Mesón Nuevo, Túnel y Carretera Vieja de
Monrepós, Cañada Real de Monrepós, Puerto de Monrepós, Lopina, Puerto de
Monrepós, Loma Este, Pellurco, Gaseoducto Serrablo y Pista al Mesón Nuevo.
24-10-2022.
Salida 09:30 h. Llegada 15:30 h.
Mixto.
Muy fácil.
Juan Castejón, Rosa Mª. Martínez y Mariano Javierre.
Hace
un montón de años que recorrimos un tramo de la Cañada Real del Valle de Tena
en las inmediaciones del Puerto de Monrepós. Era el siglo pasado y antes de la
realización de la Autovía. Se trataba de una vía con datación medieval,
posiblemente perteneciente a la Calzada Romana que articulaba el Valle de Tena
y la encontramos muy asediada por la vegetación arbustiva de la zona. Hoy 24 de
Octubre de 2022 volvemos para ver cómo ha quedado tras las obras de la autovía
que, en teoría, no tenían porqué haberle afectado, pero eso nunca se sabe.
Las
Autovías son, entre otras cosas menos deseadas, una auténtica muralla que te
aísla del entorno ya que ni puedes parar casi en ningún lugar, ni puedes salir
de la misma salvo en los puntos de incorporación y para los que apreciamos la
libertad de movimientos, un auténtico coñazo y si no vete a visitar el Castillo
de Ordás… igual te resulta más cómodo entrar desde la Guarguera cuando tienes
la Autovía de Monrepós al lado.
La
cañada real se puede visitar desde el Area de Descanso de la Vertiente Norte de
la Autovía de Monrepós, hay una pequeña vía de servicio, pero nosotros lo
haremos desde el Túnel de la Manzanera en la Vieja Carretera de Monrepós tras
subir desde Arguis. Son las nueve y media de la mañana cuando aparcamos en la
boca sur del túnel a 1265 metros de altitud.
Atravesamos
el túnel en dirección norte, no es necesaria la frontal pues las bocas son
visibles y tras 600 metros echamos una ojeada la Fuente y al Viaducto Cubils
para remontar por la carretera hasta una gran curva a izquierdas. Allí está la
entrada a la calzada aunque no está
indicada.
La
vía se inicia sobre un pequeño incendio de no más de un par de hectáreas, que
posiblemente produjo alguna chispa del tendido eléctrico que ahora la afea,
pero en cambio, ha sido limpiada en toda la amplitud de su caja por lo que hay
tramos en los que es visible tanto el empedrado de fondo como las hiladas de
losas laterales.
Recorreremos
un kilómetro largo comprobaremos que las obras de la autovía no la han dañado y
alcanzado el Rellano de los Vilarones, la calzada desaparece sumergida en
tierras de labor, pero eso sería obra del Señor de Monrepós y Argualas que
debió preferir los beneficios de la agricultura a los del transporte.
Son
las diez y media cuando pasamos junto a la Casa de Monrepós y tomamos la pista
que marcha al este desde el mismo puerto. El asfalto prosigue hacia las Antenas,
pero nosotros nos vamos por una pista de tierra que las rodea muy llana por el
norte y se adentra en los prados abandonados de la Cabecera de la Sierra de
Belarre.
Pasado
el rellano nos elevamos sobre unos tramos encementados hasta acercarnos al punto alto desde el que puedes continuar
al sur hacia Lusera y la Pardina de Ubieto o continuar pista adelante. Nosotros,
ni uno ni otro, la abandonamos al norte y atravesando un tramo corto de pinar
claro alcanzamos en Vértice Geodésico de Lopina situado 1466 metros de altitud,
asediado por el pinar.
Son
las once y media, hacemos alguna foto testimonial y nos sentamos a echar un
bocado. El paisaje tiene demasiada nubosidad pues el día así se anunciaba.
Media
hora después desandamos el pinar hacemos un par de hitos de piedras indicando
la entrada y volvemos por la pista hasta el Puerto de Monrepós con la intención
de recorrer de vuelta la Zona Oeste de la Autovía. Pasamos bajo la misma por un
túnel de servicio y proseguimos junto a la autovía en busca de la Carretera
Vieja.
Cuando
estamos a la altura de la Boca Norte del Túnel de la Autovía, parece ser que el
personal no le hace ascos a visitar Pellurco, yo no conozco la existencia de
camino, pero una pista muy inclinada arranca al oeste y nos vamos a ver a dónde
nos lleva.
Es
una vía de acceso practicada para la instalación de una pilona de alta tensión
y allí termina, a un kilómetro largo de nuestro objetivo, pero por la cabecera
de la loma parece que continúa una trocha de animales o cazadores a lo sumo y
decidimos seguirla con algunas dudas ya que el medio es el clásico de la zona
cubierto de echinospartum o arizón de corta talla, bojes y pinos salpicados.
La
trocha más o menos clara avanza al oeste secundando nuestras intenciones y nos
aproxima a la cima vestida de pinos de repoblación colocados en bancales. Hay
que dar algún rodeo por el pinar siempre en busca de claros hasta que, poco
después, alcanzamos el Vértice Geodésico de Pellurco situado a 1494 metros de
altitud. Nos viene bien para saber que hemos llegado a la cima, muy plana y
oculta entre bojes. Son las dos menos cuarto y nos ha costado una hora desde la
carretera.
Hemos
subido con la idea de volvernos por el mismo camino, pero hacia el oeste vemos
un par de hitos y lo que nos parece una pista por lo que decidimos probar con
la Sierra de Javierre. Enseguida
alcanzamos el Gaseoducto Serrablo con hitos y nos proponemos seguirlo pues
conocemos ya alternativas de vueltas al Mesón Nuevo que es donde tenemos el
coche.
Los
hitos enseguida abandonan el gaseoducto y marchan a Bonés pero nosotros lo
seguimos atajando al encuentro con la Pista de Bonés sin necesidad de seguirlo
hasta el cruce con la Carretera Vieja de Monrepós.
A
pesar de ello nos chuparemos un par de resaltes con sus respectivos descensos
ya que la orografía del Nacimiento del Flumen tiene pocos espacios llanos y si
frecuentes torrenteras y barrancos.
Alcanzamos
con ganas la pista sobre los 1375 metros de altitud y la seguimos al este, muy
llana, pero sabemos que nos llevará donde queremos. Para ello haremos alrededor
de 3 kilómetros al este y uno más al oeste pues hemos desechado seguir el
camino anunciado. Pasamos por el Mirador de Belsué y terminamos por el tramo de
pista de los cipreses que llevan más de 60 años plantados a las orillas de la
pista y que siempre me han llamado la atención desde que era un crío.
Son
las tres y media de la tarde cuando terminamos nuestra tan extraña como variada
circular en la que, a la tonta, habremos movido un desnivel de alrededor de 750
metros, que quién lo diría. ¡Poca gente transita por aquí!
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