Aparcamiento de Valdezcaray, Refugio
Rehoyo, Tres Cruces o San Lorenzo y Arista Sur. Descenso por Arista Noroeste y
Collado Porticolato.
21-09-2021.
Salida 09:15 h. llegada 13:45 h.
Mixto.
Fácil.
Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Con
ocasión de algún periplo por el Sistema Ibérico, posiblemente desde Urbión,
visualizamos en la distancia a San Lorenzo. Allí había una estación de esquí,
en el punto más elevado de la Sierra de la Demanda. Quizás no nos ofrecería una
ascensión especial, pero nos permitiría conocer esos lugares.
Unos
años después estamos en Arnedo y nos vamos a alargar hasta Ezcaray para subir a
Valdezcaray donde termina una carretera a pie de pistas.
Cuando
sobre las seis y media de la tarde llegamos a la zona de servicios inferior de
la estación tenemos las nieblas metidas, con lo que la idea de visualizar el
entorno para cuadrar nuestra pretendida circular se esfuma. Aparcamos a 1550
metros de altitud en una estación cerrada y desierta y marcho a dar una vuelta
para ver que hay.
Hay una única
pista de esquí que hace una zeta oeste-este y que alcanza una zona de servicios
intermedia ya en el corazón de un circo conformado por un par de aristas sobre
las que queremos trazar la circular. Además del aparcamiento continúa la
carretera al oeste y por allí me voy.
En la parte alta
del aparcamiento la carretera se convierte en pista anchísima y muy cuidada que
en suave ascenso alcanza el Refugio Rehoyo, cerrado a cal y canto. Junto al
mismo, una pista restringida al tráfico debe conducir hasta la zona intermedia
de la estación pero prosigo por la pista principal alargándome un par de kilómetros
hasta cerca de Turraguas y recalculando. Sube algún coche que no sé a dónde irá
a estas horas.
Pasamos la noche
en el aparcamiento, llueve algo y con estas condiciones amanecemos al 21 de
Septiembre de 2021. Sin prisa nos pondremos en marcha alrededor de las nueve y
cuarto ya que las nieblas siguen igual y al menos no llueve.
Salimos de la
parte alta del aparcamiento por la pista que pasa junto al Refugio Rehoyo y
continuamos en suave ascenso hasta que un pelín más delante de donde llegue
ayer, la pista da un giro y se orienta al sudeste. Nosotros queremos llegar al
Collado Porticolato para tomar allí la arista noroeste del pico pero hemos de hacerlo sobre pista o sobre
camino pisado ya que por libre está descartado debido a que el sotobosque de
enebro y tojo está harto de agua.
Enseguida, sobre
los 1750 metros de altitud aparece a nuestra izquierda una pista restringida al
tráfico pero con la barrera levantada y aparentemente en mal estado, por lo que
ni nos planteamos abandonar la que llevamos orientada igualmente en la
dirección que estimamos como adecuada. Ese será nuestro primer error.
Llevamos caminado
alrededor de 3 kilómetros pero la pista se alargará en muy suave ascenso y en
perfecto estado hasta alrededor de los 8 kilómetros. Se me hace demasiado larga
porque yo calculaba alrededor de 5 pero…
La mañana es de
nieblas volanderas, tenemos pista y como no llueve lo damos por bueno. Alrededor
de las once y coincidiendo con unas rayadas de sol alcanzamos un amplísimo
collado acartelado como Tres Cruces, a 1950 metros de altitud pero mi altímetro
va por su cuenta y desde allí no vemos ni rastro de la estación ya que no
estamos en el Collado Porticolato.
Me creo que hemos
alcanzado el Collado Nestaza, segundo error, y que por delante tenemos a Cabeza
Parda por lo que nos orientamos al norte
tomando un caminillo algo transitado que se eleva ligeramente al oeste
de la loma y que nos tiene que llevar a donde queremos ir.
El claro del cielo
dura menos que un caramelo en la puerta de un colegio pero muy transitado y en
suave ascenso se alarga más de lo esperado, pero ni pensar en abandonarlo con
estas nieblas. Cuenta con algunas balizas azules.
Alrededor de las
doce menos cuarto se empiezan a perfilar objetos entre las nieblas: un gran
bloque, un vértice geodésico con alta plataforma, una columna y una imagen de
buen tamaño con una imagen. Estamos en el Cerro San Lorenzo situado a 2271
metros de altitud. Bueno.
El orache es
francamente malo pues a las nieblas se suma un ventarrón frío que convierten el
momento en definitivamente desagradable. No se ve un carajo, hacemos unas fotos
testimoniales y nos vamos a localizar el refugio que tiene que estar por aquí.
Se trata de un
pequeño casetón metálico que ofrece abrigo del viento y en el que nos metemos
para echar un bocado. ¡Qué bien se está!
Un rato después
nos abrigamos a tope y salimos para tratar de buscar el otro camino que tiene
que llegar hasta aquí cuando vemos una figura junto al vértice geodésico y nos
acercamos. Es Miguel Angel Nieto un montañero vallisoletano que está haciendo los
puntos culminantes de las Comunidades Autónomas. Ha subido por la estación y el
Collado Porticolato.
Le hacemos su foto
de la constancia y tras llevarlo hasta el refugio para que lo vea iniciamos el
descenso por donde ha subido. ¡Menudo lio tengo yo!
El camino bastante
trillado desciende sin descanso, vuelta a vuelta y señalizado con hitos. No
tiene pérdida una vez tomado. Transitamos en las inmediaciones de la arista
noroeste y somos zarandeados convenientemente por el viento.
Bajamos a buen
ritmo, las nieblas se abren un poco y en menos de media hora alcanzamos el
Collado Porticolato a 1950 metros de altitud, en el que hay instalada la
llegada de una silla de la estación y al que llega por detrás la pista que no
hemos tomado a la mañana.
Luego no queda más
que introducirse en territorio de pistas de esquí, asomarnos a la balsa de
aprovisionamiento de agua para los cañones y proseguir para abajo por una
anchísima pista, creo que se llama Colocobia y que nos dejará en la zona
intermedia de la estación sobre los 1640 metros de altitud cuando ya hemos
dejado por encima de nosotros a las nieblas. La pista de la Cascada que conecta
con el aparcamiento nos deposita en la furgo cuando son las dos menos cuarto y
respiramos: hemos terminado con la tercera de tres y estamos contentos a pesar
de esta meteorología.
Hemos realizado una
circular diferente a la proyectada que nos ha permitido conocer más bien poco
pero tampoco hemos acumulado más que alrededor de 700 metros por lo que habrá
que darla por buena y a otra cosa ya que siempre podemos volver. Solamente
hemos cometido un par de errores importantes, hacer una actividad con nieblas
no es error sino atrevimiento controlado.
Comemos
tranquilamente y nos metemos en carretera sin prisa. San Sebastián nos espera.
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