiene nada que ver pero así puede acceder más
gente y con más seguridad.
Vertiente Norte de la Punta Sur de Acher.
Se
inicia descendiendo un paso largo, fácil y empotrado entre rocas de un par de
metros que te doposita en un nicho del que arranca la pared. Son cuatro metros
largos y verticales en el que hay que buscar presas, que las hay y excelentes
como la roca. Sin equipación será casi un IVº en descenso.
Con
la sirga y las bagas no tiene historia pero mi chica que no disfruta
precisamente destrepando pasará un ratito entretenido.
Cara Sur del Castillo de Acher desde la Punta Sur de Acher.
Una
rampa estrecha y llena de pedreguilla nos saca del estrecho corredor y nos
deposita en una pared inclinada, descompuesta y llena de pedreguilla por la que
discurre un escabroso y bastante tieso camino que zetea de aquí para allá
buscando facilidades.
En
una pequeña brecha por encima del Gendarme de la Arista Sureste del Castillo de
Acher, dejamos la pared, cambiamos de vertiente y nos tiramos para abajo hacia
el oeste.
Entrada al Paso del Bloque Empotrado de la Sudeste de Acher.
Una
larga pared que se acuesta paulatinamente, muy descompuesta y que se desliza
excelentemente nos permita perder una centena larga de metros y nos deposita en
el praderío por el que discurre el camino que viene del Collado del Barcal.
Allí dejamos que el camino nos lleve para abajo y así cerrar el bucle que hemos
abierto a la mañana, previo paso por la incorporación con la vía normal del
Castillo de Acher.
Destrepando el Bloque Empotrado de la Sudeste de Acher.
Serán
alrededor de las dos de la tarde cuando en las inmediaciones del Refugio de
Acher nos entretenemos un rato recogiendo robellones y algunas azules, suillus
y champiñones vinagreros que anidan junto a pinos aislados orientados al norte,
el resto está demasiado seco.
Saliendo del Paso del Bloque Empotrado.
Luego
tras cruzar las dos ramas del Barranco de la Espata recogemos algunos
ejemplares que habíamos localizado a la subida y nos llegamos a los prados de
las inmediaciones del campamento Ramiro el Monje donde cogemos unos pocos más:
suficientes para quitarnos las ganas.
La pedriza se baja de cine deslizando.
Son
las cuatro de la tarde cuando llegamos al coche y a la sombra, nos sentamos a
comer mientras contemplamos las Piernas de Oza y reconocemos la vía que hemos
hecho hoy, ahora con una luz excelente.
Colchico de otoño en Acher.
Un
rato después cargamos en el coche con los 1325 metros de desnivel que hemos
acumulado y nos vamos para casa tras coger agua en Hecho.
Hola Mariano y compañía!
ResponderEliminarNo conocía esa subida de la Piernas de Oza. Interesante...me la anoto y la subo a los primeros puestos de mi lista de deseos. Habrá que ir a conocerla algún día.
Por cierto voy leyendo vuestras andanzas por el kilimanjaro. Esperando el siguiente capítulo...
Salud y a disfrutar del otoño!
¡Hola David!
ResponderEliminarla ascensión al Castillo de Acher por su vía normal, la conocemos y tiene poca salsa.
Esta circular, supongo que el Paso del Bloque Empotrado de la Sudeste ya lo conocías, es algo más interesante y creo que no demasiado conocido además de que luego recorres la arista oeste que no tiene nada pero que nadie recorre por razones evidentes.
Te gustará.
Con el Kili voy poco a poco.
¡Que vaya bueno!