El calentamiento global es un hecho constatado por todos y a
nadie se le escapa que la causa, si no exclusiva al menos fundamental, es la
actividad humana.
La masa de hielo está disminuyendo en el planeta tanto en
los casquetes polares como en los glaciares de montaña y con ella las reservas
hídricas planetarias y la extensión de las zonas desérticas se incrementa sin
olvidarnos que habitamos grandes extensiones que sin un costo impagable de
gasto energético serían prácticamente inhabitables.
Estamos comprobando como aparece la calidez del otoño o la primavera
en territorios donde no existía prácticamente, acompañados de veranos más
cálidos con olas de calor inusuales e inviernos más suaves y cortos.
Son cada vez más frecuentes los periodos sin las precipitaciones
climáticas acostumbradas y cuando se producen son fenómenos extremos cada vez
más dañinos.
El calentamiento global al que no le concedíamos apenas
importancia tiene, entre otros efectos, además de cuantiosos daños materiales,
afecciones importantes a la salud humana considerándosele una causa directa de la mortalidad asociada al calor.
Un consistente estudio internacional publicado en la revista
Nature climate con un muestreo relativo a alrededor de 700 ciudades pertenecientes a cuarenta países variados del globo
terráqueo y a lo largo de una treintena de años que abarcaban finales del siglo
pasado y comienzos del actual, ha puesto de manifiesto que alrededor del 40% de
las muertes relacionadas con el calor son atribuibles al cambio climático asociado a la actividad
humana.
Paralela y consecuentemente se preve que las condiciones climáticas
en un futuro próximo presentarán un incremento sustancial de las temperaturas
medias, seguiremos batiendo records, y los fenómenos meteorológicos serán cada
vez más extremos.
Pero este fenómeno no afecta a todas las zonas por igual ya
que se ha detectado que a países de
bajos ingresos globales, que son mayoría y que a la vez son responsables de una
mínima parte de las emisiones contaminantes, la afección es más severa y con
una proporción de muertes mayor.
A pesar de esta
constatación, este grado centígrado de aumento de la temperatura media que
podría parecer poco, tiene a España como uno de los países europeos donde más
destaca la afección con alrededor de un
30% de fallecimientos relacionados con el calor atribuible al cambio climático
motivado por la actividad humana y se preve que esta proporción de muertes siga
creciendo en el caso de que la humanidad no sea capaz de cambiar radicalmente
de hábitos.
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